LO TRIBUTARIO (nº 638)

“Periculum in mora”

Alguno habrá tenido que enfrentarse a esa expresión latina para descubrir que hay un precepto legal que, precisamente, se titula así. Se trata del artículo 728 de la Ley de Enjuiciamiento Civil cuyo título es: “Peligro por la mora procesal. Apariencia de buen derecho. Caución”. El artículo está incluido en el Título VI, cuyo Capítulo Primero se dedica a las normas generales de las “Medidas cautelares” y, por esta indicación sistemática, es innecesario decir que para saber más hay que leer desde el artículo 721 y hasta el artículo 747 LEC. Dice el citado artículo 728: “1. Sólo podrán acordarse medidas cautelares si quien las solicita justifica que, en el caso de que se trate, podrían producirse durante la pendencia del proceso, de no adoptarse las medidas solicitadas, situaciones que impidieren o dificultares la efectividad de la tutela que pudiere otorgarse en una eventual sentencia estimatoria…” Se trata, en definitiva, de una precaución para impedir (“peligro”, “periculum”) que, por el paso del tiempo hasta que se produzca la resolución (“in mora”, por la demora, por la tardanza) desaparezca (se deteriore, se perjudique, devenga imposible) el objeto del procedimiento de que se trate.

La referencia al “periculum in mora”, incluso, como se ha visto, en el título del artículo aquí señalado, se suele complementar con la indicación de otra referida al “fumus boni iuris” (apariencia de buen derecho). Y así, la ley regula: “El solicitante de medidas cautelares también habrá de presentar con su solicitud los datos, argumentos y justificaciones documentales que conduzcan a fundar, por parte del Tribunal, sin prejuzgar el fondo del asunto, un juicio provisional e indiciario favorable al fundamento de su pretensión. En defecto de justificación documental, el solicitante podrá ofrecerla por otros medios de prueba, que deberá proponer en forma en el mismo escrito” (art. 728.2 LEC). Así, se trata no sólo de señalar que la duración del procedimiento puede perjudicar la pretensión, sino también de dar argumentos para que la apariencia del buen derecho (“un juicio provisional e indiciario favorable”) decida al tribunal a acordar las medidas cautelares solicitadas. En un Taller de tributación se pueden producir reacciones efusivas de quienes creían que el “periculum in mora”, sólo favorecía a la Administración y que el “fumus boni iuris” era el escudo protector contrario. Y no.

En lo contencioso administrativo, el artículo 130 establece que, previa valoración circunstanciada de todos los intereses en conflicto, la medida cautelar sólo se puede adoptar cuando la ejecución del acto o aplicación de la norma pudieran hacer perder su finalidad legítima al recurso. Y el artículo 117.2 LPAC regula la suspensión de la ejecución del acto impugnado cuando el órgano que debe resolver así lo decida, previa ponderación, suficientemente razonada entre el perjuicio que acusaría al interés público o a terceros la suspensión y el ocasionado al recurrente como consecuencia de la eficacia inmediata del acto recurrido. Aquí el “periculum” más que por mora, se produciría por la inmediata ejecución de un acto que pudiera terminar siendo anulado. Señalar y argumentar el “fumus boni iuris” también ayuda a la decisión.

Para los tributos, las medidas cautelares se regulan para asegurar el cobro de las deudas tributarias (art. 81 LGT), entre ellas el embargo (art. 169 LGT); y la protección frente al “solve et repete” (paga primero y recurre luego) exige pedir la suspensión (arts. 224 y 233 LGT) por lo general con garantías. Ni “fumus boni iuris”, ni “bonus odor Iustitiae”.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Herodías y Salomé. “En efecto, el propio herodes había mandado apresar a Juan y le había encadenado en la cárcel a causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo; porque se había casado con ella y Juan le decía a Herodes: “No te es lícito tener a la mujer de tu hermano”. Herodías lo odiaba y quería matarlo, pero no podía; porque Herodes tenía miedo de Juan, ya que se daba cuenta de que era un hombre justo y santo. Y le protegía y al oírlo le entraban muchas dudas; y le escuchaba con gusto.

Cuando llegó un día propicio, en el que Herodes por su cumpleaños dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea, entró la hija de la propia Herodías, bailó y gustó a Herodes y a los que con él estaban a la mesa. Le dijo el rey a la muchacha: - Pídeme lo que quieras y te lo daré. Y le juró varias veces: - Cualquier cosa que me pidas te daré, aunque sea la mitad de mi reino.

Y, saliendo, le dijo a su madre: - ¿Qué le pido? – La cabeza de Juan el Bautista - contestó ella. Y al instante, entrando deprisa donde estaba el rey, le pidió: - Quiero que enseguida me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.

El rey se entristeció, pero por el juramento y por los comensales no quiso contrariarla. Y enseguida el rey envió a un verdugo con la orden de traer su cabeza. Éste se marchó, lo decapitó en la cárcel y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha y la muchacha la entregó a su madre. Cuando se enteraron sus discípulos vinieron, tomaron su cuerpo muerto y lo pusieron en un sepulcro” (Mc 6,17-29)

En el Nuevo Testamento se habla de cuatro Herodes. Jesús nació en tiempos de Herodes el Grande (Mt 2,1), que fue padre de Herodes Antipas (Mt 14,1-12), abuelo de Herodes Agripa I, que mató al apóstol Santiago y encarceló a san Pedro (Hech 12, 1-23), bisabuelo de Herodes Agripa II, que interrogó a san Pablo en Cesarea (Hech 25,13-26.32); para evitar que fuera asesinado en Jerusalén, el tribuno Claudio Lisias envió custodiado a Pablo al Prefecto Felix, que estaba casado con Drusila, que era judía e hija de Herdodes Agripa I y que lo interrogó en Cesarea; dos años después, Festo sucedió a Felix y, cuando éste fue visitado por Agripa (Herodes Agripa II) y su esposa Berenice, volvió a interrogar a Pablo; entonces fue cuando le dijo a Felix, podría haber sido puesto en libertad si no hubiera apelado al César (Hech 26,32).

Herodes el Grande fue el que recibió a los Magos de Oriente, el que ordenó matar a todos los niños que había en Belén y toda su comarca y por el que la Sagrada Familia tuvo que huir a Egipto. Herodes Antipas, gobernaba Galilea y de Perea, estaba casado con una hija del rey de Arabia aunque vivía con Herodías que era la mujer de su hermano Filipo; fue el que ordenó decapitar a Juan el Bautista. Cuando le dicen a Jesús que Herodes le quería matar, dijo: “Id a decir a ese zorro: “Mira expulso demonios y realizo curaciones hoy, mañana y al tercer día acabo…” (Lc 13,32). En el relato de la Pasión, Pilato remitió a Jesús a Herodes que lo interrogó, aunque no tuvo ninguna respuesta, y que lo devolvió a Pilato. “Herodes y Pilato se hicieron amigos aquel día pues antes estaban enemistados entre sí” (Lc 23, 6-12)  

LA HOJA SEMANAL
(del 31 de agosto al 5 de septiembre)

Lunes (31)

San Ramón nonato, presbítero (22ª TO)
Palabras: “Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra” (Lc 4,24)
Reflexión: Fue Jesús a Nazaret, donde se había criado
Propósito, durante el día: Dios y hombre verdadero. Creo, Señor; mantenme fiel

Martes (1)

San Egidio, abad (22ª TO; Nª Sª de los Ángeles del Puig)
Palabras: “Hablaba con autoridad… ¿Qué tiene su palabra?” (Lc 4,32.36)
Reflexión: Bajó Jesús a Cafarnaún y los sábados enseñaba
Propósito, durante el día: Presencia continua de Dios, Amor en su palabra

Miércoles (2)

San Antolín, mártir (22ª TO)
Palabras: “La gente lo andaba buscando para que no se les fuese” (Lc 4,42)
Reflexión: Y predicaba en las sinagogas de Judea
Propósito, durante el día: Buscar a Cristo, Tratar a Cristo, Amar a Cristo

Jueves (3)

San Gregorio Magno, papa y doctor de la Iglesia (22ª TO)
Palabras: “No temas, desde ahora serás pescador de hombres” (Lc 5,10)
Reflexión: “Ellos sacaron las barcas a tierra y dejándolo todo lo siguieron”
Propósito, durante el día: Todo es tuyo; a Ti, Señor, lo torno. Dispón de mí

Viernes (4)

Santa Rosalía, virgen (22ª TO; día de penitencia; Nª Sª de la Consolación)
Palabras: “A vino nuevo, odres nuevos” (Lc 5,38)
Reflexión: Nadie echa vino nuevo en odres viejos
Propósito, durante el día: Dios mío: siempre en Ti, todo por Ti y para Ti

Sábado (5)

Santa Teresa de Calcuta, virgen y fundadora (22ª TO)
Palabras: “El Hijo del hombre es señor del sábado” (Lc 6,5)
Reflexión: Los fariseos: ¿Por qué haces en sábado lo que no está permitido?
Propósito, durante el día: Madre, enséñame a ser como era Jesús en Nazaret

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 30, domingo (22º TO, ciclo A), animan a arrinconar el “yo” que es un obstáculo a la vida en Cristo: “La palabra del Señor se volvió para mí oprobio… era en mis entrañas fuego ardiente… intentaba contenerlo y no podía” (Jr 20); “Os exhorto hermanos por la misericordia de Dios a presentar cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios” (Rm 12); “El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo” (Mt 16). Pedir ayuda a la Madre y decir a Dios: “Lo que quieras; porque Tú lo quieres”.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Hoy, escuchamos dirigida a cada uno de nosotros la pregunta de Jesús: “¿Y vosotros quién decís que soy yo?”. A cada uno de nosotros. Y cada uno de nosotros debe dar una respuesta no teórica, sino que involucra la fe, es decir la vida, ¡porque la fe es vida! “Para mí tú eres…”, y decir la confesión de Jesús. Una respuesta que nos pide también a nosotros, como a los primeros discípulos, la escucha interior de la voz del Padre y la consonancia con lo que la Iglesia, reunida en torno a Pedro, continúa proclamando. Se trata de entender quién es para nosotros Cristo: si Él es el centro de nuestra vida, si Él es el fin de todo nuestro compromiso en la Iglesia, de nuestro compromiso en la sociedad. ¿Quién es Jesús para mí? Quién es Jesucristo para ti, para ti, para ti… Una respuesta que nosotros debemos dar cada día.” (Angelus, día 23 de agosto de 2020)

- “Las propiedades, el dinero son instrumentos que pueden servir a la misión. Pero los transformamos fácilmente en fines, individuales o colectivos. Y cuando esto sucede, se socavan los valores humanos esenciales. El “homo sapiens” se deforma y se convierte en una especie de “homo œconomicus” -en un sentido peor- individualista, calculador y dominador. Nos olvidamos de que, siendo creados a imagen y semejanza de Dios, somos seres sociales, creativos y solidarios, con una inmensa capacidad de amar. Nos olvidamos a menudo de esto. De hecho, somos los seres más cooperativos entre todas las especies, y florecemos en comunidad, como se ve bien en la experiencia de los santos. Hay un dicho español que me ha inspirado esta frase, y dice así: florecemos en racimo como los santos. Florecemos en comunidad como se ve en la experiencia de los santos.” (Audiencia general, día 26 de agosto de 2020)

(30.08.20)
LO TRIBUTARIO (nº 637)

“Dies a quo. Dies ad quem”

En latín, “absum” quiere decir “estar ausente” y “adsum” quiere decir “estar presente”. Esas palabras proceden de la unión de una preposición y el verbo “sum” (sum, esse, fui), que significa “ser” o “estar”. Esa diferencia permite traer a la memoria las preposiciones de acusativo (ad, apud, adversus, ante, circum, extra, inter, ob, per, propter, post, trans) y las preposiciones de ablativo (a/ab, cum, de e/ex, in, sine, pro). La preposición “ad”, indica dirección y, por lo general, significa “hacia” o “hasta”; y la preposición “a” (que se escribe “ab” cuando la siguiente palabra empieza por vocal) indica procedencia y, por lo general significa “desde”. Este recuerdo permite alabar la enseñanza de los planes de estudio antiguos, al menos, hasta el de 1953. La pobreza del lenguaje, el invento de palabras ante el vacío cultural, más que una ocurrencia o una excentricidad, es otra de las pérdidas lamentables de una peculiar modernidad. En un Taller de tributación, no era inusual, acabar este tema con el reto de recordar las preposiciones en español: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre, tras. No es un asunto tributariamente baladí.

Las referencias: “dies a quo” (“el día desde el que”; la preposición “a” indica que “quo” es un “ablativo” del pronombre relativo “qui, quae, quod” que vendría a ser: “el que”, “la que”, “lo que”) y “dies ad quem” (“el día hasta el que”; la preposición “ad” indica que “quem” es un acusativo) son de uso frecuente en escritos forenses, en resoluciones y sentencias para señalar los plazos. Aún después de tantos años de jurisprudencia y de tantas declaraciones de extemporaneidad, se siguen produciendo pronunciamientos: Los plazos contados en meses concluyen el mismo día numeral del mes siguiente y fue irrelevante que el receptor de la notificación sufriera un accidente de tráfico días después poco antes de cumplirse el plazo (AN 7-1-20). Y es que, cuando se lee que los plazos señalados en meses se cuentan desde el día siguiente a la notificación y acaban el día de igual numeral del mes, hay que convencerse, repasando el cálculo si es preciso, de que si acabara en el mes posterior de referencia en el día numeral siguiente al de notificación, se estaría contando dos veces ese mismo numeral.

Y esas palabras en latín se emplean también para asuntos distintos al señalamiento y cómputo de los plazos. Así, por ejemplo: Por el principio de “actio nata” y la buena Administración si de la comprobación a uno resulta un ingreso indebido de otro, el plazo de prescripción no se cuenta desde el ingreso sino desde que, “dies ad quem”, la Administración lo ha convertido en indebido; la Administración debió regularizar el ingreso al regularizar el gasto (TS 11-6-20). O esta otra sentencia: Si se produce una liquidación sin tener en cuenta las alegaciones que llegaron después del acuerdo y se produjo una nueva liquidación, ésta es la que determina todos los efectos, incluido el “dies ad quem” para calcular la duración del procedimiento y la prescripción (TS 18-5-20). O también: Como al devolver el principal no se abonaron los intereses, procede hacerlo desde esa fecha hasta que se pagaron; no se trata de anatocismo, contra TS s. 18.06.09, sino de señalar el dies ad quem (TS 30-6-14)

En un Taller de tributación, se puede afinar más: el órgano “a quo” es el competente para actuar; un empleado “ad hoc” es el adecuado para una función o para un fin.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Jezabel la mujer de Nabot. Después de esto, sucedió lo siguiente: Nabot, el yizreelita, tenía una viña en Yizreel, situada junto al palacio de Ajab, rey de Samaria. Habló Ajab a Nabot proponiéndole: - Dame tu viña para tenerla como huerto, pues está contigua a mi casa, y yo te daré a cambio otra viña mejor o, si prefieres, te pagaré su precio en plata. Nabat respondió a Ajab: - Que el Señor me libre de darte la heredad de mis padres.

Ajab volvió a su casa triste y enfadado por la respuesta que le había dado Nabot el yizreelita, al decirle: “no te daré la heredad de mis padres”. Se acostó en la cama, ocultó su rostro y no probó alimento. Entones se acercó a él su mujer Jezabel y le preguntó: - ¿Qué pasa que estás abatido y te niegas a comer pan? Le respondió: - Porque le he propuesto a Nabot, el yizreelita: “Dame tu viña a cambio de plata, o si prefieres, yo te daré otra viña a cambio”, y él ha contestado: “No te voy a entregar mi viña”. Le replicó su esposa Jezabel: - Ahora tú tienes el reinado sobre Israel. Levántate, come pan y alegra tu corazón. Yo te entregaré la viña de Nabot, el yizreelita.

Ella escribió cartas en nombre de Ajab, las selló con su sello y las envió a los ancianos y a los notables de la ciudad que vivían cerca de Nabot. En las cartas escribió lo siguiente: “Proclamad ayuno y haced sentar a Nanbot a la cabeza del pueblo. Haced sentar frente a él a dos hombres, hijos de Belial, para que testimonien diciendo: “Has maldecido a Dios y al rey”. Entonces sacadlo, apedreadlo, y que muera”.

Sus conciudadanos, los ancianos y los notables que habitaban en su misma ciudad lo hicieron tal y como Jezabel les había mandado y según estaba escrito en las cartas que les había enviado. Promulgaron un ayuno e hicieron sentar a Nabot a la cabeza del pueblo. Llegaron los dos hombres, hijos de Belial, se sentaron frente a él, y aquellos hijos de Belial testimoniaron contra Nabot delante del pueblo diciendo: - Nabot ha maldecido a Dios y al rey. Entones lo sacaron fuera de la ciudad, lo apedrearon y murió. Enviaron a decir a Jezabel. – Nabot ha sido lapidado y muerto.

Cuando Jezabel se enteró de que Nabot había sido lapidado y que había muerto, dijo a Ajab: - Levántate, aprópiate de la viña de Nabot, el yizreelita,, la que él se negó a darte por dinero, pues Nabot ya no vive, ha muerto. Al oír Ajab que había muerto Nabot, se levantó para bajar a la viña de Nabot, el yizreelita, y apropiarse de ella.” (1 R 21,1-16)

“Ciertamente no hubo nadie como Ajab que se vendiera para obrar el mal a los ojos del Señor pues fue inducido por su esposa Jezabel… Cuando Ajab escuchó aquellas palabras rasgó sus vestiduras, se vistió de saco y ayunó; dormía con el saco y andaba abatido. Entonces le llegó a Elías, el tesbita, la palabra del Señor en estos términos: - ¿Has visto cómo se ha humillado Ajab ante mí? Por haberse humillado ante mí, no traeré el mal en sus días…” (1 R 21,25.27-29)

“El combate (contra el rey de Siria) arreció aquel día. El rey … murió a la tarde. El rey murió y lo llevaron a Samaría donde lo enterraron… El resto de los hechos de Ajab, y todo lo que realizó, el palacio de marfil que construyó y todas las ciudades que edificó, ¿no está todo ello escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? Ajab descansó con sus padres y en su lugar reinó su hijo Ocozías” (1 R 22, 35.37.39-40).

LA HOJA SEMANAL
(del 24 al 29 de agosto)

Lunes (24)

San Bartolomé, apóstol
Palabras: “Antes de que Felipe te llamara, … (Jn 1,48)
Reflexión: … cuando estabas debajo de la higuera te vi”
Propósito, durante el día: Señor, Tú me sondeas y me conoces

Martes (25)

San José de Calasanz, presbítero (21ª TO)
Palabras: “Habéis abandonado lo más importante de la Ley … (Mt 23,23)
Reflexión: … la justicia, la misericordia y la fidelidad”
Propósito, durante el día: Dame, Señor, para que me dé a los demás

Miércoles (26)

Santa Teresa de Jesús Jornet, virgen y fundadora (21ª TO)
Palabras: “Por fuera parecéis justos, pero por dentro … (Mt 23,28)
Reflexión: … estáis repletos de hipocresía y crímenes”
Propósito, durante el día: No ha llegado la palabra a mi boca y ya la conoces toda

Jueves (27)

Santa Mónica (21ª TO)
Palabras: “Estad en vela porque no sabéis qué día vendrá … (Mt 24,42)
Reflexión: … vuestro Señor … “A la hora que menos penséis
Propósito, durante el día: “Adsum”. Ayúdame, Señor, para que esté preparado

Viernes (28)

San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia (21ª TO; día de penitencia)
Palabras: “Velad porque no sabéis el día ni la hora” (Mt 25,13)
Reflexión: Las que estaban preparadas entraron… y se cerró la puerta
Propósito, durante el día: Aleja, Señor de mí, lo que aparte de Ti

Sábado (29)

Martirio de san Juan Bautista
Palabras: “Los discípulos fueron a recoger el cadáver y lo enterraron” (Mc 6,29)
Reflexión: Enseguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan
Propósito, durante el día: Madre mía no te alejes, tus ojos de mí no apartes

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 23, domingo (21º TO; ciclo A; santa Rosa de Lima) nos ayudan a llenarnos de Dios y a sumirnos en Dios, superior a lo sumo, interior a lo más íntimo: “Lo que él abra nadie lo cerrará, lo que cierre nadie lo abrirá. Lo hincaré como un clavo en sitio firme” (Is 22); “¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones!” (Rm 11); “Te daré las llaves del reino de los cielos” (Mt 16,18). En la Iglesia, con el Papa, a Jesús por María.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Cada uno de nosotros tiene su propia historia y no siempre es una historia limpia; muchas veces es una historia difícil, con muchos dolores, muchos problemas y muchos pecados. ¿Qué hago, yo, con mi historia? ¿La escondo? ¡No! Tenemos que llevarla delante del Señor: “¡Señor, si Tú quieres, puedes sanarme!” Esto es lo que nos enseña esta mujer, esta buena mujer: la valentía de llevar la propia historia de dolor delante de Dios, delante de Jesús; tocar la ternura de Dios, la ternura de Jesús. Hagamos, nosotros, la prueba de esta historia, de esta oración: cada uno que piense en la propia historia. Siempre hay cosas feas en una historia, siempre. Vamos donde Jesús, llamamos al corazón de Jesús y le decimos: “¡Señor, si Tú quieres, puedes sanarme!”. Y nosotros podremos hacer esto si tenemos delante de nosotros el rostro de Jesús, si nosotros entendemos cómo es el corazón de Cristo: un corazón que tiene compasión, que lleva sobre sí nuestros dolores, que lleva sobre sí nuestros pecados, nuestros errores, nuestros fracasos.

Pero es un corazón que nos ama así, como somos, sin maquillaje. “¡Señor, si Tú quieres, puedes sanarme!”. Y por esto es necesario entender a Jesús, tener familiaridad con Jesús. Y vuelvo siempre al consejo que os doy: llevar siempre un pequeño Evangelio de bolsillo y leed cada día un pasaje. Llevad el Evangelio: en el bolso, en el bolsillo y también en el móvil, para ver a Jesús. Y allí encontraréis a Jesús como Él es, como se presenta; encontraréis a Jesús que nos ama, que nos ama mucho, que nos quiere mucho. Recordad la oración: ¡Señor, si Tú quieres, puedes sanarme!”. Bonita oración. Que el Señor nos ayude, a todos nosotros, a rezar esta bonita oración que nos enseña una mujer pagana: no cristiana, ni judía, sino pagana.

La Virgen María interceda con su oración, para que crezca en cada bautizado la alegría de la fe y el deseo de comunicarla con el testimonio de una vida coherente, que nos dé la valentía de acercarnos a Jesús y decirle: ¡Señor, si Tú quieres, puedes sanarme!” (Angelus, día 16 de agosto de 2020)

- “Todos estamos preocupados por las consecuencias sociales de la pandemia. Todos. Muchos quieren volver a la normalidad y retomar las actividades económicas. Cierto, pero esta “normalidad” no debería comprender las injusticias sociales y la degradación del ambiente. La pandemia es una crisis y de una crisis no se sale iguales: o salimos mejores o salimos peores. Nosotros debemos salir mejores, para mejorar las injusticias sociales y la degradación ambiental. Hoy tenemos una ocasión para construir algo diferente. Por ejemplo, podemos hacer crecer una economía de desarrollo integral de los pobres y no de asistencialismo. Con esto no quiero condenar la asistencia, las obras de asistencia son importantes.” (Audiencia general, día19 de agosto de 2020)

(23.08.20)
LO TRIBUTARIO (nº 636)

“Venire contra factum propium non auditur”

Con diversas expresiones, el principio “Venire contra factum propium non auditur (non potest, no valet, nullum conceditur) y con otras versiones (“nemine licet adversuss sua facta venire”) es el fundamento y la expresión de la “doctrina de los actos propios”, de aplicación y reconocimiento en todos los ámbitos jurídicos y, también, desde luego, en la vida ordinaria en la que los actos propios de cada persona son un dato fiable para conocerla, para apreciarla, para confiar o desconfiar de ella. No se puede actuar contra los propios actos, no se debe ni oír, no se debe aceptar, no se debe permitir; y así hasta llegar a esta radical sentencia: nadie puede volver lícitamente contra sus propios actos.

Trasladar esta expresión al ámbito del Derecho Tributario permite considerar diversas situaciones y con diverso sentido. Pero, si se contrasta la situación de privilegio de la Administración y la pérdida de derechos de los administrados, es inevitable la inquietud y el deseo de que cambie esa situación. En todo caso, es una buena premisa recordar que la Administración debe actuar según el principio de confianza legítima (art. 3 Ley 40/2015, LRJSP) que procura la estabilidad de normas y de criterios de aplicación. La seguridad jurídica se resiente cuando el lema es “El precedente es irrelevante”.

La premisa en nuestro ordenamiento jurídico tributario es que la Administración puede volver siempre sobre sus propios actos. A tal efecto se regula, nada menos, que todo un bloque (arts. 217 a 222 LGT) de procedimientos de revisión: desde luego, de los actos nulos de pleno derecho, en los errores materiales y por causa de ingresos indebidos, pero también cuando la Administración considere que se ha perjudicado con sus propios actos y se le permite declararlos lesivos y recurrir contra sus propios actos. En cambio, la revocación de los actos de la Administración que hubieran sido lesivos para el administrado no puede pedirla éste, porque se aplica de oficio a voluntad de la Administración en decisión arbitraria, que no discrecional, porque no tiene que dar razones por no revocar. A esos procedimientos de revisión se debe añadir el recurso de reposición en el que el mismo órgano que dictó el acto es el que puede revisarlo y también las reclamaciones económico-administrativas: en ambos procedimientos la extensión de la revisión alcanza no sólo a las cuestiones planteadas, sino también a todas las que se deriven del expediente. Y en los recursos económico- administrativos (arts. 241 a 244 LGT) se permite la alzada ordinaria de los centros directivos (la Administración revisando la revisión de la Administración que revisó actos de la Administración) y también los recursos extraordinarios para unificación de criterio, para unificación de doctrina y de revisión. Sorpresa, sonrisas, en un Taller de tributación.

En la aplicación de los tributos, la regla es la provisionalidad (arts. 101, 130 a 133 y 148 LGT): la Administración puede volver sobre la misma situación tributaria. Ni siquiera la anulación de los actos administrativos impide volver a actuar dentro del período de prescripción (así interrumpido) y tampoco la santidad de la prescripción impide volver sobre hechos y calificaciones de períodos prescritos (art. 115 LGT). Sólo se regula la estabilidad de los valores comunicados previos a la adquisición o transmisión de bienes. Volver sobre sus propios actos, sólo se le admite al administrado si es para pagar más (arts. 120 a 122 LGT) y le cuesta, recargos, intereses, sanciones y, además, no se le cree (art. 108.4 LGT). En un Taller de tributación se dice más y aumenta el disgusto.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Dalila seduce a Sansón. Después de esto, en el valle de Sorec se enamoró de una mujer llamada Dalila. Se dirigieron a ella los príncipes de los filisteos de los filisteos y le dijeron: - Sedúcelo y averigua de dónde le viene su gran fuerza y cómo lo podríamos dominar y atarlo para dejarlo inmóvil. Cada uno de nosotros te daremos cien mil monedas de plata.

Entonces Dalila dijo a Sansón: - Dime, por favor, de dónde te viene tu gran fuerza y con qué habría que atarte para inmovilizarte. Sansón le respondió: - Si me atan con siete nervios frescos, sin secar, me debilitaré y seré como cualquier hombre. Los príncipes de los filisteos le llevaron siete nervios frescos, sin secar. Dalila lo ató con ellos y le tendió una emboscada en la habitación. Le dijo: - ¡Sansón, los filisteos viene sobre ti! Pero él rompió los nervios con la facilidad con que se rompe un hilo de estopa al calor del fuego; y no se descubrió el secreto de su fuerza.

Dalila dijo a Sansón: - Te has burlado de mi y me has engañado. Así que haz el favor de decirme ahora con qué se te puede atar. Él respondió: - Si me atan con cuerdas nuevas, que no se hayan usado para ningún trabajo, me debilitaré y seré como cualquier hombre. Dalila tomó cuerdas nuevas, lo ató con ellas y dijo: - ¡Sansón los filisteos viene sobre ti! Mientras tanto, había tendido una emboscada en la habitación, pero él rompió las cuerdas que ataban sus brazos como si fueran un hilo.

Dalila insistió a Sansón: - ¡Hasta cuando te vas a burlar de mi y a engañarme? Dime con qué se te puede atar. Él le respondió: - Si trenzas siete mechones de mi cabeza en un entramado, y lo fijas con una estaca, me debilitaré y seré como cualquier hombre. Ella lo hizo dormir y trenzó siete mechones de su cabeza en un entramado, lo fijó con una estaca, y le dijo: - ¡Sansón, los filisteos vienen sobre ti! Él despertó de su sueño y se llevó la estaca del telar y el entramado. Dalila le dijo: - ¿Cómo dices que me amas si tu corazón no está conmigo? Es la tercera vez que te burlas de mí y no me has dicho de dónde viene tu fuerza.

Como todos los días lo presionaba con sus palabras y lo importunaba, decayó su ánimo hasta la muerte y le contó todo lo que llevaba en el corazón. Le dijo: - Nunca ha pasado una navaja por mi cabeza puesto que soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si se me rapara, mi fuerza se apartaría de mí, me debilitaría y sería como todos los hombres. Dalila vio que le había contado todo lo que llevaba en su corazón y mandó llamar a los príncipes de los filisteos diciendo: - Venid que esta vez me ha contado todo lo que llevaba en el corazón. Los príncipes de los filisteos se dirigieron hacia ella levando la plata en sus manos. Ella lo hizo dormir sobre sus rodillas, llamó a un hombre para que le cortara los siete mechones de su cabeza y comenzó a dominarlo. Su fuerza se había apartado de él. Entonces dijo: - ¡Sansón, los filisteos viene sobre ti! Mientras él se despertaba de su sueño se dijo: - Saldré como en las ocasiones anteriores y me soltaré - pues no sabía que el señor se había apartado de él.

En cuanto lo apresaron los filisteos le arrancaron lo ojos, lo llevaron a Gaza, lo sujetaron con dos cadenas de bronce y lo pusieron como molinero en la cárcel.

El cabello de su cabeza comenzó a salir de nuevo después de que se lo cortaran (Jc 16,4-22)

LA HOJA SEMANAL
(del 17 al 22 de agosto)

Lunes (17)

Santa Clara de Montefalco, virgen (20ª TO)
Palabras: “Al oír esto el joven se fue triste porque era rico” (Mt 19,22)
Reflexión: Había preguntado: ¿Qué me falta? Y Jesús le dijo “Dalo todo a los pobres”
Propósito, durante el día: Toma, Señor, mi libertad, mi memoria, mi voluntad, todo

Martes (18)

San Alberto Hurtado S.I, presbítero (20ª TO)
Palabras: “El que por mí deje casa, hermanos o hermanas… tierras… (Mt 19,29)
Reflexión: … recibirá cien veces más y heredará la vida eterna”
Propósito, durante el día: Todo es tuyo, Señor; a Ti lo torno. Dispón de mí

Miércoles (19)

San Ezequiel Moreno, obispo (20ª TO)
Palabras: “El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer … (Mt 20.1)
Reflexión: … a contratar jornaleros para su viña”
Propósito, durante el día: Dame, Señor, tu amor y tu gracia, que esto me basta

Jueves (20)

San Bernardo de Claraval, abad y doctor de la Iglesia (20ª TO)
Palabras: “Los criados salieron a los caminos y reunieron … (Mt 22.10)
Reflexión: a todos los que encontraron, malos y buenos…”
Propósito, durante el día: Ángel de mi guarda, ayúdame a presentarme bien en el cielo

Viernes (21)

San Pío X, papa (20ª TO; día de penitencia)
Palabras: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón… (Mt 22,37)
Reflexión: … El segundo es semejante a él: Amarás al prójimo como a ti mismo”
Propósito, durante el día: Dame, Señor, tanto amor que se desborde en todos los demás

Sábado (22)

Santa María Virgen, Reina
Palabras: “Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo … (Lc 1,31)
Reflexión: … Será grande y será llamado Hijo del Altísimo”
Propósito, durante el día: Dios te salve, reina y madre. La Madre de Dios es mi madre

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 16, domingo (20º TO, ciclo A; san Roque) nos meten en la misericordia de Dios, incluso con los que se han alejado de él: “A los extranjeros… los alegraré en mi casa de oración…” (Is 56); “Pues Dios os encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de todos” (Rm 11); “Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas. En aquel momento quedó curada su hija” (Mt 15). Misericordia es poner la miseria en el corazón. Dios ama así, a todos, sin que se pueda amar más.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Tener fe quiere decir, en medio de la tempestad, tener el corazón dirigido a Dios, a su amor, a su ternura de Padre. Jesús quería enseñar esto a Pedro y a los discípulos, y también hoy a nosotros. En los momentos oscuros, en los momentos de tristeza, Él sabe bien que nuestra fe es pobre —todos nosotros somos gente de poca fe, todos nosotros, yo también, todos— y que nuestro camino puede ser perturbado, bloqueado por fuerzas adversas. ¡Pero Él es el Resucitado! No olvidemos esto: Él es el Señor que ha atravesado la muerte para ponernos a salvo. Incluso antes de que nosotros empecemos a buscarlo, Él está presente junto a nosotros. Y levantándonos de nuestras caídas, nos hace crecer en la fe. Quizá nosotros, en la oscuridad, gritamos: “¡Señor! ¡Señor!”, pensando que está lejos. Y Él dice: “¡Estoy aquí!”. ¡Ah, estaba conmigo! Así es el Señor.” (Angelus, día 9 de agosto de 2020)

- “Esta renovada conciencia de la dignidad de todo ser humano tiene serias implicaciones sociales, económicas y políticas. Mirar al hermano y a toda la creación como don recibido por el amor del Padre suscita un comportamiento de atención, de cuidado y de estupor. Así el creyente, contemplando al prójimo como un hermano y no como un extraño, lo mira con compasión y empatía, no con desprecio o enemistad. Y contemplando el mundo a la luz de la fe, se esfuerza por desarrollar, con la ayuda de la gracia, su creatividad y su entusiasmo para resolver los dramas de la historia. Concibe y desarrolla sus capacidades como responsabilidades que brotan de su fe, como dones de Dios para poner al servicio de la humanidad y de la creación.” (Audiencia general, día 12 de agosto de 2020)

(16.08.20)
LO TRIBUTARIO (nº 635)

“Fumus boni iuris”

La expresión “fumus boni iuris” (el humo de buen derecho), traducida habitualmente en el Foro por “apariencia de buen derecho”, podría tener relación con la combinación de expresiones vulgares, como “algo huele bien o mal” (en referencia cristiana a la santidad: “bonus odor Christi”, el buen olor de Cristo) o “por el humo se sabe dónde está el fuego”. Pero no hay que buscar orígenes ni derivaciones, cuando se trata no sólo de una expresión generalizada en el ámbito jurídico, sino que, incluso, se ha incorporado al ordenamiento jurídico positivo en el año 2000. El artículo 728 de la Ley de Enjuiciamiento Civil se titula: “Peligro por la mora procesal. Apariencia de buen derecho. Caución”. Y desde antes, pero también desde después de ese precepto, cuando se cuestiona, se indaga o se emplea la expresión “fumus boni iuris” se identifica, de inmediato con las medidas cautelares, como ocurre con el “periculum in mora”.

Parece obligado recordar que las medidas cautelares son precauciones procesales o procedimentales acordadas para evitar que se perjudique el objeto que debe ser el resultado de un procedimiento o que constituye la pretensión de un recurso. En el procedimiento, la medida cautelar debe ser justificada, motivada, temporal y sin causar perjuicios de imposible o difícil reparación. En una impugnación la medida cautelar debe procurar que no se produzca el perjuicio (por ejemplo, económico, para el acreedor o para el deudor) que puede provocar la tardanza en la resolución. Como ya anuncia el artículo de la LEC, las medidas cautelares “no salen gratis” y suelen ir acompañadas de una caución. En los litigios se añade “otra cautela” a las medidas cautelares: ni el argumento de la solicitud para que se adopten, ni la consideración pare decidir sobre ellas, pueden llevar a conocer y pronunciarse sobre el fondo del asunto anticipadamente.

Precisamente por ese motivo y también porque se trata de una medida que se procura fundamentar en una realidad presumida, anticipada, adivinada, inventada, las medidas cautelares se miran “con cautela” en la jurisprudencia. Tanto, que la doctrina, a partir de la experiencia jurisprudencial, ha llegado a señalar una relación de las características que permiten pedir y adoptar medidas cautelares: nulidad de pleno derecho manifiesta, ejecución de disposición anulada, sentencia anulatoria en fase anterior, reiterada jurisprudencia en el mismo sentido. Desde luego, el “fumus boni iuris” se emplea en el ámbito civil; y también en el administrativo, aún sin necesidad de recurrir a la argumentación de supletoriedad normativa (art. 4.2 LEC respecto de DF 1ª LJCA)

En el ámbito tributario se regulan las medidas cautelares en actuaciones específicas como las de inspección (art. 146 LGT) o en general, para asegurar el cobro de las deudas tributarias (art. 81 LGT). Medida cautelar es la anotación preventiva de embargo (art. 170 LGT); y también lo son las garantías exigidas para la suspensión de la ejecutoriedad del acto impugnado (arts. 224 y 233 LGT) o en el aplazamiento o fraccionamiento del pago de deudas tributarias (art. 82 LGT). En un Taller de tributación se trata del empleo del “fumus boni iuris” en los expedientes sancionadores: la complejidad de las normas, su diversa aplicación y su posible interpretación razonable, debería exculpar todo lo que no fuera maquinación para defraudar, dolo, más allá de la jurídicamente impresentable identificación (art. 179.2.d) LGT) de lo razonable con el criterio de la Administración.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Agar madre de Ismael. “Saray, esposa de Abrán, no le había dado hijos, pero tenía una esclava egipcia, llamada Agar. Saray dijo a Abrán: - Mira el Señor me ha hecho estéril, acércate por favor a mi esclava, y quizá tenga hijos de ella. Abrán asintió al ruego de Saray. Cuando Abrán llevaba ya diez años asentado en la tierra de Canaán, Saray, esposa de Abrán, tomó a su esclava egipcia Agar, y, al ver que había concebido, miraba con desprecio a su señora. Entonces dijo Saray a Abrán: - Recaiga sobre ti mi agravio; yo puse en tus brazos a mi esclava, y ella cuando ha visto que está encinta, me mira con desprecio. Que el Señor juzgue entre tú y yo. Abrán respondió a Saray: - Ahí tienes a tu esclava a tu disposición, haz con ella lo que te parezca mejor. Entonces Saray la maltrató; y ella huyó de su lado.

Pero el ángel del Señor la encontró en el desierto junto a una fuente de agua, junto a la fuente del camino del sur, y le dijo: - Agar, esclava de Saray ¿de dónde vienes y a dónde vas? Ella respondió: - Huyo de la presencia de Saray, mi señora. El ángel del Señor le dijo: - Vuelve a tu señora y humíllate ante ella. El ángel del Señor añadió: - Multiplicaré tu descendencia, tanto que no podrá contarse a causa de su gran número. Y aún le dijo el ángel del Señor: - He aquí que estás encinta y darás a luz un hijo; le llamarás Ismael, porque el Señor escuchó tu aflicción. Será como onagro humano; levantará su mano contra todos y todos las manos contra él, y acampará frente a todos sus hermanos. Ella llamó al Señor que le había hablado: “Tú eres El-Roy”. Porque se dijo: “¿Verdaderamente, he visto yo aquí al que me ve? Por eso se le llama el pozo que está entre Cadés y Béred pozo de Lajay-Roy. Agar dio a Abrán un hijo; y Abrán puso por nombre Ismael al hijo que dio a luz Agar. Tenía Abrán ochenta y seis años cuando Agar dio a luz a Ismael para Abrán” (Gn 16,1-16)

“El Señor cambió el nombre de Abrán por Abrahán, padre de multitud de pueblos (Gn 17,5) y el nombre de Saray por Sara (Gn 17,15). El Señor visitó a Sara como había dicho, y le concedió lo que le había prometido. Sara concibió y dio un hijo a Abrahán en su vejez, en el plazo que Dios le había fijado. Abrahán puso por nombre Isaac al hijo que le había nacido, el que le había dado Sara. Y Abrahán circuncidó a su hijo Isaac cuando éste tenía ocho días, tal como Dios le había ordenado. Abrahán tenía cien años cuando le nació su hijo Isaac.” (Gn 21,1-5).

“El niño creció y dejaron de darle de mamar. Abrahán dio un gran banquete el día que dejaron de dar de mamar a Isaac. Pero Sara vio al hijo que Agar la egipcia había dado a Abrahán jugando con Isaac. Y dijo a Abrahán: - Expulsa a esa esclava y a su hijo, pues no va a heredar el hijo de esa esclava con mi hijo Isaac. A Abrahán le desagradó mucho la petición respecto de su hijo. Pero Dios dijo a Abrahán: - No te desagrade lo del muchacho. Haz que caso a Sara en todo lo que te dice, pues, por Isaac, una estirpe llevará tu nombre; también al hijo de la esclava lo constituiré en un gran pueblo, por ser descendencia tuya. Muy de mañana, Abrahán se levantó, tomo pan y un odre de agua, y se lo dio a Agar; se los puso a la espalda con el niño y la despidió. Ella se marchó y anduvo errante por el desierto de Berseba…” (Gn 21,8-14)

“… Dios estaba con el niño, que creció, habitó en el desierto y se convirtió en un buen arquero. Habitó en el desierto de Parán, y su madre le buscó una esposa en el país de Egipto” (Gn 21, 20)

LA HOJA SEMANAL
(del 10 al 15 de agosto)

Lunes (10)

San Lorenzo, diácono y mártir (19ª TO)
Palabras: “El que se ama a sí mismo se pierde …” (Jn 12,25)
Reflexión: y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guarda para la vida eterna
Propósito, durante el día: Colocar el “yo” en su sitio, hasta desaparecer

Martes (11)

Santa Clara, virgen (19ª TO)
Palabras: Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el Reino de los cielos (Mt 18,3)
Reflexión: Vuestro Padre del cielo no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños
Propósito, durante el día: Dame, Señor, paciencia, humildad y sencillez

Miércoles (12)

Santa Juana Francisca de Chantal, religiosa y fundadora (19ª TO)
Palabras: “Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre …” (Mt 18,20)
Reflexión: … allí estoy yo en medio de ellos”
Propósito, durante el día: Comunión de lo santos: para ellos, con ellos, gracias a ellos

Jueves (13)

San Ponciano, papa, y san Hipólito, presbítero, mártires (19ª TO)
Palabras: “No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete” (Mt 18,22)
Reflexión: Le preguntan a Jesús: Si mi hermano me ofende ¿debo perdonar siete veces?
Propósito, durante el día: Ayúdame, Señor, a saber perdonar y a pedir perdón

Viernes (14)

San Maximiliano Kolbe, presbítero y mártir (19ª TO; día de penitencia)
Palabras: “Pues lo que Dios ha unido no lo separe el hombre” (Mt 19,6)
Reflexión: De modo que ya no son dos, sino una sola carne
Propósito, durante el día: Señor, te pido por los novios, por los matrimonios

Sábado (15)

La Asunción de la Virgen (Nª Sª de los Reyes)
Palabras: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!” (Lc 1,42)
Reflexión: Desde ahora me felicitarán todas las generaciones
Propósito, durante el día: Madre, en el cielo, dile a Dios cosas buenas de mí

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 9, domingo (19º TO, ciclo A; santa Teresa Benedicta de la Cruz) nos acercan a la presencia de Dios: “Después del fuego, se oyó una brisa tenue; al sentirla, Elías se tapó el rostro con la mano…” (1 R 19); “Los patriarcas de quienes, según la carne, nació el Mesías, el que está por encima de todo” (Rm 9); “¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!” (Mt 14). Dios está a nuestro lado; nuestro deseo debe ser que todos lo sientan así; y así debemos vivir y pedir. Con la ayuda de nuestra Madre.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “La compasión, la ternura que Jesús ha mostrado respecto a la multitud no es sentimentalismo, sino la manifestación concreta del amor que se hace cargo de las necesidades de las personas. Y nosotros estamos llamados a acercarnos a la celebración eucarística con estas mismas actitudes de Jesús: en primer lugar, compasión de las necesidades de los otros. Esta palabra que se repite en el Evangelio cuando Jesús ve un problema, una enfermedad o esta gente sin comida. “Tuvo compasión”. Compasión no es un sentimiento puramente material; la verdadera compasión es padecer con, tomar sobre nosotros los dolores de los otros. Quizá nos hará bien hoy preguntarnos: ¿yo tengo compasión? Cuando leo las noticias de las guerras, del hambre, de las pandemias, tantas cosas, ¿tengo compasión de esa gente? ¿Yo tengo compasión de la gente que está cerca de mí? ¿Soy capaz de padecer con ellos, o miro a otro lado o digo “que se las arreglen”? No olvidar esta palabra “compasión”, que es confianza en el amor providente del Padre y significa valiente compartir.

María Santísima nos ayude a recorrer el camino que el Señor nos indica en el Evangelio de hoy. Es el recorrido de la fraternidad, que es esencial para afrontar las pobrezas y los sufrimientos de este mundo, especialmente en este momento grave, y que nos proyecta más allá del mundo mismo, porque es un camino que inicia en Dios y a Dios vuelve.” (Angelus, día 2 de agosto de 2020)

- “La Iglesia, aunque administre la gracia sanadora de Cristo mediante los Sacramentos, y aunque proporcione servicios sanitarios en los rincones más remotos del planeta, no es experta en la prevención o en el cuidado de la pandemia. Y tampoco da indicaciones socio-políticas específicas (cfr S. Paolo VI, Cart. ap. “Octogesima adveniens”, 14 de mayo 1971, 4). Esta es tarea de los dirigentes políticos y sociales. Sin embargo, a lo largo de los siglos, y a la luz del Evangelio, la Iglesia ha desarrollado algunos principios sociales que son fundamentales (cfr “Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia”, 160-208), principios que pueden ayudarnos a ir adelante, para preparar el futuro que necesitamos. Cito los principales, entre ellos estrechamente relacionados entre sí: el principio de la dignidad de la persona, el principio del bien común, el principio de la opción preferencial por los pobres, el principio de la destinación universal de los bienes, el principio de la solidaridad, de la subsidiariedad, el principio del cuidado de nuestra casa común. Estos principios ayudan a los dirigentes, los responsables de la sociedad a llevar adelante el crecimiento y también, como en este caso de pandemia, la sanación del tejido personal y social. Todos estos principios expresan, de formas diferentes, las virtudes de la fe, de la esperanza y del amor.” (Audiencia general, día 5 de agosto de 2020)

(9.08.20)

Noticia fiscal. El RD-L 27/2020, de 4 de agosto (BOE del 5) contiene normas tributarias. Así: la D.Ad. 3ª regula el régimen fiscal de la “UEFA Women´s Champion League”; la D.Ad. 4ª establece el tipo 0% en el IVA para bienes necesarios para combatir los efectos del Convid-19; la DF 2ª modifica el texto refundido de la LITPyAJD en su artículo 45. I. B) 30 referido a la exención de las escrituras de formalización de préstamos y créditos hipotecarios y de arrendamientos y préstamos, leasing y renting sin garantía hipotecaria.
LO TRIBUTARIO (nº 634)

“Non bis in idem”

El principio “non bis in idem”, según ha declarado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (s. 15.10.02), es un principio fundamental del Derecho comunitario, pero en su contenido se pueden encontrar antecedentes cuatro siglos antes de Cristo. Así, es frecuente citar a Demóstenes cuando dijo que las leyes no permiten dos procesos contra las mismas personas por los mismos hechos. Pero la cita habitual en textos académicos es a Gayo que en el “Digesto” escribe: “bona fides non patitur, ut bis idem exigatur” (“la buena fe no permite que lo mismo sea exigido dos veces”). Ulpiano en el “Digesto” incluye otra manifestación del principio que aún es referencia popular: no se puede acusar a uno por los mismos delitos por los que fue declarado libre.

Por lo general, el principio “non bis in idem” se aplica en el ámbito sancionador, desde luego, en el penal, pero también en el administrativo y en el régimen disciplinario. En el ámbito penal la aplicación del principio (la prohibición de volver sobre lo mismo) exige la triple identidad de: sujeto, hecho y fundamento. En la jurisdicción contencioso administrativa el principio “non bis in idem” se relaciona con el principio de seguridad jurídica (art. 9CE). La jurisprudencia civil relaciona el principio “non bis in idem” con la “santidad de la cosa juzgada” (art. 222 LEC) que impide que una controversia ya juzgada con resolución firme se pueda volver a plantear.

Como es natural, en el ámbito tributario hay diversos aspectos y manifestaciones en los que es necesario tener en cuenta el principio “non bis in idem”. Desde luego, en materia sancionadora se puede relacionar con el principio de “no concurrencia” del que trata el artículo 180 LGT: Una misma acción u omisión que debe aplicarse como criterio de graduación de una infracción o como circunstancia que determina la calificación de una infracción como grave o muy grave no puede ser sancionada como infracción independiente. En cambio, para cuando existen varias acciones u omisiones constitutivas de varias infracciones se permite la imposición de varias sanciones y se señalan casos de compatibilidad de sanciones (el art. 191 LGT con los artículos 194 y 195 LGT; el artículo 198 LGT con los artículos 199 y 203 LGT).

En la tributación ha quedado en la memoria de muchos la invocación de la “santidad de la cosa juzgada” que se produjo cuando el TS declaró que la Administración puede reiterar incumplimientos, pero no más de dos veces (sin que exista explicación razonable de esta permisión). Se produjo en relación con las comprobaciones de valores, y en especial respecto del “valor real” (ITPyAJD, ISyD), en las que la Administración señalaba valores sin motivación o sin motivación bastante. En los Talleres de tributación se suele recordar que, anulada una comprobación (art. 135 LGT), se producía otra, frecuentemente con menor valor, pero igualmente sin motivación bastante y así sucesivamente (“hasta que el contribuyente trague”, según la leyenda, es una frase memorable de una antigua sentencia). En nuestros días, se pueden encontrar otros pronunciamientos que impiden repetir actos anulables por el mismo motivo.

Con la reforma de la LGT por la Ley 34/2015, el artículo 115 LGT permite a la Administración saltarse la “santidad de la cosa prescrita” de modo que a efectos de un período no prescrito se puede modificar la calificación hecha en un período prescrito.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Eva y Adán. “Entonces dijo el Señor Dios: - No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle una ayuda adecuada para él. El Señor Dios formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, de modo que cada ser vivo tuviera el nombre que él le hubiera impuesto. Y el hombre puso nombre a todos los ganados, a las aves del cielo y a todas las fieras del campo; pero para él no encontró una ayuda adecuada. Entones el Señor Dios infundió un profundo suelo al hombre y éste se durmió; tomó luego una de sus costillas y cerró el hueco con carne. Y el Señor Dios, de la costilla que había tomado del hombre, formó una mujer y la presentó al hombre. Entonces dijo el hombre: - Ésta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Se la llamará mujer, porque del varón fue hecha. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne. Ambos estaban desnudos, el hombre y la mujer, y no sentían vergüenza.” (Gn 2,18-25)

“La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que había hecho el Señor Dios, y dijo a la mujer: - ¿De modo que os ha mandado Dios que no comáis de ningún árbol del jardín? La mujer respondió a la serpiente: - Podemos comer del fruto de los árboles del jardín; pero Dios nos han mandado: “No comáis ni toquéis del árbol que está en medio del jardín pues moriríais”. La serpiente dijo a la mujer: - No moriréis en modo alguno; es que Dios sabe que el día que comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedor del bien y del mal”. La mujer se fijó en que el árbol era bueno para comer, atractivo a la vista y que aquel árbol era apetecible para alcanzar sabiduría; tomó de su fruto, comió, y a su vez dio a su marido que también comió. Entonces se les abrieron los ojos y conocieron que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.

Y cuando oyeron la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, el hombre y su mujer se ocultaron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del jardín. El Señor Dios llamó al hombre y le dijo: - ¿Dónde estás? Éste contestó: - Oí tu voz en el jardín y tuve miedo porque estaba desnudo; por eso me oculté. Dios le preguntó: - ¿Quién te ha indicado que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te prohibí comer? El hombre contestó: - La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí. Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: - ¿Qué es lo que has hecho? La mujer respondió: - La serpiente me engañó y comí…” (Gn 3.1-14)

“… El Señor Dios hizo unas túnicas de piel para el hombre y su mujer, y los vistió. Y el Señor les dijo: - He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros en el conocimiento del bien y del mal; que ahora no extienda la mano y tome también del árbol de la vida, coma y viva para siempre. Así, pues, el Señor lo expulsó del jardín del Edén, para que trabajase la tierra de la que había sido tomado. Cuando lo hubo expulsado, puso, al oriente del jardín del Edén, querubines blandiendo espadas llameantes para guardar el camino del árbol de la vida” (Gn 3,21-24)

“Adán conoció a Eva, su mujer, que concibió y dio a luz a Caín. Y dijo: - He adquirido un varón gracias al Señor. Después dio a luz a su hermano Abel. Abel fue pastor de ganado menor, y Caín labrador … (Gn 4,1-2). “Adán conoció de nuevo a su mujer, y ella dio a luz a un hijo al que puso por nombre Set, pues dijo: “Dios me ha concedido otro descendiente en lugar de Abel, ya que lo mató Caín.” (Gn 4,25).

LA HOJA SEMANAL
(del 3 al 8 de agosto)

Lunes (3)

San Pedro de Anagni, obispo (18ª TO)
Palabras: “Vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos” (Mt 14,14)
Reflexión: “Comieron todos hasta quedar satisfechos”
Propósito, durante el día: Señor, en Ti confío

Martes (4)

San Juan María Vianney, presbítero (18ª TO)
Palabras: “¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo! (Mt 14,27)
Reflexión: Viéndole andar sobre el agua se asustaron y gritaron de miedo
Propósito, durante el día: Lo que quieras, como quieras, porque Tú lo quieres

Miércoles (5)

Dedicación de la Basílica de Santa María (Nª Sª de las Nieves, del Remedio…)
Palabras: “¡Ten compasión de mí! … Mi hija tiene un demonio muy malo” (Mt 15,22)
Reflexión: Gritaba la cananea… - Mujer que grande es tu fe que se cumpla como deseas
Propósito, durante el día: Madre de Dios y Madre mía, no me dejes, llévame al cielo

Jueves (6)

La Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo (ciclo A; san Pablo VI)
Palabras: “Este es mi hijo, el amado, mi predilecto” (Mt 17,5)
Reflexión: Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres haré tres tiendas…
Propósito, durante el día: Buscar a Cristo, encontrar a Cristo, tratar a Cristo y amarlo

Viernes (7)

San Cayetano, presbítero (18ª TO; día de penitencia)
Palabras: “El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo… (Mt 16,24)
Reflexión: … que cargue con su cruz y me siga”
Propósito, durante el día: Mándame lo que quieras y dame fuerzas para que lo haga bien

Sábado (8)

Santo Domingo de Guzmán, presbítero y fundador (18ª TO)
Palabras: “Señor ten compasión de mi hijo … Al momento se curó el niño” (Mt 17,15)
Reflexión: Si vuestra fe fuera como un grano de mostaza… Nada os sería imposible
Propósito, durante el día: Madre mía, no te alejes, tus ojos de mí no apartes

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 2, domingo (18º TO, ciclo A; Nª Sª de los Ángeles) nos llenan de confianza en Dios: “Inclinad el oído, venid a mí y escuchadme, y viviréis” (Is 55); “Ni muerte, ni vida… ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro (Rm 8)”, “Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras” (Mt 14). Y repetimos con Jesús: “Sin mí no podéis nada”; y con san Pablo: “Todo lo puedo en Aquél que me conforta”,

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “En nuestros días, todos lo sabemos, la vida de algunos puede resultar mediocre y apagada porque probablemente no han ido a la búsqueda de un verdadero tesoro: se han conformado con cosas atractivas pero efímeras, de destellos brillantes pero ilusorios porque después dejan en la oscuridad. Sin embargo la luz del Reino no son fuegos artificiales, es luz: los fuegos artificiales duran solamente un instante, la luz del Reino nos acompaña toda la vida.

El Reino de los cielos es lo contrario de las cosas superfluas que ofrece el mundo, es lo contrario de una vida banal: es un tesoro que renueva la vida todos los días y la expande hacia horizontes más amplios. De hecho, quien ha encontrado este tesoro tiene un corazón creativo y buscador, que no repite sino que inventa, trazando y recorriendo caminos nuevos, que nos llevan a amar a Dios, a amar a los otros, a amarnos verdaderamente a nosotros mismos. El signo de aquellos que caminan en este camino del Reino es la creatividad, siempre buscando más. Y la creatividad es la que toma la vida y da la vida, y da, y da, y da… Siempre busca muchas maneras diferentes de dar la vida.

Jesús, Él que es el tesoro escondido y la perla de gran valor, no puede hacer otra cosa que suscitar la alegría, toda la alegría del mundo: la alegría de descubrir un sentido para la propia vida, la alegría de sentirla comprometida en la aventura de la santidad.

La Virgen Santa nos ayude a buscar cada día el tesoro del Reino de los cielos, para que en nuestras palabras y en nuestros gestos se manifieste el amor que Dios nos ha donado mediante Jesús.” (Angelus, día 26 de julio de 2020)

(2.08.20)