LO TRIBUTARIO (nº 387)

Conocer el IVA (2): el hecho imponible “entregas y servicios”

Con la reforma de 1964, del ministro Espinosa San Martín, la doctrina científica utilizó una distinción interesante entre impuestos jurídicos y económicos, en cuanto que los primeros (como el ITP o el ISyD), configuran su hecho imponible según conceptos definidos y regulados en el Derecho, por ejemplo, la transmisión de la propiedad, los derechos reales, la herencia, los legados. En cambio, los impuestos económicos, como fue el IGTE y como es el IVA, se refieren a conceptos de significado vulgar, como las entregas o la prestación de servicios. Naturalmente, esta delimitación de operaciones sujetas que son hecho imponible no afecta a que el hecho imponible en cuanto regulado en la ley del tributo, sea un concepto jurídico y que, en la interpretación de la ley que regula el hecho imponible no se pueda utilizar una infundada y proscrita (Ley 25/1995) interpretación económica.

El artículo 4 LIVA configura el hecho imponible por referencia a las operaciones “entrega de bienes y prestación de servicios” que quedan sujetas en cuanto realizadas en el ámbito espacial del impuesto (v. art. 68 a 70 LIVA: reglas de localización del hecho imponible), por empresarios o profesionales (v. art. 5 LIVA: concepto de empresario o profesional, a título oneroso, con carácter habitual u ocasional (v. arts. 8 a 10 LIVA, entregas y operaciones asimiladas; arts. 11 y 12 LIVA, prestación de servicios y operaciones asimiladas), incluso a favor de los propios socios, asociados, miembros o partícipes de las entidades que lo realicen (v. art. 84.3 LIVA, las entidades sin personalidad jurídica como sujetos pasivos).

Esa delimitación conceptual se completa en el propio artículo 4 LIVA (aps. Dos y Tres): a) con aclaraciones (operaciones de las sociedades mercantiles; autoconsumo interno y externo, arts. 9 y 12 LIVA, y entregas por cese de la actividad; servicios de liquidación de impuestos por los Registradores de la Propiedad), con independencia de los fines o resultados perseguidos (v. art. 5, Uno c, y d), Dos, últ. párrf. LIVA, sobre el fin perseguido, el destino de los bienes, la intención sobre lo adquirido…); b) y señalando el tratamiento en la excepcional doble sujeción: las entregas y arrendamientos de inmuebles y la constitución y transmisión de derechos reales de goce o disfrute sobre ellos, cuando haya sujeción y exención por el IVA, salvo que se renuncie a la exención (v. art. 20.Dos LIVA), serán operaciones sujetas y, en su caso, gravadas, por el ITP.

Cada palabra, cada concepto, exige un estudio serio y provoca reflexiones y discrepancias razonables y razonadas. Así, el artículo 5 LIVA regula el concepto de empresario o profesional como el que realiza una actividad empresarial o profesional, pero excluye al que sólo realiza operaciones a título gratuito (sin perjuicio de lo que a continuación se dice de las sociedades mercantiles) e incluye: las sociedades mercantiles, salvo prueba en contrario (¿de qué? ¿quid si sólo realizan operaciones gratuitas?); quien realiza una o varias operaciones de explotación de bienes, como el arrendamiento, con el fin (¿no era irrelevante el fin?) de obtener ingresos continuados en el tiempo; quien efectúe urbanización de terrenos, promoción, construcción o rehabilitación de edificaciones destinadas a su venta, adjudicación o cesión, aunque sea ocasionalmente; quien realice ocasionalmente entrega de medios de transporte nuevo, exenta según art. 25. Uno y dos LIVA (entregas intracomunitarias).

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Puede ser astucia, uso eficaz de ilusión financiera, esperar al 30 de diciembre, sábado, con el lunes festivo, a mitad de las fiestas de Navidad, para sacar un centenar de modificaciones reglamentarias en la regulación de los impuestos. También se puede considerar una forma de ocultar la falta de diligencia en la actualización de las normas o en su adecuación a una realidad social o jurisprudencial cambiante, la intención insana de procurar o aparentar amparo reglamentario a lo que no lo tenía. Es un acierto resucitar la figura de la colaboración social en la aplicación de los tributos y enrolar a los convenientes. Y para los estudiosos es de agradecer dar la oportunidad de volver a considerar principios como el de legalidad, el de capacidad económica, o el fraude de ley en las habilitaciones reglamentarias.

El cristiano da sus primeros pasos por el camino de este Tiempo Ordinario que señala la liturgia y, como cada año, descubre, medita y procura llevarlo a la vida cotidiana que el cristianismo es encuentro con Dios; encuentro en la primera conversión y encuentro con Dios también, continuado todos los días y muchas veces al día. Unas veces, será en tiempo de oración (“Señor, tú me sondeas y me conoces”); otras, en tiempo de turbación (“Hágase tu voluntad”); otras, en la soledad (“Quédate con nosotros que atardece”); otras, en el abandono (Toma, Señor, mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a Ti, Señor, lo torno. Todo es tuyo, dispón de mi según tu voluntad. Dame tu amor y tu gracia que eso me basta”).

Muchas veces, llevado de la mano de María, nuestra Madre (“Ruega por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte”), confiados en Ella (“Recuerda que jamás se oyó decir que ninguno de cuantos han acudido bajo tu protección haya sido abandonado por ti), seguros estando junto a Ella, siendo de Ella (“Madre mía, me entrego enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto, te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, y, en una palabra todo mi ser. Y ya que soy todo tuyo, Madre, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya”)

- Encuentro. Llamada. Seguir a Jesús. “Mientras caminaba junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, el llamado Pedro, y Andrés, su hermano, que echaban la red al mar, pues eran pescadores. Y les dijo: -Seguidme y os haré pescadores de hombres. Ellos, al momento, dejaron las redes y le siguieron. Pasando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano, que estaban en la barca con su padre Zebedeo remendando sus redes; y los llamó. Ellos al momento, dejaron la barca, a su padre, y le siguieron” (Mt 4, 18-22). “Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al telonio, y le dijo: -Sígueme. Él se levantó y lo siguió” (Mc 2,14). ¿Y yo?

- Encuentros que llevan al encuentro. “Al día siguiente determinó encaminarse hacia Galilea y encontró a Felipe. Y le dijo Jesús: -Sígueme. Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encontró a Natanael y le dijo: Hemos encontrado a aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los Profestas: Jesús de Nazaret, el hijo de José. Entonces le dijo Natanael: -¿De Nazaret puede salir algo bueno?- Ven y verás -le respondió Felipe. Vio Jesús a Natanael acercarse y dijo de él: “-Aquí tenéis a un verdadero israelita en quien no hay doblez. Le contestó Natanael: - ¿De qué me conoces? Respondió Jesús y le dijo: - Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi” (Jn 1, 35-48). Y Natanael, creyó y siguió a Jesús. ¿Y yo?

LA HOJA SEMANAL
(del 15 al 20 de enero)

Lunes (15)

Santa Secundina, mártir (2ª TO)
Palabras. “Nadie echa vino nuevo en odres viejos” (Mc 2,22)
Reflexión: La conversión como cambio interno y en el modo de vivir
Propósito, durante el día: Examen particular. ¿En qué fallo? ¿En qué debo mejorar?

Martes (16)

San Marcelo I, papa (2ª TO)
Palabras: “El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado” (Mc 2,27)
Reflexión: Religión: la esencia no es cumplir, sino amar; por amor se cumple
Propósito, durante el día: Lo que debo hacer ha de ser dar del amor que me da el Amor

Miércoles (17)

San Antonio, abad (2ª TO)
Palabras: “¿Qué está permitido en sábado? ¿lo bueno o lo malo? (Mc 3,4)
Reflexión: Callaron. Dolido por su obstinación, curó al que sufría parálisis en un brazo
Propósito, durante el día: Amar, sin reservas, la voluntad de Dios

Jueves (18)

San Pablo y san Lucio, obispos (2ª TO; Octavario por la Unión de las Iglesias)
Palabras: “Los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo” (Mc 3,10)
Reflexión: Hasta los espíritus inmundos le decían: Tú eres el Hijo de Dios
Propósito, durante el día: Actos de fe y de amor a Jesucristo

Viernes (19)

Beato Marcelo Spínola (2ª TO; OUA)
Palabras: “Fue llamando a los que él quiso y se fueron con él” (Mc 3,13)
Reflexión: Vocación; aceptación; fidelidad
Propósito, durante el día: Vivir mi llamada a vivir como cristiano, a seguir a Cristo

Sábado (20)

San Fructuoso, obispo y sus diáconos, mártires (2ª TO; OUA)
Palabras: “Se juntó tanta gente que no lo dejaban ni comer” (Mc 3,20)
Reflexión: Sus familiares querían llevárselo por si no estaba en sus cabales
Propósito, durante el día: Madre, llévame con Jesús, ayúdame a amarle con locura

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 14, domingo (2º TO, ciclo B) nos enseñan la disponibilidad del cristiano a la llamada de Dios: “Aquí estoy, vengo porque me has llamado” (1 Sam 3); “Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!” (1 Co 6); “Les dijo: -Venid y lo veréis. Entonces, fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día” (Jn 1). Dios nos llama en nuestra familia, en nuestro trabajo, en la salud y en la enfermedad, en éxito y en el fracaso, en el cansancio y en el descanso. Se trata de vivir con Él, y de continuo.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “El Espíritu es el artífice del bautismo de Jesús y también de nuestro bautismo. Él abre los ojos del corazón a la verdad, a toda la verdad. Empuja nuestra vida por el sendero de la caridad. Es el don que el Padre ha hecho a cada uno en el día de nuestro bautismo. Él, el Espíritu, nos transmite la ternura del perdón divino. Y también es Él, el Espíritu Santo, el que hace resonar la Palabra reveladora del Padre: “Tu eres mi Hijo” (v. 11)”

La fiesta del bautismo de Jesús invita a cada cristiano a “hacer memoria del propio bautismo”. Yo no puedo pediros que recordéis vuestro bautismo, porque la mayoría de vosotros eráis niños, como yo; fuimos bautizados de niños. Pero os hago otra pregunta: ¿sabéis la fecha de vuestro bautismo? ¿Conocéis en qué día fuisteis bautizados? Que lo piense cada uno. Y si no conocéis la fecha o la habéis olvidado, al volver a casa, preguntad a mamá, a la abuela, al tío, a la tía, al abuelo, al padrino, a la madrina: ¿en qué fecha? Esa fecha debemos tenerla en la memoria siempre, porque es una fecha de fiesta, es la fecha de nuestra santificación inicial, es la fecha en la que el Padre no ha dado el Espíritu Santo que nos impulsa a caminar, es la fecha del gran perdón. ¡No lo olvidéis!: ¿cuál es la fecha de mi bautismo?” (Angelus, día 7 de enero de 2018) (trad. propia)

- Por lo tanto, antes de la oración inicial, el silencio ayuda a recogerse en nosotros mismos y a pensar en por qué estamos allí. He ahí entonces la importancia de escuchar nuestro ánimo para abrirlo después al Señor. Tal vez venimos de días de cansancio, de alegría, de dolor, y queremos decírselo al Señor, invocar su ayuda, pedir que nos esté cercano; tenemos amigos o familiares enfermos o que atraviesan pruebas difíciles; deseamos confiar a Dios el destino de la Iglesia y del mundo. Y para esto sirve el breve silencio antes de que el sacerdote, recogiendo las intenciones de cada uno, exprese en voz alta a Dios, en nombre de todos, la oración común que concluye los ritos de introducción haciendo de hecho «la colecta» de las intenciones. Recomiendo vivamente a los sacerdotes observar este momento de silencio y no ir deprisa: “oremos” y que se haga el silencio. Recomiendo esto a los sacerdotes. Sin este silencio, corremos el riesgo de descuidar el recogimiento del alma. El sacerdote recita esta súplica, esta oración de colecta, con los brazos extendidos y la actitud del orante, asumida por los cristianos desde el final de los primeros siglos —como dan testimonio los frescos de las catacumbas romanas— para imitar al Cristo con los brazos abiertos sobre la madera de la cruz. Y allí, Cristo es el Orante y es también la oración. En el crucifijo reconocemos al Sacerdote que ofrece a Dios la oración que desea, es decir, la obediencia filial.

En el Rito Romano, las oraciones son concisas pero ricas de significado: se pueden hacer tantas meditaciones hermosas sobre estas oraciones. ¡Muy hermosas! Volver a meditar los textos, incluso fuera de la misa puede ayudarnos a aprender cómo dirigirnos a Dios, qué pedir, qué palabras usar. Que la liturgia pueda convertirse para todos nosotros en una verdadera escuela de oración.” (Audiencia general, día 10 de enero de 2018)

(14.01.18)

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