LO TRIBUTARIO (nº 172)

LGT (9): la colaboración tributaria

Los “maestros” que redactaron la LGT/1963 conocían bien el Derecho Comparado y, en la prudencia propia de su sabiduría, sembraron la semilla de una planta medicinal sin adivinar que se podía convertirse en una planta carnívora más peligrosa que la drosera. Fue la admiración del mundo fiscal. Se regulaba (art. 111 LGT) que toda persona física o jurídica, pública o privada (todo lo que se mueva), estaba obligada a proporcionar a la Administración toda clase de datos, informes o antecedentes (todo lo que se pida) con trascendencia tributaria (todo la tiene) deducidos de sus relaciones económicas, profesionales o financieras (todas las relaciones) con otras personas. A partir de los años ochenta del siglo pasado el deber de informar por requerimiento individual (captación) o disposición general (suministro) llenó de obligaciones a los contribuyentes y de datos a la Administración hasta el punto de que en su ordenador hay más información que en los registros de las fuerzas de seguridad.

Los “maestros” de 1963 incluyeron en la ley (art. 35 LGT) también la obligación de colaborar con el Fisco presentando declaraciones, llevando registros y conservando documentación y aportándolos cuando lo pidiera la Administración y facilitando la práctica de inspecciones y comprobaciones. Los cambios aquí han sido en otro sentido: la declaración iniciaba la gestión tributaria, ahora no; lo declarado se presumía cierto, salvo prueba en contrario, ahora se considera cierto “para el declarante” (art. 108.4 LGT/2003). Lo que era propio del sujeto pasivo como sustituto del contribuyente antes de 1978 (art. 32 LGT/1963), con la desaparición de los impuestos a cuenta de los generales por la reforma del sistema tributario, amplió las obligaciones de colaboración que ya se concretan en retenciones, ingresos a cuenta y repercusiones bajo la expresión “obligaciones tributarias entre particulares” (arts. 24 y 38 LGT/2003). Y sanciones (art. 198 a 206 LGT/2003), muchas sanciones, sanciones por todo.

- Se modifica el artículo 70 LGT porque el artículo 66 bis LGT señala nuevos plazos de prescripción para la comprobación de compensaciones de cantidades negativas. Respecto de la obligación de justificar la procedencia de los datos, a lo ya establecido sobre mantenerla “durante el plazo de prescripción del derecho para determinar las deudas afectadas”, se añade: “y, en todo caso, en los supuestos a que se refiere el artículo 66 bis 2 y 3 de esta ley”. No se adivina el motivo del “añadido”: en el apartado 2 porque ya se dice en él que el plazo para comprobar las cantidades compensadas prescribe a los diez años; y en el apartado 3 porque se excluye de limitación la obligación de aportar liquidaciones, autoliquidaciones y contabilidad.

- El artículo 92.2 LGT incluye la posibilidad de acuerdos “con los colegios y asociaciones de profesionales de la asesoría fiscal” para “potenciar el cumplimiento cooperativo de las obligaciones”. Nada que ver con el espíritu profesional de los años setenta pasados. Colaboración cooperativa no, pero corporativa sí había en las evaluaciones globales y convenios de hace medio siglo. Todo un avance.

- En el artículo 95.2 LGT se excluye del carácter reservado de los datos tributarios los cedidos en la colaboración con la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos para la localización de bienes embargados o decomisados en proceso penal (ap. 1.m) y se permite su publicidad cuando lo exija la normativa de Unión Europea (ap.4).

DE LO HUMANO A LO DIVINO

No hay programa que satisfaga en su totalidad. El elector debe señalar líneas rojas excluyentes y elegir el que menos motivos de rechazo tenga. Un periódico señala ideas: bajar la fiscalidad del trabajo, subir los ingresos tributarios y bajar el gasto público, evitar la diferencias en la fiscalidad autonómica, conseguir un sistema tributario con recaudación previsible, ampliar le número de contribuyentes, reducir el fraude que se sitúe en el 18% del PIB, bajar la presión fiscal de las clases medias, estimular la innovación y asegurar la competitividad, que paguen más los que más tienen. Imposible todas juntas. Lo de quien más tiene (patrimonio) podría ser quien más gane (renta)

El cristiano hace de esta vida camino hacia el cielo donde nos espera Dios y nuestra Madre, la Virgen María, y san José y todos los santos y los ángeles. Nos han acompañado y animado en las caídas para levantarnos y seguir; en los despistes y en los atajos erróneos y peligrosos, para volver al buen camino; en los desfallecimientos, en las ganas de parar o de volver atrás a aquel paraje placentero que tanto nos costó dejar cuando nos dimos cuenta de que debíamos seguir, que debíamos llegar a nuestro destino donde Dios enjugará toda lágrima y “no habrá ya muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor, porque todo lo anterior pasó” (Ap.21,4). Y así, en el amor del Amor, para siempre.

El Adviento prepara para la Pascua de la Navidad y es tiempo de asear y de adornar el alma para poner en ella el belén que hacemos con nuestro amor al Niño. Reflexionar sobre pasajes del Evangelio es una forma de preparación que puede ayudar. Consiste en aplicarse cada uno lo que allí se dice. Y sacar algún propósito concreto.

“Un hombre daba una gran cena e invitó a muchos. Y envió a su siervo a la hora de la cena para decir a los invitados: “Venid, que ya está todo preparado”. Y todos a una comenzaron a excusarse: El primero le dijo: “He comprado un campo y tengo necesidad de ir a verlo; te ruego que me des por excusado. Y otro dijo: “Compré cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlas; te ruego que me des por excusado”. Otro dijo: “Acabo de casarme, y por eso no puedo ir”. Dios nos invita, uno a uno, por nuestro nombre, para estar con Él desde ya y para siempre. Dios me llama. Y nuestras excusas. Nos parecen tan razonables como para dejar de acudir a la llamada. Otra vez será, decimos a Dios.

“Regresó el siervo y contó esto a su señor. Entonces irritado el amo de la casa, le dijo a su siervo: “Sal ahora mismo a las plazas y calles de la ciudad y trae aquí a los pobres, a los tullidos, a los ciegos, a los cojos”. Quizá sea para mí esta llamada: mi pobreza de amor a Dios, la falta de fuerzas para seguirlo, a veces en la oscuridad como sin fe, siguiéndole a trompicones como los cojos. Pero Dios nos quiere. Y nos llama.

“Y el siervo dijo: “Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía hay sitio”. Entonces dijo el señor a su siervo: Sal a los caminos y a los cercados y obliga a entrar, para que se llene mi casa”. Primero invitó a los más cercanos, a los que se dicen amigos, a los que presumen de cercanía a Dios y se excusaron; después invitó a los necesitados de su ciudad, nunca se lo habrían esperado, pero les dio esa alegría y fueron al banquete. Y ahora la invitación alcanza a los alejados, a los desconocidos que pasan por allí y ordena insistirles hasta que se sientan obligados. Así, todos, cada uno, quedamos sin excusa.

“Porque os aseguro que ninguno de aquellos hombre invitados gustará de mi cena” (Lc 14,16-24). Es Cristo que pasa y me llama. Que pena, si le dejamos ir. ¡Vamos con Él!

LA HOJA SEMANAL
(del 30 de noviembre al 5 de diciembre)

Lunes (30)

San Andrés, apóstol (1ª Adviento; novena de la Inmaculada)
Palabras: Dejaron las redes y lo siguieron (Mt 4,20)
Reflexión: Pasando Jesús vio a dos hermanos echando el copo
Propósito, durante el día: Dios que pasa. Verlo, escucharle, seguirle

Martes (1)

San Eloy, obispo (1ª Adviento; novena de la Inmaculada)
Palabras: “¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis!” (Lc 10,23)
Reflexión: Dios se ha revelado a la gente sencilla
Propósito, durante el día: Dios junto a mí. Verlo, pedirle, comentar con Él

Miércoles (2)

San Eusebio, confesor (1ª Adviento; novena de la Inmaculada)
Palabras: “Me da lástima de la gente” (Mt 15,32)
Reflexión: Porque llevaban tres días con Jesús y no tenían qué comer
Propósito, durante el día: Con Jesús. De continuo. Confiados en su Sagrado Corazón

Jueves (3)

San Francisco Javier S.I. presbítero (1ª Adviento; novena de la Inmaculada)
Palabras: “No todo el que me dice “Señor, Señor”, entrará en el reino...” (Mt 7,21)
Reflexión: Sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo
Propósito, durante el día: Lo que quieras, como quieras, porque Tú lo quieres

Viernes (4)

San Juan Damasceno, presbítero y doctor de la Iglesia (1ª Adviento; novena)
Palabras: Dos ciegos seguían a Jesús gritando: “Ten compasión” (Mt 9,27)
Reflexión: Al llegar a casa los curó. Al salir, lo dijeron por toda la comarca
Propósito, durante el día: dar gracias a Dios. Hablar de Dios a todos

Sábado (5)

San Sabas, abad (1ª Adviento; novena de la Inmaculada)
Palabras: “Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis” (Mt 10,8)
Reflexión: La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos
Propósito, durante el día: Con todos, a Jesús por María

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 29 de noviembre, primer domingo de Adviento (ciclo C), preparando a la Pascua de Navidad, dan ánimo a los fieles al amor de Dios: “Hará justicia y derecho en la tierra” (Jr 33); “Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y amor a todos” (1 Tes 3); “Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza” (Lc 21). Empezar el año litúrgico con buenos propósitos y con la seguridad de la ayuda de Dios a los que le guardan fidelidad. Tiempo de examen y de confesión contrita; de oración sincera, cara a cara con Dios que es Padre y me quiere; de pedir por las familias.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

“¿Y esto quien lo entendió? Lo ha entendió bien uno de los malhechores que están crucificados con Él, el que llamamos “el buen ladrón”, que le suplica: “ Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino (Lc 23,42). Pero era un malhechor, un corrupto y estaba condenado a muerte precisamente por todas las brutalidades que había hecho en su vida. Pero vio el amor en la actitud de Jesús, en la humildad de Jesús. Y ésta es la fuerza del reino de Cristo: el amor. Por esto la majestad de Jesús no nos oprime, sino que nos libera de nuestras debilidades y miserias, animándonos a recorrer los caminos del bien, la reconciliación y el perdón. Miremos la Cruz de Jesús, miremos al buen ladrón y digamos todos juntos lo que dijo el buen ladrón: “Jesús, acuérdate de mi cuando llegues a tu reino”. Todos juntos: “Jesús, acuérdate de mi cuando llegues a tu reino”. Pedir a Jesús, cuando nos sintamos débiles, pecadores, derrotados, que nos mire y decir: “Tú estás ahí. ¡No te olvides de mi!” (Angelus, en la plaza de San Pedro el día 22 de noviembre de 2015)

- “En obediencia a la Palabra de Dios, también estamos llamados a oponernos a las prácticas que fomentan la arrogancia de los hombres, que hieren o degradan a las mujeres, y ponen en peligro la vida de los inocentes aún no nacidos. Estamos llamados a respetarnos y apoyarnos mutuamente, y a estar cerca de todos los que pasan necesidad. Las familias cristianas tienen esta misión especial: irradiar el amor de Dios y difundir las aguas vivificantes de su Espíritu. Esto tiene hoy una importancia especial, cuando vemos el avance de nuevos desiertos creados por la cultura del materialismo y de la indiferencia hacia los demás.” (Homilía de la misa en el Campus de la Universidad de Nairobi, en Kenia, el día 26 de noviembre de 2015)

- “El testimonio de los mártires nuestra, a todos los que han conocido su historia, entonces y hoy, que los placeres mundanos y el poder terreno no dan alegría ni paz duradera. Es más, la fidelidad a Dios, la honradez y la integridad de la vida, así como la genuina preocupación por el bien de los otros, nos llevan a esa paz que el mundo no puede ofrecer. Esto no disminuye nuestra preocupación por las cosas de este mundo, como si mirásemos solamente a la vida futura. Al contrario, nos ofrece un objetivo para la vida en este mundo y nos ayuda a acercarnos a los necesitados, a cooperar con los otros por el bien común y a construir, sin excluir a nadie, una sociedad más justa, que promueva la dignidad humana, defienda la vida, don de Dios, y proteja las maravillas de la naturaleza, la creación, nuestra casa común.” (Homilía de la misa en el Santuario de los Mártires de Uganda, en Namugongo, el 28 de noviembre de 2015)

(29.XI.15)

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