LO TRIBUTARIO (nº 807)

La otra Ley 11/21: impuestos indirectos

Cuando se viven tiempos en los que las palabras permiten pervertir la realidad y al cambio radical se le llama evolución y se critica aludiendo a un giro de 360 grados como si no dejara en la misma posición, es confortante recordar la precisión de la terminología científica. Unos ingresos públicos no son coactivos -como los precios de las empresas públicas que operan en el mercado de bienes y servicios- y otros que son de pago obligatorio y se exigen coactivamente, y así son los tributos. Los impuestos son una especie de tributos; otras especies son las tasas, las contribuciones especiales, las prestaciones patrimoniales de carácter público y los tributos que integran la deuda aduanera (art. 2 LGT y DD.AA. 1ª y 20ª LGT). “Todos contribuirán” según su capacidad económica (art. 31 CE). Pero esta capacidad de puede manifestar directamente (patrimonio que se tiene, renta que se gana) o indirectamente (renta que se gasta, patrimonio que se transmite), porque es preciso un proceso razonable (si gasta será porque gana o porque tiene) para deducir tal capacidad.

En la reforma de 1978 se pretendió que ninguna capacidad quedara sin apreciación a efectos tributarios: en el sistema de impuestos estatales se tributa por lo que se gana o se adquiere (IRPF, IS, ISyD); y como lo que se gana se ahorra o se gasta, se tributa por lo que se tiene (IP) y por lo que se gasta o transmite (IVA, en operaciones de empresarios y profesionales, ITP, en operaciones fuera del ámbito empresarial o profesional; e Impuestos Especiales, que recaen en consumos específicos: hidrocarburos, tabaco, energía eléctrica, alcohol, seguros…). Además, se exigen impuestos autonómicos e impuestos locales y tasas y contribuciones especiales. Las presunciones legales y los llamados “preceptos cierre” o la “doble sujeción” (art. 4 LIVA) en las leyes de cada tributo incluyen en la exigencia fiscal capacidades económicas virtuales o alternativas.

La Ley 11/21, “ley de racimo”, no es ajena a esta realidad tributaria e incluye modificaciones en el ITP, sobre todo al sustituir para los bienes inmuebles el “valor real” por el “valor de referencia” (arts. 10.1, 13.3, 17.1, 25.2 y 46.5 TR LITPyAJD y art.314.3.1º LMV) y como supletorio (art. 10.2) el “valor mayor” del declarado, el de mercado o la contraprestación convenida. En todo, una dirección general (la del Catastro), no la ley, es la que determina las reglas, fija el valor (la base imponible) y emite informes vinculantes para otras direcciones. Y, de paso (art. 7.5 TRLITP), legaliza, el criterio jurisprudencial para sujetas al ITP y no al IVA el oro de inversión por empresarios que adquieren de particulares.

En el IVA, la armonización europea restringe las disenterías normativas nacionales, pero cabe anotar: la modificación del art. 87 Tres LIVA, la responsabilidad subsidiaria antes referida a los agentes de aduanas que pasa a ser de quienes actúen en nombre y por cuenta del importador; y del art. 163 nonies Siete LIVA que extiende la condición de infractor de la sociedad dominante del grupo a la veracidad y exactitud de importes y calificaciones consignadas por las entidades dependientes. Y hay que añadir las modificaciones en el apartado Quinto del Anexo LIVA sobre la responsabilidad tributaria por operaciones en depósitos fiscales en relación con el registro de extractores y quienes se consideran como tales. 

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Se dice que algunos inspectores tributarios quieren que se les autorice a hacer seguimientos y escuchas telefónicas, como la policía. ¿Y armas? ¿y detenciones? 

Pascua de Resurrección. Casi cuarenta días ya celebrando la pascua como si fuera un domingo que se prolonga todo este tiempo. Tiempo de alegría que debe llenar nuestro día y rebosar en todos con los que nos relacionamos: “Con gritos de júbilo anunciadlo y proclamadlo; publicadlo hasta el confín de la tierra. Decid: el Señor ha redimido a su pueblo. Aleluya” (antífona del sexto domingo de Pascua). y, pedimos a Dios que nos ayude a ser como Él quiere que seamos: “Concédenos, Dios todopoderoso, continuar celebrando con fervor estos días de alegría en honor de Cristo resucitado, y que los misterios que estamos recordando transformen nuestra vida y se manifiesten en nuestras obras” (oración colecta). Es la alegría desbordante de la bendición que es la Pascua: “El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación” (salmo 66).

El cristiano sabe que el camino hacia el cielo y hasta el cielo se hace teniendo la mirada fija en Jesús que nos acompaña continuamente, oyendo sus pasos cuando nos precede, sintiendo su mirada amorosa cuando sabemos que nos sigue de cerca para evitar que nos extraviemos, para apoyarnos si vamos a caer o para recogernos si hemos caído ¡tantas veces! Y, en esa compañía, no faltan los recuerdos de las preguntas del Señor. “¿Y con quien compararé a los hombres de esta generación? ¿a quién se parecen? Son semejantes a los niños que cantan en la plaza y se cantan unos a otros aquella letra: Os hemos tocado la flauta y no habéis bailado; hemos tocado un himno fúnebre y no habéis llorado. Porque vino Juan bautista que no comía pan ni bebía vino y decís: Tiene un demonio. Ha venido el Hijo del hombre que come y bebe, y decís: He aquí un hombre comedor y bebedor, amigo de publicanos y pecadores. Más sus hijos han hecho justicia a la Sabiduría” (Lc 7,31-35; Mt 11,12-19)

Como niños. “No te sorprendas de que te haya dicho que debéis nacer de nuevo” (Jn 3,7). “Dejad que los niños se acerquen a mí y no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el Reino de Dios. En verdad os digo: quien no reciba el Reino de Dios como un niño no entrará en él” (Mc 10,14-15). Niños ante Dios; con la espontaneidad de los niños que no son capaces de contenerse en sus reacciones ni pueden ocultar sus sentimientos. Esa es su debilidad ante todos y ante Dios, la debilidad que Dios conoce y ama; y que nos da la esperanza del perdón en nuestras travesuras y maldades.

En la vida ordinaria. El comer y beber de Jesús en compañía llena de pasajes recordados en los textos evangélicos. Con pruebas de amor, unas veces, y descortesías, otras. Zaqueo, subido al sicómoro, como un niño, bajó rápido y recibió a Jesús en su casa con alegría. Todos murmuraban, pero él dijo: “Señor, doy la mitad de mis bienes a los pobres y si he defraudado en algo a alguien le devuelvo cuatro veces más” (Lc 19,8).        

Mayo. Mes de María, la Virgen Madre de Dios y Madre nuestra. El cristiano, mientras pasea, mientras conduce, mientras contempla, canta en voz alta, alegre, incluso haciendo dos voces, estando en soledad: “Toma Virgen pura nuestros corazones. No nos abandones. Jamás. Jamás”. El amoroso canto llega hasta el cielo y se oyen las risas de los ángeles y se adivina la mirada de la Madre, señalándonos ante su Hijo.

LA HOJA SEMANAL
(del 23 al 28 de mayo) (año de la Familia) (mes de María)

Lunes (23)

San Honorato, abad (6ª de Pascua)
Palabras: “Cuando venga el Defensor que yo os enviaré desde el Padre… (Jn 15,26)
Reflexión: … el Espíritu de la verdad que procede del Padre, él dará testimonio de mi”
Propósito, durante el día: Ven, fuente del mayor consuelo

Martes (24)

San Vicente de Lerins, presbítero (6ª de Pascua; María Auxiliadora; Nª Sª de la Estrada)
Palabras: “Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy no vendrá… (Jn 16,7)
Reflexión: … no vendrá a vosotros el Defensor. Si me voy os lo enviaré”
Propósito, durante el día: Ven, dulce huésped del alma

Miércoles (25)

San Beda el Venerable, presbítero y doctor de la Iglesia (6ª de Pascua)
Palabras: “Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, … (Jn 16,13)
Reflexión: … os guiará hasta la verdad plena”
Propósito, durante el día: Espíritu Santo, Dios, sana el corazón enfermo

Jueves (26)

San Felipe Neri, presbítero y fundador (6ª de Pascua)
Palabras: “El mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, … (Jn 16,20)
Reflexión: … pero vuestra tristeza se convertirá en alegría”
Propósito, durante el día: Espíritu Santo, Dios, lava las manchas

Viernes (27)

San Agustín de Canterbury, obispo (6ª de Pascua) (abstinencia de carne)
Palabras: “Volveré a veros y se alegrará vuestro corazón… (Jn 16,22)
Reflexión: … y nadie os quitará vuestra alegría”
Propósito, durante el día: Espíritu santo, Dios, guía al que tuerce el sendero

Sábado (28)

San Germán de París, obispo (6ª de Pascua)
Palabras: “Yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere (Jn 16,27)
Reflexión: … porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios”
Propósito, durante el día: Madre, mientras mi vida alentare todo mi amor para ti

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 22, domingo (6º de Pascua, ciclo C; santa Joaquina Vedruna, santa Rita de Casia) nos sitúan en la Iglesia y como iglesia: “Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas que las indispensables” (Hech 15); “La ciudad no necesita sol ni luna que alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero” (Ap 21); “El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él” (Jn 14). Cuerpo Místico de Cristo.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Estamos llamados también nosotros a servir al Evangelio y a los hermanos y a ofrecer nuestra propia vida desinteresadamente -esto es un secreto: ofrecer desinteresadamente-, sin buscar ninguna gloria mundana. Nuestros compañeros de viaje, hoy canonizados, vivieron la santidad de este modo: se desgastaron por el Evangelio abrazando con entusiasmo su vocación -de sacerdote, algunos, de consagrada, otras, de laico-, descubrieron una alegría sin igual y se convirtieron en reflejos luminosos del Señor en la historia. Esto es un santo o una santa, un reflejo luminoso del Señor en la historia. Intentémoslo también nosotros: el camino de la santidad no está cerrado, es universal, es una llamada para todos nosotros, comienza con el Bautismo, no está cerrado. Intentémoslo también nosotros, porque todos estamos llamados a la santidad, a una santidad única e irrepetible. La santidad es siempre original, como decía el beato Carlos Acutis, no hay santidad de fotocopia, es la mía, la tuya, la de cada uno de nosotros. Es única e irrepetible. Sí, el Señor tiene un proyecto de amor para cada uno, tiene un sueño para tu vida, para mi vida, para la vida de cada uno de nosotros. ¿Qué más puedo decirles? Llévenlo adelante con alegría. Gracias.” (Homilía en la canonización de varios beatos y beatas, día 15 de mayo de 2022)

- “Si tú tienes en el corazón alguna llaga, algún dolor y quieres protestar, protesta también contra Dios, Dios te escucha, Dios es Padre, Dios no se asusta de nuestra oración de protesta, ¡no! Dios entiende. Pero sé libre, sé libre en tu oración, ¡no encarceles tu oración en los esquemas preconcebidos! La oración debe ser así, espontánea, como esa de un hijo con el padre, que le dice todo lo que le viene a la boca porque sabe que el padre lo entiende. El “silencio” de Dios, en el primer momento del drama, significa esto. Dios no va a rehuir la confrontación, pero al principio deja a Job el desahogo de su protesta, y Dios escucha. Quizás, a veces, deberíamos aprender de Dios este respeto y esta ternura. Y a Dios no le gusta esa enciclopedia -llamémosla así- de explicaciones, de reflexiones que hacen los amigos de Job. Eso es “zumo de lengua,” que no es adecuado: es esa religiosidad que explica todo, pero el corazón permanece frío. A Dios no le gusta esto. Le gusta más la protesta de Job o el silencio de Job.

La profesión de fe de Job -que emerge precisamente en su incesante llamamiento a Dios, a una justicia suprema- se completa al final con la experiencia casi mística, diría yo, que le hace decir: “Yo te conocía solo de oídas, mas ahora te han visto mis ojos” (42,5). ¡Cuánta gente, cuántos de nosotros, después de una experiencia un poco mala, un poco oscura, da el paso y conoce a Dios mejor que antes! Y podemos decir, como Job: “Yo te conocía de oídas, mas ahora te han visto mis ojos, porque te he encontrado”. (Audiencia general, día 18 de mayo de 2022)

(22.05.22)

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