LO TRIBUTARIO (nº
768)
La otra Ley 11/21: las informaciones (art.
93 LGT)
Llamó la atención el artículo 111 LGT/1963, “de los
maestros”, cuando incluyó un precepto que establecía que toda persona física o
jurídica, privada o pública, “por simple deber de colaboración con la
Administración” (del que se excluía expresamente a los sacerdotes por el
ejercicio de su ministerio, los profesionales por el secreto profesional y los
actos u operaciones exceptuadas de investigación tributaria, como el secreto de
las cuentas corrientes, por art. 62 Ley 16.12.40, mantenido en la Ley 20.12.52)
está obligada a requerimiento de ésta a proporcionar “toda clase de datos,
informes o antecedentes con trascendencia tributaria y deducidos de sus
relaciones económicas con otras personas”; o sea cualquiera puede ser requerido
para dar cualquier información que la Administración le requiera con el sólo
requisito de que tenga trascendencia tributaria y que se derive de una relación
económica. Los ancianos sobrevivientes recordarán el exquisito cuidado con el
que se podía manejar ese precepto para evitar la posible lesión de derechos
protegidos por el Fuero de los Españoles. Después todo evolucionó (ahora se
regula en el art. 93 LGT/2003): a la información por requerimiento se añadió la
información por obligación establecida por disposición general, a la relación
económica se añadió la profesional o financiera, se eliminó el secreto
bancario, aunque se ha añadido el secreto de la correspondencia, el secreto
estadístico, el secreto del protocolo notarial y se delimita el secreto
profesional. Los tribunales aún mantienen el cuidado sobre el requisito de
trascendencia tributaria, aunque dado el ámbito de nuestra tributación todo
acto u omisión la tiene. Hubo un tiempo en que la elaboración de la información
recibida no tenía valor probatorio sin respaldo con los documentos originales
que la sustentaran y los datos declarados prevalecían (art. 116 LGT: presunción
legal de veracidad) sobre la información de terceros, pero ahora lo declarado
(art. 108.4 LGT) se presume verdadero “para el que declara”, mientras que lo
que declaran otros se considera verdadero para todos, salvo protesta de
falsedad o inexactitud por el afectado, en cuyo caso la Administración debe
contrastar. La información de la AEAT sobre los administrados tributarios
supera en mucho la base de datos censales, policiales o judiciales. Debería ser
ajustado a Derecho excluir de sanción por lo no declarado si fuera información
obligada de terceros.
La sola lectura del RD 1065/2007, RAT, en las obligaciones
de información allí relacionadas (arts. 31 a 58 ter), a sumar con las
establecidas en las regulaciones de los diferentes tributos (art. 69 RIRPF,
arts. 13 y 14 RIS, art. 68 ter RIVA, DA 18ª y 22ª LGT…) respaldaría esa
pretensión. Por si no es bastante, la Ley 11/2021 añade nuevas obligaciones de
información: se modifica la DAd 18ª LGT para incluir la obligación de informar
sobre las monedas virtuales situadas en el extranjero y la DAd 22ª LGT para
obligar a mantener cinco años los justificantes de la titularidad de cuentas y
otras informaciones financieras; se modifica la Ley 11/2009 en cuanto a la
información que deben dar las SOCIMI y el artículo 100.12 LIS con información
de la sociedad transparente y de los establecimientos permanentes en el
extranjero y la DAd 13ª LIRPF sobre servicios con claves criptográficas de
monedas virtuales; y el artículo 14 RDLeg 1/2004, Ley del Catastro en las comunicaciones
que deben hacer notarios, registradores, ayuntamientos, la AEAT, los
ministerios y entidades locales a efectos de la determinación del valor real.
Impresionante, omnisciente, Estado Fiscal.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Entusiasman las estadísticas de recaudación
tributaria: la inflación galopante eleva los ingresos de los impuestos sobre
los precios. Y se regulariza más. Y se sanciona más.
Adviento. Es el final del camino hasta Belén, hasta el
cielo, hasta ver al Niño Jesús y a María y a José. El corazón se adelanta a los
pasos, la imaginación vive anticipadamente el saludo a la Familia, el beso al
Niño, el cantarle bajito cuánto le queremos. Es un canto aprendido de cuando
éramos niños: “Ay del chiquirritín metidito entre pajas … No me hagas pucheritos,
ay Niño querido, que con solo mirarte me has convencido”. Montando el belén, a
solas ya montado y sin poner aún al Niño en el pesebre, le decimos: “Con solo
mirarte me has convertido” y saltan las lágrimas porque aún falta conversión.
Tiempo de hacer preguntas, de preguntarnos a nosotros
mismos, de responder a Jesús que nos pregunta. El cristiano busca y sigue las
palabras de Jesús en el Evangelio. Desde la primera transcrita: “Suponiendo que
iba en la caravana, hicieron un día de camino buscándolo entre los parientes y
conocidos, y, al no encontrarlo, volvieron a Jerusalén en su busca. Y al cabo
de tres días lo encontraron en el Templo… Al verlo se maravillaron y le dijo su
madre: - Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo, angustiados,
te buscábamos. Y él les dijo: - ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es
necesario que yo esté en las cosas de mi Padre? (Lc 2,44-45.48-49). Sus padres,
María y José, no comprendieron lo que les dijo, pero su madre guardaba todas
estas cosas en su corazón. Y en el corazón del cristiano se agolpan los deseos
de buscar a Jesús, la alegría de encontrarlo y de pedirle que nos ayude a no
perder su cercanía a seguirle continuamente toda la vida; y el dolor de amor y
el arrepentimiento y la inquietud por nuestra debilidad. Y la esperanza. “Porque
estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los
principados, ni las cosas presentes, ni las futuras, ni las potestades, ni la
altura, ni la profundidad, ni cualquier otra criatura podrá separarnos del amor
de Dios, que está en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Rm 8,38-39)
“Al día siguiente estaban allí de nuevo Juan y dos de
sus discípulos y fijándose en Jesús que pasaba, dijo: - Este es el Cordero de
Dios. Los dos discípulos, al oírle hablar así, siguieron a Jesús. Se volvió
Jesús y, viendo que le seguían, les preguntó: - ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron:
Rabbí -que significa Maestro- ¿dónde vives? Les respondió: - Venid y veréis.
Fueron y vieron dónde vivía, y se quedaron con él aquel día. Era más o menos la
hora décima” (Jn 1,35-39). El cristiano no olvida las palabras y repite en su
corazón: Fueron, vieron y se quedaron. Y el alma se promete que irá siempre
junto a Jesús por el camino de esta vida; y que frecuentará las visitas al
Sagrario y las comuniones espirituales durante el día cuando no sea posible
acercarse al Templo; y que se quedará todo día mirando a Jesús, escuchándole,
queriéndole y metiéndose y llenándose del amor del Amor.
Repetimos la oración aprendida de niño: “… ¡Oh mi buen
Jesús, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti.
Del enemigo malo defiéndeme. En la hora de mi muerte llámame; y mándame ir a Ti
para que con tus santos te alabe por los siglos de los siglos”. Como en la
oración en la misa antes de la comunión: “Fac me tuis semper inhaerere mandatis
et a te nunquam separari permittas”. Y, si nos parece que Él se va a alejar,
sacamos del recuerdo las palabras que le detienen: “Quédate con nosotros,
porque se hace tarde y está ya anocheciendo” (Lc 24,29).
LA HOJA SEMANAL
(del 20 al 25 de diciembre) (año de la Familia)
Lunes (20)
Santo Domingo de Silos, abad (Feria de Adviento)
Palabras: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc 1,28)
Reflexión: “Hágase en mí según tu palabra”
Propósito, durante el día: Hágase tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo
Martes (21)
San Pedro Canisio, presbítero y doctor de la Iglesia (Feria de Adviento)
Palabras: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!” (Lc 1,42)
Reflexión: ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
Propósito, durante el día: Ruega por nosotros ahora y en la hora de la muerte
Miércoles (22)
Santa Francisca Javiera Cabrini, virgen y fundadora (Feria de Adviento)
Palabras: “María se quedó con Isabel unos tres meses…” (Lc 1,56)
Reflexión: En cuanto supo que estaba encinta, había ido con prisa a verla
Propósito, durante el día: Bajo tu amparo nos acogemos santa Madre de Dios
Jueves (23)
San Juan de Kety, presbítero (Feria de Adviento)
Palabras: “A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz…” (Lc 1,57)
Reflexión: La mano del Señor estaba con él
Propósito, durante el día: Señor, quisiera recibiros con pureza, humildad y devoción
Viernes (24)
Noche Buena (Feria de Adviento)
Palabras: “Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo… (Lc 1,76)
Reflexión: … porque irás delante del Señor a preparar sus caminos”
Propósito, durante el día: Rezar con la Virgen y san José en la espera
Sábado (25)
Natividad de Nuestro Señor Jesucristo
Palabras: “Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros …” (Jn 1,14)
Reflexión: … y hemos contemplado su gloria”
Propósito, durante el día: Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 19, domingo (4º de Adviento,
ciclo C) nos llenan de paz preparando la Navidad: “Habitarán tranquilos, porque
se mostrará grande hasta los confines de la tierra, y éste será nuestra paz”
(Mq 5); “Y conforme a su voluntad todos quedamos santificados por la oblación
del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre” (Heb 10); “Dichosa tú que
has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá” (Lc 1). Tiempo de
visitas al belén y de adoración ante el Sagrario unidos a la Sagrada Familia.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
-
“Y entonces, en conclusión, preguntémonos: ¿qué puedo hacer concretamente? En
estos días previos a la Navidad. ¿Cómo puedo hacer mi parte? Asumamos un
compromiso concreto, aunque sea pequeño, que se ajuste a nuestra situación de
vida, y llevémoslo adelante para prepararnos a esta Navidad. Por ejemplo: puedo
llamar por teléfono a esa persona que está sola, visitar a aquel anciano o
aquel enfermo, hacer algo para servir a un pobre, a un necesitado. Y además:
quizás tenga un perdón que pedir o un perdón que dar, una situación que
aclarar, una deuda que saldar. Quizás he descuidado la oración y después de mucho
tiempo es hora de acercarse al perdón del Señor. Hermanos y hermanas ¡busquemos
una cosa concreta y hagámosla! Que la Virgen, en cuyo seno Dios se hizo carne,
nos ayude.” (Angelus, día 12 de diciembre de 2021)
- “Este es
el motivo por el cual debemos aprender de José a cultivar el silencio: ese
espacio de interioridad en nuestras jornadas en el que damos la posibilidad al
Espíritu de regenerarnos, de consolarnos, de corregirnos. No digo caer en un
mutismo, no, sino cultivar el silencio. Cada uno mire dentro de sí: muchas
veces estamos haciendo un trabajo y cuando terminamos enseguida buscamos el
móvil para hacer otra cosa, siempre estamos así. Y esto no ayuda, esto nos hace
caer en la superficialidad. La profundidad del corazón crece con el silencio,
silencio que no es mutismo, como he dicho, sino que deja espacio a la
sabiduría, a la reflexión y al Espíritu Santo. A veces tenemos miedo de los
momentos de silencio, ¡pero no debemos tener miedo! Nos hará mucho bien el
silencio. Y el beneficio del corazón que tendremos sanará también nuestra
lengua, nuestras palabras y sobre todo nuestras decisiones. De hecho,
José “ha unido la acción al silencio”. Él no ha hablado, pero ha hecho, y
nos ha mostrado así lo que un día Jesús dijo a sus discípulos: “No todo el que
me diga: “Señor, Señor”, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la
voluntad de mi Padre celestial” (Mt 7,21). Palabras fecundas cuando
hablemos, nos recordamos de aquella canción “Palabras, palabras, palabras…” y
nada de sustancial. Silencio, hablar justo, alguna vez morderse la lengua, que
hace bien, en vez de decir tonterías.” (Audiencia general, día 15 de diciembre
de 2021)
(19.12.21)
El sábado próximo es Navidad. El blog “El hecho imponible” felicita a los lectores, les desea paz y felicidad en esta fiesta y pide al Niño Jesús que los cuide siempre.
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