LO TRIBUTARIO (nº 809)

La otra Ley 11/21: Impuestos ancestrales

Dice el artículo 78 del RDLeg 2/2004, que aprueba el texto refundido de la Ley de Haciendas Locales, que “el Impuesto sobre Actividades Económicas es un tributo directo de carácter real cuyo hecho imponible está constituido por el mero ejercicio en territorio nacional, de actividades empresariales, profesionales o artísticas, se ejerzan o no en local determinado y se hallen o no especificadas en las tarifas del impuesto”. Es un tributo de raíces seculares, de la época de las Contribuciones (Urbana, Rústica y Pecuaria, de Utilidades) con sus cuotas fijas, por el mero hecho (según la localización y características, según el cultivo o la clase de animal, según la actividad) y sus cuotas proporcionales (por la rentabilidad presunta, estimada o contable). En su regulación del siglo XXI sólo tiene cuotas fijas según la actividad y se considera un impuesto directo porque recae sobre la renta utópica (por el mero ejercicio de la actividad); se dice que es “real” (del latín: “res”, la cosa, lo objetivo, por cada fuente de renta) a diferencia de los impuestos “personales” (por referencia a cada persona, a toda la renta que obtiene, se le atribuye o se le imputa) y podría haber añadido “objetivo” (porque a diferencia de los “subjetivos”, no tiene en cuenta circunstancias subjetivas -edad, salud, estado, parentesco…- del sujeto pasivo; y están exentos el Estado, los entes públicos, las personas físicas, las sociedades civiles y entidades y no residentes con cifra de negocios inferior a un millón de euros). Y el concepto legal incorpora aspectos verdaderamente “fiscales” (con local o sin, actividad especificada o no en las tarifas) y uno patriótico (territorio nacional) que llama a la emoción. Impuesto municipal con apreciable recaudación, aunque científicamente sea deficiente (ajeno a la capacidad económica), injusto (que duplica la tributación estatal) y suprimible.

La Ley 11/21, atenta a los detalles, modifica el artículo 82.1.c) 3ª, sobre el importe neto de la cifra de negocios para evitar la elusión cuando las entidades forman parte de un grupo de sociedades. Por otra parte, remontándose también a los orígenes de la imposición (antes de Cristo, en la exigencia por cada producto que se ofrecía en ferias y mercados), la Ley 11/21 también modifica la Ley 38/1992, de Impuestos Especiales, en el artículo 4.10, sobre la consideración de depósito fiscal de oleoductos o gaseoductos y en los artículos: 19, en las infracciones y sanciones en los impuestos de fabricación; 87 en el impuesto sobre el carbón; 103, en el impuesto sobre la electricidad. Y, sin explicación, se modifica el artículo 70 que regula el tipo impositivo en el impuesto sobre determinados medios de transporte. No existe un impuesto sobre el tabaco crudo y parece que se estaba produciendo una elusión por esa vía. Este hecho determina a la Ley 11/21 a incluir una completa y rigurosa regulación del régimen de control y punitivo en esa materia, así como prohibición de determinadas máquinas aptas para la fabricación de labores de tabaco. Es una alternativa peculiar de “protección fiscal de un impuesto” mediante la regulación de obligaciones que permitan evitar, perseguir o desanimar la elusión. Quizá esa regulación podría servir para su consideración con las prestaciones patrimoniales impuestas (art. 31.2 CE)  

La consideración territorial -Canarias, Ceuta, Melilla- exige regulaciones especiales. Respecto de Canarias, la Ley 11/21 modifica la Ley 20/1991, sobre responsables tributarios y Ley 19/1994 sobre el Registro Especial de Buques y Empresas Navieras.              

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Antes de acusar o condenar por delito contra la Hacienda Pública, parece moralmente obligado examinarse sobre el exacto conocimiento y aplicación personal de los tributos.

Ascensión del Señor. Aún viven muchos cristianos que aprendieron y repitieron: “Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión”. Y así era: los cuarenta días siguientes al Domingo de Resurrección se cumplen un jueves, aunque las circunstancias hayan llevado a trasladar a un domingo, en la séptima semana de Pascua, la solemnidad de la Ascensión. La Pascua de Resurrección aún sigue hasta el domingo de Pentecostés que también debiera coincidir con los cincuenta días siguientes al Domingo de Resurrección, aunque no sea así.  Algunos pueden recordar unas palabras llenas de amor que consideraban los cuarenta días en que Cristo Resucitado se quedó con su Madre y los amigos como “una prórroga” que concedía el amor de Jesús. Y tampoco falta el cristiano que considera los diez días que deberían pasar de la Ascensión a Pentecostés, como un pequeño adviento, en espera del Espíritu Santo, que sería como una tercera Pascua. Son días para meditar una y otra vez: “Os conviene que me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a vosotros. En cambio, si yo me voy os lo enviaré” (Jn 16,7). Fueron días con Jesús en el cielo y, con nosotros, hasta el fin del mundo. 

El evangelio de la misa del día de la Ascensión, en cada ciclo, acaba con la conclusión del texto de cada evangelista: “Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,20); “Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban” (Mc 16,20); “Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios” (Lc 24,53).  

La vida ordinaria pone al cristiano en situaciones para las que siempre le servirá recordar las preguntas del Señor: “Simón tengo una cosa que decirte. Y él contestó: Maestro, di. Un acreedor tenía dos deudores. Uno debía 500 denarios, y el otro 50. Como no tenían para pagar, perdonó a los dos. ¿Quién, pues, de ellos le amará más? Respondió Simón: Supongo que aquel a quien perdonó más. Él contestó: Has juzgado rectamente. Y, vuelo hacia la mujer, decía: ¿Ves a esta mujer? He entrado en tu casa. No me has puesto agua para los pies. Pero ella con las lágrimas ha lavado mis pies, y con sus cabellos los ha secado. No me has dado un beso. Pero ella, desde que entré, no ha dejado de besar mis pies. No has ungido mi cabeza con aceite. Pero ella ha ungido mis pies con ungüento. Por eso te digo: están perdonados sus muchos pecados, porque amó mucho” (Lc 7,40-47). Amor con amor se paga. Obras son amores.

Acaba mayo. El mes dedicado a la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Con ella pasamos cada día de nuestra vida, con Ella aprendemos a amar a Dios, de su mano caminamos hacia el cielo y Ella nos lleva a Jesús cuando nos perdemos. “Respice stellam, voca Mariam”: “Mira la estrella, llama a María”. Todo a Jesús por María; todo a María para Jesús”. Y cantamos a nuestra Madre: “Mientras mi vida alentare, todo mi amor para ti. Aunque mi amor te olvidare, tú no te olvides de mí” 

LA HOJA SEMANAL
(días 30 y 31 de mayo y del 1 al 4 de junio) (año de la Familia)

Lunes (30)

San Fernando III, rey (7ª de Pascua)
Palabras: “Os dispersaréis cada cual por su lado y a mí me dejaréis sol” (Jn 16,32)
Reflexión: “En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo”
Propósito, durante el día: No permitas que me aparte de Ti

Martes (31)

La Visitación de la Virgen María (a su prima santa Isabel)
Palabras: “Desde ahora me felicitarán todas las generaciones” (Lc 1,48)
Reflexión: María se puso en camino y fue aprisa a la montaña
Propósito, durante el día: Madre, ven conmigo a todas partes; no me dejes solo

Miércoles (1)

San Justino, mártir (7ª de Pascua)
Palabras: “Padre santo guárdalos en tu nombre, a los que me has dado…” (Jn 17,11)
Reflexión: … para que sean uno, como nosotros”
Propósito, durante el día: Dame tu amor y tu gracia; eso me basta

Jueves (2)

Santos Marcelino, presbítero, y Pedro, exorcista, mártires (7ª de Pascua)
Palabras: “Este es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo, … (Jn 17,24)
Reflexión: … donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste”
Propósito, durante el día: Señor, mándame ir a Ti para que con tus santos te alabe

Viernes (3)

San Carlos Luanga y compañeros mártires (7ª de Pascua) (abstinencia)
Palabras: “Simón hijo de Juan, ¿Me quieres? … (Jn 21,17)
Reflexión: … Señor, tú conoces todo. Tú sabes que te quiero”
Propósito, durante el día: Señor, haz que te quiera como Tú quieres que te quiera

Sábado (4)

San Francisco Caracciolo, presb. y fundr. (Orden de los Clérigos Menores) (7ª Pascua)
Palabras: “Los seguía el discípulo a quien Jesús tanto amaba… (Jn 21,20)
Reflexión: … Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?”
Propósito, durante el día: Madre, ruega por nosotros ahora y en la hora de la muerte

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 29, domingo (Ascensión del Señor, ciclo C; san Pablo VI, papa) nos sitúan en el tiempo desde la Ascensión a Pentecostés: “Cuando el espíritu Santo descienda sobre vosotros recibiréis fuerza ara ser mis testigos” (Hech 1); “el Padre de la gloria os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo” (Ef 1); “Mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén, con gran alegría…” (Lc 24). Alegría de la Pascua: Dios nos ama.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “La paz, que es nuestro compromiso, es ante todo don de Dios. En efecto, Jesús dice: “Les doy mi paz, pero no como la da el mundo” (v. 27). ¿Qué es esta paz que el mundo no conoce y que el Señor nos dona? Esta paz es el Espíritu Santo, el mismo Espíritu de Jesús. Es la presencia de Dios en nosotros, es la “fuerza de paz” de Dios. Es Él, el Espíritu Santo, quien desarma el corazón y lo llena de serenidad. Es Él, el Espíritu Santo, quien deshace las rigideces y apaga la tentación de agredir a los demás. Es Él, el Espíritu Santo, quien nos recuerda que junto a nosotros hay hermanos y hermanas, no obstáculos y adversarios. Es Él, el Espíritu Santo, quien nos da la fuerza para perdonar, para recomenzar, para volver a partir, porque con nuestras solas fuerzas no podemos. Y con Él, con el Espíritu Santo, nos transformamos en hombres y mujeres de paz.

Queridos hermanos y hermanas, ningún pecado, ningún fracaso, ningún rencor debe desanimarnos a la hora de pedir con insistencia el don del Espíritu Santo que nos da la paz. Cuanto más sentimos que el corazón está agitado, cuanto más advertimos en nuestro interior nerviosismo, intolerancia, rabia, más debemos pedir al Señor el Espíritu de la paz. Aprendamos a decir cada día: “Señor, dame tu paz, dame el Espíritu Santo” (Regina coeli, 22 de mayo de 2022)

- “Los monjes de la más antigua tradición cristiana habían identificado con precisión esta enfermedad del alma, que de pronto descubre la vanidad del conocimiento sin fe y sin moral, la ilusión de la verdad sin justicia. La llamaban “acedia”. Y esta es una de las tentaciones de todos, también de los ancianos, es de todos. No es simplemente pereza: no, es más. No es simplemente depresión: no. Más bien, la acedia es la rendición al conocimiento del mundo sin más pasión por la justicia y la acción consecuente.

El vacío de sentido y de fuerzas abierto por este saber, que rechaza toda responsabilidad ética y todo afecto por el bien real, no es inofensivo. No solamente le quita las fuerzas a la voluntad del bien: por contragolpe, “abre la puerta a la agresividad de las fuerzas del mal”. Son las fuerzas de una razón enloquecida, que se vuelve cínica por un exceso de ideología. De hecho, con todo nuestro progreso, con todo nuestro bienestar, nos hemos convertido verdaderamente en una “sociedad del cansancio”. Pensad un poco en esto: ¡somos la sociedad del cansancio! Teníamos que producir bienestar generalizado y toleramos un mercado sanitario científicamente selectivo. Teníamos que poner un límite infranqueable a la paz, y vemos sucesión de guerras cada vez más despiadadas contra personas indefensas. La ciencia progresa, naturalmente, y es un bien. Pero la sabiduría de la vida es completamente otra cosa, y parece estancada.” (Audiencia general, 25 de mayo de 2022)

(29.05.22) 

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