LO TRIBUTARIO (1008)

Ciencia de la Hacienda: 38) la colaboración tributaria (y 3)

Es increíble el éxito social, que ha trascendido al paso del tiempo, del desafortunado lema: “Hacienda somos todos”, que aún se emplea con frecuencia, pero que, desde el principio contiene el error de considerar que “todos” somos “el patrimonio de la Hacienda”, porque el lema adecuado es: “la hacienda es nuestra”, es “de todos nosotros” que pagamos a los servidores públicos empleados por una Administración para que gestione ingresos y gastos, con eficacia y eficiencia, en la consecución de los objetivos (que todos ingresen lo que deben) y con el mínimo coste (la pérdida de intereses no cobrados por retrasos de la Administración en el cumplimiento de los plazos que la obligan – art. 26.4 LGT- es tan grave como el coste de garantías que hay que devolver -art. 33 LGT- porque fue contra Derecho la actuación de la Administración). Después vino: “Contribuir es recibir” que era un bucle intelectual imposible. Pero aún no ha aparecido el animoso: “Colabora: paga lo que debes; que no te exijan lo que no debes”.

La colaboración entre Administración y administrados tiene una regulación general en la ley cuando, por una parte, regula el derecho de los administrados a ser informados y asistidos por la Administración sobre el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, derecho a ser informado en el inicio de las actuaciones comprobación o inspección sobre la naturaleza y alcance de las mismas, así como de sus derechos y obligaciones en el curso de tales actuaciones (art. 34.1.a) y ñ) LGT); y, por otra parte, regula el deber de prestar información y asistencia a los administrados acerca de sus derechos y obligaciones (art. 85.1 LGT), mediante publicaciones comunicaciones, actuaciones de información, contestaciones a consultas escritas, actuaciones previas de valoración (arts. 86 a 91 LGT). Falta la específica regulación legal del deber de la Administración a la asistencia a los obligados en la realización de declaraciones, autoliquidaciones y comunicaciones tributarias (art. 85.2 e) LGT). En la regulación de la gestión tributaria se incluye como función (art. 117.1.m) LGT) la información y asistencia tributaria; y en la inspección (art. 141 f) LGT) la función de informar a los obligados tributarios, con motivo de las actuaciones inspectoras, sobre sus derechos y obligaciones y la forma en que se deben cumplir. Se echa de menos (campañas de IRPF) la obligación de “formalizar” la constancia de las actuaciones de colaboración, de identificar al que las realiza y legislar sobre las consecuencias individuales de no hacer bien la colaboración.

También pueden colaborar en la aplicación de los tributos (art. 92 LGT) “otras administraciones públicas, entidades privadas, instituciones u organizaciones representativas de sectores e intereses sociales, laborales, empresariales o profesionales” y los colegios y asociaciones de profesionales de la asesoría fiscal con el objeto de “facilitar el desarrollo de su labor en aras de potenciar el cumplimiento cooperativo de las obligaciones tributarias”. Medios de colaboración son: a) estudios e informes sobre elaboración y aplicación de disposiciones y valoraciones, campañas de información y difusión; b) y meras “labores de gestoría”, como simplificar el cumplimiento de obligaciones tributarias, subsanación de defectos, información sobre el estado de tramitación de devoluciones y reembolsos, solicitud y obtención de certificados y presentación y remisión de autoliquidaciones, declaraciones y otros documentos. Lo del cumplimiento cooperativo de las obligaciones tributarias, parece falaz y “yugoeslavo”.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Se negó a un trato para evitar la cárcel. Resultó que ni siquiera llegaba al importe que exige el delito contra la Hacienda. ¿Qué pasa con los que hicieron un cálculo sin datos comprobados? ¿Qué hará el acusador público que se fía de esos imparciales retribuidos?

Se acabaron las fiestas postpentecostales, la Santísima Trinidad y el Corpus Christi, que, como joyas del cielo han servido para glorificar la transición al Tiempo Ordinario que ya ha empezado retomando la serie de ferias posteriores a la Navidad y hasta la Cuaresma. El cristiano vive esta ordenación de tiempos y solemnidades como una forma más de participar en la Comunión de los Santos y de sentir el cielo ya desde ahora. Por eso, quedan reminiscencias de la que antiguamente se llamaba Pascua de Pentecostés o del dicho popular sobre los tres jueves que relucen más que el sol. Y viviendo al día, el cristiano, también saborea en el alma las celebraciones del Sagrado Corazón de Jesús, del Inmaculado Corazón de María. Se alcanza así los días de los santos, empezando esta semana, junto a los otros santos de cada día, por san Bernabé y san Antonio de Padua. Encomendados a los santos, empezamos el largo camino que nos llevará a Cristo Rey.

En el evangelio hay textos que animan este principio de la caminata hasta el cielo. Al acabar las Bienaventuranzas podemos leer: “Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en el cielo” (Mt 5,12). Poco después se recuerda la confianza en la Providencia: “Bien sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad antes de que se lo pidáis” (Mt 6,8). “Por eso os digo: no estéis preocupados por vuestra vida: qué vais a comer; o por vuestro cuerpo: con qué os vais a vestir … Así pues, no andéis preocupados diciendo ¿qué vamos a comer, qué vamos a beber, con qué nos vamos a vestir?  Por todas esas cosas se afana los paganos. Bien sabe vuestro Padre celestial que de todo eso estáis necesitados. Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os añadirán. Por tanto, no os preocupéis por el mañana, porque el mañana traerá su propia preocupación. A cada día le basta su contrariedad” (Mt 6, 25,31-34)

“Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Quién de entre vosotros, si un hijo suyo le pide un pan, le da una piedra? ¿O si pide un pez le da una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se lo pidan?” (Mt 7,7-11) “No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed ante todo al que puede hacer perder alma y cuerpo en el infierno. ¿No se venden un par de pajarillos por un as? Pues bien, ni uno solo de ellos caerá en tierra sin que lo permita vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. Por tanto, no tengáis miedo: vosotros valéis más que muchos pajarillos” (Mt 10,28-31)

“Venid a mí todos los fatigados y agobiados y yo os aliviaré. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas porque mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mt 11,28-30). “Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga. Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. Porque ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?, o ¿qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?” (Mt 16,24-26)               

LA HOJA SEMANAL
(del 10 al 15 de junio)

Lunes (10)

San Censurio de Auxerre, obispo (10ª TO)
Palabras: “Dichosos vosotros cuando os insulten y persigan … (Mt 5,11)
Reflexión: … y os calumnien de cualquier modo por mi causa”
Propósito, durante el día: Padre, hágase tu voluntad como se hace en el cielo

Martes (11)

San Bernabé, apóstol (Nª Sª de la Capilla) (10ª TO)
Palabras: “Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca” (Mt 10,7)
Reflexión: “Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis”
Propósito, durante el día: Padre, danos lo que necesitamos

Miércoles (12)

San Juan de Sahagún, presbítero (10ª TO)
Palabras: “Pero quien los cumpla (los preceptos menos importantes) … (Mt 5,19)
Reflexión: … y enseñe, será grande en el reino de los cielos”
Propósito, durante el día: Padre, perdóname y ayúdame a perdonar

Jueves (13)

San Antonio de Padua, presbítero y doctor de la Iglesia (10ª TO)
Palabras: “(Si) tu hermano tiene quejas contra ti … (Mt 5,23)
Reflexión: …vete primero a reconciliarte con tu hermano”
Propósito durante el día: Padre, no nos dejes en la tentación

Viernes (14)

San Eliseo, profeta (10ª TO) (día de abstinencia)
Palabras: “Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale … (Mt 5,29)
Reflexión: … perder un miembro que ser echado entero al infierno”
Propósito, durante el día: Jesús, en la hora de la muerte, llámame

Sábado (15)

Santa María Micaela del Santísimo Sacramento, virgen y fundadora (10ª TO)
Palabras: “No juréis en absoluto… A vosotros os basta decir “sí” o “no” … (Mt 5,34,37)
Reflexión: … Lo que pasa de ahí viene del Maligno”
Propósito, durante el día: Madre, mientras mi vida alentare, todo mi amor para ti

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 9, domingo (10º TO, ciclo B) llaman a la confianza: “El Señor Dios dijo a la serpiente: Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas fieras del campo…” (Gn 3); “Por eso no nos desanimamos. Aunque nuestro hombre exterior se vaya deshaciendo, nuestro interior se renueva día a día. Y una tribulación pasajera y liviana produce un inmenso e incalculable tesoro de gloria” (2 Co 4); “El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y me hermana y mi madre” (Mc 3) 

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Entendemos, pues, que celebrar la Eucaristía y comer este Pan, como hacemos especialmente los domingos, no es un acto de culto desvinculado de la vida o un mero momento de consuelo personal; debemos recordar siempre que Jesús tomó el pan, lo partió y se lo dio y, por tanto, la comunión con Él nos hace capaces de convertirnos también en pan partido para los demás, capaces de compartir lo que somos y lo que tenemos. San León Magno decía: “Nuestra participación en el cuerpo y la sangre de Cristo no tiende a otra cosa que a convertirnos en lo que comemos” (“Sermón XII sobre la Pasión”, 7). A esto, hermanos y hermanas, estamos llamados: a convertirnos en lo que comemos, a ser «eucarísticos», es decir, personas que ya no viven para sí mismas (cf. Rm 14,7), no, en la lógica de una posesión y de consumo, no, personas que saben hacer de su vida un don para los demás, sí. Así, gracias a la Eucaristía, nos convertimos en profetas y constructores de un mundo nuevo: cuando superamos el egoísmo y nos abrimos al amor, cuando cultivamos los lazos de fraternidad, cuando compartimos los sufrimientos de nuestros hermanos y compartimos nuestro pan y nuestros recursos con los necesitados, cuando ponemos nuestros talentos a disposición de todos, entonces partimos el pan de nuestra vida como Jesús. Hermanos y hermanas, preguntémonos entonces: ¿Guardo mi vida sólo para mí o la doy como Jesús? ¿Me gasto por los demás o me encierro en mi pequeño yo? Y, en las situaciones cotidianas, ¿sé compartir o busco siempre mi propio interés?” (Angelus 2 de junio de 2024)

- “San Pablo hará de todo esto la ley fundamental del obrar cristiano cristiana: “Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Co 3.17), dice él. Una persona libre, un cristiano libre, es aquel que tiene el Espíritu del Señor. Esta es una libertad totalmente especial, muy distinta de la que se entiende comúnmente. No es libertad para hacer lo que uno quiera, ¡sino libertad para hacer libremente lo que Dios quiera! No libertad para hacer el bien o el mal, sino libertad para hacer el bien y hacerlo libremente, es decir, por atracción, no por constricción. En otras palabras, libertad de hijos, no de esclavos. San Pablo es muy consciente de los abusos o malentendidos que se pueden hacer de esta libertad; escribe a los gálatas: “…ustedes, hermanos, a libertad fueron llamados; solo que no usen la libertad como pretexto para la carne, sino sírvanse por amor los unos a los otros” (Gal 5, 13). Se trata de una libertad que se expresa en lo que parece ser su opuesto, se expresa en el servicio, y en el servicio está la verdadera libertad.” (Audiencia general, 5 de junio de 2024)

- “… Introducción. 6. Desde los inicios de su pontificado, el Papa Francisco ha invitado a la Iglesia a “confesar a un Padre que ama infinitamente a cada ser humano” y a “descubrir que con ello le confiere una dignidad infinita”, subrayando con fuerza que esta dignidad inmensa representa un dato originario a reconocer con lealtad y a acoger con gratitud… Que todo ser humano posee una dignidad inalienable es una verdad que responde a la naturaleza humana más allá de cualquier cambio cultural”. En realidad, concluye el Papa Francisco, “el ser humano tiene la misma dignidad inviolable en cualquier época de la historia y nadie puede sentirse autorizado por las circunstancias a negar esta convicción o a no obrar en consecuencia”. En este horizonte, su encíclica “Fratelli tutti” constituye ya una especie de “Carta Magna” de las tareas actuales para salvaguardar y promover la dignidad humana.” (“Dignitas infinita”)

(9.06.24) 

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