LO TRIBUTARIO (nº 552)

Fuentes del Derecho (10): ¿derecho de igualdad?

Establece el artículo 9.2 CE que corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integren sean reales. El artículo 14 CE establece que los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Y el artículo 52 CE regula: (1) que el derecho a la igualdad, entre otros, vincula a todos los poderes públicos, sólo se puede regular por ley su ejercicio y así se garantiza por el recurso de inconstitucionalidad (art. 161.1.a) CE); y (2) que el derecho a la igualdad está tutelado por un procedimiento preferente y sumarísimo de protección de derechos fundamentales, además de por el recurso de amparo.

El sistema tributario español: (1) mantiene una uniformidad básica en la tributación local en cuanto la potestad tributaria derivada (art. 4.2 LGT) se regula en la Ley de Haciendas Locales (RDLeg 2/2004, TRLHL); (2) ha alcanzado una gran dispersión en la tributación autonómica (LO 8/1980, de financiación de las Comunidades Autónomas y Ley 22/2009); (3) y en el ámbito estatal, la potestad originaria (art. 4.1 LGT) se ha resquebrajado y se ha generalizado la desigualdad con la cesión de la gestión y la recaudación de algunos impuestos estatales a las CA (IP, ITPyAJD, ISyD) y con concesiones normativas en otros, como el IRPF. Si se suma la peculiaridad de la tributación foral (convenio con el Reyno de Navarra y concierto con el País Vasco), se puede concluir que la igualdad tributaria de los españoles sólo está garantizada en los impuestos indirectos empresariales (como es el IVA), en cuanto su regulación depende de la armonización fiscal en la UE. Ni en la vida (IRPF, IP) ni en la muerte (ISyD) son iguales los españoles en cuanto a la tributación que les corresponde.

Podría quedar así la reflexión sobre la “igualdad fiscal”. Sólo habría que añadir que la igualdad ante la ley, no quiere decir que a todos se trata igual, sino que en igualdad de circunstancias la ley se aplica igual. De ahí que no sólo es constitucional, sino que también es una exigencia de la Justicia la progresividad de algunos impuestos (IRPF, IP, ISyD) en los que la tributación crece de forma más que proporcional según crece la base (renta ganada, patrimonio que se tiene, transmisión gratuita que se recibe).

En un “Taller de tributación” estas consideraciones se hacen al principio de la tarea. Y se agradecen en cuanto permiten recordar, y a veces tener noticia, conocimientos adquiridos hace muchos años. Pero, de inmediato, se pasa a la aplicación de la norma. En ese ámbito se describen: desde discriminaciones sociales (la obligada comunicación electrónica, sin permitir excepciones y falseando la ley que considera ese sistema como forma de facilitar los cumplimientos de los ciudadanos); a discriminaciones personales y familiares (contra la familia en los rendimientos de actividades empresariales y profesionales: arts. 29.3 y 30.2.2ª y 3ª LIRPF). Nunca falta el que abre la polémica. Empieza refiriéndose a la irrelevancia del precedente contra el principio de confianza legítima (art. 3 Ley 40/2015, LRJSP) y acaba desatando el debate al describir el principio que prohíbe la “igualdad en la ilegalidad” (TC s. 19.05.03 y 19.06.06) y que, a su amparo, permite acabar con la seguridad jurídica (art. 9 CE) e instaurar la esquizofrenia fiscal (revisión de la comprobación y la calificación firmes: art. 115 LGT)

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Que sea la vía contenciosa, y no la civil, donde se resuelve sobre registros domiciliarios tributarios y exhumaciones de cadáveres, es muestra de inquietante estatalismo.

La vocación al estudiante es a que estudie. Pero la vocación profesional exige también el estudio constante si se quiere cumplir ese indiscutible objetivo: hay que hacer bien lo que se debe hacer. Ante cualquier asunto o decisión importante de la vida las personas procuran enterarse, conocer y comprender su naturaleza, sus fines, sus consecuencias directas o colaterales, a corto o a largo plazo. Así ocurre en el cambio de estado o en el cambio de trabajo o al tiempo de emprender una nueva actividad. Y por diversas circunstancias: ante la próxima maternidad, ante el nuevo plan de estudios, para conocer los nuevos métodos de enseñanza, los nuevos tratamientos. Si se piensa con un poco de detenimiento en todas esas consideraciones hay amor: a uno mismo, a los padres, a los hijos, al esposo o a la esposa, al novio o a la novia. Y si todo eso se hace con espíritu cristiano, el estudio es búsqueda de la voluntad de Dios y estudiar bien es orar. “Una hora de estudio para un apóstol moderno, es una hora de oración” (san Josemaría, “Camino” 335)

El estudio como respuesta a una vocación es una forma de realización personal, de formación y de crecimiento intelectual y moral. Y la sinceridad con uno mismo exige destinar un tiempo para la propia formación, no abandonarse en lo aprendido sino progresar con una actualización continua, aportar al acerbo común cada uno en su ámbito las creaciones nacidas de ese estudio y compartir con todos lo que se ha aprendido. Amar a Dios es tener inquietud por saber de Dios. “Pon un motivo sobrenatural a tu ordinaria labor profesional, y habrás santificado el trabajo” (san Josemaría, “Camino” 359)

El cristiano refiere el estudio a su propia vocación como discípulo de Cristo. Y como algo natural relaciona la palabra estudio con pasajes del Nuevo Testamento. Así: “No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca” (Jn 15,16). Y para ese camino y ese dar fruto es necesario “saber de Dios”, aprender de Dios, tener trato continuo con Jesús, con sus palabras, con sus gestos, y saber y aprender de los que lo han amado empezando por la Madre, san José y todos los santos.

Y también: “Glorificad a Cristo Señor en vuestros corazones, siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza, pero con mansedumbre y respeto” (1 P 3,15-16), porque es preciso estudiar, aprender y asimilar la esencia, el modo de ser y obrar del que sigue los pasos de Cristo, para poder explicar lo que es nuestro amor y el amor de Dios del que procede. Es una exigencia, como escribía san Pablo: “Porque si evangelizo, no es para mí motivo de gloria, pues es un deber que me incumbe. ¡Ay de mí si no evangelizara! Si lo hiciera por propia iniciativa, tendría recompensa, pero si lo hago por mandato, cumplo con una misión encomendada.” (1 Co 9,16-17). Escribía santa Teresa de Jesús: “En todo encontraba medios para conocer más a Dios y amarle, y darme cuenta de lo que le debía, y dolerme de haber sido como fui. Entendía que aquello no era “cosa mía” ni lo había conseguido con mi esfuerzo” (“Vida” 21.12)

LA HOJA SEMANAL
(del 7 al 12 de octubre)

Lunes (7)

Nuestra Señora del Rosario (27ª TO)
Palabras: “Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo” (Lc 1,28)
Reflexión: “Hágase en mí según tu palabra”
Propósito, durante el día: Madre, enséñanos a amar la voluntad de Dios

Martes (8)

Santa Reparada, mártir (27ª TO)
Palabras: “María ha elegido la mejor parte y no se la quitarán” (Lc 10,42)
Reflexión: Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio
Propósito, durante el día: Ayúdame, Señor, a rezar trabajando y a trabajar rezando

Miércoles (9)

San Dionisio, obispo, y compañeros mártires (27ª TO)
Palabras: “Perdónanos nuestros pecados …” (Lc 11,4)
Reflexión: … porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo”
Propósito, durante el día: Dame, Señor, tanto perdón que lo derrame en los demás

Jueves (10)

Santo Tomás de Villanueva, obispo (27ª TO)
Palabras: “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá” (Lc 11,9)
Reflexión: Vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden
Propósito, durante el día: Oración. Por mí, por mis cercanos, por los que no me quieren

Viernes (11)

San Juan XXIII, papa (27ª TO; Nuestra Señora de Begoña)
Palabras: “El que no está conmigo, está contra mí” (Lc 11,23)
Reflexión: “El que no recoge conmigo, desparrama”
Propósito, durante el día: Jesús, dentro de tus llagas, escóndeme

Sábado (12)

Nuestra Señora del Pilar (Fiesta de la Hispanidad)
Palabras: “Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11,28)
Reflexión: Una mujer de entre el gentío gritó: ¡Viva la madre que te parió!
Propósito, durante el día: Madre, no me sueltes de tu mano hasta llegar al cielo

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 6, domingo (17º TO; ciclo C; san Bruno) nos llaman a renovar y mantener la fe: “El injusto tiene el alma hinchada, pero el justo vivirá por su fe” (Ha 2); “Vive con fe y amor en Cristo Jesús. Guarda este precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros” (2 Tm 1); “Los apóstoles le pidieron al Señor: - Auméntanos la fe” (Lc 17,5). Es fácil decir: “Creo”; pero vale más: “Vivo según la fe que profeso: en Dios, Uno y Trino; en Jesús, realmente presente en la Eucaristía.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Pecamos de omisión, es decir, contra la misión, cuando, en vez de transmitir la alegría, nos cerramos en un triste victimismo, pensando que ninguno nos ama y nos comprende. Pecamos contra la misión cuando cedemos a la resignación: “No puedo, no soy capaz”. ¿Pero cómo? ¿Dios te ha dado unos talentos y tú te crees tan pobre que no puedes enriquecer a nadie? Pecamos contra la misión cuando, quejumbrosos, seguimos diciendo que todo va mal, en el mundo y en la Iglesia. Pecamos contra la misión cuando somos esclavos de los miedos que inmovilizan y nos dejamos paralizar del “siempre se ha hecho así”. Y pecamos contra la misión cuando vivimos la vida como un peso y no como un don; cuando en el centro estamos nosotros con nuestros problemas, y no nuestros hermanos y hermanas que esperan ser amados.” (Homilía, Vísperas para el comienzo del Mes Misionero, día 1 de octubre de 2019)

- “Y este diálogo entre Felipe y el etíope nos lleva a reflexionar también sobre el hecho de que no basta con leer la Escritura, es necesario comprender su significado, encontrar el “jugo” que va más allá de la “corteza”, ir al Espíritu que anima la letra. Como dijo el Papa Benedicto XVI al comienzo del Sínodo sobre la Palabra de Dios, “la exégesis, la verdadera lectura de la Sagrada Escritura, no es sólo un fenómeno literario, [...]. Es el movimiento de mi existencia” (Meditación, 6 de octubre de 2008). Entrar en la Palabra de Dios es estar dispuesto a ir más allá de los propios límites para encontrar y conformarse a Cristo, que es la Palabra viva del Padre.” (Audiencia general, día 2 de octubre de 2019)

(6.10.19)

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