LO TRIBUTARIO (nº 263)
Por qué el IRPF (5): los contribuyentes
El IRPF es un impuesto personal que se exige por la renta obtenida por las personas físicas. Para la renta obtenida por la personas jurídicas está el IS. Se puede obtener o gastar la renta mediante “situaciones patrimoniales individualizables sin personalidad”, como son las comunidades de bienes o los patrimonios separados. El legislador, a efectos tributarios, puede hacer relevantes esas situaciones (en el IVA) o considerarlas (IRPF, IS) como formas instrumentales de obtener renta las personas físicas o las jurídicas, imputándoles a ellas la renta así obtenida (art. 8.3 LIRPF).
En la LGT/03, además del desgraciado nombre de “obligados tributarios” (art. 35) que incluye todas las situaciones subjetivas de relación tributaria con la Administración (incluidos, responsables, sucesores, informadores, retenedores...), se regula el concepto de “sujeto pasivo”, que debe cumplir las obligación principal y las formales (art. 36), ya sea como “contribuyente” (el sujeto pasivo que realiza el hecho imponible) ya sea como “sustituto del contribuyente” (el sujeto pasivo que por mandato de la ley debe cumplir la obligación principal y las formales del contribuyente, con resarcimiento según ley)
- El art. 8, 1 y 2 LIRPF establece: a) que son contribuyentes del IRPF las personas físicas con residencia habitual en territorio español y las personas físicas con residencia habitual en el extranjero según el art. 10 LIRPF (las personas de nacionalidad española, su cónyuge no separado legalmente y sus hijos menores residentes en el extranjero por su cargo o empleo oficial, con las excepciones y precisiones del precepto); y b) que no pierde la condición de contribuyente (en el año del cambio y los cuatro siguientes) quien, teniendo nacionalidad española, acredite su residencia en un paraíso fiscal.
- Según el art. 9 LIRPF se tiene “residencia habitual”: a) por permanencia más de 183 días durante el año natural, sin contar ausencias esporádicas, salvo que se acredite la “residencia fiscal” en otro país (si es paraíso fiscal se puede exigir que se acredita la permanencia de 183 días); b) por radicar en España el núcleo principal o la base de actividades o intereses económicos, de forma directa o indirecta.
La residencia habitual en territorio español se presume, salvo prueba en contrario, cuando reside habitualmente en España el cónyuge no separado legalmente y los hijos menores de edad que dependan de aquél. A efectos de permanencia no se computan las estancias permanentes en España por obligaciones contraídas en acuerdos de colaboración cultural o humanitaria a título gratuito con las Administraciones españolas. Y, “a título de reciprocidad” (art. 9.2), no se consideran “contribuyentes” los nacionales extranjeros con residencia habitual en España como consecuencia de alguno de los supuestos del art. 10 LIRPF y no proceda la aplicación de tratados internacionales. No confundir: nacionalidad, residencia habitual, residencia fiscal, domicilio...
Los así considerados contribuyentes del IRPF tributan por toda su renta cualquiera que sea el lugar de su obtención y la residencia del pagador (art. 2 LIRPF); los no residentes que obtengan renta en España tributan por ella con sujeción al IRNR. Hay un régimen especial para trabajadores desplazados a España (art. 93 LIRPF) y una norma especial (art. 95 bis LIRPF) de tributación de las ganancias patrimoniales por cambio de residencia. Y muchos litigios por la residencia efectiva o por el núcleo de intereses.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Dudas sobre las penas del Código: condena de más de treinta años por enriquecimiento de una política y la pena máxima de cuatro años para quien organizó una fiesta juvenil vendiendo más entradas de las del aforo, en una sala sin condiciones y con servicios deficientes, provocando situaciones angustiosas y resultando cuatro personas fallecidas.
Mes de octubre. Mes del rosario. “Respice stellam, voca Mariam!”, “Mira a la estrella, llama a María”, es una saeta de amor a la Virgen, aprendida en tiempos escolares y que se escapa de labios de ancianos en situaciones para las que se necesita ayuda, al encomendar a personas o sin otro motivo que el amor a la Madre que se desborda del corazón y que sale embelleciendo silencios, llenando tiempos que parecían vacíos. María es Madre “y madre quiere decir amor, cariño, preocupación por sus hijos, miradas dulces, tiernas caricias, sacrificios, beneficios sin cuenta” según se reza en la sabatina aprendida hace medio siglo. “A Dios se va, y se vuelve, por María” (Camino, 495).
Rosario, corona de rosas que se ofrece a la Madre del Amor Hermoso. “Mater Pulchrae Dilectionis, filios tuos adiuva!”, dice la jaculatoria que pone en las manos de la Virgen todo, porque no hay mejores manos: ”Oh, Señora mía, oh Madre mía, yo me entrego enteramente a ti. Y, en prueba de mi filial afecto, te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón y, en una palabra, todo mi ser. Y ya que soy todo tuyo, oh Madre de Bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya”.
En los misterios gozosos (lunes y sábados) acompañamos a María en la vida oculta de Jesús: desde la anunciación (con el sí de la Virgen nos hicimos hijos de Dios y herederos del cielo) al fin de la búsqueda angustiosa de María y de José con el encuentro en el templo cuando Jesús tenía once años y se quedó en Jerusalén (ya se había hablado de eso -¿No sabíais que...?-, pero se produjo inesperadamente; y para guardar en el corazón: lo primero, Dios, lo que quiera como quiera cuando quiera).
En los misterios luminosos (jueves) revivimos con María las noticias que llegan de la vida pública de Jesús, desde el Bautismo en el río Jordán y la llamada a los primeros discípulos (también a cada uno nos dice “Sígueme” y a los más reticentes nos recuerda que “Cuando estabas debajo de la higuera, te ví”, para que sepamos que ve en nuestro corazón, que nada hay oculto y que nos ama y nos espera) hasta la institución de la Eucaristía (Jesús se queda con nosotros, está en el Sagrario, cuando comulgamos nos llenamos de Dios y nos metemos en la divinidad, anegados y sumidos). ¿Saber que me quieres tanto, Dios mío, y... no me he vuelto loco? (Camino, 425).
En los misterios dolorosos (martes y viernes) nos abrazamos a María mientras Jesús, en Getsemaní, se abandona en las manos del Padre, se va abandonado por todos, negado por Pedro, abofeteado, escupido, flagelado, coronado de espinas, presentado ante los vociferantes que piden su muerte en la cruz (Dios mío, que yo no prefiera a Barrabás, que no me lave las manos, que no grite ¡Crucifícale!, que yo no diga “Que se baje de la cruz”, que te pida perdón y que te acuerdes de mí) y, en tanto dolor, que tomemos a María como la Madre que Jesús nos da: “Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre”.
Y en los misterios gloriosos (miércoles y domingos) vivimos ya con María la alegría de la resurrección, la venida del Espíritu Santo, la Asunción de nuestra Madre y su coronación como reina de cielos y tierra.
LA HOJA SEMANAL
(del 10 al 15 de octubre)
Lunes (10)
Santo Tomás de Villanueva, obispo (28ª TO; mes del rosario)
Palabras: “La gente se apìñaba alrededor de Jesús” (Lc 11,29)
Reflexión: Esta es una generación perversa. Se le dará la señal de Jonás
Propósito, durante el día: Actos de fe. Jesús resucitado. Jesús en la Eucaristía
Martes (11)
Santa Soledad Torres Acosta, virgen (28ª TO; Nª Sª de Begoña; s. Juan XXIII p.; ros.)
Palabras: “Dad limosna de lo de dentro” (Lc 11, 41)
Reflexión: Y lo tendréis limpio todo
Propósito, durante el día: Junto a Dios. Vestido limpio, cuerpo limpio y alma limpia
Miércoles (12)
Nuestra Señora del Pilar (28ª TO; mes del rosario)
Palabras: “dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11,28)
Reflexión: Fiesta de la Hispanidad. Oración fraterna
Propósito, durante el día: Madre, corrígeme, aconséjame, ayúdame, llévame al cielo
Jueves (13)
San Eduardo, rey (28ª TO; mes del rosario)
Palabras: “Vosotros no habéis entrado... (Lc 11,52)
Reflexión: … y habéis cerrado el paso a los que intentaban entrar”
Propósito, durante el día: Señor, que acompañe a los que van a Ti; que no cierre el paso
Viernes (14)
San Calixto I, papa y mártir (28ª TO; mes del rosario)
Palabras: “No tengáis miedo” (Lc 12,7)
Reflexión: “Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados”
Propósito, durante el día: Confianza en Dios. Repetir: Lo que quieras, como quieras
Sábado (15)
Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia (28ª TO; mes del rosario)
Palabras: “Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados” (Mt 11,28)
Reflexión: “Mi yugo es llevadero y mi carga ligera”
Propósito, durante el día: ¡Madre de Dios y madre mía! Todo mi amor para ti
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 9, domingo (28º TO, ciclo C) nos hablan del Dios bueno y fiel y de cómo correspondemos: “Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra como el de Israel” (2 R 5); “Si perseveramos, reinaremos con él” (2 Tm 2); “¿No ha vuelto más que este extranjero, para dar gloria a Dios?” (Lc 17). También leemos: Si vivimos con Él, moriremos con Él. Ese es nuestro plan de vida. Nuestra Madre y san José nos ayudan.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “Quien se hace pequeño como un niño —nos dice Jesús— “es el más grande en el reino de los cielos” (Mt 18,4). La verdadera grandeza del hombre consiste en hacerse pequeño ante Dios. Porque a Dios no se le conoce con elevados pensamientos y muchos estudios, sino con la pequeñez de un corazón humilde y confiado. Para ser grande ante el Altísimo no es necesario acumular honores y prestigios, bienes y éxitos terrenales, sino vaciarse de sí mismo. El niño es precisamente aquel que no tiene nada que dar y todo que recibir. Es frágil, depende del papá y de la mamá. Quien se hace pequeño como un niño se hace pobre de sí mismo, pero rico de Dios.” (Homilía, estadio M. Meskhi, de Tiblisi, en Georgia, el 1 de octubre de 2016)
- “Por tanto, no estamos llamados a servir sólo para tener una recompensa, sino para imitar a Dios, que se hizo siervo por amor nuestro. Y no estamos llamados a servir de vez en cuando, sino a “vivir sirviendo”. El servicio es un estilo de vida, más aún, resume en sí todo el estilo de vida cristiana: servir a Dios en la adoración y la oración; estar abiertos y disponibles; amar concretamente al prójimo; trabajar con entusiasmo por el bien común.” (Homilía, iglesia de la Inmaculada en el centro salesiano de Baku, en Azerbaijan, el 2 de octubre de 2016)
- “237. Se ha vuelto frecuente que, cuando uno siente que no recibe lo que desea, o que no se cumple lo que soñaba, eso parece ser suficiente para dar fin a un matrimonio. Así no habrá matrimonio que dure. A veces, para decidir que todo acabó basta una insatisfacción, una ausencia en un momento en que se necesitaba al otro, un orgullo herido o un temor difuso. Hay situaciones propias de la inevitable fragilidad humana, a las cuales se otorga una carga emotiva demasiado grande. Por ejemplo, la sensación de no ser completamente correspondido, los celos, las diferencias que surjan entre los dos, el atractivo que despiertan otras personas, los nuevos intereses que tienden a apoderarse del corazón, los cambios físicos del cónyuge, y tantas otras cosas que, más que atentados contra el amor, son oportunidades que invitan a recrearlo una vez más.
238. En esas circunstancias, algunos tienen la madurez necesaria para volver a elegir al otro como compañero de camino, más allá de los límites de la relación, y aceptan con realismo que no pueda satisfacer todos los sueños acariciados. Evitan considerarse los únicos mártires, valoran las pequeñas o limitadas posibilidades que les da la vida en familia y apuestan por fortalecer el vínculo en una construcción que llevará tiempo y esfuerzo. Porque en el fondo reconocen que cada crisis es como un nuevo “sí” que hace posible que el amor renazca fortalecido, transfigurado, madurado, iluminado. A partir de una crisis se tiene la valentía de buscar las raíces profundas de lo que está ocurriendo, de volver a negociar los acuerdos básicos, de encontrar un nuevo equilibrio y de caminar juntos una etapa nueva. Con esta actitud de constante apertura se pueden afrontar muchas situaciones difíciles. De todos modos, reconociendo que la reconciliación es posible, hoy descubrimos que “un ministerio dedicado a aquellos cuya relación matrimonial se ha roto parece particularmente urgente”. (Exh. Ap. Postsinodal “Amoris laetitia”. ”Sobre el amor en la familia”)
(9.10.16)
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