LO TRIBUTARIO (nº 169)

LGT (7): las obligaciones conexas

El concepto de seguridad jurídica que está proclamado como un principio constitucional (art. 9 CE) empezó a perder contenido cuando se generalizó la obligación de autoliquidar a cargo de los contribuyentes que, cualquiera que sea el nivel y la especialidad de sus conocimientos, deben calificar jurídicamente los hechos y practicar una liquidación tributaria determinando con exactitud la deuda tributaria que les corresponde, aunque esa sea una competencia exclusiva de la Administración que actúa con empleados de excelente formación y que, a veces, se equivocan. Si el contribuyente se equivoca se le sanciona. La doctrina del TS (1996-1998) reiteró que era de inseguridad jurídica no sólo el tiempo que trascurre hasta la prescripción del derecho de la Administración a determinar la deuda tributaria, sino también el de duración del procedimiento de comprobación. Y no falta doctrina que considera que atenta contra la seguridad jurídica la provisionalidad en la determinación de la deuda tributaria.

Con la modificación de la LGT (Ley 34/2015), se amplía el plazo de prescripción en la comprobación de compensaciones en base o en cuota (art. 66 bis), se amplían los casos de liquidaciones provisionales (art. 101.4.c) LGT), se aumenta el tiempo de duración del procedimiento de inspección (art. 150 LGT), se permite comprobar y modificar la calificación de los hechos que se hizo en un período prescrito con efectos en todos loa períodos intermedios (art. 115 LGT) y se introduce el concepto de “obligaciones conexas” que permite revisar la determinación de otras deudas tributarias anteriores. Son obligaciones conexas “aquellas (del mismo contribuyente) en las que alguno de sus elementos (¿base imponible y cuota?: arts. 49 a 57 LGT) resulten afectados o se determinen en función de los correspondientes a otra obligación o período distinto”.

La interrupción de la prescripción del derecho a determinar la deuda en una obligación tributaria también se produce para los derechos a determinar la deuda y a solicitar devoluciones en obligaciones conexas del mismo contribuyente, cuando en éstas se produzca o haya de producirse una tributación distinta por la aplicación de los criterios o elementos en que se fundamente la regularización de la obligación con la que estén relacionadas las obligaciones conexas (art. 68.9 LGT)

Se compensarán de oficio (art. 73.1 LGT) durante el plazo de ingreso en período voluntario las cantidades a ingresar y a devolver en ejecución de resoluciones en recurso de reposición o reclamación sobre obligaciones conexas. Del mismo modo, si el recurso de reposición (art. 224.5 LGT) afecta a una deuda que, a su vez, ha determinado el derecho a una devolución, las garantías para suspender sirven para garantizar las cantidades que deban reintegrarse si el recurso se estima total o parcialmente. Y del mismo tenor literal es lo que se regula para la suspensión en las reclamaciones económico-administrativas (art. 233.7 LGT). En la ejecución de una resolución de un recurso de reposición (art. 225.3 LGT) o de una reclamación (art. 239.7 LGT) contra la liquidación de una obligación conexa a otra del mismo contribuyente se regularizará la obligación conexa distinta a la impugnada en la que la Administración hubiese aplicado criterios o elementos distintos en que se fundamentó la liquidación impugnada, exigiendo (art. 26.5 LGT) intereses de demora si hubiera que anular la conexa no impugnada y practicar nueva liquidación. Así, la inseguridad jurídica respecto de una obligación tributaria se puede extender al infinito por su relación con otra u otras.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

La proximidad de las elecciones generales aconseja dar noticia de los programas políticos de los aspirantes y de los logros conseguidos por el Gobierno. En los impuestos es arriesgado presumir de la mayor recaudación conseguida aunque la mayor presión fiscal se pueda justificar porque era necesaria para salir de la crisis económica; y también es difícil señalar que ya se está bajando los impuestos aunque la recaudación sigue creciendo porque hay más consumo y algunos ganan más; y siempre se corre el riesgo de abrir la polémica de especialistas sobre la pérdida de derechos de los contribuyentes o la injusticia de las normas aprobadas, incluidas las más recientes.

Tampoco se puede presumir de eficacia en la lucha contra el fraude dando noticia de que cada año hay más y se descubre más, no sólo porque en las cifras que se manejan no todo es fraude oculto con maquinación y descubierto, incluyendo también errores, olvidos y omisiones de fácil regularización, sino también porque la buena noticia sería que se descubre menos fraude porque hay menos defraudación y el éxito sería que ya no hay fraude fiscal. Mejor, recordar (día 9) que la AEAT, la policía de la Unidad central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) y la Guardia civil, desde hace veinticinco años han descubierto millones de euros defraudados en operaciones intracomunitarias; o que la Delegación de Grandes Contribuyentes (día 10) ha impuesto a éstos elevadas sanciones como fruto de su labor de seguimiento y control de las autoliquidaciones presentadas. Y, para que no decaiga el asunto, un puntazo (día 11) sobre el fraude en los carburantes que no decae a pesar de los continuos descubrimientos de la Guardia Civil.

El cristiano vive en el amor del Amor que llena los corazones y se derrama en el amor que se debe dar. En ese dar del amor recibido se puede entender el mandamiento nuevo: amar como Yo os he amado, que de otro modo podría ser imposible. La deficiencia en ese amar dando del amor recibido es nuestra. Para avanzar en ese amar divinamente se puede elegir el camino que va de la presencia de Dios a los detalles de amor. “Ya comáis ya bebáis, o hagáis cualquier cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Co 10,31). Escribía san Basilio: “Cuando te sientes a la mesa, ora. Cuando comas pan, hazlo dando gracias al que es generoso. Si bebes vino, acuérdate del que te lo ha concedido para alegría y alivio de enfermedades. Cuando te pongas la ropa, da gracias al que benignamente te la ha dado. Cuando contemples el cielo y la belleza de las estrellas, échate a los pies de Dios y adora al que con su Sabiduría dispuso todas estas cosas. Del mismo modo, cuando sale el sol y cuando se pone, mientras duermas y despierto, da gracias a Dios que creó y ordenó todas estas cosas para provecho tuyo, para que conozcas, ames y alabes al Creador” (San Basilio, Homilía in Julittam mart.)

Vivir en la presencia de Dios es repetir frecuentemente: se que estás aquí, que me ves, que me oyes. En ese acto de fe el alma se siente pequeña, creada, amada, y adora a Dios, en la Santísima Trinidad, como Padre, como Hermano, como Amigo, como Defensor. El cristiano se siente hijo de Dios, confía en Dios como los hijos confían en el padre y en la madre, y le da gracias por todo, desde el existir hasta lo que se ha arreglado, lo que se ha conseguido, lo que será para bien. También procura desagraviar, por los propios fallos de amor, por subordinar su voluntad a la nuestra, por olvidarnos de Él, por arrinconarlo, por ocultarlo o negarlo, y, sobre todo, por lo que no hemos hecho, por el amor que no hemos dado; y por los fallos de amor de los demás. El cristiano se sabe necesitado y no para de pedir a Dios que le ayude, que le proteja. Y encomienda a otros. Se llena la vida de detalles de amor a Dios y a nuestra Madre.

LA HOJA SEMANAL
(del 16 al 21 de noviembre)

Lunes (16)

Santa Margarita de Escocia (33ª TO; mes de las Ánimas)
Palabras: “Señor, que vea” (Lc18,41)
Reflexión: Recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios
Propósito, durante el día: Pedir, volver, glorificar a Dios.

Martes (17)

Santa Isabel de Hungría, virgen (33ª TO; mes de las Ánimas)
Palabras: “Baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa” (Lc 19,5)
Reflexión: Zaqueo quería verlo, corrió más adelante y se subió a una higuera
Propósito, durante el día: Buscar a Dios, conocerlo, recibirlo

Miércoles (18)

Dedicación de las basílicas de san Pedro y de san Pablo (33ª TO; mes de las Ánimas)
Palabras: “¡Ánimo, soy yo. No tengáis miedo!” (Mt 14,27)
Reflexión: ¡Qué poca fe!. ¿Por qué has dudado?
Propósito, durante el día: Vivir la cercanía de Dios, confiar en Dios

Jueves (19)

San Crispín, obispo (33ª TO; mes de las Ánimas)
Palabras: No reconociste el tiempo de mi venida (Lc 19,44)
Reflexión: Jesús llorando. Dios que nos busca, que se hace el encontradizo, que pasa
Propósito, durante el día: Pedir perdón, desagraviar, amar a Dios

Viernes (20)

San Benigno, obispo (33ª TO; mes de las Ánimas)
Palabras: “Mi casa es casa de oración” (Lc 19,46)
Reflexión: El pueblo entero estaba pendiente de sus labios
Propósito, durante el día: Rezar, ofrecer; pedir, dar gracias

Sábado (21)

La Presentación de la santísima Virgen (33ª TO; mes de las Ánimas)
Palabras: “Todo el que hace la voluntad de mi Padre... (Mt 12,50)
Reflexión: ... ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”
Propósito, durante el día: A Jesús por María; todo a María para Jesús

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del domingo día 15 (33ª TO, ciclo B) nos traen el recuerdo del Juicio Final y nos llaman a la esperanza: “Entoces se salvará tu pueblo” (Dn 12); “Cristo ofreció por los pecados para siempre un solo sacrificio” (Hb 10); “enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos” (Mc 13). Al acercarse al final del año litúrgico es tiempo de examen sincero, de propósitos serios, de pedir ayuda a Dios, a la Virgen, a san José y a Todos los Santos. Pedir por todos y cada uno de nosotros y por todas las familias.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Jesús, hoy, nos dice también a nosotros que el metro para juzgar no es la cantidad, sino la plenitud. Hay una diferencia entre cantidad y plenitud. Tú puedes tener tanto dinero, pero ser una persona vacía. No hay plenitud en tu corazón. Pensad esta semana en la diferencia que hay entre cantidad y plenitud. No es cosa de billetera, sino de corazón. Hay diferencia entre billetera y corazón… Hay enfermedades cardíacas que hacen que el corazón se baje hasta la billetera… ¡Y esto no va bien! Amar a Dios “con todo el corazón” significa confiar en Él, en su providencia, y servirlo en los hermanos más pobres, sin esperar nada a cambio.” (Angelus, en la plaza de San Pedro, el día 8 de noviembre de 2015)

- “Hoy muchos contextos sociales ponen obstáculos a la convivialidad familiar. Es verdad, hoy no es fácil. Debemos encontrar el modo de recuperarla; en la mesa se habla, en la mesa se escucha. Nada de silencio, ese silencio que no es el silencio de las monjas de clausura, es el silencio del egoísmo donde cada uno se dedica a lo suyo, o la televisión o el ordenador… y no se habla. No, nada de silencio. Hay que recuperar esta convivialidad familiar, adaptándola a los tiempos. La convivialidad parece que se haya convertido en una cosa que se compra y se vende, pero así es otra cosa. Y la nutrición no es siempre el símbolo de un justo compartir de los bienes, capaz de llegar a quien no tiene ni pan ni afectos. En los países ricos se nos induce a gastar en una nutrición excesiva, y luego se nos induce de nuevo para remediar el exceso. Y este “negocio” insensato desvía nuestra atención del hambre verdadera, del cuerpo y del alma. Cuando no hay convivialidad hay egoísmo, cada uno piensa en sí mismo. Sobre todo porque la publicidad la ha reducido a una debilidad por las golosinas y a un deseo de dulces. Mientras tanto, muchos hermanos y hermanas se quedan fuera de la mesa. ¡Es un poco vergonzoso!” (Audiencia general, el día 11 de noviembre de 2015)

(15.XI.15)

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