LO TRIBUTARIO
(nº 646)
Culpa in eligendo. Culpa in vigilando
Culpa en la elección, culpa en la vigilancia. ¡Tántas
frases más allá de lo tributario!: Como excusa: “¿Acaso soy yo guardián de mi
hermano?” (Gn 4,9); como prueba de amor: “Cor meum vigilat” (Cant. Cant. 5,2); desde
el ego: “Yo elijo a mis amigos; no he elegido a mis hermanos”. En lo
tributario, ¿culpa de la Administración al elegir al empleado que actuó contra
Derecho?, ¿al no vigilar para que no lo hiciera, para que no lo volviera a
hacer? Eso es “una ensoñación”, diría una famosa sentencia penal.
Pocas cosas de la vida son ajenas a “lo tributario”.
Salvo algunos expertos, son multitud los que podrán pensar que estar al día de
las normas vigentes que regulan los tributos, leyes, decretos, órdenes,
instrucciones, circulares, resoluciones de los tribunales
económico-administrativos, contestaciones vinculantes de la Dirección General
de Tributos, criterios de la AEAT… y sin olvidar las normas que ya no están
vigentes y la doctrina y los criterios que se aplicaron en años pasados, porque
se tributa hoy, pero se debe responder de los últimos cuatro años a contar
desde que se debió declarar o autoliquidar que es el plazo de prescripción
(art. 66 LGT) del derecho de la Administración para determinar las deudas
tributarias mediante la correspondiente liquidación. Aún es poco: la Ley
43/2015 modificó el artículo 115 LGT y, a partir de la doctrina “comprobar e
investigar no prescribe porque es una potestad”, permite que después de
prescrito el derecho a liquidar, se pueda no sólo comprobar la realidad,
naturaleza y circunstancias de hechos producidos más atrás de esos cuatro años,
sino también modificar la calificación jurídica que dio el contribuyente a
tales hechos. Y calificar es tarea que exige tener conocimientos en ramas del
Derecho, civil, mercantil, administrativo, laboral. Y constitucional. Y en
contabilidad, Y en informática…
Generalizada la autoliquidación de los tributos a
cargo de los contribuyentes cualquiera que sea su nivel y especialidad de
conocimientos ya no se recuerda que hubo, hace muchos años una sentencia que
dijo que autoliquidar era una obligación exorbitante. Los expertos horados,
dudan si lo habrán hecho bien cuando cumplen; los demás, todos, buscan a
alguien en que confiar y tener cerca un asesor tributario ya no es algo
conveniente sólo para cuando se hacen operaciones complejas, sino también
cuando hay que cumplir las más elementales obligaciones de las muchas que las
normas imponen. Y hay que elegir asesor según su preparación profesional y su
consideración social, no sólo por sus conocimientos, sino también porque él va
a conocer lo más personal de nuestras acciones e intenciones y se exige que se
trate de persona honrada y de confianza. Y de esto van las expresiones que aquí
se comentan y la mayoría de las sentencias en las que se trata de la culpa “in
eligendo” (a un asesor idóneo) o de la culpa “in vigilando” (de las funciones
encomendadas al asesor y de la diligencia en realizarlas adecuadamente). Se
trata no sólo de un coste fiscal inevitable, contra el artículo 3.2 LGT), sino
también de una incongruencia porque si se busca a “alguien que debe saber” ¿cómo
puede ser responsable el que no sabe y que se ha confiado en aquél?
Hace siglos la Hacienda confeccionaba las listas de
contribuyentes y el recaudador se encargaba de cobrar. Hace menos tiempo, el
contribuyente sólo debía declarar los hechos y la Administración liquidaba el
impuesto. Murmullos en el Taller de tributación
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Dice una viceautoridad que hay que subir el tipo del
IVA para que el bolígrafo que compre una banquera tribute más que si lo compra
alguien con menos renta. Pero el IVA es un impuesto indirecto sobre la renta
gastada; son los impuestos sobre la renta ganada los que hacen tributar más a
quien más gana. Si el “boli” es de oro…
El cristiano vive estos días de principio de curso, de
la llegada del otoño, de vendimia; animando al cuerpo y al espíritu ante las
nuevas tareas y con la esperanza de que todo vaya bien. Buen tiempo para
recordar la oración de san Claudio de la Colombière: “Dios mío estoy tan
persuadido de que velas sobre todos los que en Ti esperan y de que nada puede
faltar a quien de Ti espera todas las cosas, que he resuelto vivir en adelante
sin cuidado alguno descargando sobre Ti todas mis inquietudes. Yo dormiré en
paz y descansaré porque Tú, ¡oh Dios!, y solo Tú, has asegurado mi esperanza”.
Es como repetir lo que escribió san Pedro: “Descargad sobre él todas vuestras
preocupaciones, porque Él cuida de vosotros (1 P 5,7). Es como abrazarse a
Jesús y escucharle: “Bien sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad antes de
que lo pidáis” (Mt 6,8). “Bien sabe vuestro Padre celestial que de todo eso
estáis necesitados” (Mt 6,32).
Tiempo de ponerse en marcha, de hacer lo que hay que
hacer y de dar fruto. “Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Todo
sarmiento que en mí no da fruto lo corta y todo el que da fruto lo poda para
que dé más fruto… Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no
permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la
vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho
fruto, porque sin mí no podéis hacer nada. En esto es glorificado mi Padre, en
que deis mucho fruto y seáis discípulos míos… “No me habéis elegido vosotros,
sino que yo os he elegido a vosotros y os he destinado para que vayáis y deis
fruto y vuestro fruto permanezca…” (Jn 15, 1-2, 4-5, 16-17). “Ut eatis et
fructum afferatis, et fructus vester maneat…”; así, en latín, qué buena frase
para animarse, para meditar, dar gracias.
“El reino de los Cielos es como un hombre, dueño de
una propiedad que salió al amanecer a contratar obreros para su viña. Después
de haber convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.
Salió también hacia la hora tercia y vio a otros que estaban en la plaza
parados, y les dijo: “Id también vosotros a mi viña y os daré lo que sea
justo”. Ellos marcharon. De nuevo salió hacia la hora sexta y de nona e hizo lo
mismo. Hacia la hora undécima volvió a salir y todavía encontró a otros
parados, y les dijo: “¿Cómo es que estáis ociosos aquí todo el día?”. Le
contestaron: “Porque nadie nos ha contratado”. Les dijo: “Id también vosotros a
mi viña”. A la caída de la tarde le dijo el amo de la viña a su administrador:
“Llama a los obreros y dales el jornal, empezando por los últimos hasta llegar
a los primeros”. Vinieron los de la hora undécima y recibieron un denario cada
uno. Y cuando llegaron los primeros pensaron que cobrarían más, pero también
ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, se pusieron a murmurar
contra el dueño: “A estos últimos que han trabajado solo una hora los has hecho
iguales a nosotros que hemos soportado el peso del día y del calor”. Él le
respondió a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia; ¿acaso no
conviniste conmigo en un denario? Toma lo tuyo y vete; quiero dar a este último
lo mismo que a ti. ¿No puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O es que vas a
ver con malos ojos que yo sea bueno?” (Mt 20,1-15). ¡Ánimo!, aunque seamos de
la hora undécima. Él nos espera.
LA HOJA SEMANAL
Lunes (28)
San Lorenzo Ruiz y compañeros mártires (26ª TO)
Palabras: “El que no está contra nosotros está a favor nuestro” (Lc 9,50)
Reflexión: “El más pequeño de vosotros es el más importante”
Propósito, durante el día: Dios mío, todo en Ti, para Ti, por Ti
Martes (29)
Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
Palabras: “Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios… (Jn 1,51)
Reflexión: … subir y bajar sobre el Hijo del hombre”
Propósito, durante el día: Santos arcángeles: defendedme, aconsejarme, acompañadme
Miércoles (30)
San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia (26ª TO)
Palabras: “El que echa mano al arado y sigue mirando atrás… (Lc 9,62)
Reflexión: … no vale para el reino de Dios”
Propósito, durante el día: Para servir, servir; el que no sirve no vale
Jueves (1)
Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia (26ª TO)
Palabras: “La mies es mucha y los obreros procos; … (Lc 10,2)
Reflexión: … rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros…”
Propósito, durante el día: Señor, lo que quieras, cuando quieras, porque Tú lo quieres
Viernes (2)
Santos Ángeles Custodios (26ª TO; NªSª de la Academia; día de penitencia)
Palabras: “Porque sus ángeles están viendo siempre en el cielo … (Mt 18,10)
Reflexión: … el rostro de mi Padre celestial” (si no volvéis a ser como niños…)
Propósito, durante el día: Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares
Sábado (3)
San Francisco de Borja S.I., presbítero (26ª TO)
Palabras: “Estad alegres porque vuestros nombres están escritos… (Lc 10,20)
Reflexión: … en el cielo”. Los 72 discípulos volvieron muy contentos de su misión
Propósito, durante el día: Madre, ven conmigo a todas partes y solo nunca me dejes
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 27, domingo (26ª TO, ciclo A;
santos Cosme y Damián, mártires) son una loa al arrepentimiento: “Cuando el
malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia,
él mismo salva su vida” (Ez 18); “No os encerréis en vuestros intereses, sino
buscad todos el interés de los demás” (Flp 2); “- Hijo ve hoy a trabajar en la
viña. Él contestó: -No quiero. Pero después recapacitó y fue… ¿Quién de los dos
hizo lo que quería el padre?…” Hágase tu voluntad en la tierra como en el
cielo.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
-
“De hecho, Dios se comporta así: no mira el tiempo y los resultados, sino la
disponibilidad, mira la generosidad con la que nos ponemos a su servicio. Su
actuar es “más que justo”, en el sentido de que va más allá de la justicia
y se manifiesta en la “Gracia”. Todo es Gracia. Nuestra salvación es
Gracia. Nuestra santidad es Gracia. Donándonos la Gracia, Él nos
da “más” de lo que merecemos. Y entonces, quien razona con la lógica
humana, la de los méritos adquiridos con la propia habilidad, pasa de ser el
primero a ser el último. “Pero yo he trabajado mucho, he hecho mucho en la
Iglesia, he ayudado tanto, ¿y me pagan lo mismo que a este que ha llegado el
último?”. Recordemos quién fue el primer santo canonizado en la Iglesia: el
Buen Ladrón. “Robó” el Cielo en el último momento de su vida. Esto es Gracia,
así es Dios, también con todos nosotros. El que piensa en sus propios méritos,
fracasa; quien se confía con humildad a la misericordia del Padre, pasa de
último -como el Buen Ladrón- a primero (cfr. v. 16).
Que María Santísima nos
ayude a sentir todos los días la alegría y el estupor de ser llamados por Dios
a trabajar para Él en su campo, que es el mundo, en su viña, que es la Iglesia.
Y de tener como única recompensa su amor, la amistad de Jesús.” (Angelus, día
20 de septiembre de 2020)
- “A la luz de esta imagen, podemos decir que el principio de subsidiariedad permite a cada uno asumir el propio rol para el cuidado y el destino de la sociedad. Aplicarlo, aplicar el principio de subsidiariedad da esperanza, da esperanza en un futuro más sano y justo; y este futuro lo construimos juntos, aspirando a las cosas más grandes, ampliando nuestros horizontes. O juntos o no funciona. O trabajamos juntos para salir de la crisis, a todos los niveles de la sociedad, o no saldremos nunca. Salir de la crisis no significa dar una pincelada de barniz a las situaciones actuales para que parezcan un poco más justas. Salir de la crisis significa cambiar, y el verdadero cambio lo hacen todos, todas las personas que forman el pueblo. Todos los profesionales, todos. Y todos juntos, todos en comunidad. Si no lo hacen todos, el resultado será negativo.” (Audiencia general, día 23 de septiembre de 2020)
(27.09.20)
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