LO TRIBUTARIO (nº 260)
III ANIVERSARIO (30.IX.13 – 30.IX.16)
Por qué el IRPF(3): el hecho imponible
Si la materia imponible es “la renta” y el objeto del impuesto “la renta ganada”, hay que considerar qué es “renta”. La capacidad económica se empezó a medir por la extensión de los terrenos (patrimonio); pero fue suficiente comprobar la distinta fertilidad para considerar que lo justo era atender al valor de los frutos que daba la tierra (renta); y, lógicamente, también se consideró injusto ese criterio porque la fertilidad podía depender de las horas y medios empleados y costosos para obtenerla, de modo que en aras de la Justicia había que restar los gastos necesarios realizados (renta neta).
Avanzando más en la búsqueda del impuesto justo se tomó conciencia de que había otros modos de ganar renta, de obtener “rendimientos”: del trabajo dependiente (capital humano), de inmuebles cedidos (capital inmobiliario), de la cesión de bienes o derechos (capital mobiliario) o del empleo del trabajo y del capital o de uno de ellos por cuenta propia (empresa, profesión, autónomos). Y como también se ganaba cuando cambiaba el contenido del patrimonio y su valor (un premio, vender un bien con ganancia... o pérdida), se consideró justo incluir en la renta ganada las “ganancias y las pérdidas patrimoniales”. Otra forma de calcular (dificultosa en la práctica) la renta ganada en un año es sumar el gasto realizado en ese tiempo (todos los consumos) a la diferencia entre el patrimonio final y el inicial en ese período (ahorro).
La tributación de esa renta empezó siendo mediante impuestos diferentes: sobre el trabajo personal (sueldos y salarios), sobre los inmuebles rústicos y sobre los urbanos (contribuciones), sobre los rendimientos del capital mobiliario (intereses, dividendos...), sobre los beneficios de actividades empresariales, profesionales y artísticas. En el Imperio austro-húngaro había más de cuatrocientos impuestos; en España cinco hasta la reforma de 1978. Pero no acaba ahí la evolución, en el siglo XIX se descubre que “lo justo” no es esa exigencia diversificada, sino atender a toda la renta obtenida por cada persona (clasificación en: impuestos reales, cedulares o de producto e impuestos personales). Y, como se decidió exigir todos esos impuestos, primero se acumulaban (se tributaba por el impuesto sobre cada rendimiento y, a partir de cierto importe, también por el impuesto sobre toda la renta); y, después, los reales se consideraban a cuenta y se restaban, al principio sin devolución por el exceso y finalmente con devolución.
Un paso más en la evolución y se introdujo la subjetividad en el impuesto personal sobre la renta ganada, de forma que la tributación tiene en cuenta la edad, la salud, la situación familiar... Otros inventos en el IRPF son más discutibles: para evitar la elusión, se inventó la imputación por transparencia fiscal internacional (de la renta ganada por sociedades en el extranjero cuando no se distribuye al socio); porque sí, se inventó la imputación de renta por los inmuebles propios que no sean vivienda habitual, no estén cedidos o no estén afectos a una actividad; contra la realidad, se inventó la consideración de renta ganada por no haber declarado en plazo bienes en el extranjero. Y, en tan peculiar regulación, se distingue entre “renta general” y “renta del ahorro” (y se considera así la obtenida por el especulador que compra y revende con ganancia en el mismo día, en pocas horas) con distinta tributación. Esta es la explicación del artículo 6 LIRPF que también regula que no está sujeto al impuesto lo que tributa por el ISyD y que hay rentas presumidas, salvo prueba.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
“Fue en 1973. Tanto el jefe recién nombrado como la secretaria que acababa de entrar en plantilla iban a tener una experiencia nueva en sus vidas. En vez de escribir un papel con bolígrafo para que se descifrara su letra y se pasara a máquina, él iba a dictar el texto y ella iba tomar las palabras en taquigrafía. Era un texto tributario y más de una vez contenía las palabras “hecho imponible”. Con doble esfuerzo personal acabaron el acto. Ella se marchó. Volvió mucho tiempo después con el texto mecanografiado. El jefe lo leyó con atención y paró la lectura cuando encontró el error: “el hecho impugnable”. Con una sonrisa y palabras de ánimo corrigió lo que procedía y esperó el nuevo texto mecanografiado, porque en aquellos tiempos cualquier error obligaba a repetir, al menos, toda la página. Y pasó otro largo rato. La nueva lectura fue más rápida, pero se encontró de nuevo el error: “el hecho imposible”. El jefe apenas pudo contener la risa. No por la repetición del error, que auguraba una causa exógena de retrasos en el trabajo a realizar en el futuro, sino porque los sucesivos errores permitían una meditación tributaria: el hecho imponible como hecho impugnable y, en ocasiones, como hecho imposible. Lo comentó a la azarada secretaria y le dio las gracias.”
“Así empezaba su andadura la publicación del blog “El hecho imponible”, dando noticia del porqué de ese título. Era el 30 de septiembre de 2013. Ahí estaba el espíritu que debía animar el blog: rigor conceptual en lo tributario y explicación sencilla de la ley (“Lo tributario”); comentario de actualidad para provocar una reflexión tranquila, sin acritud, sin añadir más agobios a los de cada día, que podía llevar (“De lo humano a lo divino”) a una consideración trascendente, religiosa, porque todos estamos llamados a ser santos (Mt 5,48) en medio del mundo, “nel bel mezzo della strada”, en el estado y condición de cada uno, cualquiera que sea la edad, santificando el trabajo, santificándose con el trabajo y colaborando en la santificación de todos en y desde el propio trabajo, en la relación con los demás, en el seno de la familia; proporcionando una industria humana que podía ser útil para vivir cada día (“La hoja semanal”) en la presencia de Dios, manteniendo la unidad de vida, que no permite dejar en el perchero la fe que debe animar todos nuestros actos, hasta ese día, o ese momento del día, en que volvemos a lo único que importa, porque “sólo una cosa es necesaria”. Y, en todo, unidos al Papa, como buenos hijos de la Iglesia (“Palabras del Papa”), recordando lo que nos ha dicho con ocasión del rezo del Angelus o del Regina, o de una audiencia general o en una homilía. Y, siempre, con un rígido límite de extensión porque vivimos tiempos en los que es difícil dedicar tiempo a lecturas más largas.” (texto del I Aniv.)
“El blog es una comunicación entre cristianos que son tributaristas con páginas abiertas a todos, cristianos o no, tributaristas o no, si sienten curiosidad o interés por lo que en ellas se dice. El blog tiene su origen en la correspondencia tributaria que existía entre Julio Banacloche Pérez (este “Banacloche” tiene su origen en “ben Claudio” y sus antepasados son murcianos) y sus amigos asesores tributarios. Se decidió. No fue fácil. Al empezar septiembre de 2013 ya estaba preparado el primer texto y también el marco informático del blog, pero no se sabía cómo “meter” ahí los textos. Son inolvidables las ayudas para hacerlo y la mejora del diseño, que también es obra de la caridad. Incluir fotografías se convirtió en un problema insuperable y, salvo la del perfil, que “apareció” como por ensalmo, se abandonó la idea. “Estaría de Dios”. También el santo abandono está presente en cada entrada. El blog original es de aparición semanal, pero las noticias y comentarios tributarios no tienen periodicidad; tampoco los Papeles de J.B.” (texto del II Aniversario)
UN DÍA DE LA SEMANA
En 1982 una Orden “interpretativa” incluía una contestación tributaria que empezaba: “No obstante el tenor literal de la ley...”. Hace pocos días, uno que tiene como meta proclamada la regeneración de la política empezaba diciendo “A pesar de la ley...”.
- Año de la Misericordia. Que tuya, Señor, es la misericordia; que tú distribuyes a cada uno según sus obras (s. 62,13). Tu misericordia vale más que la vida (s. 63.4). Porque tu misericordia es más grande que los cielos, tu fidelidad más alta que las nubes (s. 108, 5). Pues en el Señor está la misericordia, en Él, la redención abundante (s. 130, 7)
- BUENO Y CLEMENTE. Pues Tú eres bueno e indulgente, rico en misericordia con los que te invocan (s. 86, 5)... Pero Tú, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en misericordia y fidelidad, mírame y ten piedad (s. 86,15). El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en misericordia (s. 103,8). ¡Aleluya! Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia (s. 106, 1; s. 107, 1)... Den gracias al Señor por su misericordia (s. 107, 8, 15, 21 y 31)... ¡Aleluya! Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia (s. 118, 1 y 29; s. 136)... Señor, tu misericordia es eterna (s. 138, 8). El Señor es clemente y compasivo, lento a la ira y rico en misericordia. El Señor es bueno con todos, y su misericordia se extiende a todas sus obras (s. 145, 9)... El Señor es justo en todos sus caminos, misericordioso en todas sus acciones (s. 145, 17)
- MISERICORDIA Y FIELIDAD. Justicia y derecho son el fundamento de tu trono, misericordia y fidelidad preceden tu rostro (s. 89, 15). Porque el Señor es bueno: su misericordia es eterna y su fidelidad, por todas las generaciones (s. 100, 5). Porque firme es con nosotros su misericordia, la fidelidad del Señor permanece para siempre (s. 117, 2)
- CANTAR LA MISERICORDIA. La misericordia del Señor cantaré eternamente; de generación en generación anunciaré con mi boca tu fidelidad (s. 89, 2). Sácianos de mañana con tu misericordia, exultaremos y nos alegraremos todos nuestros días (s. 90, 14). Es bueno dar gracias al Señor y entonar salmos a tu Nombre, ¡oh Altísimo!; anunciar de mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad (s. 92, 2-3). Cantaré la misericordia y la justicia para Ti, Señor, entonaré salmos (s. 101, 1). De mañana hazme sentir tu misericordia porque confío en Ti (s. 143, 8)
- CONSUELO Y AYUDA. Bendito sea Dios, que no ha rechazado mi plegaria ni me ha retirado su misericordia (s. 66.20). Escúchame Señor, que tu misericordia es benigna, vuélvete hacia mi con tu inmensa compasión (s. 69,17). Señor, muéstranos tu misericordia y danos tu salvación (s. 85,8). Cuando pienso: “Mi pie vacila”, tu misericordia Señor, me sostiene (s. 94,18). La misericordia del Señor dura desde siempre y para siempre con los que le temen; y su justicia con los hijos de los hijos, con los que guardan su alianza y recuerdan sus mandatos y los cumplen (s. 103,17-18). Socórreme, Señor, Dios mío, sálvame por tu misericordia (s. 109, 26) Que tu misericordia me consuele (s. 119,76).. Haz con tu siervo según tu misericordia (s. 119, 124)... Copiosas son tus misericordias, Señor; hazme vivir según tus juicios (s. 119, 156). Misericordia mía, fortaleza mía, mi alcázar y mi libertador; mi escudo con el que me protejo (s. 144, 2)
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
“... Un desafío. Se trata de hacer descubrir, también a través de los medios de comunicación social, además de con el encuentro personal, la belleza de todo lo que constituye el fundamento de nuestro camino y de nuestra vida, la belleza de la fe, la belleza del encuentro con Cristo. También en el contexto de la comunicación es necesario que la Iglesia consiga llevar calor que enardezca los corazones.
¿Nuestra presencia, nuestras iniciativas, responde a esta exigencia o permanecemos técnicos?. Tenemos un tesoro precioso que transmitir, un tesoro que da luz y esperanza. ¡Son tan necesarias!. Pero todo esto requiere de una cuidada y cualificada formación, de sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos, también en este campo. El gran continente digital no es simplemente tecnología, sino que está formado por hombres y mujeres reales que llevan consigo lo que tienen dentro, sus esperanzas, sus sufrimientos, sus anhelos, la búsqueda de la verdad, de la belleza, del bien. Es necesario saber indicar y llevar a Cristo, compartiendo esas alegrías y esperanzas, como María que llevó a Cristo al corazón del hombre; es necesario saber entrar en la niebla de la indiferencia sin perderse; es necesario bajar también a la noche más oscura sin verse dominados por la oscuridad y perderse; es necesario escuchar las ilusiones de muchos, sin dejarse seducir; es necesario acoger las desilusiones, sin caer en la amargura; palpar la desintegración ajena, sin dejarse disolver o descomponer en la propia identidad (cf. Discurso al episcopado de Brasil, 27 de julio de 2013, 4). Este es el camino. Este es el desafío.” (Audiencia al Consejo Pontificio para las Comunicaciones..., 21 de septiembre de 2013)
(Texto incluido en la primera “entrada” del blog; también fue motivo para utilizar esta forma de compartir noticias profesionales y experiencias espirituales)
UNA ORACIÓN A LA VIRGEN NUESTRA MADRE
“Dulce Madre, no te alejes,
tu vista de mi no apartes,
ven conmigo a todas partes
y solo nunca me dejes.
Ya que me proteges tanto,
como verdadera Madre,
haz que me bendiga el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo”
(aprendida de su madre y repetida durante toda su vida por el beato Álvaro del Portillo)
(30.IX.2016)
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