LO TRIBUTARIO (nº 920)

Seguridad jurídica: Infracciones y sanciones

“Lo sancionador no es tributario; la responsabilidad tributaria es la frontera del lado de las sanciones” Es otra forma de decir lo que señala la ley: “Las sanciones tributarias que puedan imponerse de acuerdo con lo dispuesto en el Título IV de esta Ley no formarán parte de la deuda tributaria, pero en su recaudación se aplicarán las normas incluidas en el capítulo V del Título III de esta Ley”. O sea, que se debe tributar lo que la ley exige, pero no hay ley que establezca que una liquidación tributaria conlleva una sanción. No obstante, a la hora de pagar o de cobrar la multa impuesta se sigue las normas de la recaudación tributaria, como los plazos o el procedimiento ejecutivo de apremio. Y, en el ámbito fronterizo aquí señalado, se debe recordar no sólo que hay supuestos de responsabilidad que participan del carácter sancionador (como el art. 42.2 a) LGT), sino también que son muchos los supuestos de responsabilidad tributaria (art. 42.1 a), c) y 2; art. 43.1 a), g) y h) LGT) en los que se deriva a un tercero responsable la sanción impuesta al deudor principal, aunque la regla general de la ley dice lo contrario: “La responsabilidad no alcanzará a las sanciones, salvo excepciones que en esta ley u otra ley se establezca” (art. 41.4 LGT)

“No se tributa porque se es culpable, pero no hay sanción sin culpa probada”. Es otra forma de decir lo que la ley regula: “La potestad sancionadora en materia tributaria se ejercerá de acuerdo con los principios reguladores de la misma en materia administrativa con las especialidades establecidas en esta ley. En particular serán aplicables los principios de legalidad (art. 183 LGT), tipicidad, responsabilidad (art. 179 LGT), proporcionalidad y no concurrencia (art. 180 LGT). El principio de responsabilidad se aplicará con carácter general teniendo consideración lo dispuesto en el apartado 2 del artículo 10” (art. 178 LGT). Y en ese apartado y precepto se dice, primero: “Salvo que se disponga lo contrario, las normas tributarias no tendrán efecto retroactivo y se aplicarán: a los tributos sin período impositivo, devengados a partir de su entrada en vigor; y a los demás tributos cuyo período impositivo se inicie desde ese momento”. Y, sigue: “No obstante, las normas que regulen el régimen de infracciones y sanciones tributarios y de los recargos tendrán efectos retroactivos respecto de los actos que no sean firmes cuando su aplicación resulte más favorable para el interesado”. Lo que se puede resumir así: las infracciones y las sanciones en materia tributaria, se rigen por los principios propios del Derecho Penal, con las peculiaridades del Derecho Administrativo (arts. 25, 26, 27, 28, 29, 30 y 31 Ley 40/2015, LRJSP y arts. 64 y 85 Ley 39/2015, LPAC), salvo lo establecido en normas reguladoras de las infracciones y sanciones tributarias (art. 183.3 LGT); y en todo caso por la Constitución (arts. 9.3º, 24.1, 25 CE).

Y, a pesar de tal marco normativo, la seguridad jurídica se resiente, por ejemplo, cuando se dice que lo declarado por loa administrados se considera cierto para ellos (art. 108.4 LGT), cuando la presunción de inocencia lo que exige es que lo declarado se considere cierto, salvo que se pruebe lo contrario. Del mismo modo, el talante de este Estado de Derecho se pone de manifiesto cuando no incorpora a la LGT, aunque dice lo contrario en su Exposición de Motivos, la presunción de buena fe del contribuyente que se reguló en el artículo 33.1 de a Ley 1/1998, de Derechos y Garantías de los Contribuyentes.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

El ideal es que todos los contribuyentes cumplan adecuadamente. Y no debe ser: Este año se ha descubierto más fraude que el anterior, pero menos que el próximo.

Tiempo Ordinario. La vida del cristiano es camino hacia y hasta el cielo, viviendo de continuo la presencia de Dios, sabiéndose hijo de Dios, dando gracias por las maravillas que ha hecho y sigue haciendo desde la creación: “Mi Padre no deja de trabajar, y yo también trabajo … pues las obras que me ha dado mi Padre para que as lleve a cabo, las mismas obras que yo hago, dan testimonio acerca de mí, de que el Padre e ha enviado” (Jn 5,17.36). La Liturgia regala al cristiano caminante pasajes a propósito de este obrar de Dios. Como éste: “Tú visitas la tierra, la riegas y la enriqueces generosamente. El manantial de Dios rebosa de aguas; haces crecer sus trigos, pues así la preparas: riegas sus surcos, aplanas sus terrones, la ablandas con las lluvias, bendices sus brotes. Coronas el año con tus beneficios y tus huellas rezuman abundancia. Rezuman los pastos del desierto, las colinas se ciñen de alegría. Las praderas se visten de rebaños y los valles se cubren de grano: gritan de alegría y cantan” (salmo 64). Obras de Dios, fruto de Dios, “magnalia Dei” (Hech. “Iudei quoque et proseliti cretes et arabes audivimus loquentes eos nostris linguas magnalia Dei”: Cretenses y árabes les oímos hablar en nuestros propios idiomas, los grandes hechos de Dios). Y el corazón del cristiano se anima porque: “Electi Dei non laborabunt frustra” (Is 65,23): “Y de las obras de sus manos disfrutarán mis elegidos. No trabajarán en vano”.

En el camino, el cristiano no anda solo. Unos a otros se animan, unos a otros recuerdan textos y disfrutan, cantan, ríen o callan mientras piensan lo que se dice. Uno: “Dichosos el hombre que no sigue el consejo de los impíos ni se detiene en el camino de pecadores, ni toma asiento con farsantes, sino que se complace en la Ley del Señor, y noche y día medita su ley. Será como un árbol plantado al borde de la acequia, que da fruto a su tiempo y no se marchitan sus hojas: cuanto hace prospera. No así los impíos, no así, son como polvo que dispersa el viento” (salmo 1). Y otro: “Se cuidan a sí mismos; son nubes sin agua, zarandeadas por los vientos; árboles de otoño, sin fruto, dos veces muertos y arrancados de raíz; olas bravías del mar que echan la espuma de sus torpezas; astros errantes a los está reservado para siempre la oscuridad tenebrosa” (Jd 12,12-13). “Por sus frutos los conoceréis” (Mt,7,16.20).

Siguiendo los pasos de Jesús, atentos a sus gestos y a sus palabras, también meditamos sus preguntas: “Ellos le dijeron: ¿Quién eres tú? Díjoles Jesús: En verdad ¿por qué hablo con vosotros? Mucho tengo que decir y condenar de vosotros… ¿Por qué no comprendéis mis palabras? … ¿Quién de vosotros puede convencerme de pecado? Si digo verdad, ¿por qué no me creéis? El que es de Dios oye las palabras de Dios; vosotros no las oís porque no sois de Dios” (Jn 8,25.43.46).  Y, en el recuerdo: “Todo el que oye estas palabras y las pone en práctica, es como un hombre que edificó sobre toca; y cayó la lluvia y legaron las riadas y soplaron los vientos: irrumpieron contra aquella casa, pero no se cayó porque estaba cimentada sobre roca” (Mt 7,24-25). El que oye estas palabras y no las pone en práctica es como la casa edificada sobre arena que se derrumbó y fue tremenda su ruina. Y, en otro pasaje, la mujer alzando la voz le dijo: - Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron. Pero Jesús replicó: “- Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan (Lc 11,28)”

LA HOJA SEMANAL
(del 17 al 22 de julio)

Lunes (17)

Santas Justa y Rufina, mártires (15ª TO)
Palabras: “El que quiere a su padre o a su madre más que a mí… (Mt 10,37)
Reflexión: … no es digno de mí”. El que pierda su vida por mí, la encontrará
Propósito, durante el día: Toma, Señor, mi libertad, mi memoria, mi entendimiento

Martes (18)

Santa Sinforosa y compañeros mártires (15ª TO)
Palabras: “Se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho … (Mt 11,20)
Reflexión: … casi todos sus milagros, porque no se habían convertido”
Propósito, durante el día: Toma, Señor, mi voluntad, todo mi haber y todo mi poseer

Miércoles (19)

San Macedonio, mártir (15ª TO)
Palabras: “Nadie cono al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre … (Mt 11,27)
Reflexión: … sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”
Propósito, durante el día: Señor, Tú me lo diste; a Ti, Señor, lo torno. Todo es tuyo

Jueves (20)

San Apolinar, obispo y mártir (15ª TO)
Palabras: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados…” (Mt 11,28)
Reflexión: … y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí que soy manso”
Propósito, durante el día: Señor, dame tu amor y tu gracia, que eso me basta

Viernes (21)

San Lorenzo de Brindisi, presbítero y doctor de la Iglesia (15ª TO) (día de abstinencia)
Palabras: “Si comprendierais lo que significa: quiero misericordia… (Mt 12,7)
Reflexión: … y no sacrificio, no condenaríais a los que no tienen culpa”
Propósito, durante el día: Aleja, Señor de mí, lo que aparte de Ti

Sábado (22)

Santa María Magdalena
Palabras: “Si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré (Jn 20,15)
Reflexión: … No me detengas porque aún no he subido al Padre”
Propósito, durante el día: Madre de Dios y madre mía. María es mi madre

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro) 

Las lecturas del día 16, domingo (15º TO, ciclo A; Nª Sª del Carmen) nos llaman a escuchar y a poner en práctica la Palabra de Dios: “Así será mi palabra, que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo” (Is 55); “Gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios” (Rm 8); “Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la apalabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno” (Mt 13). Con la gracia de Dios.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Hermanos y hermanas, nuestra vida, si lo pensamos bien, está llena de milagros: llena de gestos de amor, signos de la bondad de Dios. Sin embargo, ante ellos, también nuestro corazón puede acostumbrarse y permanecer indiferente, curioso pero incapaz de asombrarse, de dejarse “impresionar”. Un corazón cerrado, un corazón blindado, no tiene capacidad para sorprenderse. ‘Impresionar’ es un bonito verbo que hace pensar en la película de un fotógrafo. Esta es la actitud correcta ante las obras de Dios: fotografiar en la mente sus obras para que se impriman en el corazón, a fin de revelarlas en la vida mediante muchos gestos de bien, de modo que la “fotografía” de Dios-amor se haga cada vez más luminosa en nosotros y a través de nosotros. Y ahora preguntémonos, todos nosotros: en la marea de noticias que nos sumerge, ¿sé detenerme en las grandes cosas de Dios, las que Dios hace, como nos muestra Jesús hoy? ¿He perdido la capacidad de asombrarme? ¿Me dejo maravillar como un niño por el bien que cambia el mundo silenciosamente, o he perdido la capacidad de asombrarme? ¿Y bendigo al Padre cada día por sus obras? Que María, que exultó en el Señor, nos haga capaces de asombrarnos de su amor y de alabarlo con simplicidad.” (Angelus, 9 de julio de 2023)   

(16.07.23) 

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