LO TRIBUTARIO (nº 342)

Conocer el Impuesto sobre Sociedades (5): la liquidación

Liquidar el tributo es determinar la obligación tributaria que se deriva de la realización del hecho imponible. Liquidar es competencia de la Administración que dispone de personal preparado, seleccionado y continuamente actualizado en su cualificación profesional. La liquidación es un acto administrativo del que se presume su legalidad y su validez y que tiene eficacia (v. arts. 38 y 39 Ley 39/2015, LPA; y art. 101 LGT). Pero la LGT/1963 ya incluía en su texto la obligación de autoliquidar por los contribuyentes cuando así se estableciera por ley. Hoy está generalizada en casi todos los tributos. Es una obligación exorbitante porque el contribuyente no es ni tiene por qué ser un experto fiscal, ni tener conocimientos jurídicos para calificar los hechos, porque se desconfía de los hechos que declara (art. 108.4 LGT), porque declarar no otorga ningún derecho, sino que implica el riesgo seguro de errar y ser sancionado.

- Aplicando el tipo impositivo que corresponda de los regulados en el artículo 29 LIS, que incluye también el de “cero por ciento”, se obtiene la cuota íntegra (art. 30 LIS) a la que se aplican, en su caso, “deducciones” (art. 31: para evitar la doble imposición por gravamen satisfecho en el extranjero; art. 32: para evitar la doble imposición internacional en dividendos y participaciones en beneficios) y “bonificaciones” (art. 33: rentas obtenidas en Ceuta o Melilla; art. 34: por prestación de servicios públicos locales).

- Y también se deducen de la base imponible otras “deducciones”: por actividades de investigación y desarrollo e innovación (art. 35 LIS), por inversiones en producciones cinematográficas, series audiovisuales y espectáculos en vivo de artes escénicas y musicales (art. 36 LIS), por creación de empleo (art. 37 LIS), por creación de empleo para trabajadores con discapacidad (art. 38 LIS). El artículo 39 LIS establece normas comunes a las deducciones. Estas son las deducciones-incentivo de cuya existencia y conveniencia se viene tratando desde antes de la reforma de 1978. Si se considera sin prejuicios, los hechos incentivados o se producirán en todo caso (y la ventaja fiscal es un “tren en marcha” que se aprovecha) o no se pueden producir (si no hay capacidad de inversión o de creación de empleo). Establecer ventajas para las rentas más altas puede ser tan inconveniente como incentivar actuaciones o actividades improductivas.

- El impuesto se declara (art. 124 LIS) con la correspondiente autoliquidación (art. 125 LIS) ingresando, en su caso, la deuda tributaria que resultara. Los órganos de gestión tributaria pueden practicar una liquidación provisional (arts. 133 y 139 LGT), sin perjuicio de una posterior comprobación o investigación por la Inspección (art. 126 LIS). Pero cuando de la autoliquidación resulte una cantidad a devolver, la liquidación provisional es obligada (art. 127 LIS: “practicará”), y si no se produce la liquidación en el plazo señalado (si se incumple la ley) se debe acordar la devolución, y si se tarda, se debe devolver con intereses. Este exceso de ingreso se origina porque los sujetos pasivos del IS deben hacer pagos fraccionados anticipados (art. 40 LIS) y pueden soportar retenciones o ingresos a cuenta que, como pagos a cuenta, son deducibles (art. 41 LIS). Los sujetos pasivos del IS también están obligados a practicar retenciones y a hacer ingresos a cuenta (art 128 y 129 LIS) por las rentas satisfechas a terceros.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Dice el FMI que se debe subir el tipo del IVA y el ministro dice que no, y que el año próximo bajarán los tipos del IRPF para las rentas más bajas. En tiempo de política se maneja la quita de las deudas autonómicas, como reclaman los que rebasaron sus límites. Y dice otro regulador que, a pesar de todo, hay margen para condonar.

Haciendo vida de la esperanza el cristiano, desde el fondo del corazón, como susurro del alma porque Dios ve en lo oculto y oye donde no hay sonido, recuerda el salmo 85: “Inclina tu oído, Señor, escúchame, que soy pobre y desvalido. Guarda mi alma, que soy un fiel tuyo. Dios mío, salva a tu siervo que confía en Ti. Ten piedad de mí, Señor mío, que te invoco todo el día. Alegra la vida de tu siervo, que a Ti, Señor, levanto mi alma. Pues Tú, Señor, eres bueno e indulgente; rico en misericordia con los que te invocan. Escucha, señor, mi plegaria, atiende a la voz de mi súplica. En el día de mi angustia te invoco porque Tú me escuchas…”

- “Al desembarcar vio una gran muchedumbre y se llenó de compasión por ella y curó a los enfermos. Al atardecer se acercaron sus discípulos y le dijeron: - Este es un lugar apartado y ya ha pasado la hora; despide a la gente para que vayan a las aldeas a comprarse alimentos. Pero Jesús les dijo: - No hace falta que se vayan, dadles vosotros de comer. Ellos le respondieron: - Aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces. Él les dijo: -Traédmelos aquí. Entonces mandó a la gente que se acomodara en la hierba. Tomó los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los dio a los discípulos y los discípulos a la gente. Comieron todos hasta que quedaron satisfechos y de los trozos que sobraron recogieron doce cestos llenos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños” (Mt 14, 14-21). El Señor tiene compasión (latín: “cum patire”) de nosotros: padece con nosotros, siente nuestras necesidades; Dios pide nuestra colaboración (dadles vosotros de comer; partió los panes los dio a los discípulos y éstos a la gente); y otros necesitan de mi colaboración (latín: cum laborare), de mi trabajo dirigido por Dios.

- “Jesús llamó a sus discípulos y dijo: - Me da mucha lástima la muchedumbre, porque ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer, y no quiero despedirlos en ayunas, no vaya a ser que desfallezcan en el camino. Pero le decían los discípulos: - ¿De dónde vamos a sacar en un desierto panes suficientes para alimentar a tan gran muchedumbre? Jesús les dijo: - ¿Cuántos panes tenéis? – Siete y unos pocos pececillos -respondieron ellos. Entonces ordenó a la multitud que se acomodase en el suelo. Tomó los siete panes y los peces y, después de dar gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la multitud. Y comieron todos y quedaron satisfechos. Con los trozos sobrantes recogieron siete espuertas llenas. Los que comieron eran cuatro mil sin contra mujeres y niños” (Mt 15, 22-38). Parece imposible encontrar más ternura que la que se descubre en las palabras de Jesús: me da mucha lástima, no tienen qué comer, no quiero despedirlos en ayuna no sea que desfallezcan en el camino… La vida del cristiano es vida en el camino del cielo; pero cuando puede desfallecer, tiene la ayuda de Dios. También hay momentos de dudas, porque no entendemos (¿de dónde sacaremos…?) Pero Dios no necesita más y nos ayuda. Y nos pide ayuda (los fue dando a los discípulos y éstos a la multitud). Y todos quedaron satisfechos.

“No os preocupéis por nada… Todo lo puedo en Aquél que me conforta” (Flp 4,6.14)

LA HOJA SEMANAL
(del 24 al 29 de julio)

Lunes (24)

San Sarbelio Makhlûf, presbítero (16ª TO)
Palabras: “Tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en la tierra” (Mt 12,40)
Reflexión: Queremos ver un signo tuyo… generación perversa… el signo de Jonás
Propósito, durante el día: Todo es para bien. No poner a prueba a Dios

Martes (25)

Santiago, apóstol, patrono de España (16ª TO)
Palabras: “El que quiera ser grande entre vosotros, sea vuestro servidor” (Mt 20,26)
Reflexión: Apostolado, desánimo, la Virgen del Pilar, una nación cristiana
Propósito, durante el día: Sea por siempre bendita y alabada la voluntad de Dios

Miércoles (26)

San Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen María (16ª TO)
Palabras: ¡Dichosos vuestros ojos porque ven… (Mt 13,16)
Reflexión: … y vuestros oídos porque oyen! La Madre Virgen, el Niño Dios
Propósito, durante el día: Lo que quieras, como quieras, porque Tú lo quieres

Jueves (27)

San Simeón el Estilita, confesor (16ª TO)
Palabras: “Se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos” (Mt 13,11)
Reflexión: Les hablo en parábolas porque miran sin ver y escuchan sin oír
Propósito, durante el día: En todo, siempre, Dios mío, ¡Que vea! Ut videam!

Viernes (28)

San Pedro Poveda, fundador y mártir (16ª TO)
Palabras: Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra… (Mt 13,23)
Reflexión: … y la entiende; ése dará mucho fruto”
Propósito, durante el día: Cada día. Lectura y meditación del Nuevo Testamento

Sábado (29)

Santa Marta (hermana de Lázaro y de María de Betania, amigos de Jesús; 16ª TO)
Palabras: “Sembró buena semilla…” (Mt 13,24)
Reflexión: … su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó
Propósito, durante el día: Madre mía, pide a Jesús por mí y para mí lo que necesite

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 23, domingo (16º TO; ciclo A) nos recuerdan la ayuda permanente de Dios, sus cuidados para con cada uno: “diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento” (Sab 12); “el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene” (Rm 8); “No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos…” (Mt 13,43). En las manos de Dios, con el amor de nuestra Madre. Y el ángel de la guarda.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Intentemos imaginarlo: un terreno pedregoso es un terreno “donde no hay mucha tierra” (cf v. 5), por lo que la semilla germina, pero no consigue echar raíces profundas. Así es el corazón superficial, que acoge al Señor, quiere rezar, amar y dar testimonio, pero no persevera, se cansa y no “despega” nunca. Es un corazón sin profundidad, donde las piedras de la pereza prevalecen sobre la tierra buena, donde el amor es inconstante y pasajero. Pero quien acoge al Señor solo cuando le apetece, no da fruto.

Está luego el último terreno, el espinoso, lleno de zarzas que asfixian a las plantas buenas. ¿Qué representan estas zarzas? “La preocupación del mundo y la seducción de la riqueza” (v. 22), así dice Jesús, explícitamente. Las zarzas son los vicios que se pelean con Dios, que asfixian su presencia: sobre todo los ídolos de la riqueza mundana, el vivir ávidamente, para sí mismos, por el tener y por el poder. Si cultivamos estas zarzas, asfixiamos el crecimiento de Dios en nosotros. Cada uno puede reconocer a sus pequeñas o grandes zarzas, los vicios que habitan en su corazón, los arbustos más o menos radicados que no gustan a Dios e impiden tener el corazón limpio. Hay que arrancarlos, o la Palabra no dará fruto, la semilla no se desarrollará.

Queridos hermanos y hermanas, Jesús nos invita hoy a mirarnos por dentro: a dar las gracias por nuestro terreno bueno y a seguir trabajando sobre los terrenos que todavía no son buenos.

Preguntémonos si nuestro corazón está abierto a acoger con fe la semilla de la Palabra de Dios. Preguntémonos si nuestras piedras de la pereza son todavía numerosas y grandes; individuemos y llamemos por nombre a las zarzas de los vicios. Encontremos el valor de hacer una buena “recuperación del suelo”, una bonita recuperación de nuestro corazón, llevando al Señor en la Confesión y en la oración nuestras piedras y nuestras zarzas.

Haciendo así, Jesús, buen sembrador, estará feliz de cumplir un trabajo adicional: purificar nuestro corazón, quitando las piedras y espinas que asfixian la Palabra.” (Angelus, día 16 de julio de 2017)

(23.07.17)

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