LO TRIBUTARIO (nº 710)

La buena Administración (12): La desviación de poder

El artículo 41 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE (7.12.2000), establece: “1. Toda persona tiene derecho a que las instituciones, órganos y organismos de la Unión traten sus asuntos imparcial y equitativamente y dentro de un plazo razonable.”

Establece el artículo 48.1 de la Ley 39/2015, de Procedimiento Administrativo, que son anulables los actos de la Administración que incurran en cualquier infracción del ordenamiento jurídico, incluso la desviación de poder. Esta previsión legal se debe poner en relación, por una parte, con el artículo 103.1 de la Constitución que dice: “La Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la ley y al Derecho”; y, por otra parte, con el artículo 3 de la Ley 40/2015, de Régimen Jurídico del Sector Público, que reproduce ese contenido.

Esta doble previsión, constitucional y legal, idéntica pone de manifiesto la importancia que en un Estado de Derecho, en un sistema político democrático o en otro, tiene el sometimiento a la ley. El sometimiento a la ley no es sólo una obligación de los administrados que pueden ser sancionados cuando incumplen la ley por dolo, con maquinación fraudulenta, o con culpa, incluso por negligencia, cuando se prueba que no se ha puesto el debido cuidado en cumplir; también la Administración, en sus actuaciones, está plenamente sujeta a la ley y al Derecho y debería soportar las consecuencias si incumple, más allá del derecho constitucional de los particulares a ser indemnizados por toda lesión que sufran como consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos (art. 106 CE). Si los administrados pueden delinquir en los incumplimientos graves de la ley, para la actuación de la Administración también está prevista la tipificación de delitos, como el de prevaricación, por resoluciones contra Derecho. Fuera del ámbito delictivo la actuación contra Derecho de la Administración determina la nulidad de pleno derecho (art. 47 LPAC) o la anulación (art. 48 LPAC) de sus actos. Y aquí es donde se encuadra, la desviación de poder.

La desviación de poder es utilizar una potestad para una finalidad distinta de la que la justifica. El debate sobre qué es una “potestad” se resolvía en el Derecho clásico al distinguir entre “potestad”, que es un poder-deber, “derecho”, que se puede ejercitar o renunciar, salvo prohibición (art. 6.2 Cc), y “facultad”, que permite la discrecionalidad. En el ámbito tributario, es una referencia paradigmática la distinción entre la potestad originaria de establecer impuestos que corresponde al Estado y la potestad derivada que, mediante ley, corresponde a otros entes públicos (cf. art. 4 LGT). También la gestión de los tributos es una potestad, aunque la LGT/2003, mezcla potestades y funciones (cf. art. 115 LGT) por referencia a la comprobación e investigación. La desviación de poder consiste en el ejercicio de potestades para fines distintos de los fijados en el ordenamiento jurídico (TS 7-10-96). Puede consistir en un hacer activo o en una deliberada pasividad cuando el órgano administrativo tiene la obligación específica de una actuación positiva. Se puede invocar por presunciones fundadas en el criterio humano (TS 2-4-93, 2-6-95). Es un vicio de legalidad estricta y no de moralidad administrativa (TS 4-3-96). La desviación de poder es un abuso del derecho (art. 7.2 Cc), un exceso de poder, una arbitrariedad.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

En 1978 se estableció en el IRPF la tributación conjunta “obligatoria” de las unidades familiares por ser más justa por las economías de escala. El TC lo declaró inconstitucional.

La Ascensión del Señor. Los cambios litúrgicos no han conseguido aún que se olvide el dicho de los cristianos viejos que aún repiten a pesar del calendario: “Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión”. Sólo el Jueves Santo sigue siendo jueves. En cambio, a pesar de los ciclos de lecturas, en la primera de las misas de la solemnidad permanece el texto igual en los tres (hechos 1, 1-11); en los evangelios, para cada ciclo, se proclama la conclusión de los sinópticos. En otro orden se puede reunir los finales: “Y sabed que estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,20); “Y mientras les bendecía se separó de ellos, subiendo hasta el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el tempo bendiciendo a Dios” (Lc24,52-53); “Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban” (Mc 16,20)

Los himnos litúrgicos han servido para cantar la alegría de la Ascensión: “Tu esto nostrum gaudium, qui est futurum premium; sit nostra in te gloria per cuncta semper saecula. Amen” (“Sé Tú, Señor, nuestra alegría que es el premio futuro; sea nuestra gloria en Ti por todos los siglos. Amén”, del himno “Iesu nostra redemptio”, de entre el siglo VII y el VIII para las vísperas). “Tu, Christe, nostrum gaudium, manere perenne praemium, mundum regis, que fabrican, mundana vicens gaudia” (“Cristo, nuestro gozo, premio perenne que permanece, tú que riges el devenir del mundo, superando las alegrías de la tierra”, del himno “Aeterne Rex altissime”, del siglo XI para el oficio de lectura). “Nunc, Christe, scandens aethera ad te cor nostrum subleva, tuum Patrisque Spiritum emittens nobis coelitus. Amen” (“Ahora. Cristo, que subes al cielo, lleva nuestro corazón contigo, infundiéndonos el Espíritu del Padre. Amén”, del himno “Optatus votis”, del siglo XI para Laudes).

Tiempo también de poesía, desde el colegio, muchos ancianos recordarán los versos de fray Luis de León: “¿Y dejas, Pastor santo, / tu grey en este valle hondo y oscuro, / con soledad y llanto; / y Tú, rompiendo el puro / aire, te vas al inmortal seguro? / Los antes bienhadados / y los agora tristes y afligidos, / a tus pechos criados, / por Ti desposeídos, ¿a dó convertirán ya sus sentidos? / ¿Qué mirarán los ojos / que vieron de tu rostro la hermosura, / que no les sea enojos? / Quien oyó tu dulzura, /¿qué no tendrá por sordo y desventura? / Aqueste mar turbado, / ¿quién le pondrá ya freno? ¿Quién concierto / al viento fiero y airado? / Estando tu encubierto, / ¿qué norte guiará la nave al puerto? / ¡Ay nube envidiosa / aun deste breve gozo. ¿Qué te quejas? / ¿Dó vuelas presurosa? / ¡ Cuán rica tú te alejas! / ¡Cuán pobres y cuán ciegos, ¡ay! nos dejas!”

“Cristo nos espera. “Vivimos ya como ciudadanos del cielo” (Flp 3,20), siendo plenamente ciudadanos de la tierra, en medio de dificultades, de injusticias, de incomprensiones, pero también en medio de la alegría y de la serenidad que da el saberse hijo amado de Dios” (san Josemaría, “Es Cristo que pasa”, 126)

Como en la canción popular, en la sabatina colegial también se decía: “Oh María, Madre mía; oh, consuelo del mortal, amparadme y guiadme a la patria celestial.”

LA HOJA SEMANAL

(del 17 al 22 de mayo) (Año de san José; año de la Familia; Mes de María)

Lunes (17)

San Pascual Bailón, religioso (7ª de Pascua)
Palabras: “En el mundo tendréis luchas, pero tened valor… (Jn 16,33)
Reflexión: … yo he vencido al mundo”
Propósito, durante el día: Jesús, junto al Padre, intercede por nosotros

Martes (18)

San Juan I, papa y mártir (7ª de Pascua)
Palabras: “Te ruego por ellos… (Jn 17, 9)
Reflexión: … ellos están en el mundo mientras yo voy a Ti”
Propósito, durante el día: Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?

Miércoles (19)

San Crispín de Viterbo, religioso (7ª de Pascua)
Palabras: “No ruego que los retires del mundo, … (Jn 17,15)
Reflexión: … sino que los guardes del mal”
Propósito, durante el día: Padre nuestro, líbranos del Maligno

Jueves (20)

San Bernardino de Siena, presbítero (7ª de Pascua)
Palabras: “Este es mi deseo: que los que me confiaste… (Jn 17,24)
Reflexión: … estén conmigo donde yo estoy”
Propósito, durante el día: En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a Ti

Viernes (21)

San Eugenio de Mazenod, obispo (7ª de Pascua; día de abstinencia)
Palabras: “¿Me quieres?... Señor, tú que lo sabes todo … (Jn 21,17)
Reflexión: … tú sabes que te quiero”
Propósito, durante el día: No permitas que me aparte de Ti

Sábado (22)

Santa Joaquina Vedruna, fundadora (7ª de Pascua)
Palabras: “Muchas otras cosas hizo Jesús” (Jn 21,25)
Reflexión: Si se escribieran no cabrían ni en todo el mundo
Propósito, durante el día: Madre, mientras mi vida alentare, todo mi amor para ti

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 16, domingo (7º de Pascua, ciclo B, la Ascensión del Señor), son una llamada reiterada a la vocación al apostolado: “recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo” (Hech1); “Os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados” (Ef 4); “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación” (Mc 16). No hay mejor predicador que don ejemplo, con la gracia de Dios y la ayuda de la Madre.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Amar como Cristo significa decir “no” a otros “amores” que el mundo nos propone: amor al dinero —quien ama el dinero no ama como ama Jesús—, amor al éxito, a la vanidad, al poder… Estos caminos engañosos de “amor” nos alejan del amor al Señor y nos llevan a ser cada vez más egoístas, narcisistas, prepotentes. La prepotencia conduce a una degeneración del amor, a abusar de los demás, a hacer sufrir a la persona amada. Pienso en el amor enfermo que se transforma en violencia -¡y cuántas mujeres son víctimas de la violencia hoy en día!-. Esto no es amor. Amar como ama el Señor quiere decir apreciar a la persona que está a nuestro lado y respetar su libertad, amarla como es, no como nosotros queremos que sea, como es, gratuitamente. En definitiva, Jesús nos pide que permanezcamos en su amor, que habitemos en su amor, no en nuestras ideas, no en el culto a nosotros mismos. Quien habita en el culto de sí mismo, habita en el espejo: siempre está mirándose. Jesús nos pide que abandonemos la pretensión de dirigir y controlar a los demás. No debemos controlarlos, sino servirlos. Abrir el corazón a los demás: esto es amor, donarnos a ellos.” (Regina, día 9 de mayo de 2021)

- “Todos los hombres y las mujeres de Dios mencionan no solamente la alegría de la oración, sino también la molestia y la fatiga que puede causar: en algunos momentos es una dura lucha mantener la fe en los tiempos y en las formas de la oración. Algún santo la ha llevado adelante durante años sin sentir ningún gusto, sin percibir la utilidad. El silencio, la oración, la concentración son ejercicios difíciles, y alguna vez la naturaleza humana se rebela. Preferiríamos estar en cualquier otra parte del mundo, pero no ahí, en ese banco de la iglesia rezando. Quien quiere rezar debe recordar que la fe no es fácil, y alguna vez procede en una oscuridad casi total, sin puntos de referencia.  Hay momentos de la vida de fe que son oscuros y por esto algún santo los llama: “La noche oscura”, porque no se siente nada. Pero yo sigo rezando.” (Audiencia general, día 12 de mayo de 2021)

(16.05.21) 

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