LO TRIBUTARIO (nº 523)
Procedimientos tributarios (22): Infracciones y sanciones (1): principios
Aunque, evidentemente, el “procedimiento sancionador” no es un “procedimiento tributario”, también es evidente que tiene una característica diferenciadora: se refiere a incumplimientos tributarios. La LGT regula todo lo referido a infracciones y sanciones tributarias en los artículos 178 a 212, a continuación de la asistencia mutua en la recaudación. Por otra parte, es necesario advertir de que, en la regulación de las infracciones y sanciones tributarias, hay: una primera parte (arts. 178 a 206 LGT), referida a los principios de la potestad sancionadora, a los sujetos infractores, a las clases de infracciones y a la cuantificación de las sanciones, a la extinción subjetiva y objetiva de la responsabilidad y a la tipificación de las infracciones y sanciones; y una segunda parte (arts. 207 a 212 LGT), referida al procedimiento sancionador. Aunque sólo procedería tratar de esta segunda parte, es inevitable y conveniente considerar también lo que se regula en la primera parte.
Aunque el artículo 178 LGT se refiere a los principios esenciales de la potestad sancionadora, sólo son regulados individualizadamente los principios de responsabilidad y de no concurrencia de sanciones. El principio de legalidad, exige que tanto la tipificación de las infracciones y sanciones como los elementos subjetivos y objetivos de las mismas se regulen por ley. La antijuridicidad es el principio que exige que las infracciones y sanciones encuentren fundamento en la protección de un bien jurídico general (la integridad física, la dignidad, convivencia social…). El principio de tipicidad es el principio que exige que sólo sean punibles las infracciones según los estrictos términos en los que la ley regule los hechos y circunstancias punibles. El principio de culpabilidad exige para que una conducta se tipifique como infracción que se trate de una acción u omisión culpable. El principio de punibilidad exige que las sanciones estén reguladas por ley y que se ponderen (principio de proporcionalidad de la pena) según las circunstancias concurrentes.
El artículo 179 LGT, referido al principio de responsabilidad en materia de infracciones, regula: 1) en materia tributaria pueden ser infractores, además de las personas físicas y jurídicas, las entidades sin personalidad (art. 35.4 LGT: comunidades de bienes…); 2) son causas exoneradoras de responsabilidad (salvo en el conflicto en la aplicación de norma tributaria, art. 15 LGT, en el que se presume que no hay diligencia ni interpretación razonable, salvo prueba de que sí la hay): a) carecer de capacidad de obrar en el orden tributario, b) fuerza mayor, c) salvar el voto en decisiones colectivas, d) deficiencia técnica de programas informáticos facilitados por la Administración, e) haber puesto la diligencia necesaria (se considera así si se ha actuado según una interpretación razonable o según criterios administrativos en publicaciones y comunicaciones escritas -arts. 86 y 87 LGT- o según la contestación de la DGT a una consulta formulada por otro si existe una igualdad sustancias con las propias circunstancias, f) haber regularizado voluntariamente la situación tributaria o subsanado las declaraciones, autoliquidaciones, comunicaciones y solicitudes. El artículo 180 LGT regula el principio de no concurrencia de sanciones: una misma acción u omisión que sirve de criterio de graduación no se puede sancionar como infracción; varias acciones u omisiones permiten varias sanciones (arts. 191 con 194 y 195; 198 con 199 y 203 LGT)
DE LO HUMANO A LO DIVINO
De los 20,3 millones de declarantes del IRPF, a más de 14 millones de contribuyentes, el 70%, les resulta a devolver porque han debido ingresar de más y por anticipado y a los que se les devuelve más de un año después y sin intereses. Todo un negocio fiscal.
Pentecostés. El cristiano invoca, proclama, canta: “Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor” (Veni, Sancte Spiritus, reple tuorum corda fidelium; et tui amoris in eis ignem accende). El cristiano, tú y yo, que somos fieles, que queremos serlo cada día y todos los días de nuestra vida, que sabemos que el Espíritu Santo es nuestro abogado, nuestro consuelo, el Amor del Amor en la Santísima Trinidad: “Dios es amor (1 Jn 4,8.16) y el Amor, que es el primer don, contiene todos los demás. Este amor “Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rm 5,5)” (CIC nº 733).
Los cristianos queremos recordar con detalle lo que ocurrió aquel día: “Al llegar el día de Pentecostés, estaban reunidos todos en el mismo lugar. De repente un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos los del Espíritu Santo…” (Hech 2,1-4). Como en la Pascua de Navidad sentimos y gozamos el nacimiento del Niño en Belén, como en la Pascua de Resurrección sentimos un alivio del dolor junto a la Cruz en el Calvario al comprobar que ¡Ha resucitado!, en la Pentecostés sentimos la gracia de Dios que no nos abandona, que nos acompaña, que nos llama cuando nos alejamos, que nos levanta cuando caemos.
Y, con qué alegría, entonamos la secuencia: “Ven, Espíritu divino / manda tu luz desde el cielo. / Padre amoroso del pobre; / don en tus dones espléndido; / luz que penetra las almas; / fuente del mayor consuelo. / Ven, dulce huésped del alma, / descanso de nuestro esfuerzo, / tregua en el duro trabajo, / brisa en las horas de fuego, / gozo que enjuga las lágrimas / y reconforta en los duelos. / Entra hasta el fondo del alma, / divina luz, y enriquécenos. / Mira el vacío del hombre, / si Tú le faltas por dentro; / mira el poder del pecado /cuando no envías tu aliento. / Riega la tierra en sequía, / sana el corazón enfermo, / lavas las manchas, / infunde calor de vida en el hielo, / doma el espíritu indómito, / guía al que tuerce el sendero. / Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; / por tu bondad y tu gracia, / dale al esfuerzo su mérito; / salva al que busca salvarse / y danos tu gozo eterno.”
Don en tus dones espléndido. “Los siete dones del Espíritu santo son: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David. Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas” (CIC 1831). “Los frutos del Espíritu son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce: caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad (Ga 5,22-23)” (CIC nº 1832)
Pentecostés. María estaba con ellos en el cenáculo (Hech 1,14). “Dios te salve María, del Rocío Señora; Luna, Sol, Norte y Guía y pastora celestial. Dios te salve María, todo el pueblo te adora y repite a porfía: como tú no hay otra igual” (de la “Salve” rociera)
LA HOJA SEMANAL
(del 10 al 15 de junio)
Lunes (10)
Santa María, Madre de la Iglesia (mes Corazón de Jesús; Nª Sª del Rocío, de Linarejos)
Palabras: “Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería… (Jn 19,26)
Reflexión: “… - Mujer, ahí tienes a tu hijo… - Ahí tienes a tu madre…”
Propósito, durante el día: Madre mía, hazme que sea un buen hijo de la Iglesia
Martes (11)
San Bernabé, apóstol (mes del Corazón de Jesús; Nª Sª de la Capilla)
Palabras: “Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis” (Mt 10,8)
Reflexión: Saludad al entrar y si la casa lo merece, la paz vendrá a ella
Propósito, durante el día: Dios mío, que te vea en todos y en todo
Miércoles (12)
San Juan de Sahagún, presbítero (10ª TO; mes del Sagrado Corazón de Jesús)
Palabras: “Quien los cumpla y enseñe, será grande en el reino de los cielos” (Mt 5,19)
Reflexión: Incumplir un precepto poco importante, hace menos importante en el reino
Propósito, durante el día: Dios mío, ayúdame a ser como Tú quieres que sea
Jueves (13)
Jesucristo, sumo y eterno sacerdote (10º TO; mes del Sagrado Corazón; san Antonio)
Palabras: “He deseado ardientemente comer esta comida pascual…” (Lc 22,15)
Reflexión: … con vosotros, antes de padecer…”
Propósito, durante el día: Dios mío, ayúdanos a ir junto a Ti para siempre
Viernes (14)
San Fortunato de Nápoles, obispo (10º TO; mes del Sagrado Corazón de Jesús)
Palabras: “El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero” (Mt 5,28)
Reflexión: “Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo”
Propósito, durante el día: Sin Ti, Dios mío, no puedo nada. Contigo, todo
Sábado (15)
Santa María Micaela, virgen y fundadora (10ª TO; mes del Sagrado Corazón de Jesús)
Palabras: “No juréis en absoluto” (Mt 5,34)
Reflexión: A vosotros os basta decir “sí” o “no”. Lo que pasa de ahí viene del Maligno
Propósito, durante el día: Madre, no te alejes, ven conmigo a todas partes, no me dejes
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 9, domingo (de Pentecostés; ciclo C) llenan el alma del amor de Dios que envió el Espíritu Santo para nuestra salvación: “y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua” (Hech 2); “Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un ismos Espíritu, para formar un solo cuerpo” (1 Co 12); “Recibid el Espíritu Santo” (Jn 20). Es tiempo de renovación espiritual, de conversión radical al amor del Amor, de pedir ayuda a nuestra Madre.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “217. Crear “hogar” en definitiva “es crear familia; es aprender a sentirse unidos a los otros más allá de vínculos utilitarios o funcionales, unidos de tal manera que sintamos la vida un poco más humana. Crear hogares, “casas de comunión”, es permitir que la profecía tome cuerpo y haga nuestras horas y días menos inhóspitos, menos indiferentes y anónimos. Es tejer lazos que se construyen con gestos sencillos, cotidianos y que todos podemos realizar. Un hogar, y lo sabemos todos muy bien, necesita de la colaboración de todos. Nadie puede ser indiferente o ajeno, ya que cada uno es piedra necesaria en su construcción. Y eso implica pedirle al Señor que nos regale la gracia de aprender a tenernos paciencia, de aprender a perdonarse; aprender todos los días a volver a empezar. Y, ¿cuántas veces perdonar o volver a empezar? Setenta veces siete, todas las que sean necesarias. Crear lazos fuertes exige de la confianza que se alimenta todos los días de la paciencia y el perdón. Y así se produce el milagro de experimentar que aquí se nace de nuevo, aquí todos nacemos de nuevo porque sentimos actuante la caricia de Dios que nos posibilita soñar el mundo más humano y, por tanto, más divino.” (Exh. Ap. postsinodal “Christus vivit”)
- “Peregrinar es el desafío de descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de no tener miedo a mezclarnos, encontrarnos y ayudarnos. Peregrinar es participar de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, caravana siempre solidaria para construir la historia (cf. Exhort. ap. “Evangelii gaudium”, 87). Peregrinar es mirar no tanto lo que podría haber sido —y no fue—, sino todo aquello que nos está esperando y no podemos dilatar más. Es creerle al Señor que viene y que está en medio de nosotros promoviendo e impulsando la solidaridad, la fraternidad, el deseo de bien, de verdad y justicia (cf. ibíd., 71). Peregrinar es el compromiso de luchar para que los rezagados de ayer, sean los protagonistas del mañana, y los protagonistas de hoy no se vuelvan los rezagados del mañana. Y esto, hermanos y hermanas, requiere el trabajo artesanal de tejer juntos el futuro. Por eso estamos aquí para decir juntos: Madre enséñanos a hilvanar el futuro.” (Homilía en la misa en el Santuario de Sumuleu-Ciuc, Rumania, el 1 de junio de 2019)
(9.06.19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario