LO TRIBUTARIO (nº 186)

LGT (16): liquidando al delincuente

El delito fiscal está tipificado en el Código Penal desde su primera redacción a finales del siglo XIX. Con escasísima aplicación durante casi cien años, fue en los Pactos de la Moncloa de noviembre de 1977 donde se acordó la necesidad de darle una nueva regulación y de aplicarlo rigurosamente. La llamada a la honestidad fiscal se vio acompañada por el anuncio de una reforma tributaria (1978 a 1987), una amnistía (“Diga la verdad y en paz”) y la regulación del delito contra la Hacienda Pública. Y empezó la polémica: los jueces se consideraban los únicos competentes para determinar la deuda tributaria, los funcionarios de la Hacienda dudaban de que los jueces tuvieran conocimientos, los contribuyentes temían que no se garantizaran sus derechos. La LGT/1963 se adaptó estableciendo que los solos indicios de delito obligaban a la Administración a paralizar sus actuaciones y enviar el expediente al Ministerio Fiscal. La primera sentencia con gran eco social fue para una famosa artista y decía que “al menos” se había defraudado una cantidad superior a la tipificada como delito, con escándalo de tributaristas ante tan imprecisa liquidación de un impuesto.

La práctica procesal de un cuarto de siglo hasta la reforma del Código por la LO 7/2012 sobrevivió con un extraño híbrido: salvo descubrimiento policial del delito, la Administración decidía discrecionalmente si enviaba o no el expediente al fiscal, los jueces reclamaban el auxilio de peritos “de la Hacienda” que era la presuntamente defraudada, los abogados de los acusados pedían la intervención de peritos tributaristas, los informes de unos peritos bordeaban los límites (sobre el Derecho no hay pericia), los de otros invadían territorios entrando en la calificación de los hechos, en la interpretación de las normas y hasta en la apreciación de la culpa.

Con la reforma del Código y la modificación de la LGT/2003 parece que el Derecho, en este ámbito, entra en agonía comatosa. Cuando la Administración aprecie indicios de delito continuará su actuación exigiendo colaboración y requiriendo documentos y manifestaciones aunque así se obligue al contribuyente a autoinculparse (porque lo administrativo trasciende a lo penal) y así hasta practicar dos liquidaciones (art. 250). Una por los elementos vinculados al delito; la otra por los no vinculados. En aquélla son irrelevantes los defectos procedimentales, se inicia el plazo de ingreso desde que se admite la denuncia o querella (art. 255) y no cabe recursos administrativos contra la liquidación (art. 254), pero sí contra la recaudación ejecutiva (art. 256); en la liquidación por elementos no vinculados al delito la tramitación, impugnación e ingreso es la ordinaria; si por un mismo concepto y período hay elementos en los que se aprecia dolo y en otros no o por razón de la cuantía se formaliza propuesta de liquidación por aquellos y acta de inspección por éstos (art. 253). No continúan las actuaciones y pasa el tanto de culpa si la tramitación pudiera hacer prescribir el delito, si no se puede determinar el importe o si puede perjudicar la investigación (art. 251). No se pasa el tanto de culpa, si antes de iniciarse una actuación administrativa se produce una regularización voluntaria completa (art. 252). La resolución judicial (art. 257): ajusta la liquidación; la anula si no se aprecia delito por inexistencia de obligación; retrotrae las actuaciones si no se aprecia delito por otras causas. Se puede declarar responsable del pago de la deuda por delito (art. 258) a los que causaran o colaboraran en él y estuvieran imputados o condenados, así como los responsables tributarios (art. 42.2 LGT) por obstaculización a la recaudación.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

“Hacienda somos todos” es el argumento de la acusación popular para mantener el proceso por cooperación necesaria en delito contra la Hacienda, pidiendo que se reconozca ese interés general (doctrina Atuxa) frente a la petición de sobreseimiento y archivo (doctrina Botín) por ausencia de acusación del Ministerio Fiscal y de la Agencia Tributaria que habría sido la acusación particular. Esa es una frase publicitaria, dice la Abogada del Estado. Y, al respecto, escribe un catedrático de Derecho Penal que habría que ver si, en la próxima campaña del IRPF, se atrevería a decir: “La Hacienda soy yo”. Los estudiosos saben que lo adecuado es “La Hacienda es nuestra”. Los que han pensado en la evolución del “contribuyente” al “obligado tributario”, los que han comprobado la pérdida de derechos de los administrados y han leído que se ha premiado a quienes proponían que el IBI sea el impuesto básico del sistema, temen que se acabe en “esclavo tributario” y que la frase sea: “Todos somos de Hacienda”.

El cristiano que acompasa su vida a los tiempos litúrgicos aprovecha estos días del Tiempo Ordinario después de Navidad y antes de Cuaresma para renovarse, convertirse, conformarse con Cristo ajustando su querer y su hacer a la amabilísima voluntad de Dios. Se trata de saber que Dios me llama, decidirse, no excusarse y perseverar.

- Vocación y decisión. “Y mientras pasaba junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores. Y les dijo Jesús: -Seguidme y haré que seáis pescadores de hombres. Y, al momento, dejaron las redes y le siguieron. Y pasando un poco más adelante, vio a Santiago el de Zebedeo y a Juan, su hermano que estaban en la barca remendando las redes; y enseguida los llamó. Y dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se fueron tras él” (Mc 1,16-20). “Y se fue otra vez a la orilla del mar. Y toda la muchedumbre iba hacia él, y les enseñaba. Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al telonio, y le dijo: -Sígueme. El se levantó y le siguió” (Mc 2,13-14). Así nos llama Dios en nuestro trabajo, en nuestro estado civil, con nuestra salud o en la enfermedad. Y así debe ser nuestra respuesta. Es tiempo de decisión, de propósitos concretos.

- Sin excusas. “¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?/ ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,/ que mi puerta, cubierto de rocío,/ pasas las noches del invierno obscuras?/ ¡Oh cuanto fueron mis entrañas duras,/ pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,/ si de mi ingratitud el hielo frío/ secó las llagas de tus plantas puras!/ ¡Cuántas veces el ángel me decía:/ “Alma asómate agora a la ventana,/ verás con cuanto amor llamar porfía”!/ Y ¡cuántas, Hermosura soberana,/ “Mañana le abriremos”, respondía,/ para lo mismo responder mañana!” (“A Jesucristo”, Lope de Vega). Mira al Niño, mira a la Cruz. No podemos fallarle. Y si hemos fallado, si fallamos, una mirada a nuestra Madre y arriba.

- Perseverancia. Hasta alcanzar la vida eterna: “Con una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar a ella, venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabajase lo que se trabajase, murmure quien murmurare, siquiera llegue allá, siquiera se muera en el camino, siquiera no tenga devoción para los trabajos que hay en él, siquiera se hunda el mundo” (“Camino de perfección”, 21,2, santa Teresa de Jesús)

Y, así, por Él, con Él y en Él, descansamos en la misericordia del Corazón de Jesús: “No temas, que te he redimido y te he llamado por tu nombre; tú eres mío” (Is 43,1)

LA HOJA SEMANAL
(del 18 al 23 de enero)

Lunes (18)

Santa Priscila, virgen (2ª TO; comienza el Octavario por la Unión de las Iglesias)
Palabras: “A vino nuevo, odres nuevos” (Mc 2,22)
Reflexión: La alegría de estar con Jesús; la pena si nos alejamos
Propósito, durante el día: Perseverancia. Con Dios como estamos, donde estamos

Martes (19)

San Marcelo Spínola, cardenal (2ª TO; octavario)
Palabras: “El Hijo del hombre es Señor también del sábado” (Mc 2,28)
Reflexión: La paz al cumplir la voluntad de Dios
Propósito, durante el día: Perseverancia. Con Dios en toda circunstancia

Miércoles (20)

San Fructuoso, obispo y mártir y sus diáconos Augurio y Eulogio, mártires (2ª TO; oc)
Palabras: “- Extiende el brazo. Lo extendió y quedó restablecido” (Mc 3,5)
Reflexión: Jesús dolido por la obstinación. Fariseos y herodianos planean acabar con él
Propósito, durante el día: Perseverancia. Dios conmigo en la debilidad, en el dolor

Jueves (21)

Santa Inés, virgen y mártir (2ª TO; octavario)
Palabras: “Tú eres el Hijo de Dios” (Mc 3,11)
Reflexión: Hasta los espíritus inmundos se postraban ante él
Propósito, durante el día: Perseverancia. Dios me llama, me espera, me perdona

Viernes (22)

San Vicente, diácono y mártir (2ª TO; octavario)
Palabras: “Fue llamando a los que él quiso y se fueron con él” (Mc 3,13)
Reflexión: Constituyó el grupo de los doce, con Judas Iscariote que lo entregó
Propósito, durante el día: Perseverancia. En la propia vocación, en el estado actual

Sábado (23)

San Ildefonso, obispo (2ª TO; octavario)
Palabras: “Se juntó de nuevo tanta gente que no le dejaban ni comer” (Mc 3,20)
Reflexión: La familia vino a llevárselo porque decían que no estaba en sus cabales
Propósito, durante el día: Perseverancia. De tu mano, Madre, hasta el cielo para siempre

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 17, domingo (2º TO; ciclo C) nos llevan a estar con Dios que nos ama: “La alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo” (Is 62); “El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno...” (1 Co 12); “La madre de Jesús le dijo: -No les queda vino... Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria...” (Jn 2). Dios, el Amor, atento a lo que necesitamos, sabe lo que nos conviene. Y con Él, pidiendo para nosotros, su Madre, nuestra Madre.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Hoy, fiesta del Bautismo de Jesús, pensemos en el día de nuestro Bautismo. Todos nosotros hemos sido bautizados, agradezcamos este don. Y os hago una pregunta: ¿Quién de vosotros conoce la fecha de su Bautismo? Seguramente no todos. Por eso, os invito a ir a buscar la fecha preguntando por ejemplo a vuestros padres, a vuestros abuelos, a vuestros padrinos, o yendo a la parroquia. Es muy importante conocerla porque es una fecha para festejar: es la fecha de nuestro renacimiento como hijos de Dios. Por eso, los deberes para esta semana: ir a buscar la fecha de mi Bautismo. Festejar este día significa reafirmar nuestra adhesión a Jesús, con el compromiso de vivir como cristianos, miembros de la Iglesia y de una humanidad nueva, en la cual todos somos hermanos. Que la Virgen María, primera discípula de su Hijo Jesús, nos ayude a vivir con alegría y fervor apostólico nuestro Bautismo, acogiendo cada día el don del Espíritu Santo, que nos hace hijos de Dios.” (Angelus, en la plaza de san Pedro, el día 10 de enero de 2016)

- “Este Dios misericordioso es fiel en su misericordia, y san Pablo dice algo bonito: si tú le eres infiel, Él permanecerá fiel porque no puede negarse a sí mismo. La fidelidad en la misericordia es el ser de Dios. Y por esto Dios es totalmente y siempre confiable. Una presencia sólida y estable. Esta es la certeza de nuestra fe. Entonces, en este Jubileo de la Misericordia, confiemos totalmente en Él, y experimentemos la alegría de ser amados por este “Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad.” (Audiencia general, aula Pablo VI, día 13 de enero de 2016)

- 7. “Eterna es su misericordia”: es el estribillo que acompaña cada verso del Salmo 136 mientras se narra la historia de la revelación de Dios. En razón de la misericordia, todas las vicisitudes del Antiguo Testamento están cargadas de un profundo valor salvífico. La misericordia hace de la historia de Dios con Israel una historia de salvación. Repetir continuamente “Eterna es su misericordia”, como lo hace el Salmo, parece un intento por romper el círculo del espacio y del tiempo para introducirlo todo en el misterio eterno del amor. Es como si se quisiera decir que no solo en la historia, sino por toda la eternidad el hombre estará siempre bajo la mirada misericordiosa del Padre. No es casual que el pueblo de Israel haya querido integrar este Salmo, el grande “hallel” como es conocido, en las fiestas litúrgicas más importantes.

Antes de la Pasión Jesús oró con este Salmo de la misericordia. Lo atestigua el evangelista Mateo cuando dice que “después de haber cantado el himno” (26,30), Jesús con sus discípulos salieron hacia el Monte de los Olivos. Mientras instituía la Eucaristía, como memorial perenne de Él y de su Pascua, puso simbólicamente este acto supremo de la Revelación a la luz de la misericordia. En este mismo horizonte de la misericordia, Jesús vivió su pasión y muerte, consciente del gran misterio del amor de Dios que se habría de cumplir en la cruz. Saber que Jesús mismo hizo oración con este Salmo, lo hace para nosotros los cristianos aún más importante y nos compromete a incorporar este estribillo en nuestra oración de alabanza cotidiana: “Eterna es su misericordia”. (Bula “Misericordiae Vultus”, de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia)

(17.01.16)

1 comentario:

  1. GRACIAS, por recordarnos los sagrados Salmos, que la Misericordia de Dios, sea eternamente contigo hermano. Buenas noches. ABJ.

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