LO TRIBUTARIO (nº
848)
Seguridad jurídica: obtención de pruebas
(1)
Desde el Derecho Romano se conserva la regla
procedimental que dice que la carga de la prueba recae en quien afirma algo y
no en quien lo niega (art. 105.1 LGT), lo que lleva también a la regla
contraria porque nadie puede ser obligado a aportar una “prueba negativa”: lo
que no ha hecho, lo que no ha ocurrido… Hay otras reglas de aplicación en la
obtención de pruebas. Así, la regla que advierte que “sobre el Derecho no hay
pericia”, porque la prueba es de hechos; de los principios generales, las
normas y la costumbre (art. 1.1 Cc) es suficiente con su invocación y así debe
ser, desde luego, en los procedimientos judiciales porque “Iura novit Curia”,
“el Juez conoce el Derecho”. Las normas “se interpretan según el sentido propio
de las palabras, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y
legislativos y la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas,
atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquéllas” (art. 3 Cc ); las
normas tributarias se interpretan con arreglo a lo dispuesto en el artículo 3.1
C y, en tanto no se definan por la normativa tributaria, “ los términos
empleados en sus normas se entenderán conforme a su sentido jurídico, técnico o
usual, según proceda” (art. 12 LGT). No se debe confundir “interpretación” (lo
que quiere decir la norma) con “analogía”, porque la integración analógica
rellena el vacío de la ley (lo que la norma no dice). Hay prohibiciones legales
al respecto: las normas reguladoras del hecho imponible, de las exenciones y de
beneficios e incentivos fiscales se deben interpretar de forma “estricta” (que
no es lo mismo que “restrictiva”) sin que se admita la analogía para extender
más allá de sus términos estrictos (art. 14 LGT).
La práctica ha llevado a una degradación en el valor
de determinadas pruebas, como se comprueba ante la doctrina reiterada sobre la
prueba de testigos o los documentos privados o sobre los dictámenes
profesionales a los que se atribuye un componente de parcialidad. Así, padece
la seguridad jurídica si se contrasta con la presunción legal de veracidad de
las manifestaciones de los empleados de la Administración (art. 77.5 Ley
39/2015 LPAC), de las informaciones de terceros (art. 108.4 LGT) y con la
suficiencia que la Administración otorga a los informes y dictámenes de sus
propios empleados o dependencias. El contraste es jurídicamente más inquietante
cuando se considera la relevancia de la opinión de los peritos de la
Administración, respecto de la de peritos de la defensa. Interferencia aún más
relevante si se considera que, en paralelo a las actuaciones judiciales, desde
la trágica Ley 34/2015, la Administración comprueba, califica, liquida y
recauda la obligación tributaria del investigado o procesado, según se regula
en los artículos 250 a 259 LGT.
La decaída valoración probatoria de las pruebas
buscadas y obtenidas por los administrados contrasta con las posibilidades y
relevancia de las que obtiene la Administración: las personas físicas o
jurídicas, públicas o privadas, las entidades sin personalidad jurídica (art.
35.4 LGT) están obligadas a proporcionar toda clase de datos, informes,
antecedentes y justificantes con trascendencia tributaria relacionados con el
cumplimiento de sus obligaciones tributarias o deducidas de sus relaciones
económicas, profesionales o financieras con terceros (art. 93) por
declaraciones exigidas con carácter general (suministro) o mediante
requerimientos individuales (captación). Sin que excuse de este deber ni la
autoinculpación, porque es superior al derecho que la prohíbe.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Masticaba algo; cuantas más cifras se le señalaban más
cara de ignorancia se le ponía. Lógicamente, su réplica fue briosa, ideológica,
sin contenido, sin cifras. Lo pagaremos.
El cristiano, en su camino hacia el cielo donde le
espera el Padre que mira a lo lejos para ver si viene y que corre a abrazarlo
(Lc 15,20), está acompañado porque la llamada a la santidad es general:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido
en Cristo con toda bendición espiritual en los cielos, ya en él nos eligió antes
de la creación del mundo para que fuésemos santos y sin mancha en su presencia,
por amor; nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo conforme al
beneplácito de su voluntad, para alabanza y gloria de su gracia, con la cual
nos hizo gratos en el Amado; en quien, mediante su sangre, tenemos la
redención, el perdón de los pecados, según las riquezas de su gracia, que
derramó sobre nosotros sobreabundantemente con toda sabiduría y prudencia (Ef
1,3-8). “Sed santos como vuestro Padre celestial es santo” (Mt 5,48).
Caminar hacia el cielo es seguir los pasos de Cristo
en la tierra y es una buena guía recordar las preguntas que hizo el Señor y
meditarlas mientras se avanza. “Enseñaba en una de las sinagogas un sábado y
había allí una mujer enferma hacía dieciocho años. Estaba encorvada y no podría
de ninguna manera ponerse derecha. Como la vio Jesús, la llamó en voz alta y le
dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Y le impuso las manos. Al instante
se enderezó y glorificaba a Dios. El jefe de la sinagoga respondió enfadado,
porque Jesús había curado en día de sábado, y decía a la gente: Hay seis días
para ser curados y no en el día del sábado. El Señor respondió y le dijo: Hipócritas,
¿no desata cada uno de vosotros su buey o su asno en sábado y lo lleva desde el
pesebre a beber? Ya ésta, que es hija de Abrahán, que ligó Satanás hace
dieciocho años, ¿no se podía soltar de su ligadura en día de sábado? Con estas
cosas que decía se avergonzaban todos sus adversarios, mientras que todo el
pueblo se alegraba de todas las maravillas que obraba” (Lc 13,10-17). No es
sólo una curiosidad comprobar que la mujer encorvada no dice nada, no pide
nada, y que lo que se habla es para conocimiento y consideración general: Jesús
“la llamó en voz alta”, el jefe de la sinagoga “decía a la gente” y el Señor se
dirige al plural de asistentes: Hipócritas. Se avergonzaban los adversarios y
todo el pueblo se alegraba. Y se puede meditar sobre el camino hacia el cielo
en compañía de tantos -de todo el pueblo-, con alguno equivocado -que se dirige
a la gente-, y sin que falte Jesús a nuestro lado (“Y sabed que estoy con
vosotros todos los días hasta el fin del mundo”, Mt 28,20) que nos anima a
estar “siempre dispuestos a dar respuesta todo el que os pida razón de vuestra
esperanza” (1 Pe 3,15).
En el seguimiento de Cristo, fieles, alegres, se nos hace
más llevadero el camino hacia el cielo: Os ruego que “viváis, una vida digna de
la vocación a la que habéis sido llamados, con toda humildad y mansedumbre, con
longanimidad, sobrellevándoos unos a otros con caridad, continuamente
dispuestos a conservar la unidad del espíritu con el vínculo de la paz. Un solo
Cuerpo y un solo Espíritu, como habéis sido llamados a una sola esperanza: la
de vuestra vocación” (Ef 4,1-4); y “Alegraos siempre en el Señor, os lo repito,
alegraos. Que vuestra comprensión sea patente a todos los hombres. El Señor
está cerca. No os preocupéis por nada; la contrario, en toda oración y súplica,
presentad a Dios vuestras peticiones con acción de gracias” (Flp 4,4-6).
Ultreia! Et suseia!
LA HOJA SEMANAL
(del 31 de octubre al 5 de noviembre)
Lunes (31)
San Alonso Rodríguez S.I. religioso (31ª TO)
Palabras: “Cuando des un banquete invita a los pobres… (Lc 14,13)
Reflexión: … te pagarán cuando resuciten los justos”
Propósito, durante el día: Señor, contigo: ¡para siempre!, ¡para siempre!
Martes (1)
Todos los santos
Palabras: “Estad alegres y contentos porque vuestra recompensa será grande” (Mt 5,12)
Reflexión: Dichosos cuando os insulten y os persigan y os y calumnien
Propósito, durante el día: Santos Julio, Marcelino, Josemaría, José Pignatelli… ¡gracias!
Miércoles (2)
Los fieles difuntos
Palabras: “Para que donde estoy yo, estéis también vosotros” (Jn 14,3)
Reflexión: “Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo”
Propósito, durante el día: Creo en la comunión de los santos. Te pido por las ánimas
Jueves (3)
San Martín de Porres, religioso (31ª TO)
Palabras: “Habrá más alegría en el cielo en el cielo por un solo pecador… (Lc 15,7)
Reflexión: que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse
Propósito, durante el día: Señor, ayúdame a que alegre a los del cielo
Viernes (4)
San Carlos Borromeo, obispo (31ª TO) (día de abstinencia)
Palabras: “Los hijos de este mundo son más astutos con su gente… (Lc 16,8)
Reflexión: … que los hijos de la luz”
Propósito, durante el día: Señor, dame compasión, comprensión, conmiseración
Sábado (5)
Santa Ángela de la Cruz, fundadora (31ª TO)
Palabras: “Pero Dios os conoce por dentro… (Lc 16,15)
Reflexión: … La arrogancia con los hombres Dios la detesta”
Propósito, durante el día: Por Jesús a María; todo a María para Jesús
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 30, domingo (31º TO, ciclo C, año
par) nos animan en nuestra vocación: “Pero a todos perdonas, porque son tuyos,
Señor, amigo de la vida. Todos llevan tu sello incorruptible” (Sb 11); “Pedimos
continuamente a Dios que os considere dignos de vuestra vocación para que con
su fuerza os permita cumplir buenos deseo y la tarea de la fe” (2 Tes 1);
“Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa” (Lc 19). El
Señor, amigo de la vida, me ha llamado y quiere que estemos juntos.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “Hermanos,
hermanas, el fariseo y el publicano nos conciernen de cerca. Pensando en ellos,
mirémonos a nosotros mismos: veamos si en nosotros, como en el fariseo, existe
"la presunción interior de ser justos" (v. 9) que nos lleva a
despreciar a los demás. Ocurre, por ejemplo, cuando buscamos cumplidos y enumeramos
siempre nuestros méritos y buenas obras, cuando nos preocupamos por aparentar
en lugar de ser, cuando nos dejamos atrapar por el narcisismo y el
exhibicionismo. Cuidémonos del narcisismo y del exhibicionismo, basados en la
vanagloria, que también nos lleva a nosotros los cristianos …” (Angelus, 23 de
octubre de 2022)
- “Si
sabemos atravesar soledad y desolación con apertura y conciencia, podemos salir
reforzados bajo el aspecto humano y espiritual. Ninguna prueba está fuera de
nuestro alcance; ninguna prueba será superior a lo que nosotros podemos hacer.
Pero no huir de las pruebas: ver qué significa esta prueba, qué significa que
yo estoy triste: ¿por qué estoy triste? ¿Qué significa que yo en este momento
estoy desolado? ¿Qué significa que estoy desolado y no puedo ir adelante? San
Pablo recuerda que nadie es tentado más allá de sus posibilidades, porque el
Señor no nos abandona nunca y, con Él cerca, podemos vencer toda tentación
(cf. 1 Cor 10,13). Y si no la vencemos hoy, nos levantamos otra vez,
caminamos y la venceremos mañana. Pero no permanecer muertos -digamos así- no
permanecer vencidos por un momento de tristeza, de desolación: id adelante. Que
el Señor te bendiga en este camino -¡valiente!- de la vida espiritual,
que es siempre caminar.” (Audiencia general, 26 de octubre de 2022)
(30.10.22)
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