LO TRIBUTARIO (nº 556)
Fuentes del Derecho (12): ¿la responsabilidad administrativa?
El artículo 9.3 de la Constitución establece que ésta garantiza “la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos”. También se establece que los particulares, en los términos establecidos por la ley, tendrán derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos (art. 106.2 CE). Y la Ley 40/2015 (art. 32 LRJSP) establece: “Los particulares tendrán derecho a ser indemnizados por las Administraciones Públicas correspondientes de toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, siempre que la lesión sea consecuencia dl funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos, salvo en los casos de fuerza mayor o de daños que el particular tenga el deber jurídico de soportar de acuerdo con la ley”. Y sigue: “En todo caso el daño alegado habrá de ser efectivo, evaluable económicamente e individualizado con relación a una persona o grupo de personas”. Se trata de un precepto extenso que abarca otros supuestos de responsabilidad, como la del Estado legislador por daños producidos por la aplicación de actos legislativos, de una norma con rango de ley declarada inconstitucional o contraria al Derecho de la Unión Europea.
Asumido con toda normalidad por los contribuyentes y responsables tributarios, la LGT no dedica ningún precepto a regular la responsabilidad de la Administración como consecuencia de irregularidades en el ejercicio de sus potestades, competencias, funciones, derechos o facultades. No está incluido ese aspecto ni en los principios que rigen en la ordenación y aplicación de los tributos (art. 3 LGT) y tampoco en la relación de derechos y garantías de los obligados tributarios (art. 34 LGT); aunque en el primero de los preceptos citados se señala la justicia como principio de la ordenación de los tributos y la proporcionalidad como principio de la aplicación de los tributos. Porque es exigencia jurídica natural, y no como supuesto de responsabilidad, entre los derechos de los administrados tributarios se incluyen las obligaciones de la Administración que establece la ley: la devolución de los ingresos anticipados y excesivos (retenciones, pagos fraccionados) o de las cuotas de IVA deducibles y no deducidas (arts. 31 y 124 a 127 LGT); la devolución de ingresos indebidos (arts. 32 y 221 LGT) y el reembolso de los costes de garantías prestadas para suspender la ejecución de actos impugnados, o para aplazar o fraccionar el pago de una deuda, cuando por sentencia o resolución firme se declare improcedente el acto o la deuda (arts. 33 y 82, 224 y 233 LGT).
La esperanza de “un cierto equilibrio” (ante la imposibilidad de “un equilibrio cierto”) de responsabilidades entre la responsabilidad de los administrados por sus actos irregulares y de la Administración por los suyos, se podría encontrar en un añadido legal no desarrollado (art. 30.2 LGT: “La Administración está sujeta además a los deberes establecidos en esta ley en relación con el desarrollo de los procedimientos tributarios y en el resto del ordenamiento jurídico”), pero es sólo un espejismo. El artículo 32.1, seg. párr. LRJSP, dice que la anulación de los actos y disposiciones administrativas no presupone, por sí mismo, el derecho a la indemnización. Cerrado el círculo. Al fondo del Taller de Tributación, como siempre, el rumor de la letanía: plazos incumplidos, exigencias tributarias anuladas, imputación de ilícitos improcedentes. Impunidad.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Dada la abundancia de medios de la Agencia Tributaria y la desproporción con los de los contribuyentes, no debería haber infracciones porque serían una mera “ensoñación”.
El cristiano que sabe que la vida es caminar hacia el cielo, procura hacerlo como sea mejor para cubrir cada etapa, para rodear los peligros, para evitar riesgos y aprovechar las rutas más favorables. En la preparación de cada etapa debe elegir la ropa adecuada, el calzado apropiado, las horas de andar y las de caminar. El orden es elemento esencial. “Todo tiene su momento y hay un tiempo para cada cosa bajo el cielo… tiempo de dormir y tiempo de construir, tiempo de llorar y tiempo de reír, … tiempo de rasgar y tiempo de coser, tiempo de callar y tiempo de hablar…” (Qo 3,1.3.4.7). El orden asegura la eficiencia y facilita la eficacia. Una vida ordenada es una vida consecuente; una vida desordenada es una vida confusa, voluble y arriesgada.
Desde el principio de la Biblia se encuentra un pasaje que relata el orden de la creación: “En el principio creó dios el cielo y la tierra. La tierra era caos y vacío, la tiniebla cubría la faz del abismo y el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas…” (Gn 1,1-2). El cristiano medita estas palabras y las traslada a su propia vida. Y sigue: “Dijo Dios: - Haya luz. Y hubo luz. Vio Dios que la luz era buena y separó Dios la luz de la tiniebla. Dios llamó a la luz día y a la tiniebla la llamó noche. Hubo tarde y hubo mañana: día primero” (Gn 1,3-5). Nuevo texto para meditar. El orden en lo que hay que hacer. Y así hasta: “Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y todo su ornato. Terminó Dios en el día séptimo la obra que había hecho y descansó en el día séptimo…” (Gn 2, 1-2). El cristiano, mirando al taller de Nazaret, vive con Jesús en su trabajo y en su descanso; y mira al Padre cuando se examina para ver si ha sido bueno el trabajo hecho y cómo debe hacer lo que queda. Y en los tiempos de examen ordena la tarea.
- “Los fariseos, la oír que había hecho callar a los saduceos, se pusieron de acuerdo, y uno de ellos, doctor de la ley, le preguntó para tentarle: - Maestro ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley? Él respondió: - Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayo y el primer mandamiento…” (Mt 22, 34-38). “Cuando iban de camino entró en cierta aldea, y una mujer que se llamaba Marta le recibió en su casa. Tenía una hermana llamada maría que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Pero Marta andaba atareada con numerosos quehaceres y poniéndose delante dijo: - Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en las tareas de servir? Dile entonces que me ayude. Pero el Señor le respondió: - Marta, Marta, tú te preocupas y te inquietas por muchas cosas. Pero una cosa es necesaria: María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada” (Lc 10,38-42). El cristiano medita, sabe lo que debe hacer y lo hace, todo, ordenadamente.
- Y aprende: “Y otro dijo: - Te seguiré Señor, peor primero permíteme despedirme de los de mi casa. Jesús le dijo: - Nadie que pone su mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el reino de Dios” (Lc 9,61-62). En la parábola de la cizaña, los siervos dijeron: “¿Quieres que vayamos a arrancarla? Pero el les dijo: No, no vaya a ser que, al arrancar la cizaña, arranquéis con ella el trigo. Dejad que crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla; el trigo en cambio, almacenadlo en mi granero” (Mt 13,28-30)
LA HOJA SEMANAL
(del 21 al 26 de octubre)
Lunes (21)
San Severino de Burdeos, obispo (29ª TO)
Palabras: “Guardaos de toda clase de codicia” (Lc 12,15)
Reflexión: Necio esta noche te van a exigir la vida
Propósito, durante el día: Dios mío, todo es tuyo, dispón de mí según tu voluntad
Martes (22)
San Juan Pablo II, papa (29ª TO)
Palabras: “Estad como los que aguardan a su señor” (Lc 12,36)
Reflexión: Dichosos a quienes el señor encuentre en vela cuando llegue
Propósito, durante el día: Dios mío, dame tu amor y tu gracia. Esto me basta
Miércoles (23)
San Juan de Capistrano, presbítero (29ª TO)
Palabras: “A la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre” (Lc 12,40)
Reflexión: Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá
Propósito, durante el día: Toma, Señor, mi libertad, mi memoria, mi entendimiento
Jueves (24)
San Antonio María Claret, obispo y fundador (29ª TO)
Palabras: “He venido a prender fuego en el mundo” (Lc 12,49)
Reflexión: En adelante, una familia estará dividida
Propósito, durante el día: Dame fidelidad, Señor, y ayúdame a ser fiel
Viernes (25)
San Frutos, ermitaño (29ª TO)
Palabras: ¿Cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? (Lc 12,56)
Reflexión: ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que hay que hacer?
Propósito, durante el día: Siervos inútiles somos; lo que debemos hacer, lo hacemos
Sábado (26)
Santos Luciano y Marciano, mártires (29ª TO)
Palabras: “Tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera…” (Lc 13,7)
Reflexión: … y no encuentro. Córtala”. El viñador, pidió al amo esperar un año más
Propósito, durante el día: Madre, dile a Dios cosas buenas de mí. Pídele por mí
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 20, domingo (29º TO; ciclo C; el Domund) nos llaman a la confianza activa en Dios, a esperar en Él haciendo lo que debemos hacer: “Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel” (Ex 17); “Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir” (2 Tm 4); “Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?” (Lc 18). Es tiempo de esperanza. De pedir más ayuda a nuestra Madre. De rezar más.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “Es hermoso ver que ese hombre sanado, que era un samaritano, expresa la alegría con todo su ser: alaba a Dios a grandes gritos, se postra, agradece (cf. vv. 15-16). El culmen del camino de fe es vivir dando gracias. Podemos preguntarnos: nosotros, que tenemos fe, ¿vivimos la jornada como un peso a soportar o como una alabanza para ofrecer? ¿Permanecemos centrados en nosotros mismos a la espera de pedir la próxima gracia o encontramos nuestra alegría en la acción de gracias? Cuando agradecemos, el Padre se conmueve y derrama sobre nosotros el Espíritu Santo. Agradecer no es cuestión de cortesía, de buenos modales, es cuestión de fe. Un corazón que agradece se mantiene joven. Decir: “Gracias, Señor” al despertarnos, durante el día, antes de irnos a descansar es el antídoto al envejecimiento del corazón, porque el corazón envejece y se malacostumbra. Así también en la familia, entre los esposos: acordarse de decir gracias. Gracias es la palabra más sencilla y beneficiosa.” (Homilía en la canonización de beatos, día 13 de octubre de 2019)
- “Queridos hermanos, del Príncipe de los Apóstoles aprendemos que un evangelizador no puede ser un impedimento para la obra creadora de Dios, que “quiere que todos los hombres se salven” (1 Timoteo 2, 4), sino alguien que favorece el encuentro de los corazones con el Señor. Y nosotros ¿cómo nos comportamos con nuestros hermanos y hermanas, especialmente con los que no son cristianos? ¿Somos un impedimento para el encuentro con Dios? ¿Obstaculizamos su encuentro con el Padre o lo facilitamos?
Pidamos hoy la gracia de dejarnos maravillar por las sorpresas de Dios, de no obstaculizar su creatividad, sino de reconocer y favorecer las formas siempre nuevas en que el Resucitado derrama su Espíritu en el mundo y atrae los corazones, dándose a conocer como “el Señor de todos” (Hechos 10, 36). Gracias.” (Audiencia general, día 16 de octubre de 2019)
(20.10.19)
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