LO TRIBUTARIO (nº 918)

Seguridad jurídica: procedimiento recaudatorio (y 3)

Una parte de la recaudación funciona por sí misma gracias a las autoliquidaciones y al cobro por recibos anuales. Más que un procedimiento es un protocolo en el que todo está previsto o es automático: los períodos, voluntario (art. 161 LGT) y ejecutivo, de pago, los recargos, los intereses de demora. El verdadero procedimiento recaudatorio, el procedimiento de apremio (art. 163 a 173 LGT) lo realiza la Administración y se inicia con la providencia de apremio que tiene la fuerza ejecutiva de la sentencia judicial para proceder contra los bienes del deudor (art. 167.2 LGT) y cuyo contenido es de especial relevancia porque debe identificar con precisión la deuda tributaria a que se refiere y se debe notificar con todas las garantías. Es un procedimiento coactivo que participa de la naturaleza de la ejecución forzosa y, como es esencialmente ejecutivo, son contadas las causas de suspensión (art. 165 LGT), ya sea por reclamación, recurso, error, satisfacción anterior (pago, compensación, aplazamiento, prescripción) y, producido el embargo, cuando se plantea la tercería de dominio, porque la tercería de mejor derecho no suspende (art. 165.5 LGT y 117 a 122 RD 939/2005, RGR). Son limitados los motivos de impugnación de la providencia de apremio (art. 167.3 LGT). Y se mantiene la conservación de los actos válidos en los casos de anulaciones (art. 166 LGT).    

En el procedimiento de apremio, la ley regula: la ejecución de garantías (art. 168 LGT y 74 RD 939/2005 RGR), la práctica de embargo de bienes y derechos (arts. 169 a 171 LGT y arts. 75 a 96 RGR) y la enajenación de los bienes embargados (art. 172 LGT y arts. 97 a 112 RGR). En el procedimiento se liquidan costas (art. 113 a 115 RGR) por los pagos que haya que hacer a terceros (honorarios de profesionales y gastos de depósito y administración) en el curso del procedimiento. Y, finalmente, la ley y el reglamento (art. 173 LGT y art. 116 RGR) regulan la terminación del procedimiento por: pago de la cantidad debida (en el orden establecido en el art. 116 RGR), por declaración del crédito total o parcialmente incobrable, una vez declarados fallidos toso los obligados al pago; por extinción de la deuda por otra causa (prescripción, compensación, condonación, baja provisional por insolvencia: arts. 66 a 76 LGT). Y, aún así, no acaba la posibilidad de cobro por la vía de apremio: “En los casos en que se haya declarado el crédito incobrable, el procedimiento de apremio se reanudará, dentro del plazo de prescripción, cuando se tenga conocimiento de la solvencia de algún obligado al pago” (art.173.2 LGT).

De esas frecuentes referencias a “otros obligados” al pago de la deuda del deudor se puede deducir lo que es regulación legal de la exigencia del pago de la deuda tributaria de uno a otros que la ley permite declarar responsables solidarios o subsidiarios (arts. 174 a 176 LGT; art. 124 126 RGR) o por sucesión (art. 177 LGT; art. 127 RGR). Debería ser suficiente considerar la exigencia de la deuda tributaria, incluidos recargos e intereses de demora, de uno a otro que es ajeno a la capacidad económica, a la conducta ilícita, a las demoras o impagos en plazo de aquél, para poder mantener razonablemente que esa exigencia participa de la naturaleza de las sanciones, que en su planteamiento y realización debería gozar de las garantías propias del derecho sancionador, desde la tipificación legal de las infracciones, hasta la obligada prueba de la culpa y la apreciación de causas de exoneración de punibilidad. Y ahí muere la seguridad jurídica.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Apareció la lista de los grandes morosos incobrables a pesar de los años, a pesar de los poderes de la Administración y de la exigibilidad a terceros de las deudas del principal.

El cristiano vive el Tiempo Ordinario caminando hacia el cielo, primero, en invierno, antes de Cuaresma, y, después, en las tres otras estaciones del año: primavera, verano y otoño. El cuerpo del caminante ilusionado se acomoda a todo y procura aprovechar el devenir de la vida natural para aprovecharlo aumentando el amor a Dios, sintiendo que está más cercano, que camina a nuestro lado, que nos anima. No faltan los obstáculos, las cuestas arriba, los momentos de cansancio, los tiempos de caminar rutinario como si la mente no tuviera actividad y el cuerpo se moviera con automatismo; y hay caídas; y tentaciones de pararse, se coger un atajo, de andar fuera del camino. Son muchos los que recuerdan el aviso de san Agustín: “Es mejor cojear por el camino que avanzar a grandes pasos fuera de él, pues quien cojea, aunque avance poco, se acerca a la meta, mientras que quien va fuera de él, cuanto más corre más se aleja” (sermón 169). Y al hablar del camino no faltarán cristianos que recuerden el versículo del salmo II tantas veces repetido: “Aprehendite disciplinam, ne quando irascatur, et pereatis de via, cum exarserit in brevi ira eirus” (Abrazad la buena doctrina, no sea que al fin se enoje, y perezcáis fuera del camino, cuando dentro de poco se inflame su ira”). Y acabad, caminando animosos, como acaba el salmo: Bienaventurados los que confían en Dios.

El alma del cristiano, caminante hacia el cielo, repite, alegre, frases del Nuevo Testamento grabadas en el corazón: “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?”, “Nada nos separará del amor de Dios que está en Cristo Jesús” (Rm 8,31.39) Y, así, lleno de Dios y metido en Dios, el cristiano se conforta sintiendo la presencia de Jesús a su lado, oyendo sus palabras, atendo a sus gestos, meditando las preguntas del Señor: “Los escribas y fariseos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio, la pusieron en el medio y le dijeron: - Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. En la ley, Moisés nos manda apedrear a éstas, ¿Tú que dices? … Jesús, inclinándose se pudo a escribir con el dedo en el suelo. Como ellos persistiesen en su pregunta, se incorporó y les dijo: - El que de vosotros esté sin pecado, tire el primero sobre ella una piedra. E, inclinándose de nuevo se puso a escribir en el suelo. Y ellos al oírlo, comenzaron a irse uno a uno, empezando por los más viejos, hasta los últimos y quedó Jesús solo con la mujer, que estaba delante. Jesús, levantándose, le dijo: Mujer ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado? Ella respondió: Nadie, Señor. Díjole Jesús: Tampoco yo te condeno: vete y en adelante no vuelvas a pecar” (Jn 8, 3-5.6-11). En el recuerdo, las palabras de Jesús al paralítico sanado en la piscina “probática”: “Miras, estás curado; no peques más para que no te ocurra algo peor” (Jn 5,14).

Tiempo de perdón: “No te digo que hasta siete, sino hasta setenta veces siete” respondió Jesús cuando san Pedro le preguntó cuántas veces debía perdonar a su hermano (Mt 18,22). Y a sus discípulos les dijo: “Si tu hermano peca, repréndele; y si se arrepiente, perdónale. Y si peca siete veces al día contra ti y siete veces vuelve a ti diciendo “Me arrepiento”, le perdonarás” (Lc 17,3-4). A Simón, el fariseo en cuya casa comió Jesús, cuando criticó los detalles de amor de la mujer pecadora, le dijo: “Por eso te digo: le son perdonados sus muchos pecados, porque ha amado mucho. Aquel a quien menos se perdona menos ama” (Lc 7,47). “Perdónales porque no saben lo que hacen” (Lc 23,34).

LA HOJA SEMANAL
(del 10 al 15 de julio)

Lunes (10)

Santas Rufina y Segunda, mártires (14ª TO)
Palabras: “¡Ánimo, hija, tu fe, te ha curado” (Mt 9,22)
Reflexión: Jesús curó a la mujer que sufría flujos de sangre durante doce años
Propósito, durante el día: Señor, aumenta nuestra fe

Martes (11)

San Benito, abad, patrono de Europa
Palabras: “Recibirá cien veces más y heredará la vida eterna” (Mt 19,29)
Reflexión: El que por mí deja casa, hermanos, padre o madre, mujer, hijos o tierras
Propósito, durante el día: Señor, todo lo mío es tuyo, dispón de mí según tu voluntad

Miércoles (12)

Santos Proclo e Hilarión, mártires (14ª TO)
Palabras: “Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca” (Mt 10,7)
Reflexión: Jesús envió a los doce apóstoles con esas instrucciones
Propósito, durante el día: Padre, venga a nosotros tu reino

Jueves (13)

San Enrique, emperador (14ª TO)
Palabras: “Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis” (Mt 10,8)
Reflexión: Si alguno no os recibe o escucha, al salir sacudid el polvo de los pies
Propósito, durante el día: Señor, dame de tu amor para poder dar amor a los demás

Viernes (14)

San Camilo de Lelis, presbítero (14ª TO) (día de abstinencia)
Palabras: “El que persevere hasta el fin, se salvará” (Mt 10,22)
Reflexión: Sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas
Propósito, durante el día: Padre, dame fortaleza y perseverancia

Sábado (15)

San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia
Palabras: “No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden … (Mt 10,28)
Reflexión: matar el alma. No, temed al que puede destruir con fuego el alma y cuerpo”
Propósito, durante el día: Madre mía, no te alejes, ven conmigo a todas partes

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 9, domingo (14º TO, ciclo A; Nª Sª de la Paz) nos llenan de alegría confiada en Dios que Padre todopoderoso: “Alégrate, hija de Sión, canta, hija de Jerusalén, mira a tu rey que viene” (Zc 9); “El Espíritu de Dios habita en vosotros” (Rm 8); “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera” (Mt 11). Dios es amor.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “El Señor en el Evangelio pide acoger a los profetas; por lo tanto, es importante que nos acojamos unos a otros como tales, como portadores de un mensaje de Dios, cada uno según su estado y su vocación y hacerlo allí donde vivimos, es decir, en la familia, en la parroquia, en las comunidades religiosas, en los demás ámbitos de la Iglesia y de la sociedad. El Espíritu ha distribuido dones de profecía en el santo Pueblo de Dios: he aquí por qué está bien escuchar a todos. Por ejemplo, cuando hay que tomar una decisión importante, viene bien sobre todo rezar, invocar al Espíritu, pero después escuchar y dialogar, con la confianza de que cada uno, incluso el más pequeño, tiene algo importante que decir, un don profético que compartir. Así se busca la verdad y se difunde un clima de escucha de Dios y de los hermanos, en el que las personas no se sienten acogidas solo si dicen lo que me gusta, sino que se sienten aceptadas y valoradas como dones por lo que son.” (Angelus, 2 de julio de 2023)

(9.07.23)

  

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