LO TRIBUTARIO (nº 225)
Por qué la LGT (18): el procedimiento tributario
Establece el artículo 97 LGT que las actuaciones y procedimientos tributarios se rigen por las normas de la LGT y sus reglamentación y, supletoriamente, por las disposiciones que regulan los procedimientos administrativos. Del mismo modo que no se define qué son “funciones”, fuera de la inspección (arts. 143, 150, 151, 152 LGT), es difícil encontrar normas sobre “actuaciones”. En cambio hay que revisar los conocimientos básicos del Derecho Administrativo para comprender la referencia a “potestades y funciones” (art. 115 LGT) degradando el primer concepto (de la potestad nacen las competencias y de estas los derechos y facultades) y relativizando el segundo. Así: “En el desarrollo de las funciones de comprobación e investigación... la Administración podrá calificar...”. Es la ciencia joven que derriba barreras y entierra fundamentos.
A partir del esquema del procedimiento administrativo (arts. 68 a 101 Ley 30/1992) la LGT regula las especialidades tributarias. En la forma, activando lo que estaba detrás de la inocente pretensión: “la Administración promoverá la utilización de técnicas y medios electrónicos...” (art. 96), y estableciendo: “... los supuestos y condiciones en los que los obligados tributarios deberán presentar por medios telemáticos...” (art.98), o: “... tendrá la consideración de resolución... la contestación... automatizada (art. 100)
- Las “actuaciones y procedimientos” se pueden iniciar (art. 98) de oficio o a instancia de parte, mediante autoliquidación (art. 120) , declaración (art. 119), comunicación (art. 121), solicitud u otro medio. La Administración puede aprobar modelos normalizados. La denuncia pública (art. 114) ni forma parte de la colaboración social ni forma parte del expediente cuando no se archiva. El denunciante no es parte ni hay informarle del resultado de las actuaciones ni puede impugnarlo. Recibida la denuncia el órgano decide el archivo de la infundada o inconcreta o la iniciación de actuaciones si existen indicios de veracidad y la Administración desconocía los hechos. No hay control sobre estas consideraciones y decisiones.
- En el desarrollo de las “actuaciones y procedimientos” (art.99) se facilitará en todo momento a los administrados el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de sus obligaciones, aunque se podrá prescindir del trámite de audiencia en las actas con acuerdo o cuando esté previsto un trámite de alegaciones posterior a l propuesta de resolución. Se podía haber incluido aquí la prohibición de exigir la aportación a las oficinas públicas de documentación cuyo volumen no fuera “notoriamente reducido” (art. 21 RGIT/86).
- Las formas de terminación “de los procedimientos” (art. 100) son la resolución, el desistimiento, la renuncia al derecho en que se fundamente la solicitud, la imposibilidad material de continuar por causa sobrevenida, la caducidad, el cumplimiento de la obligación que hubiera sido objeto de requerimiento o cualquier otra causa prevista en el ordenamiento. La liquidación tributaria (art. 101) es el acto resolutorio. Puede ser provisional o definitiva y, contra el principio de seguridad jurídica (art. 9 CE), la regla es la provisionalidad que permite alargar indefinidamente el procedimiento con sólo evitar la prescripción. Las liquidaciones tienen un contenido reglado (art. 102). La resolución es obligada y debe estar motivada (art. 103); se debe notificar en el plazo legal (art. 104). Si no, produce: caducidad o efectos del silencio, positivo o negativo.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Se comenta en un medio de comunicación que el Ministerio de Hacienda alerta a TVE de “un grave problema ético” con la serie televisada en la que sus protagonistas han tenido que hacer declaraciones respecto de las acusaciones por un presunto delito contra la Hacienda. Una advertencia así, que excede con mucho de la justificación de las medidas cautelares, parece un prejuicio moral ajeno al Estado de Derecho.
Durante el Tiempo Ordinario el cristiano puede vivir la sucesión de los días como un camino hacia el cielo que es meta segura porque Dios es fiel (1 Co 1,9): ha venido a salvarnos (Jn 12,47), nos ha dicho que tenemos una morada preparada en el cielo (Jn 14,2-3) y quiere que estemos con Él para siempre. No se hace en solitario este andar. Cuando se es consciente de esta compañía, tan numerosa como todas las personas vivas, el caminar diario tiene un sentido nuevo. Se ve a los cercanos y se entra en relación. Es ocasión para participar de alegrías y de penas; en deseos y esperanzas que se comparten y en el amargo sabor de fracasos, desilusiones, pérdidas que necesitan comprensión y consuelo; en cansancios y desánimos que sólo se pueden superar con la voz amistosa y la palabra amable y oportuna. Ese caminar en compañía permite aunar, con la mirada que se extiende hasta el horizonte, a los grupos familiares con miembros de todas las edades, a los amigos que cambian de lado o el paso pero que siguen juntos, a los animosos y alegres y a los que caminan sin hablar y mirando el suelo. Caminantes lejanos y cercanos, los que andan sin salirse del camino y los que han tomado senderos y atajos equivocados que les alejan hasta que se pierden y los que rectifican a tiempo y vuelven.
Vida ordinaria que no debe ser vida de rutinas. La naturaleza llena y cambia los pequeños detalles del paisaje y la mirada fija en el terreno: la nube que avanza por el cielo, el color de las hojas de los árboles, la forma de las peñas... el insecto que va de un lado a otro, la hoja que nace y verdea el suelo, la flor que abre, que se inclina, la forma y el color de cada una de las piedras, la distinta composición y textura de la tierra. Y así es la vida en compañía, con cambios de situación, de tarea y de talante. A cada uno se le debe acoger de corazón, darle atención, comprensión y ayuda; desde el gesto amable a la palabra oportuna o el silencio que tranquiliza, suaviza y evita roces. A cada uno que está cerca, que queremos, o a los que están lejos en el espacio o en el ánimo. Amando, con gestos, miradas, palabras, silencios y obras, se da sentido al camino de la vida.
“Ese mismo día, dos de ellos se dirigían a una aldea llamada Emaús... Iban conversando entre sí todo lo que había acontecido. Y mientras comentaban y discutían, el propio Jesús se acercó y se puso a caminar con ellos, aunque sus ojos eran incapaces de reconocerle. Y les dijo: -¿De qué veníais hablando entre vosotros por el camino? Y se detuvieron entristecidos... Uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió: ¿Eres tú el único forastero de Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?...” (Lc 24,13-18). ¡Vaya pregunta! Y precisamente a Jesús. Cuántas veces nosotros...
De camino y de misericordia canta el salmo 23 (Vg 22): “El Señor es mi pastor, nada me falta./ En verdes prados me hace reposar;/ hacia aguas tranquilas me guía;/ reconforta mi alma,/ me conduce por sendas rectas por honor de su Nombre./ Aunque camine por valles oscuros, no temo ningún mal, porque Tú estás conmigo;/ tu vara y tu cayado me sosiegan.../ Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida;/ y habitaré en la casa del Señor por dilatados días.”
LA HOJA SEMANAL
(del 30 de mayo al 4 de junio)
Lunes (30)
San Fernando III, rey (9ª TO; mes de María)
Palabras: “Su hijo querido. Lo envió el último pensando que lo respetarían” (Mc 12,6)
Reflexión: Y, agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña
Propósito, durante el día: Desagravio. Por todos los que Te fallamos con actos u olvidos
Martes (31)
La Visitación de la Virgen María (9ª TO; mes de María)
Palabras: “¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?” (Lc 1,43)
Reflexión: ¡Bendita eres tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!
Propósito, durante el día: Muchas avemarías. Despacio. Pensando. El Rosario
Miércoles (1)
San Justino, mártir (9ª TO; Nª Sª de la Luz)
Palabras: “¿Es lícito pagar impuesto al César o no?” (Mc 12,14)
Reflexión: Lo que es del César dádselo al César; lo que es de Dios a Dios
Propósito, durante el día: Oración por los gestores de impuestos para que no extorsionen
Jueves (2)
Santos Marcelino y Pedro, mártires (9ª TO)
Palabras: “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma” (Mc 12,30)
Reflexión: Y al prójimo como a ti mismo
Propósito, durante el día: Amabilidad en el gesto, las palabras, las acciones. Dar. Darme
Viernes (3)
El Sagrado Corazón de Jesús (9ª TO, ciclo C)
Palabras: Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta... (Lc 15,7)
Reflexión: ... que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse”
Propósito, durante el día: Agradecer el amor de Dios. Su Sagrado Corazón late por mí
Sábado (4)
El Inmaculado Corazón de María (9ª TO)
Palabras: “Su madre conservaba todo esto en su corazón” (Lc 2,51)
Reflexión: María y José buscaron “angustiados” a Jesús. Somos hijos de María
Propósito, durante el día: Hablar con Nuestra Madre, saber que está a nuestro lado
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del domingo día 29 (Cuerpo y Sangre de Jesucristo, ciclo C) llevan el alma al misterio de amor que es la Eucaristía: “(Melquisedec) sacó pan y vino y bendijo a Abrán” (Gn 14); “Cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz proclamáis la muerte del Señor hasta que vuelva” (1 Co 11); “Comieron todos se saciaron y cogieron las sobras: doce cestos” (Lc 9). Dios con nosotros, sumidos en Dios, inundados de Dios: como somos; para que seamos mejores. Misericordia: poner el corazón en lo necesitado.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “La fiesta de la Santísima Trinidad nos invita a comprometernos en los acontecimientos cotidianos para ser fermento de comunión, de consolación y de misericordia. En esta misión, nos sostiene la fuerza que el Espíritu Santo nos dona: ella cura la carne de la humanidad herida por la injusticia, por los abusos, por el odio y la avidez. La Virgen María en su humildad, acogió la voluntad del Padre y concibió al Hijo por obra del Espíritu Santo. Que ella, espejo de la Trinidad, nos ayude a reforzar nuestra fe en el Misterio trinitario y a encarnarla con elecciones y actitudes de amor y de unidad.” (Angelus, día 22 de mayo de 2016)
- “La parábola termina con una pregunta: “Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?” (v. 8). Y con esta pregunta nos alerta a todos: no debemos renunciar a la oración incluso si no se obtiene respuesta. La oración conserva la fe, sin la oración la fe vacila. Pidamos al Señor una fe que se convierta en oración incesante, perseverante, como la da la viuda de la parábola, una fe que se nutre del deseo de su venida. Y en la oración experimentamos la compasión de Dios, que como un Padre viene al encuentro de sus hijos lleno de amor misericordioso.” (Audiencia general, el día 25 de mayo de 2016)
- “5. Esta Exhortación adquiere un sentido especial en el contexto de este Año Jubilar de la Misericordia. En primer lugar, porque la entiendo como una propuesta para las familias cristianas, que las estimule a valorar los dones del matrimonio y de la familia, y a sostener un amor fuerte y lleno de valores como la generosidad, el compromiso, la fidelidad o la paciencia. En segundo lugar, porque procura alentar a todos para que sean signos de misericordia y cercanía allí donde la vida familiar no se realiza perfectamente o no se desarrolla en paz y gozo.” (“Ex. Ap. “Amoris laetitia”. “Sobre el amor en la familia”)
(29.05.16)
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