LO TRIBUTARIO (nº 780)
La otra Ley 11/21: procedimiento de
responsabilidad solidaria (art. 175 LGT)
No carece de fundamento considerar que la Ley 11/2021
es una ley restrictiva de derechos de los administrados. Se aprecia así, uno a
uno, en todos los preceptos de la ley, incluso en los que discriminan en el
tratamiento fiscal de determinadas entidades como el ICF por referencia al ICO,
precisamente porque todo privilegio individual supone restricción general. Una
serie de preceptos procura reducir los derechos de los administrados en materia
de recaudación: así ocurre con los intereses de demora en las devoluciones
(arts. 26.2, 31.2 y 32.2 LGT), en los plazos de ingreso (art. 62.1 LGT), en la
exigencia recaudatoria a los responsables solidarios (art. 175.1 LGT) y en la
suspensión de ingreso en las reclamaciones económico-administrativas (art. 233
LGT).
Dice la Exposición de Motivos de la Ley 11/2021 que,
con el fin de “clarificar” la normativa vigente, se especifica, a efectos de la
exigencia de la responsabilidad solidaria, que el período voluntario de pago de
las deudas es el originario, de modo que las vicisitudes acaecidas en la
actuación con el deudor principal, como suspensiones o aplazamientos
concedidos, no se proyectan el procedimiento seguido con el responsable. Y, así
dice el precepto que, cuando la responsabilidad haya sido declarada y
notificada al responsable en cualquier momento anterior al vencimiento del
“período voluntario de pago original” de la deuda que se deriva, bastará con
requerirle el pago una vez transcurrido dicho período; y, en los demás casos,
una vez transcurrido el “período voluntario de pago original” de la deuda que
se deriva, el órgano competente dictará acto de declaración de responsabilidad
que se notificará al responsable. O sea que la novedad “aclaratoria” es que se
hace referencia a un “período voluntario original” en el precepto “especial”
(para exigencia de la responsabilidad) que hace referencia al precepto general
(art. 62 LGT que regula los plazos voluntarios de pago) que no se modifica y
que no incluye referencia alguna a un plazo original y otro que no lo fuera.
Así, la “clarificación” introduce “confusíón”; o no es tal y de lo que se trata
es de introducir un concepto indeterminado (original; originario) para acortar
el tiempo de recaudación respecto del responsable solidario.
Si ya es de por sí criticable tanto el instituto de la
responsabilidad tributaria (que podría ser un procedimiento sancionador (cf. art.
203 LGT) como su regulación (arts. 41 a 43 y 174 a 176 LGT), modificaciones
legales como la que se comenta aquí aún hacen que se trate de un asunto
jurídicamente inquietante. Así, aunque la regla es la responsabilidad
subsidiaria no sólo son amplios los supuestos de solidaridad, sino también la
aplicación que olvida que no cabe subsidiaridad si no se agota la solidaridad
(art. 176 LGT), de modo que debe ser un requisito de aquélla la previa
actuación “agotadora” de la Administración en la investigación, comprobación y
recaudación cerca de posibles responsables solidarios. Del mismo modo, aunque
la regla es la no derivación de sanciones, es de general aplicación la
inclusión de sanciones en la regulación de los supuestos de responsabilidad.
Aunque se reconoce el componente punitivo de determinados supuestos de
responsabilidad, se mantiene la peculiar teoría de que al derivarse la
responsabilidad pierde su naturaleza la sanción y se convierte en más importe
de deuda tributaria contra ley (art. 58.3 LGT), pero la conformidad del
responsable reduce la sanción (art. 188.3 LGT) que ya no es tal. Y así
sucesivamente.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
La práctica democrática puede llevar a un dictador al
poder. El legalismo radical puede hacer que por ley se deroguen los principios
del Estado de Derecho. De hecho, ocurre.
El cristiano que vive esta parte primera del Tiempo
Ordinario, entre la Navidad y la Cuaresma, busca sentir a Dios cerca, ocupado
de él, amándole como nadie puede amar porque Dios es amor (1Jn 4,8.16). En el
caminar de este primer trimestre del año, el cristiano sabe que no está solo y
busca y encuentra a menudo la compañía de La Virgen María, nuestra Madre, de
san José padre y señor, del Ángel custodio y de muchos santos que, desde el
cielo, ayudan intercediendo por nosotros para que lleguemos a estar con ellos,
para siempre, eternamente. Y el cristiano sigue a Jesús y medita sus preguntas.
Jesús predicaba en Cafarnaún. Unos hombres traían a un
paralítico en su camilla para que lo curara. Como la gente impedía que llegaran
hasta Jesús, subieron a la terraza y por entre las tejas lo pusieron con la
camilla en el medio, delante de Jesús. Viendo la fe de ellos, le dijo al
paralítico: - Hijo, tus pecados te son perdonados. Estaban allí sentados
algunos escribas que pensaban: ¿Por qué habla así éste? Blasfema. ¿Quién puede
perdonar los pecados, sino sólo Dios? Conociendo Jesús sus pensamientos les
dijo: - ¿Qué pensáis en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil decir: Tus
pecados están perdonados; o decir: Levántate y anda? Pues para que veáis que el
Hijo de hombre tiene poder de perdonar los pecados en la tierra, -dice entonces
al paralítico: - Levántate, toma tu camilla y marcha a tu casa. Se levantó y se
marchó a su casa. Todos se asombraron y glorificaron a Dios (cf. Mt 9,2-8; Mc
2,2-12; Lc 5,17-26). Dios conoce nuestros pensamientos. Hay que confiar: “Dame
tu amor y tu gracia que eso me basta”.
En la meditación de ese pasaje pare inevitable
recordar otros en los que el Evangelio recoge la inquietante, a la vez que
esperanzadora, verdad de que Dios conoce nuestros pensamientos. Así: “Los
escribas y los fariseos le observaban a ver si curaba en sábado, para encontrar
de qué acusarle. Pero él conocía sus pensamientos y le dijo al hombre que tenía
la mano seca: … (Lc 6,7-8). También: “Pero Jesús, conociendo los pensamientos
de sus corazones, acercó a un niño, lo puso a su lado y les dijo…” (Lc 9,47). Y
otra: “Mientras estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, muchos
creyeron en su nombre al ver los signos que hacía. Pero Jesús no se fiaba de
ellos, porque los conocía a todos, y no necesitaba que nadie le diera
testimonio acerca de hombre alguno, porque conocía el interior de cada hombre”
(Jn 2,23-25). El interior del hombre en el que están los deseos de todas las
ilusiones y donde se guardan los recuerdos de todos los fracasos. Y la
esperanza en Dios
“El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí
y yo en él… Al oír esto, muchos de sus discípulos dijeron: - Es dura esta
enseñanza, ¿quién puede escucharla? Jesús, conociendo en su interior que sus
discípulos estaban murmurando de esto les dijo: - ¿Esto os escandaliza? Pues
¿si vierais al Hijo del Hombre subir adonde estaba antes? … En efecto, Jesús
sabía desde el principio quienes eran los que no creían y quien era el que lo
iba a entregar… Desde ese momento muchos discípulos se echaron atrás y ya no
andaban con él” (Jn 6,56.60-62,64.66). “No me mueve, mi Dios para quererte el
cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar
por eso de ofenderte”, dice el poema. “Muéveme el verte, clavado en esa cruz…”
sigue.
LA HOJA SEMANAL
(31 de enero y del 1 al 5 de febrero) (año de la Familia)
Lunes (31)
San Juan Bosco, presbítero y fundador (4ª TO)
Palabras: “Le pidió que lo admitiese en su compañía” (Mc 5,18)
Reflexión: Pero no se lo permitió. Vete a casa con los tuyos y anúnciales
Propósito, durante el día: Señor, aleja de mí lo que aparte de Ti
Martes (1)
Santa Brígida, abadesa (4ª TO)
Palabras: “No temas, basta que tengas fe” (Mc 5,36)
Reflexión: Se reían de Él
Propósito, durante el día: Señor, aumenta nuestra fe
Miércoles (2)
Presentación del Señor (Nª Sª de la Calle; de la Candelaria)
Palabras: “Simeón los bendijo diciendo a María su madre…” (Lc 2,34)
Reflexión: Y a ti una espada te traspasará el alma
Propósito, durante el día: Madre mía no te alejes, tus ojos de mi no apartes
Jueves (3)
San Blas, obispo y mártir (4ª TO)
Palabras: “Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos” (Mc 6,7)
Reflexión: Ellos salieron a predicar la conversión
Propósito, durante el día: Señor, lo que Tú quieras, porque Tú lo quieres
Viernes (4)
Santa Juana de Valois, fundadora (4ª TO) (día de penitencia)
Palabras: “La hija de Herodías entró y danzó gustando mucho a Herodes” (Mc 6,22)
Reflexión: - Pídeme lo que quieras… - En una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista
Propósito, durante el día: Dios mío, hágase tu voluntad y no la mía
Sábado (5)
Santa Águeda, virgen y mártir (4ª TO)
Palabras: “Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar” (Mc 6,31)
Reflexión: Eran tantos los que venían que no encontraban tiempo ni para comer
Propósito, durante el día: Dicha incomparable: ¡la madre Dios, es mi Madre!
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 30, domingo (4º TO, ciclo C; 1º
de san José) llenan de esperanza al cristiano: “Antes de formarte en el
vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré” (Jer
1); “Mi conocer es ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce
(1 Co 12; “Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra … Jesús se
abrió paso entre ellos y se alejaba” (Lc 4). Dios está con nosotros. Dios nos
ama. Dios que todo lo puede quiere nuestro bien.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “La
Palabra de Dios, de hecho, es viva y eficaz (cf. Hb 4,12), nos
cambia, entra en nuestros asuntos, ilumina nuestra vida cotidiana, consuela y
pone orden. Recordemos: la Palabra de Dios transforma una jornada
cualquiera “en el hoy en el que Dios nos habla”. Entonces, tomemos el
Evangelio en la mano, cada día un pequeño pasaje para leer y releer. Llevad en
el bolsillo el Evangelio o en el bolso, para leerlo en el viaje, en cualquier
momento y leerlo con calma. Con el tiempo descubriremos que esas palabras están
hechas a propósito para nosotros, para nuestra vida. Nos ayudarán a acoger cada
día con una mirada mejor, más serena, porque, cuando el Evangelio entra en
el “hoy”, lo llena de Dios. Quisiera haceros una propuesta. En los
domingos de este año litúrgico es proclamado el Evangelio de Lucas, el
Evangelio de la misericordia. ¿Por qué no leerlo también personalmente, entero,
un pequeño pasaje cada día? Un pequeño pasaje. Familiaricémonos con el
Evangelio, ¡nos traerá la novedad y la alegría de Dios!” (Angelus, día 23 de
enero de 2022)
-
“Queridos hermanos y hermanas, sigamos las
indicaciones de los Magos para nuestro camino; y actuemos como ellos, que para
regresar a casa “tomaron otro camino” (Mt 2,12). Sí, como Saulo antes de
encontrarse con Cristo, también nosotros necesitamos cambiar de ruta, invertir
el rumbo de nuestros hábitos y de nuestros intereses para encontrar la senda
que el Señor nos muestra, el camino de la humildad, el camino de la
fraternidad, de la adoración. Te pedimos Señor que nos concedas el valor de
cambiar camino, de convertirnos, de seguir tu voluntad y no nuestras
conveniencias; de ir hacia adelante juntos, hacia Ti, que con tu Espíritu
quieres que todos seamos una sola cosa. Amén.” (Homilía en las Segundas
Vísperas, en la Conversión de san Pablo, apóstol, 25 de enero de 2022)
-
“Pero la oración nunca es un gesto abstracto o intimista, como quieren hacer
estos movimientos espiritualistas más gnósticos que cristianos. No, no es eso.
La oración siempre está indisolublemente unida a la caridad. Solo cuando unimos
a la oración el amor, el amor por los hijos por el caso que he dicho ahora o el
amor por el prójimo, logramos comprender los mensajes del Señor. José rezaba,
trabajaba y amaba —tres cosas bonitas para los padres: rezar, trabajar y amar—
y por esto recibió siempre lo necesario para afrontar las pruebas de la vida.
Encomendémonos a él y a su intercesión.
San José, tú eres el
hombre que sueña, enséñanos a recuperar la vida espiritual como el lugar
interior en el que Dios se manifiesta y nos salva. Quita de nosotros el
pensamiento de que rezar es inútil; ayuda a cada uno de nosotros a corresponder
a lo que el Señor nos indica. Que nuestros razonamientos estén irradiados por
la luz del Espíritu, nuestro corazón alentado por Su fuerza y nuestros miedos
salvados por Su misericordia. Amén.” (Audiencia general, día 26 de enero de
2022)
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