LO TRIBUTARIO (nº 634)

“Non bis in idem”

El principio “non bis in idem”, según ha declarado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (s. 15.10.02), es un principio fundamental del Derecho comunitario, pero en su contenido se pueden encontrar antecedentes cuatro siglos antes de Cristo. Así, es frecuente citar a Demóstenes cuando dijo que las leyes no permiten dos procesos contra las mismas personas por los mismos hechos. Pero la cita habitual en textos académicos es a Gayo que en el “Digesto” escribe: “bona fides non patitur, ut bis idem exigatur” (“la buena fe no permite que lo mismo sea exigido dos veces”). Ulpiano en el “Digesto” incluye otra manifestación del principio que aún es referencia popular: no se puede acusar a uno por los mismos delitos por los que fue declarado libre.

Por lo general, el principio “non bis in idem” se aplica en el ámbito sancionador, desde luego, en el penal, pero también en el administrativo y en el régimen disciplinario. En el ámbito penal la aplicación del principio (la prohibición de volver sobre lo mismo) exige la triple identidad de: sujeto, hecho y fundamento. En la jurisdicción contencioso administrativa el principio “non bis in idem” se relaciona con el principio de seguridad jurídica (art. 9CE). La jurisprudencia civil relaciona el principio “non bis in idem” con la “santidad de la cosa juzgada” (art. 222 LEC) que impide que una controversia ya juzgada con resolución firme se pueda volver a plantear.

Como es natural, en el ámbito tributario hay diversos aspectos y manifestaciones en los que es necesario tener en cuenta el principio “non bis in idem”. Desde luego, en materia sancionadora se puede relacionar con el principio de “no concurrencia” del que trata el artículo 180 LGT: Una misma acción u omisión que debe aplicarse como criterio de graduación de una infracción o como circunstancia que determina la calificación de una infracción como grave o muy grave no puede ser sancionada como infracción independiente. En cambio, para cuando existen varias acciones u omisiones constitutivas de varias infracciones se permite la imposición de varias sanciones y se señalan casos de compatibilidad de sanciones (el art. 191 LGT con los artículos 194 y 195 LGT; el artículo 198 LGT con los artículos 199 y 203 LGT).

En la tributación ha quedado en la memoria de muchos la invocación de la “santidad de la cosa juzgada” que se produjo cuando el TS declaró que la Administración puede reiterar incumplimientos, pero no más de dos veces (sin que exista explicación razonable de esta permisión). Se produjo en relación con las comprobaciones de valores, y en especial respecto del “valor real” (ITPyAJD, ISyD), en las que la Administración señalaba valores sin motivación o sin motivación bastante. En los Talleres de tributación se suele recordar que, anulada una comprobación (art. 135 LGT), se producía otra, frecuentemente con menor valor, pero igualmente sin motivación bastante y así sucesivamente (“hasta que el contribuyente trague”, según la leyenda, es una frase memorable de una antigua sentencia). En nuestros días, se pueden encontrar otros pronunciamientos que impiden repetir actos anulables por el mismo motivo.

Con la reforma de la LGT por la Ley 34/2015, el artículo 115 LGT permite a la Administración saltarse la “santidad de la cosa prescrita” de modo que a efectos de un período no prescrito se puede modificar la calificación hecha en un período prescrito.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Eva y Adán. “Entonces dijo el Señor Dios: - No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle una ayuda adecuada para él. El Señor Dios formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, de modo que cada ser vivo tuviera el nombre que él le hubiera impuesto. Y el hombre puso nombre a todos los ganados, a las aves del cielo y a todas las fieras del campo; pero para él no encontró una ayuda adecuada. Entones el Señor Dios infundió un profundo suelo al hombre y éste se durmió; tomó luego una de sus costillas y cerró el hueco con carne. Y el Señor Dios, de la costilla que había tomado del hombre, formó una mujer y la presentó al hombre. Entonces dijo el hombre: - Ésta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Se la llamará mujer, porque del varón fue hecha. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne. Ambos estaban desnudos, el hombre y la mujer, y no sentían vergüenza.” (Gn 2,18-25)

“La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que había hecho el Señor Dios, y dijo a la mujer: - ¿De modo que os ha mandado Dios que no comáis de ningún árbol del jardín? La mujer respondió a la serpiente: - Podemos comer del fruto de los árboles del jardín; pero Dios nos han mandado: “No comáis ni toquéis del árbol que está en medio del jardín pues moriríais”. La serpiente dijo a la mujer: - No moriréis en modo alguno; es que Dios sabe que el día que comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedor del bien y del mal”. La mujer se fijó en que el árbol era bueno para comer, atractivo a la vista y que aquel árbol era apetecible para alcanzar sabiduría; tomó de su fruto, comió, y a su vez dio a su marido que también comió. Entonces se les abrieron los ojos y conocieron que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.

Y cuando oyeron la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, el hombre y su mujer se ocultaron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del jardín. El Señor Dios llamó al hombre y le dijo: - ¿Dónde estás? Éste contestó: - Oí tu voz en el jardín y tuve miedo porque estaba desnudo; por eso me oculté. Dios le preguntó: - ¿Quién te ha indicado que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te prohibí comer? El hombre contestó: - La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí. Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: - ¿Qué es lo que has hecho? La mujer respondió: - La serpiente me engañó y comí…” (Gn 3.1-14)

“… El Señor Dios hizo unas túnicas de piel para el hombre y su mujer, y los vistió. Y el Señor les dijo: - He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros en el conocimiento del bien y del mal; que ahora no extienda la mano y tome también del árbol de la vida, coma y viva para siempre. Así, pues, el Señor lo expulsó del jardín del Edén, para que trabajase la tierra de la que había sido tomado. Cuando lo hubo expulsado, puso, al oriente del jardín del Edén, querubines blandiendo espadas llameantes para guardar el camino del árbol de la vida” (Gn 3,21-24)

“Adán conoció a Eva, su mujer, que concibió y dio a luz a Caín. Y dijo: - He adquirido un varón gracias al Señor. Después dio a luz a su hermano Abel. Abel fue pastor de ganado menor, y Caín labrador … (Gn 4,1-2). “Adán conoció de nuevo a su mujer, y ella dio a luz a un hijo al que puso por nombre Set, pues dijo: “Dios me ha concedido otro descendiente en lugar de Abel, ya que lo mató Caín.” (Gn 4,25).

LA HOJA SEMANAL
(del 3 al 8 de agosto)

Lunes (3)

San Pedro de Anagni, obispo (18ª TO)
Palabras: “Vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos” (Mt 14,14)
Reflexión: “Comieron todos hasta quedar satisfechos”
Propósito, durante el día: Señor, en Ti confío

Martes (4)

San Juan María Vianney, presbítero (18ª TO)
Palabras: “¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo! (Mt 14,27)
Reflexión: Viéndole andar sobre el agua se asustaron y gritaron de miedo
Propósito, durante el día: Lo que quieras, como quieras, porque Tú lo quieres

Miércoles (5)

Dedicación de la Basílica de Santa María (Nª Sª de las Nieves, del Remedio…)
Palabras: “¡Ten compasión de mí! … Mi hija tiene un demonio muy malo” (Mt 15,22)
Reflexión: Gritaba la cananea… - Mujer que grande es tu fe que se cumpla como deseas
Propósito, durante el día: Madre de Dios y Madre mía, no me dejes, llévame al cielo

Jueves (6)

La Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo (ciclo A; san Pablo VI)
Palabras: “Este es mi hijo, el amado, mi predilecto” (Mt 17,5)
Reflexión: Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres haré tres tiendas…
Propósito, durante el día: Buscar a Cristo, encontrar a Cristo, tratar a Cristo y amarlo

Viernes (7)

San Cayetano, presbítero (18ª TO; día de penitencia)
Palabras: “El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo… (Mt 16,24)
Reflexión: … que cargue con su cruz y me siga”
Propósito, durante el día: Mándame lo que quieras y dame fuerzas para que lo haga bien

Sábado (8)

Santo Domingo de Guzmán, presbítero y fundador (18ª TO)
Palabras: “Señor ten compasión de mi hijo … Al momento se curó el niño” (Mt 17,15)
Reflexión: Si vuestra fe fuera como un grano de mostaza… Nada os sería imposible
Propósito, durante el día: Madre mía, no te alejes, tus ojos de mí no apartes

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 2, domingo (18º TO, ciclo A; Nª Sª de los Ángeles) nos llenan de confianza en Dios: “Inclinad el oído, venid a mí y escuchadme, y viviréis” (Is 55); “Ni muerte, ni vida… ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro (Rm 8)”, “Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras” (Mt 14). Y repetimos con Jesús: “Sin mí no podéis nada”; y con san Pablo: “Todo lo puedo en Aquél que me conforta”,

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “En nuestros días, todos lo sabemos, la vida de algunos puede resultar mediocre y apagada porque probablemente no han ido a la búsqueda de un verdadero tesoro: se han conformado con cosas atractivas pero efímeras, de destellos brillantes pero ilusorios porque después dejan en la oscuridad. Sin embargo la luz del Reino no son fuegos artificiales, es luz: los fuegos artificiales duran solamente un instante, la luz del Reino nos acompaña toda la vida.

El Reino de los cielos es lo contrario de las cosas superfluas que ofrece el mundo, es lo contrario de una vida banal: es un tesoro que renueva la vida todos los días y la expande hacia horizontes más amplios. De hecho, quien ha encontrado este tesoro tiene un corazón creativo y buscador, que no repite sino que inventa, trazando y recorriendo caminos nuevos, que nos llevan a amar a Dios, a amar a los otros, a amarnos verdaderamente a nosotros mismos. El signo de aquellos que caminan en este camino del Reino es la creatividad, siempre buscando más. Y la creatividad es la que toma la vida y da la vida, y da, y da, y da… Siempre busca muchas maneras diferentes de dar la vida.

Jesús, Él que es el tesoro escondido y la perla de gran valor, no puede hacer otra cosa que suscitar la alegría, toda la alegría del mundo: la alegría de descubrir un sentido para la propia vida, la alegría de sentirla comprometida en la aventura de la santidad.

La Virgen Santa nos ayude a buscar cada día el tesoro del Reino de los cielos, para que en nuestras palabras y en nuestros gestos se manifieste el amor que Dios nos ha donado mediante Jesús.” (Angelus, día 26 de julio de 2020)

(2.08.20)

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