LO TRIBUTARIO (nº
825)
La seguridad jurídica: revocación y
lesividad
“¿De qué le sirve a un ídolo la ofrenda de frutos? Ni
los comerá ni sentirá su olor.” (Si 30,10). En la ordenación y exigencia de los
tributos es necesario no perder las referencias básicas. “La potestad
originaria para establecer tributos corresponde exclusivamente al Estado
mediante ley…” (art. 4.1 LGT). “Se regularán en todo caso por ley: a) la
delimitación del hecho imponible, del devengo, de la base imponible y liquidable,
la fijación del tipo de gravamen y de los demás elementos directamente
determinantes de la cuantía de la deuda tributaria, así como el establecimiento
de presunciones que no admitan prueba en contrario…” (art. 8.a) LGT) y, por
este motivo, las frecuente habilitaciones reglamentarias que determinan
directamente la cuantía de las deudas tributarias, sin paliativos, son
contrarias a Derecho. “En el ámbito de competencias del Estado, la aplicación
de los tributos, el ejercicio de la potestad sancionadora y la función revisora
en vía administrativa corresponde al Ministerio” de Hacienda (art. 5.2 LGT). Y
también se regula por ley (art. 3 LGT) los principios de la ordenación y
aplicación de los tributos.
Siendo así, corresponde a la Administración procurar una
eficaz aplicación de los tributos estando plenamente sometida en todas sus
actuaciones a la Constitución, a la Ley y al Derecho (art. 103 CE y art. 3 Ley
40/20215, LRJSP). La eficacia de la Administración se realiza procurando que
todos los obligados tributen, precisamente, ni más ni menos, lo que según ley
les corresponde; y a la Administración corresponde la determinación de la
obligación tributaria mediante la oportuna liquidación, así como su exigencia y
el control de cumplimiento de los administrados. El administrado está obligado
a tributar según su capacidad económica por un sistema tributario justo que no
puede ser confiscatorio. El administrado debe declarar íntegramente, con
veracidad y exactitud, los hechos y circunstancias determinantes de su
tributación. La obligación de autoliquidar que se ha generalizado, aunque es
legal, es exorbitante no sólo al exigir al administrado una obligación que no
le corresponde, sino también porque para su cumplimento no está obligado a
tener conocimientos ni formación. Las limitaciones para rectificar en
declaraciones, liquidaciones y manifestaciones (arts. 107, 108.4, 119.3, 120.3
y 122 LGT) y las sanciones por deficiencias en las autoliquidaciones son
contrarias a los principios de un Estado de Derecho.
La Administración, en cambio, en la aplicación de los
tributos, puede cambiar de criterio (art. 115 LGT) sin que la vinculen los
actos propios; puede volver sobre la misma situación tributaria antes
comprobada porque la regla es la liquidación provisional (art. 101 LGT) y
repetir la comprobación cuando la anterior fue anulada por ser contraria a
Derecho. La revisión de los propios actos de la Administración además de a
instancia de los administrados (recurso de reposición y reclamaciones), también
se hace por su propia decisión tanto en los recursos económico administrativos
como en los procedimientos especiales de revisión, en especial cuando considera
lesivo (art. 220 LGT: declaración de lesividad) para sí misma un acto de sus
propios órganos y cuando ha realizado un acto contrario a Derecho (art. 219
LGT). Pero no cabe la revocación a instancia del administrado perjudicado por
la Administración que actúa a su arbitrio. La seguridad jurídica (art. 9 CE)
padece sin remedio en estas circunstancias.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Cuando la Constitución dice “Todos contribuirán…”
(art. 31 CE), está prohibiendo las leyes de privilegio para alguno y los
impuestos creados y exigidos sólo para algunos.
El cristiano es cristiano porque se ha encontrado con
Cristo y vive en su presencia. “Vivo yo, ya no soy yo quien vive, sino que es
Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi
fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí” (Ga 2,20).
El cristiano vive en la esperanza confiada de que Dios está con nosotros, nos
espera para estar siempre con Él y así lo pide Jesús al Padre: “Sabed que yo
estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,20); “En la
casa de mi Padre hay muchas moradas. De lo contrario ¡os hubiera dicho que voy
a prepararos un lugar. Cuando me haya marchado y os haya preparado un lugar, de
nuevo vendré y os llevaré junto a mí, para que donde yo estoy, estéis también
vosotros” (Jn14,2-3); “Padre quiero que donde yo estoy también estén conmigo
los que me has confiado” (Jn 17,24)
Las preguntas del Señor ayudan a vivir en su presencia
y animan a conformar la propia vida siguiendo las actitudes, las palabras, los
pasos de Jesús como si fuéramos un acompañante en todas y cada una de sus
jornadas. “Cuando terminó de hablar, un fariseo le convidó a comer con él:
entró en la casa y se puso a la mesa. El fariseo quedó admirado al ver que no
se lavó antes de la comida. El Señor le dijo: Pues bien, vosotros los fariseos
purificáis el exterior de la copa y del plato, pero vuestro interior está lleno
de rapacidad y malicia. ¡Insensatos! Quien hizo lo exterior ¿no hizo también lo
interior? Pero dad limosna de vuestros bienes y todo lo tendréis puro. Mas ¡ay
de vosotros, fariseos, que dais el diezmo de la menta, de la ruda y de toda
legumbre, y dejáis a un lado la justicia y el amor de Dios! Es necesario
practicar esto y no omitir aquello” (Lc 11,37-42). Este final es clarificador:
sólo una cosa es necesaria, pero no hay que omitir lo demás que compete a cada
uno.
Lo necesario. “Cuando iban de camino entró en cierta
aldea, y una mujer que se llamaba Marta, le recibió en su casa. Tenía ésta una
hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Pero María andaba afanada con numerosos quehaceres y poniéndose delante dijo: -
Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en las tareas de servicio?
Dile entonces que me ayude. Pero el Señor le responde: - Marte, Marte, tú te
preocupa y te inquietas por muchas cosas. Pero una sola cosa es necesaria:
María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada” (Lc 10,38-42).
Los detalles. “Y vuelto hacia la mujer, le dijo a
Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella
en cambio me ha bañado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus
cabellos. No me diste el beso. Pero ella, dese que entré no ha dejado de besar
mis pies. No has ungido mi cabeza con aceite. Ella en cambio ha ungido mis pies
con perfume. Por eso te digo: le son perdonados sus muchos pecados, porque ha
amado mucho” (Lc 7,44-47). Y también: “Cuando terminó de hablar, cierto fariseo
le rogó que comiera en su casa. Entró y se puso a la mesa. El fariseo se quedó
extrañado al ver que Jesús no se había lavado antes de la comida. Pero el Señor
le dijo: Así que vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato,
pero vuestro interior está lleno de rapiña y de maldad. ¡Insensatos! ¿Acaso
quien hizo lo de fuera no ha hecho también lo de dentro?” (Lc 10,37-40). El
amor no tiene excusas.
LA HOJA SEMANAL
(del 25 al 30 de julio)
Lunes (25)
Santiago, apóstol, patrono de España
Palabras: “¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber? …” (Mt 20,22)
Reflexión: … Contestaron: - Lo somos. Él les dijo: Mi cáliz lo beberéis”
Propósito, durante el día: Te pedimos, Dios: bendice nuestra Patria y a los españoles
Martes (26)
San Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen María
Palabras: “Dijo Jesús a sus discípulos: - Dichosos vuestros ojos … (Mt 13.16)
Reflexión: … porque ven, y vuestros oídos porque oyen”
Propósito, durante el día: Gracias, Señor, por estar entre nosotros, por venir a nosotros
Miércoles (27)
San Pantaleón, mártir (17ª TO)
Palabras: “Al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene” (Mt 13,46)
Reflexión: El reino de los cielos se parece a un comerciante en perlas finas
Propósito, durante el día: Señor, dame discernimiento, dame voluntad y fortaleza
Jueves (28)
San Víctor I, papa (17ª TO)
Palabras: “Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran” (Mt 13,48)
Reflexión: El reino de los cielos se parece a una red que recoge toda clase de peces
Propósito, durante el día: Señor, ayúdame a hacer bien lo que deba hacer
Viernes (29)
Santa Marta (17ª TO) (abstinencia)
Palabras: “Andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; … (Lc 10,41)
Reflexión: … sólo una es necesaria”
Propósito, durante el día: Señor, sea lo que quieras, como quieras, cuando quieras
Sábado (30)
San Pedro Crisólogo, obispo y doctor de la Iglesia (17ª TO)
Palabras: “Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron…” (Mt 14,12)
Reflexión: Y fueron a contárselo a Jesús
Propósito, durante el día: Madre, mientras mi vida alentare todo mi amor para ti
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 24, domingo (17º TO, ciclo C),
nos llenan de la misericordia de Dios: “¿Es que vas a destruir al inocente con
el culpable?... Contestó el señor: - En atención a los diez, no la destruiré”
(Gn 18); “Borró el protocolo que nos condenaba con sus cláusulas y era
contrario a nosotros; lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz” (Col 2); “Si
vosotros que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos ¿cuánto más
vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santos a los que se lo piden?” (Lc 11)
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
-
“Hermanos y hermanas, aprovechemos este tiempo de vacaciones, para detenernos y
ponernos en escucha de Jesús. Hoy cuesta cada vez más encontrar momentos libres
para meditar. Para muchas personas los ritmos de trabajo son frenéticos,
extenuantes. El periodo de verano puede ser valioso también para abrir el
Evangelio y leerlo lentamente, sin prisa, un pasaje cada día, un pequeño pasaje
del Evangelio. Y esto hace entrar en esta dinámica de Jesús. Dejémonos
interpelar por esas páginas, preguntándonos cómo está yendo nuestra vida, mi
vida, si está en línea con lo que dice Jesús o no mucho. En particular,
preguntémonos: cuando empiezo el día, ¿me lanzo de cabeza a las cosas que tengo
que hacer o busco primero la inspiración en la Palabra de Dios? A veces
empezamos los días de forma automática, a hacer las cosas… como las gallinas.
No. Debemos empezar los días en primer lugar mirando al Señor, tomando su
Palabra, breve, pero que sea esta la inspiración del día. Si salimos de casa
por la mañana teniendo en mente una palabra de Jesús, seguramente el día
adquirirá un tono marcado por esa palabra, que tiene el poder de orientar
nuestras acciones según lo que el Señor quiere. Que la Virgen María nos enseñe
a elegir la “parte buena”, que nunca nos será quitada.” (Angelus, día 17
de julio de 2022)
(24.07.22)
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