LO TRIBUTARIO (nº 817)

Seguridad jurídica (4): caducidad y perención

“El justo, aunque muera prematuramente, tendrá el descanso; que la vejez venerable no consiste en la longevidad ni se pide por el número de años; pues las canas del hombre son la prudencia; y una edad anciana, una vida sin tacha” (Sb 3,7-10). En la tributación es obligado tener en cuenta tiempos diferentes: cuando el legislador establece las normas que determinan la obligación tributaria para una operación o por un período (art. 4 LGT); cuando el administrado debe determinar la obligación que le corresponde por haber realizado un hecho imponible (art. 20 LGT) mediante la correspondiente autoliquidación (art. 120 LGT); cuando la Administración determina la obligación tributaria mediante la correspondiente liquidación (art. 101 LGT) previa verificación (art. 133 LGT) o comprobación (art. 139 LGT) o inspección (art. 153 LGT) o sin comprobación previa (art. 130 LGT); cuando se debe ingresar el importe de la obligación tributaria, en período voluntario (art. 62.3 LGT) o en período ejecutivo (art. 62.4 LGT). Y, también, cuando la autoliquidación o la liquidación administrativa determina una devolución (arts. 31 y 125 y 126 LGT).

La perfección fiscal se consigue cuando la Administración liquida de forma definitiva la obligación tributaria que se debe ingresar en plazo. Antes, no hay perfección: en la autoliquidación porque el administrado ni siquiera tiene potestad para determinar la obligación tributaria; en las liquidaciones provisionales de la Administración porque esa provisionalidad proviene de que no se ha considerado la totalidad de las circunstancias establecidas en la ley para determinar la obligación tributaria. Que se considere definitiva la autoliquidación o la liquidación porque se haya producido la prescripción del derecho de la Administración a determinar la obligación tributaria (arts. 66 a 70 LGT) antes de que se hubiera producido esa liquidación es legalizar lo que no lo es, blanquear la falta de diligencia de la Administración y considerar exacto lo que no lo es. En puro Derecho, en casos así, procedería anular las liquidaciones provisionales.

Que los tiempos de valoración, verificación, comprobación, inspección, liquidación y recaudación se cumplan es una exigencia del Estado de Derecho porque sólo así se realiza la seguridad jurídica (art. 9 CE). En la etapa ilusionante de la jurisprudencia fiscal (1996 a 2000) y esperanzadora de la legislación (Ley 1/1998, de Derechos y Garantías de los Contribuyentes) se determinaron los tiempos de duración máxima de los procedimientos (gestión y apremio, art. 23, inspección, art. 29, sanciones, art. 34) y se sentenció las consecuencias de los incumplimientos: de la caducidad (art. 104 LGT/2003) a la perención (TS s. 4.12.98: “no tener plazo prefijado para su terminación no equivale a que puedan ser indefinidos, eternos, o “estar abiertos toda la vida” como dice la recurrente; significa, por el contrario que el plazo para su conclusión es tan extenso como el de prescripción del derecho al que se refieran -5 años hasta enero de 1.998 y cuatro años a partir de entonces, con arreglo a la Ley 1/1998-, con lo que se sustituye la perención o caducidad del expediente y, en su caso, la generación del silencio administrativo, por la extinción del derecho"). La LGT/2003 no sólo no regula la perención, sino que tampoco regula la caducidad en el procedimiento de inspección (art. 150 LGT). Y establece la provisionalidad -la inseguridad jurídica- como regla (art. 101 LGT); y, claro, ha eliminado la presunción legal de buena fe de los contribuyentes.       

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Baja el tipo del IVA en la electricidad. Un impuesto es elástico cuando un cambio de tipo modifica la recaudación; es sensible cuando lo que influye es la inflación o recesión

Aunque hace dos semanas que acabó la Pascua de Resurrección, los cristianos hemos seguido con celebraciones: la Santísima Trinidad, el Corpus Christi; y con fiestas entrañables: el Sagrado Corazón de Jesús, el Inmaculado Corazón de María. En el alma de los cristianos todas fechas del calendario son días que llaman a hacer con buen ánimo, alegría y esperanza el camino hacia el cielo, Dios es amor; cristianismo es recibir amor de Dios y derramar amor en todos. Lo ordinario, en fin, es vivir en Cristo.

“Sabemos que todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios” (Rm 8,28). “Si Dios está con nosotros ¿quién contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con Él todas las cosas? ¿Quién presentará acusación contra los elegidos de Dios? ¿Dios el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Cristo Jesús que murió, más aún, el que fue resucitado, el que además está a la derecha de Dios, el que está intercediendo por nosotros? (Rm 8,31-34)

El cristiano sabe bien cómo vivir, como convivir: “Por tanto, como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de entrañas de misericordia, de bondad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga queja contra otro; como el señor os ha perdonado hacedlo así también vosotros; sobre todo revestíos con la caridad que es el vínculo de la perfección” (Col 3,12-14). “La caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta, no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal, no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad; todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Co 4-7).

“¿Está triste alguno de vosotros? Que rece. ¿Está contento? Que cante salmos. ¿Está enfermo alguno de vosotros? Que llame a los presbíteros de la Iglesia y que oren sobre él, ungiéndole con aceite en nombre del Señor” (St 5,13-14). “Alegraos siempre en el Señor, os lo repito, alegraos. Que vuestra comprensión sea patente a todos los hombres. El Señor está cerca. No os preocupéis por nada; al contrario: en toda ocasión y súplica, presentad a Dios vuestras peticiones con acción de gracias” (Flp 4,4-6)

El cristiano medita las preguntas del Señor: “Si tenéis un árbol bueno, su fruto será bueno. Si tenéis un árbol malo, su fruto será malo, porque el árbol se conoce por el fruto. Raza de víboras ¿cómo podéis decir cosas buenas, si sois malos? Porque de la abundancia del corazón habla la lengua. El hombre bueno saca cosas buenas del buen tesoro, pero el hombre malo saca cosas malas del mal tesoro Os digo que los hombres darán cuenta el día del juicio de cualquier palabra ociosa que dijeren. Porque por tus palabras te justificarás y por tus palabras te condenarás” (Mt 12,33-36). Este pasaje saca de la memoria del cristiano otro con en el que Evangelio de Mateo acaba la exposición de las parábolas y su explicación a los discípulos: “Todo escriba instruido en el Reino de los Cielos es como un hombre, amo de su casa, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas” (Mt 13,52). Y, así, el cristiano es consciente del bien o del mal que puede hacer con su decir en la vida ordinaria: la gravedad de la calumnia, de la murmuración, de la mentira, lo conveniente de callar, la delicadeza en el consejo.

LA HOJA SEMANAL
(del 27 al 30 de junio, 1 y 2 de julio)

Lunes (27)

Nª Sª del Perpetuo Socorro (san Cirilo de Alejandría, ob y dr de la Ig.; 13ª TO)
Palabras: “El Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza” (Mt 8,20)
Reflexión: Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos
Propósito, durante el día: Todo a Jesús por María; todo a María para Jesús

Martes (28)

San Ireneo, obispo y doctor de la Iglesia (13ª TO)
Palabras: “Increpó a los vientos y al lago y vino una gran calma” (Mt 8,26)
Reflexión: “¡Cobardes! ¡Qué poca fe!”
Propósito, durante el día: Señor, sálvanos, que perecemos

Miércoles (29)

San Pedro y san Pablo, apóstoles
Palabras: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16,18)
Reflexión: Te daré las llaves del cielo
Propósito, durante el día: Omnes cum Petro, ad Iesum per Mariam

Jueves (30)

Protomártires de la Iglesia de Roma (13ª TO)
Palabras: “Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa” (Mt 9,6)
Reflexión: Se puso en pie y se fue a su casa
Propósito, durante el día: Señor, gracias por todos tus beneficios incluso los ignorados

Viernes (1)

Santos Justino Orona y Atilano Cruz, presbíteros, mártires (13ª TO) (abstinencia)
Palabras: “Le dijo: - Sígueme. Él se levantó y lo siguió (Mt 9,9)
Reflexión: Vocación de san Mateo, el recaudador de impuestos romanos
Propósito, durante el día: Todo lo mío es tuyo, dispón de mí; dame tu amor y tu gracia

Sábado (2)

Santos misioneros populares de Europa (13ª TO)
Palabras: “El vino nuevo se echa en odres nuevos… (Mt 9,17)
Reflexión: … y así las dos cosas se conservan”
Propósito, durante el día: Madre, danos la alegría de tu mirada y sostén nuestra sonrisa

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 26, domingo (13º TO, ciclo C; acaba el año de la Familia; san Josemaría Escrivá de Balaguer, presbítero y fundador del Opus Dei), nos hablan de la generosidad de Dios: “Dios creó al hombre para la inmortalidad y le hizo a imagen de su propio ser” (Sb 2); “Nuestro señor siendo rico se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza” (2 Co 8); “¿Para qué molestar más al maestro?... No temas, basta que tengas fe” (Mc 5). Señor, auméntanos la fe, la esperanza y la caridad.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “¡La multitud se sació por la abundancia de comida, y también por la alegría y el estupor de haberlo recibido de Jesús! Ciertamente necesitamos alimentarnos, pero también quedar saciados, saber que el alimento nos es dado “por amor”. En el Cuerpo y en la Sangre de Cristo encontramos su “presencia”, su vida donada por cada uno de nosotros. No nos da solo la ayuda para ir adelante, sino que se da a sí mismo: se hace nuestro compañero de viaje, entra en nuestras historias, visita nuestras soledades, dando de nuevo sentido y entusiasmo. Esto “nos sacia”, cuando el Señor da sentido a nuestra vida, a nuestras oscuridades, a nuestras dudas, pero Él ve el sentido y este sentido que nos da el Señor nos sacia, esto nos da ese “algo más” que todos buscamos: ¡es decir la “presencia” del Señor! Porque al calor de su presencia nuestra vida cambia: sin Él sería realmente gris. Adorando el Cuerpo y la Sangre de Cristo, pidámosle con el corazón: “¡Señor, dame el pan cotidiano para ir adelante, Señor sáciame con tu presencia!”. Que la Virgen María nos enseñe a adorar a Jesús vivo en la Eucaristía y a compartirlo con nuestros hermanos y hermanas.” (Angelus, día 19 de junio de 2022)

- “Podemos preguntarnos: ¿somos capaces nosotros de custodiar el tenor de esta relación de Jesús con los discípulos, según su estilo tan abierto, tan franco, tan directo, tan humanamente real? ¿Cómo es nuestra relación con Jesús? ¿Es así, como la de los apóstoles con Él? ¿No estamos, sin embargo, muy a menudo tentados a encerrar el testimonio del Evangelio en la crisálida de una revelación “azucarada”, a la que añadimos nuestra veneración de circunstancia? Esta actitud, que parece de respeto, en realidad nos aleja del verdadero Jesús, e incluso se convierte en ocasión para un camino de fe muy abstracto, muy autorreferencial, muy mundano, que no es el camino de Jesús. Jesús es el Verbo de Dios hecho hombre, y Él se comporta como hombre, Él nos habla como hombre, Dios-hombre. Con esta ternura, con esta amistad, con esta cercanía. Jesús no es como esa imagen azucarada de las estampitas, no: Jesús está a la mano, está cerca de nosotros.” (Audiencia general, día 22 de junio de 2022)

(26.06.22)

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