LO TRIBUTARIO (nº 840)

Seguridad jurídica: la prueba documental (1); documentos oficiales

“Pacicos de mi vida: en esta primera carta de novios va mi testamento, todo para ti, todo, para que me quieras siempre y no dudes del cariño de tu Matilde”, ese es el breve texto escrito en Peñafiel el 8 de marzo de 1915 en el papel de la carta escrita en Peñafiel en octubre de 1873 por Doña Matilde Corchón y a continuación del texto y firma de la carta. Este es el peculiar testamento ológrafo en el que designa heredero universal a su marido Don José Pazos, con validez y eficacia reconocida por el Tribunal Supremo en su sentencia de 8 de junio de 1918 (Gaceta de Madrid 1 de enero de 1919) aplicando el Código Civil en la redacción vigente entonces en los que en la herencia intestada el cónyuge supérstite concurría con los sobrinos con derecho al usufruto de la mitad. Murió en 1916 la esposa sin ascendientes no descendientes y siendo los parientes más próximos dos sobrinos hijos de su hermana que reclamaban que no había testamento.

Sin traer aquí otras referencias a la historia, como que el heredero encontró la carta por casualidad y lo protocolizó fuera de plazo o que, inevitablemente, en el juicio hubo que reproducir todas las expresiones de amor contenidas en el papel que sustentaba el discutido testamento, es posible enlazar esa cita habitual de hace años, y año tras año, en el entonces quinto curso de la Licenciatura de Derecho, en la asignatura de derecho de familia y sucesiones, con el valor probatorio de los documentos en la aplicación de los tributos. Y parece obligado señalar, primero, que, de hecho, la prueba más débil es la de testigos, lo que, referido a los documentos, aunque parece insospechado, afecta a la seguridad jurídica, porque no faltan textos legales que discriminan según la condición. Así, dice el artículo 77.5 Ley 39/20155 LPAC, que los documentos formalizados por los funcionarios a los que se reconoce la condición de autoridad y en los que, observándose los requisitos legales correspondientes se recojan los hechos constatados por aquéllos, harán prueba de éstos, salvo que se acredite lo contrario. Sobre ese traslado de lo visto a lo escrito hay un recuerdo inolvidable, de antes de la informática, de la sentencia (TS 6.06.98) que consideraba que la información de la Base Nacional de Datos, sin documentos que la soporten, no hacía prueba porque estaba elaborada, con posibilidad de error en la manipulación.

Establece la ley que las actas de inspección de los tributos son documentos públicos y hacen prueba de los hechos que motiven su formalización, salvo que se acredite lo contrario; para los inspeccionados lo previsto es que lo hechos aceptados en las actas se presumen ciertos y sólo se pueden rectificar mediante prueba de haber incurrido en error (art. 144 LGT). Tampoco falta doctrina que considera que la conformidad a los hechos consignados en acta de modo incompleto, es imperfecta e inválida (TS 10-5-00 unif. doc.) lo que permite su impugnación. Y también las diligencias formalizadas en el curso de actuaciones y procedimientos tributarios tienen la naturaleza de documento público y hacen prueba de los hechos que motiven su formalización; en favor del administrado cuando dice la ley (art. 107.2 LGT) que no sólo los hechos contenidos en las diligencias y aceptados por el administrado, sino también las manifestaciones de éste se presumen ciertos y sólo se pueden rectificar por él mediante prueba de que incurrieron en error de hecho. Lo que significa que en las manifestaciones del administrado hay que tener cuidado de no decir lo que no conviene y de exigir que conste lo que así interesa.     

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Logrado: se baja la tributación por IRPF a los que no tributaban, se invade la potestad normativa de las Comunidades Autónomas en el IP y ni palabra de “lo foral”.

Vivir en Cristo, sumido en Dios y saturado de Dios, es seguir alegre y con paz los pasos de Jesús. El caminar del cristiano es la vida que Dios regala hasta que llama: “Vamos a la otra orilla” (cf. Mc 4,35), porque tampoco en ese trance nos deja solos, sino que nos acompaña y nos espera, porque se ha adelantado a prepararnos la morada (cf. Jn 14,2) de los que tienen su nombre escrito en el cielo (cf. Lc 10,17). En ese caminar ayuda recordar y meditar las preguntas del Señor: “Vosotros pues, estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá en la hora que no pensáis. Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros o a todos? El Señor respondió: Pues ¿quién será el administrador prudente y fiel a quien el señor ponga al frente de su servidumbre para que le de a su tiempo la comida correspondiente? Dichoso el siervo aquel a quien su señor, al volver, encuentre obrando así. Verdaderamente os digo que le pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el siervo dice en su corazón: Mi amo tarda en venir, y comienza a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a embriagarse, vendrá su amo en el día que no espera y en la hora que no conoce, lo castigará severamente y le dará la suerte de los infieles” (Lc 12,40-46; cf. Mt 24,45-51).

Tareas de los siervos. Muchas y arriesgadas: “A su debido tiempo envió un siervo a los labradores para recibir se éstos los frutos de la viña. Pero ellos lo agarraron, lo golpearon y lo despacharon con las manos vacías. De nuevo envió otro siervo y a éste lo hirieron en en la cabeza y lo ultrajaron. Y envió otro y lo mataron y a otros muchos de los cuales a unos los herían y a otros los mataban” (Mc 12, 2-5). Incluso cuando se trata de invitar a una boda: “Pero ellos, sin hacer caso, se marcharon: quien a su campo, quien a su negocio. Los demás echaron manos a los siervos, los maltrataron y los mataron” (Mt 22,5-6). En otras ocasiones el siervo es el que da noticia de lo que ocurre: “Y llamando a uno de los ciervos le preguntó qué pasaba. Éste le dijo: Ha llegado tu hermano y tu padre ha matado el ternero cebado por haberlo recobrado sano” (Lc 15.26-27). Hay actitudes diferentes, como se dice en la parábola de los talentos y de las minas: “Le respondió su amo: Muy bien, siervo bueno y fiel, como has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho entra en la alegría de tu señor… Siervo malo y perezoso, sabías que cosecho donde no he sembrado y que recojo donde no he esparcido, por eso mismo deberías haber dado tu dinero a los banqueros, así al venir yo hubiera recibido de mío con intereses. Por tanto, quitadle el talento y dádselo al que tiene diez” (Mt 25,21.23.26-28; Lc 19,12-26).

La realidad es la que es: “Si uno de vosotros tiene un siervo en la labranza o con el ganado y regresa del campo, ¿acaso dice: “Entra enseguida y siéntate a la mesa”? Por el contrario, ¿no le dirá más bien: “Prepárame la cena y disponte a servirme mientras como y bebo que después comerás y beberás tú? ¿Es que tiene que agradecerle al siervo que haya hecho lo que se le había mandado? Pues igual vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: Somos unos siervos inútiles, no hemos hecho más que lo que teníamos que hacer” (Lc 17, 7-10). Pero nuestra alegría es mayor: “Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; a vosotros en cambio os he llamado amigos porque todo lo que oí de mi Padre os lo he hecho conocer” (Jn 15,15)

LA HOJA SEMANAL
(del 3 al 8 de octubre)

Lunes (3)

San Francisco de Borja S.I. presbítero (27ª TO)
Palabras: “El que practicó misericordia con él” (Lc 10,37)
Reflexión: “¿Y quien es mi prójimo?”, preguntó el maestro de la Ley
Propósito, durante el día: Cantemos al Amor de los amores. Dios está aquí.

Martes (4)

San Francisco de Asís, fundador (27ª TO)
Palabras: “Sólo una cosa es necesaria” (Lc 10,42)
Reflexión: “María ha escogido la parte mejor y no se la quitarán”
Propósito, durante el día: Aleja, Señor de mí, lo que me aparte de Ti

Miércoles (5)

Témporas de Acción de Gracias y Petición
Palabras: ¿Cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas…? (Mt 7,11)
Reflexión: Pedid y se os dará. Porque quien pide recibe
Propósito, durante el día: Padre, gracias por todos tus beneficios incluidos los ignorados

Jueves (6)

San Bruno, presbítero (27ª TO)
Palabras: ¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo…? (Lc 11,13)
Reflexión: Si vosotros sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos
Propósito, durante el día: Señor, dame tu amor y tu gracia que eso me basta

Viernes (7)

Nª Sª la Virgen del Rosario (abstinencia)
Palabras: “Dios te salve, llena de gracias” (Lc 1,28)
Reflexión: “Hágase en mí según tu palabra”
Propósito, durante el día: Todo a Jesús por María. Todo a María para Jesús

Sábado (8)

Nª Sª del Buen Remedio (santas Pelagia y Reparada, mártires) (17ª TO)
Palabras: Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron” (Lc 11,27)
Reflexión: Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen
Propósito, durante el día: Bajo tu amparo nos acogemos, Madre de Dios

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 2, domingo (27º TO, ciclo C) pares) son una llamada a vivir en la confianza que da la fe: “El injusto tiene el alma hinchada, pero el justo vive por su fe” (Hab 2); “Guarda este precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros” (2 Tm 1); “Le pidieron al Señor: - Auméntanos la fe. El Señor contestó: - Si tuvierais fe como un granito de mostaza diríais a esa morera: Arráncate de raíz y plántate en el mar. Y os obedecería.” (Lc 17,10). Señor, creo, espero y amo en Ti.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Discernir qué sucede dentro de nosotros no es fácil, porque las apariencias engañan, pero “la familiaridad con Dios puede disolver suavemente dudas y temores”, haciendo nuestra vida cada vez más receptiva a su “amable luz”, según la bonita expresión de san John Henry Newman. Los santos brillan de luz refleja y muestran en los gestos sencillos de su jornada la presencia amorosa de Dios, que hace posible lo imposible. Se dice que dos esposos que han vivido juntos mucho tiempo queriéndose terminan pareciéndose. Algo similar se puede decir de la oración afectiva: de forma gradual pero eficaz nos hace cada vez más capaces de reconocer lo que cuenta por connaturalidad, como algo que brota de lo más profundo de nuestro ser. Estar en oración no significa decir palabras, palabras, no; estar en oración significa abrir el corazón a Jesús, acercarse a Jesús, dejar que Jesús entre en mi corazón y nos haga sentir su presencia. Y ahí podemos discernir cuándo es Jesús y cuándo somos nosotros con nuestros pensamientos, muchas veces lejos de eso que quiere Jesús.” (Audiencia general, 28 de septiembre de 2022)

(2.10.22) 

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