LO TRIBUTARIO (nº1083)

IRPF: 16) rendimientos del capital mobiliario

Aunque los rendimientos de capital mobiliario parecen los “verdaderos” rendimientos (frutos) que proceden de un capital, de un elemento patrimonial, de un patrimonio que no es humano (rendimiento del trabajo) y que no tiene mezcla con él (rendimiento de actividad), con la evolución de los sistemas tributarios ha perdido esa identidad y concreción (intereses, dividendos, alquileres). Si en los cientos de impuestos del imperio autro-húngaro los rendimientos se diferenciaban en el tipo de gravamen aplicable según la seguridad de su obtención (rendimientos de la deuda pública en un extremo rendimientos de artesanos en otro), en la sorprendente evolución de los sistemas tributarios, en1985 apareció en el nuestro los rendimientos implícitos (Ley 14/1985), con escándalo de puristas del Derecho (que calificaban la renta así obtenida como “incrementos de patrimonio”, luego “ganancias patrimoniales”), con la sola finalidad de asegurar una mayor recaudación y, sin vergüenza, de poder participar la Hacienda en las rentas del mercado de “dinero negro” (AFRO´s, Pagarés del Tesoro, anónimos a efectos tributarios). Y ya puestos, como Pinocho con el hacha en el “parquet” de madera en la isla de Estrómboli, superado el histórico trance fraudulento (derechos de suscripción, pagarés de empresa, seguros de prima única, cesiones de crédito, bonos austríacos), el sencillo artículo que salió en 1978 de los trabajos de la reforma se ha convertido en un ordenado y numeroso entramado de casos que acaba con un “cajón de sastre”.

Y, así, la LIRPF clasifica los rendimientos de capital mobiliario en: 1) obtenidos por la participación en fondos propios de cualquier entidad (dividendos, primas de asistencia, participación en beneficios, utilidad de socio, prima de emisión); 2) obtenidos por la cesión a terceros de capitales propios (instrumento de giro, cuentas en instituciones financieras, cesión temporal de activos financieros, cesión o transferencia de créditos, activos financieros); 3) procedentes de operaciones de capitalización, contratos de seguro de vida o invalidez e imposición de capitales (capital diferido, rentas vitalicias inmediatas, temporales inmediatas, diferidas no obtenidas por título sucesorio…); 4) rendimientos que no sean rendimientos de actividad económica (propiedad intelectual, asistencia técnica, arrendamiento de bienes muebles, negocios o minas, cesión de derechos de explotación de imagen).

Y también se delimita el componente de renta regulando que no son rendimientos de capital mobiliario los obtenidos por aplazamiento o fraccionamiento en operaciones de actividad económica ni en la transmisión lucrativa por causa de muerte de activos representativos de captación y utilización de capitales ajenos; sin que se compute el rendimiento negativo derivado de la transmisión lucrativa por actos “inter vivos” de dichos activos.

El resto de la regulación de los rendimientos de capital mobiliario sigue el esquema de todos los rendimientos con las propias peculiaridades: para valores negociables sólo se minoran los gastos de administración y depósito de valores; para asistencia técnica, arrendamiento de bienes muebles o negocios o minas y subarrendamientos, se deducen los gastos necesarios para obtener el rendimiento y la amortización de los bienes o derechos que producen los rendimientos.

Y se reducen en un 30% los rendimientos cuyo período de generación es superior a dos años (aunque, en razón, debería ser superior a un año) y los que, por norma reglamentaria (dando un rodeo al principio de reserva de ley en la determinación del hecho imponible y de la base imponible) se consideren obtenidos de forma notoriamente irregular. Esta previsión legal se ha concretado exclusivamente en: importes obtenidos por traspaso o la cesión del contrato de arrendamiento, indemnizaciones percibidas del arrendatario o subarrendatario por daños o desperfectos en los casos de arrendamiento, importes obtenidos por la constitución o cesión de derechos de uso o disfrute de carácter vitalicio.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

No se sabe cómo se financiará el aumento de gasto para el rearme bélico. Sin Presupuestos, sería con más impuestos, aunque el debate es sobre la tributación del salario mínimo interprofesional.

Cuaresma. Cuarta semana. Domingo “Laetare”. Hasta el color de la casulla, abandonado temporalmente el morado, avisa a los cristianos de este breve tiempo de alivio para suavizar el rigor propio de la amorosa preparación a la Pasión y Muerte de Jesucristo, en la que sacrificio, mortificación, purificación, desagravio, propósitos, arrepentimiento, son palabras que se refieren a actos de amor y de piedad de los hijos de Dios. “Mirad qué amor tan grande nos ha mostrado el Padre: que nos llamemos hijos de Dios ¡y lo somos! Por eso el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. Queridísimos: ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como es” (1 Jn 3,1-2)

Alegría en la tierra. “Así pues, también vosotros ahora os entristecéis, pero os volveré a ver y se os alegrará el corazón y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada. En verdad, en verdad os digo: si le pedís al Padre algo en mi nombre, os lo concederá. Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre: pedid y recibiréis para que vuestra alegría sea completa” (Jn 16,22-24). “Padre, ha llegado la hora… ahora voy a Ti y digo estas cosas en el mundo, para que tengan mi alegría completa en sí mismos” (Jn 17, 13). Y también: “Volvieron los setenta y dos llenos de alegría diciendo: - Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre. Él les dijo: - Veía yo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad os he dado potestad para aplastar serpientes y escorpiones y sobre cualquier poder del enemigo, de manera que nada podrá haceros daños. Pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan, alegraos más bien de que vuestro nombres están escritos en el cielo” (Lc 10, 17-20).

Alegría en el cielo nuevo: “Y oí una voz, como de una inmensa muchedumbre, como el estruendo de caudalosas aguas y el estampido de fuertes truenos, que decían: ¡Aleluya! ¡Reinó el Señor, nuestro Dios omnipotente! Alegrémonos, saltemos de jubilo; démosle gloria, pues llegaron las bodas del Cordero y se ha engalanado su esposa; le han regalado un vestido de lino deslumbrante y puro: el lino son las buenas obras de los santos” (Ap. 19,6-8). “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe. Vi también la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo de parte de Dios, ataviada como una novia que se engalana para su esposo. Y oí una fuerte voz procedente del trono que decía: - Ésta es la morada de Dios con los hombres: Habitará con ellos y ellos serán su pueblo, y Dios, habitando realmente en medio de ellos, será su Dios. Y enjugara toda lágrima de sus ojos; y no habrá ya muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor, porque todo lo anterior ya pasó” (Ap 21, 1-4)

Una carta de apóstol. “Alegraos siempre en el Señor,os lo repito, alegraos. Que vuestra comprensión sea patente a todos los hombres. El Señor está cerca. No os preocupéis por nada al contrario, en toda oración y súplica, presentad a Dios vuestras peticiones con acción de gracias. Y la paz de Dios que supera todo entendimiento custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Flp 4,4-7)

Una poesía litúrgica. “Te damos gracias, Señor, / porque has depuesto la ira / y has detenido ante el pueblo / la mano que lo castiga. / Tú eres el Dios que nos salva, / la luz que nos ilumina, / la mano que nos sostiene / y el techo que nos cobija. / Y sacaremos con gozo / del manantial de la Vida / las aguas que dan al hombre / la fuerza que resucita. / Entonces proclamaremos: / ¡Cantadle con alegría! / ¡El nombre de Dios es grande; / su caridad, infinita. / ¡Que alabe al Señor la tierra ! / Cantadle sus maravillas. / ¡Qué grande en medio del pueblo / el Dios que nos justifica!” (himno de Vísperas en Cuaresma)

LA HOJA SEMANAL
(del 31 de marzo al 5 de abril)

Lunes (31)

San Guido, abad (4ª de Cuaresma)
Palabras: “- Anda, tu hijo está curado”. El hombre creyó en la palabra de Jesús… (Jn 4,50)
Reflexión: … y se puso en camino.” Sus criados vinieron diciendo que su hijo estaba curado
Propósito, durante el día: Señor, creo, pero aumenta mi fe

Martes (1)

Santa María Egipcíaca (4ª de Cuaresma)
Palabras: “- Levántate toma tu camilla y echa a andar” (Jn 5,8)
Reflexión: … Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar”
Propósito, durante el día: Padre, hágase tu voluntad

Miércoles (2)

San Francisco de Paula, eremita y fundador de “Los mínimos” (4ªde Cuaresma)
Palabras: “Quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee vida eterna … (Jn 5,24)
Reflexión: … y no se le llamará a juicio porque ha pasado ya de la muerte a la vida”
Propósito, durante el día: Padre, no nos dejes caer en la tentación y líbranos del Malo

Jueves (3)

San Sixto I, papa (4ª de Cuaresma)
Palabras: “Las obras que el Padre me ha concedido realizar, esas obras que hago… (Jn 5,36)
Reflexión: … dan testimonio de mí; que el Padre me ha enviado”
Propósito, durante el día: Padre, santificado sea tu nombre

Viernes (4)

San Francisco Marto, niño de Fátima (4ª de Cuaresma) (día de abstinencia)
Palabras: “Yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; … (Jn 7,28)
Reflexión: … a ése vosotros no lo conocéis; yo lo conozco porque procedo de él”
Propósito, durante el día: Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mí

Sábado (5)

San Vicente Ferrer, presbítero (4ª de Cuaresma)
Palabras: “Jamás ha hablado nadie como este hombre” (Jn 7,46)
Reflexión: Preguntaron a los guardias del templo por qué no habían prendido a Jesús
Propósito, durante el día: Madre del Amor Hermoso, ayuda a tus hijos

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 30, domingo (4º de Cuaresma, Domingo “Laetare”, ciclo C) alegran el ánimo con manifestando la misericordia de Dios: “Los israelitas ya no tuvieron maná, sino que aquel año comieron de la cosecha de la tierra de Canaán” (Jos 5); “Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin edirle cuentas de sus pecados” (2 Co 5). “Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr ,se le echó al cuello y se puso a besarlo” (Lc 15).

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Como una persona enamorada, la samaritana olvida su ánfora a los pies de Jesús. El peso de esa ánfora sobre su cabeza, cada vez que volvía a casa, le recordaba su condición, su vida atribulada. Pero ahora el ánfora está depositada a los pies de Jesús. El pasado ya no es una carga; ella está reconciliada. Y lo mismo nos pasa a nosotros: para ir a anunciar el Evangelio, primero tenemos que dejar la carga de nuestra historia a los pies del Señor, entregarle la carga de nuestro pasado. Solo las personas reconciliadas pueden llevar el Evangelio. Queridos hermanos y hermanas, ¡no perdamos la esperanza! Aunque nuestra historia nos parezca pesada, complicada, tal vez incluso destrozada, siempre tenemos la posibilidad de entregarla a Dios y comenzar de nuevo nuestro camino. ¡Dios es misericordia y siempre nos espera!” (texto preparado para la Audiencia general del 26 de marzo de 2025; aunque el papa Francisco ya dejó el hospital necesita un tiempo para la recuperación)

(30.03.25) 

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