LO TRIBUTARIO (nº 259)
Por qué el IRPF (2): ámbito territorial
“Tengo derecho porque pago mis impuestos”, es la frase que resume con ese fundamento jurídico las relaciones de convivencia de una nación aún joven que se realizó a sí misma, precisamente, porque los colonizadores que habían llegado allí se sintieron “todos como uno” en la oposición al pago de impuestos a la cabeza de un imperio. Años después, y hace también muchos años, allí mismo se estableció un impuesto personal sobre la renta para tener fondos con los que poder hacer frente a los costes de la guerra contra otro imperio, lo que pudo ser motivo de oportunidad para que se aceptara por todos la nueva imposición. Otro siglo más adelante y la llegada de una nueva democracia facilitó en otra nación la reforma del sistema tributario.
- Establece el artículo 3 LIRPF que es un impuesto cedido parcialmente (LO 8/1980) otorgando competencias normativas a las Comunidades Autónomas (Ley 22/2009), de modo que la cuota líquida del IRPF será la que resulte de aplicar la LIRPF y las normas de las Comunidades Autónomas si han asumido o ejercido dichas competencias o, en otro caso, según las normas estatales.
La consecuencia de esta regulación es que para la misma renta la tributación puede ser distinta según las normas autonómicas que se pudieran aplicar. Las diferencias se localizan en la tarifa del impuesto (arts. 63 a 66 y 73 a 76 LIRPF: escalas y tipos estatales y autonómicos; y en las correspondientes normas particulares) y en las deducciones (arts. 67 a 70, estatales, y 77, autonómicas; y en las correspondientes normas particulares). Lógicamente, a estos efectos la ley fiscal también ha debido regular las normas de determinación del gravamen (art. 71) y los criterios de residencia habitual en el territorio de una Comunidad Autónoma (art. 72). Tanto los elogios científicos, sociales o morales como las críticas desfavorables a esas particularidades, conlleva la consideración de que este impuesto básico no es igual para todos.
- Con esa importante matización establece el artículo 4 LIRPF que el impuesto se aplicará en todo el territorio español, pero sin perjudicar los regímenes tributarios forales de concierto (con el País Vasco) y convenio (con Navarra) y teniendo en cuanta las especialidades previstas tanto en la LIRPF como en la normativa de Canarias, Ceuta y Melilla. Se trata de añadir particularidades territoriales a las del artículo 3 para conseguir que el impuesto sobre la renta no sea igual para todos.
A las diferencias por razón del territorio se deben sumar las diferencias por compromisos entre Estados y por ese motivo el artículo 5 LIRPF regula que lo establecido la ley del impuesto se entenderá sin perjuicio de lo dispuesto en los tratados y convenios internacionales, en cuanto que hayan pasado a formar parte del ordenamiento interno según se dispone en el artículo 96 CE.
Hace más de cuarenta años, la comisión de funcionarios que logró coronar con éxito las negociaciones para la firma del convenio para evitar la doble imposición con una nación del norte de Europa se pudo felicitar por haber conseguido incluir el tratamiento recíproco e igual tanto para los nórdicos jubilados que venían a residir bajo el radiante sol que no se pone, como para los jubilados nacionales que hubieran trasladado su residencia a aquellas gélidas tierras con pálido sol intermitente.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Una noticia era que un acusado de trece delitos contra la Hacienda estaba pactando no ingresar en prisión a cambio de reconocer su culpa y pagar cerca de cien millones de euros; otra noticia era que varios empleados de la Agencia tributaria habían registrado dos conocidas salas de baile y espectáculos por la sospecha de delito al estimar que se cobraba mucho por tarjetas en vez de en efectivo como se considera lo ordinario en esa clase de servicios. En fechas próximas, se publicaba la semblanza del “inspector tipo”: hombre, cincuenta años, vocacional; y se describía la dureza del trabajo sin olvidar el despliegue, pocos meses antes, en la primera parte del plan de lucha contra el fraude en el sector, de medio millar de empleados de la Agencia en el registro a salas de baile y espectáculos en varias ciudades buscando pruebas de delitos contra la Hacienda.
En las reuniones de inspectores ya ancianos, unos recordaban sus muchas horas de estudio, primero, para superar la dura oposición y, luego, para estar al día, para profundizar, para ampliar conocimientos, para informar bien en su actuaciones, para fundamentar con solidez sus actos; otros hacían elogio de su función exigiendo la tributación legal, tan distinta de la propia de la policía descubriendo delitos; algunos relativizaban la novedad comentando anécdotas ocurridas en los “peinados” por los pueblos para comprobar obligaciones formales. Unos sonreían, otros se durmieron.
El cristiano sabe que es peregrino hacia el cielo, sabe que sus pasos recorren el camino de la vida ordinaria y que su santificación está en hacer bien lo que debe hacer. “Que cada uno permanezca en la vocación en que fue llamado” (1 Co 7,20), de modo que “nadie se gloríe en los hombres” (1 Co 3.21). Porque toda la gloria es de Dios y para Dios: “tanto si coméis, como si bebéis, o hacéis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Co 10,31). El cristiano pertenece a Cristo y en Él vive porque “todas las cosas son vuestras, vosotros de Cristo y Cristo de Dios” (1 Co 3,22-23). Como escribía san Juan de la Cruz: “Míos son los cielos y mía la tierra. Mías son las gentes, los justos son míos y míos los pecadores. Los ángeles son míos, y la Madre de Dios, y todas las cosas son mías. Y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí. ¿Pues qué pides y buscas alma mía?” (Oración del alma enamorada)
En ese peregrinar hacia el cielo, en ese itinerario de santidad que hay que recorrer, el cristiano no olvida que también debe luchar: “Pues nuestra vida en medio de esta peregrinación no puede estar sin tentaciones, ya que nuestro progreso se realiza precisamente a través de la tentación y nadie se conoce a sí mismo si no es tentado, ni puede ser coronado si no ha vencido, ni combatir si carece de enemigo y de tentaciones” (san Agustín, “Enarrationes in Psalmos, 60,3). De ahí el consejo y el ánimo de san Pablo: “Por tanto el que piense estar en pie, que tenga cuidado de no caer. No os ha sobrevenido ninguna tentación que supere lo humano, y fiel es Dios que no permitirá que seáis tentados por encima de vuestras fuerzas; antes bien, con la tentación, os dará también el modo de poder soportarla con éxito” (1 Co 10,12-13)
Cristianismo es amor. El cristiano es un alma enamorada: “Dichoso el corazón enamorado/ que en solo Dios ha puesto el pensamiento,/ por El renuncia todo lo criado,/ y en El halla su gloria y su contento./ Aun de sí mismo vive descuidado,/ porque en su Dios está todo su intento,/ y así alegre pasa y muy gozoso/ las ondas de este mar tempestuoso” (Santa Teresa de Jesús)
LA HOJA SEMANAL
(del 26 de septiembre al 2 de octubre)
Lunes (26)
Santos Cosme y Damián, mártires (26ª TO)
Palabras: “El que no está contra vosotros está a vuestro favor” (Lc 9,50)
Reflexión: La buena gente que hace buenas obras
Propósito, durante el día: Vivir la caridad. Aprender de otros. Procurar obrar bien
Martes (27)
San Vicente de Paúl, presbítero (26ª TO)
Palabras: “Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén” (Lc 9,53)
Reflexión: Los motivos humanos para no estar con Jesús
Propósito, durante el día: Dios mío, aparta de mi lo que me aleje de Ti
Miércoles (28)
San Wenceslao, mártir (26ª TO)
Palabras: “Déjame despedirme de mi familia” (Lc 9,61)
Reflexión: Así contestó aquel al que Jesús llamó
Propósito, durante el día: Tu lo quieres, Dios mío. Yo también lo quiero
Jueves (29)
Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael (26ª TO)
Palabras: “Veréis el cielo abierto y los ángeles subir y bajar” (Jn 1,51)
Reflexión: Siempre junto al trono de Dios, a su servicio y rogando por nosotros
Propósito, durante el día: Santos ángeles, protegednos, aconsejadnos, guiadnos
Viernes (30)
San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia (26ª TO)
Palabras: “Quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza” (Lc 10,16)
Reflexión: La soberbia de las religiones individuales a medida”
Propósito, durante el día: Respeto y afecto al Papa y a los obispos y sacerdotes
Sábado (1)
Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia (26ª TO; mes del rosario)
Palabras: “Estad alegres porque vuestros nombres están escritos en el cielo” (Lc 10,20)
Reflexión: Todo es gracia
Propósito, durante el día: Madre mía, mientras mi vida alentare, todo mi amor para ti
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 25, domingo (26º TO; ciclo C) nos animan a la vigilancia y a la lucha: “Os acostáis en lechos de marfil, arrellanados en divanes” (Am 6); “Practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza” (1 Tm 6); “No harán caso ni aunque resucite un muerto” (Lc 16). Es tiempo de abandonarse en Dios, de encomendarse a María, a san José, a los ángeles. Tiempo de oración. De luchar y vencer
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “El amor misericordioso es por eso, el único camino que hay que recorrer. Cuánta necesidad tenemos todos de ser un poco más misericordiosos, de no hablar mal de los demás, de no juzgar, de no “desplumar” a los demás con las críticas, con las envidias, con los celos. Debemos perdonar, ser misericordiosos, vivir nuestra vida en el amor. Este amor permite a los discípulos de Jesús no perder la identidad recibida por Él, y reconocerse como hijos del mismo Padre. En el amor que ellos practican en la vida se refleja así esa Misericordia que nunca tendrá fin (cf. 1 Cor 13,1-12). Pero no os olvidéis de esto: misericordia y don; perdón y don. Así el corazón se ensancha, se ensancha el amor. En cambio el egoísmo, la rabia, empequeñecen el corazón, que se endurece como una piedra. ¿Qué preferís vosotros? ¿Un corazón de piedra o un corazón lleno de amor? Si preferís un corazón lleno de amor, ¡sed misericordiosos!” (Audiencia general, 21 de septiembre de 2016)
- “234. Para enfrentar una crisis se necesita estar presentes. Es difícil, porque a veces las personas se aíslan para no manifestar lo que sienten, se arrinconan en el silencio mezquino y tramposo. En estos momentos es necesario crear espacios para comunicarse de corazón a corazón. El problema es que se vuelve más difícil comunicarse así en un momento de crisis si nunca se aprendió a hacerlo. Es todo un arte que se aprende en tiempos de calma, para ponerlo en práctica en los tiempos duros. Hay que ayudar a descubrir las causas más ocultas en los corazones de los cónyuges, y a enfrentarlas como un parto que pasará y dejará un nuevo tesoro. Pero las respuestas a las consultas realizadas remarcan que en situaciones difíciles o críticas la mayoría no acude al acompañamiento pastoral, ya que no lo siente comprensivo, cercano, realista, encarnado. Por eso, tratemos ahora de acercarnos a las crisis matrimoniales con una mirada que no ignore su carga de dolor y de angustia.
235. Hay crisis comunes que suelen ocurrir en todos los matrimonios, como la crisis de los comienzos, cuando hay que aprender a compatibilizar las diferencias y desprenderse de los padres; o la crisis de la llegada del hijo, con sus nuevos desafíos emocionales; la crisis de la crianza, que cambia los hábitos del matrimonio; la crisis de la adolescencia del hijo, que exige muchas energías, desestabiliza a los padres y a veces los enfrenta entre sí; la crisis del “nido vacío”, que obliga a la pareja a mirarse nuevamente a sí misma; la crisis que se origina en la vejez de los padres de los cónyuges, que reclaman más presencia, cuidados y decisiones difíciles. Son situaciones exigentes, que provocan miedos, sentimientos de culpa, depresiones o cansancios que pueden afectar gravemente a la unión.” (Exh. Ap. Postsinodal “Amoris laetitia”. “Sobre el amor en la familia”)
(25.09.16)
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