LO TRIBUTARIO (nº 334)
Conocer el IS (1): Naturaleza
Sin considerar otras modificaciones parciales o un texto refundido, el IS ha tenido tres regulaciones legales: la Ley 61/1978 (impuesto analítico), la Ley 43/1995 (impuesto sintético) y la Ley 27/2014. Esta ley pretende: dar una mayor identidad al IS respecto del IRPF (objetivo inútil porque los empresarios y profesionales personas físicas aplican la LIS en la determinación de sus rendimientos en estimación directa: art. 28.1 LIRPF, y en las deducciones por inversión: art. 68.2 LIRPF; coherencia y coordinación son fundamentales en los dos impuestos del sistema que sujetan la renta ganada); adaptarse al entorno de la UE (lo que, si no viene exigido, debe buscar las ventajas de la autonomía); el “incremento” de la lucha contra el fraude (si se lucha contra el fraude modificando la ley es que antes no había fraude, sino elusión); proteger a la pequeña y mediana empresas con normas más sencillas y neutrales (si algo caracteriza el IS es la complejidad de las normas que lo regulan); y reaccionar contra la crisis recaudatoria (si modificando la ley se evita esa crisis es que su origen era la propia ley). La LIS, acorde con los tiempos, es una ley de deficiente redacción, oscura en sus textos, “compleja” en sus excepciones (ajustes, regímenes especiales) y “acomplejada” por sus propias deficiencias, entre las que no es la menor, su desprecio por el Derecho.
Dice el artículo 1 que el IS es un impuesto: 1) “directo”, porque la renta ganada es una manifestación directa de la capacidad económica para contribuir (art. 33.1 CE); 2) “personal”, porque somete toda la renta obtenida por la entidad contribuyente (con la excepción de la tributación de los no residentes en España que sólo tributan por la renta aquí obtenida: v. arts. 7.2 y 8 LIS); 3) que “grava” la renta, pero se trata de una palabra improcedente porque la adecuada habría sido “sujeta” (porque, científicamente, los impuestos que se rigen por el principio de capacidad -en vez de otros, como el de beneficio- tienen como objeto los presupuestos de hecho en los se manifiesta la renta -ganada o gastada- o el patrimonio) ya que el hecho imponible -renta sujeta-, precisamente, se delimita señalando los supuestos de “no sujeción” y son los hechos imponibles los que están “gravados” o “exentos”, es decir, sometidos al impuesto con tributación por él o sin incidencia fiscal; 4) “de las sociedades y entidades”, lo que no es así en todo caso, si se considera algún régimen especial como el de Agrupaciones de Interés Económico y UTE (arts. 43, 44 y 45 LIS) en cuanto imputan su renta a los socios o miembros.
Se podría añadir que es un impuesto “subjetivo” en cuanto la naturaleza y características de los contribuyentes determinan una tributación peculiar, ya sea en el régimen general (cf. tipos de gravamen: art. 29 LIS), ya sea en los regímenes especiales (arts. 42 a 117 LIS), también en las exenciones plenas y menos plenas (art. 9 LIS), y, desde luego, en la relación de contribuyentes (art. 7 LIS) que hay que leer con atención en cuanto incluye: por una parte, todas las personas jurídicas, salvo las sociedades civiles, aunque sí las sociedades civiles con objeto mercantil y las sociedades agrarias de transformación que son sociedades civiles; y, por otra parte, una serie de entidades (agrupaciones, fondos) que no tienen personalidad jurídica. La subjetividad del impuesto también se pone de manifiesto en la diferente tributación según dónde se localice la residencia y el domicilio fiscal (art. 8 LIS) en lo internacional y en lo territorial interno (arts. 2 y 3 LIS)
DE LO HUMANO A LO DIVINO
En tiempos de presión fiscal psicológica es oportuna la noticia sobre la discriminación territorial según la ideología dominante en los gobiernos autonómicos. Así, dice el estudio (PFA) para una persona soltera, de menos de 65 años, sin hijos, sin discapacidad ni ninguna circunstancia personal que pudiera originar una deducción y con una renta bruta anual de 16.000 euros, tributaría 1.611 euros en Cataluña, 1.510 en Extremadura, 1492 en las Islas Baleares, 1.439 en La Rioja, 1.437 en Galicia o 1.434 en Madrid.
Terminadas las Pascuas y las solemnidades, el cristiano retoma el Tiempo Ordinario con la alegría del que se sabe hijo de Dios y heredero del cielo (cf. Rm 8,17). Es tiempo de poner en acción los propósitos de los tiempos fuertes litúrgicos. Es tiempo de revisar la orientación de nuestra vida porque un error en el rumbo marcado al empezar la navegación puede llevar muy lejos del destino deseado. Una buena guía es la mejor ayuda. Y, estar atentos siempre para rectificar la intención: “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres con el fin de que os vean; de otro modo no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos” (Mt 6,1).
“Cuando oréis no seáis como los hipócritas… para exhibirse delante de los hombres... Tú, por el contrario, cuando te pongas a orar, entra en tu aposento y, con la puerta cerrada, ora a tu Padre, que está en lo oculto; y tu Padre, que ve en lo oculto, te recompensará. Y al orar no empleéis muchas palabras como los gentiles, que piensan que por su locuacidad van a ser escuchados. Así pues, no seáis como ellos, porque bien sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad antes de que se lo pidáis Vosotros, en cambio, rezad así: Padre nuestro que están en el cielo/ santificado sea tu Nombre;/ venga tu Reino;/ hágase tu voluntad, como en el cielo, también en la tierra;/ danos hoy nuestro pan cotidiano; y perdónanos nuestras deudas como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos pongas en tentación, sino líbranos del Malo” (Mt 6, 5-13)
“… Yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir el sol sobre buenos y malos y hace llover sobre justos y pecadores” (Mt 5,44-45). “Por lo tanto, si al llevar tu ofrenda al altar recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, vete primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve después para presentar tu ofrenda” (Mt 5, 23-24).
“Buscad primero el Reino de Dios y su justicia. Por tanto, no os preocupéis por el mañana, porque el mañana trae su propia preocupación. A cada día le basta su contrariedad” (Mt 6, 34). “Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Quién de entre vosotros si su hijo le pide un pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan? (Mt 7, 7-10)
“No juzguéis para no ser juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis se os juzgará, y con la medida con que midáis se os medirá” (Mt 7, 1-2). Todo lo que queráis que hagan los hombres con vosotros, hacedlo también vosotros con ellos” (Mt 7,12)
LA HOJA SEMANAL
(del 26 de junio al 1 de julio)
Lunes (26)
San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei (12ª TO; mes Sgdo. Corazón)
Palabras: “No juzguéis y no os juzgarán” (Mt 7,1)
Reflexión: No fijarse en la mota en el ojo del hermano, sin ver la propia
Propósito, durante el día: Caridad. Amor fraterno. Amabilidad.
Martes (27)
San Cirilo de Alejandría, ob. Doc. Iglesia (12ª TO; Nª Sª Pº Socorro; mes Sgdo. Cor.)
Palabras: “Entrad por la puerta estrecha” (Mt 7,13)
Reflexión: Angosto el camino que lleva a la vida
Propósito, durante el día: Mortificación. Aceptación.
Miércoles (28)
San Ireneo, ob. y mártir (12ª TO; mes del Sgdo. Corazón)
Palabras: “Por sus frutos los conoceréis” (Mt 7,16)
Reflexión: Cuidado con los falsos profetas
Propósito, durante el día: Buscar a Cristo, encontrar a Cristo, amar a Cristo
Jueves (29)
San Pedro y san Pablo, apóstoles (12ª TO; mes del Sgdo. Corazón)
Palabras: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16,18)
Reflexión: Amor al Papa
Propósito, durante el día: Omnes cum Petro, ad Iesum per Mariam
Viernes (30)
Protomártires de la Iglesia Romana (12ª TO; mes del Sgdo. Corazón)
Palabras: “Señor, si quieres, puedes limpiarme” (Mt 8,2)
Reflexión: Quiero, queda limpio
Propósito, durante el día: Dios mío, sin Ti no puedo nada; contigo, todo
Sábado (1)
Preciosísima Sangre del Señor (12ª TO)
Palabras: “Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades” (Mt 8,17)
Reflexión: Se cumplieron en Jesús esas palabras del profeta Isaías (Is 53,4)
Propósito, durante el día: Madre mía, enséñame a comprender, a ofrecer, a amar
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 25, domingo (12º TO; ciclo A), nos llenan de esperanza porque Dios está con nosotros: “Pero el Señor está conmigo” (Jr 20); “el don de la gracia que correspondía a un solo hombre, Jesucristo, sobró para la multitud” (Rm 5); “Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre” (Mt 10). Vivir en presencia de Dios: creo que estás aquí, que me ves, que oyes. Y junto a mí, nuestra Madre, san José, el ángel de la guarda, todos los santos, ayudando.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “En la Eucaristía Jesús, como hizo con los discípulos de Emaús, se acerca a nosotros, peregrinos en la historia, para alimentar en nosotros la fe, la esperanza y la caridad; para consolarnos en las pruebas; para sostenernos en el compromiso por la justicia y la paz. Esta presencia solidaria del Hijo de Dios está por todos lados: en las ciudades y en los campos, en el norte y en el sur del mundo, en los países de tradición cristiana y en los de primera evangelización. Y en la Eucaristía Él se ofrece a sí mismo como fuerza espiritual para ayudarnos y poner en práctica su mandamiento —amarnos como Él nos ha amado—, construyendo comunidades acogedoras y abiertas a las necesidades de todos, especialmente de las personas más frágiles, pobres y necesitadas.” (Angelus, día 18 de junio de 2017)
- “Y ¿qué somos nosotros? Somos polvo que aspira al cielo. Débiles nuestras fuerzas, pero potente el misterio de la gracia que está presente en la vida de los cristianos. Somos fieles a esta tierra, que Jesús ha amado en cada instante de su vida, pero sabemos y queremos esperar en la transfiguración del mundo, en su cumplimiento definitivo donde finalmente no habrá más lágrimas, maldad y sufrimiento. Que el Señor nos done a todos nosotros la esperanza de ser santos. Pero alguno de vosotros podrá preguntarme: “Padre, ¿se puede ser santo en la vida de todos los días?” Sí, se puede. “Pero ¿esto significa que debemos rezar todo el día?” No, significa que debes cumplir tu deber todo el día: rezar, ir al trabajo, cuidar de los hijos. Pero es necesario hacer todo con el corazón abierto hacia Dios, de manera que el trabajo, también en la enfermedad, incluso en la dificultad, esté abierto a Dios. Y así nos podemos convertir en santos. Que el Señor nos dé la esperanza de ser santos. ¡No pensemos que es una cosa difícil, que es más fácil ser delincuentes que santos! No. Se puede ser santos porque nos ayuda el Señor; es Él quien nos ayuda.” (Audiencia general, día 22 de junio de 2017)
(25.06.17)
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