LO TRIBUTARIO (nº 243)

Por qué la LGT (27): procedimiento de recaudación

En la LGT/1963, “de los maestros”, ya se distinguían los órdenes de gestión y recaudación tributaria y de reclamaciones. Eran tiempos, hace medio siglo, en los que el contribuyente declaraba los hechos, la Administración los calificaba y practicaba la liquidación tributaria que se debía ingresar y el cobro correspondía a los recaudadores que no sólo tenían que garantizar su propia solvencia, sino que además respondían del alcance derivado de una mala recaudación. Nada que ver con lo actual. En la LGT/2003, por una parte, se regula el ingreso (arts. 60 a 65) y las garantías de cobro (arts. 77 a 82), incluidos los casos de sucesión en la deuda (arts. 39 y 40) y de responsabilidad solidaria o subsidiaria (arts. 41 a 43), así como las formas de extinción de la deuda (arts. 66 a 76); y, por otra parte, se regula el procedimiento de apremio (arts. 163 a 173) y los “subprocedimientos” -en cuanto el procedimiento de apremio no termina mientras se pueda cobrar a alguno de los obligados al pago- de recaudación a cargo de sucesores (arts. 177) o de responsables (arts. 174 a 176). Los nuevos tiempos han determinado que se incluya también la regulación de la recaudación en la asistencia mutua (arts. 177 bis a 177 quaterdecies) respecto de deudas de otros Estados.

El artículo 160 LGT define el contenido de la recaudación tributaria en cuanto referido al cobro en el período voluntario o en el período ejecutivo. Para este caso, el artículo 161 regula el cobro en el procedimiento ejecutivo según se trate de deudas liquidadas por la Administración o de deudas autoliquidadas por el administrado y, también, el tratamiento de las solicitudes de aplazamiento, fraccionamiento y compensación. Las facultades de la recaudación se regulan en el artículo 162. En este sentido es conveniente señalar la peculiaridad jurídica por la que, a efectos tributarios, se obliga al deudor a determinar la deuda que debe pagar al acreedor fiscal, debiendo ingresar en un plazo preseñalado, con exigencia de recargos e intereses si se retrasa en ese ingreso de la deuda que ni tiene presunción de exactitud ni de legalidad y respecto de la que el acreedor aún no ha confirmado en el importe exigible según ley. No sólo es así: si el acreedor fiscal no comprueba el importe de la deuda ingresada respecto de la que sería legalmente exigible, transcurrido el plazo de prescripción, se extingue el derecho a regularizarla y exigir la diferencia; pero, si el acreedor fiscal, comprueba la deuda ingresada y determina diferencia respecto de la legalmente exigible, además de los intereses, se exige una sanción al deudor por no haber determinado bien su deuda.

Si el período ejecutivo empieza automáticamente al concluir el período voluntario para el ingreso, el procedimiento de apremio empieza con la notificación de la providencia de apremio y consiste en una ejecución forzosa, un ejercicio de coacción legal, para cobrar lo que aún no se haya pagado. Del procedimiento, su carácter, la concurrencia con otros, la suspensión y la conservación de actuaciones, tratan los artículos 103 a 167 LGT. Y, a continuación, se regula: 1) la ejecución de garantías prestadas (arts. 168); 2) la práctica de embargos (arts. 169 a 171); 3) y la enajenación de los bienes embargados (art. 172). El procedimiento de apremio termina cuando: a) se paga la cantidad debida; b) con el acuerdo que declare el crédito total o parcialmente incobrable, una vez declarados fallidos todos los obligados al pago; c) con el acuerdo de haber quedado extinguida la deuda por cualquier otra causa (art. 173). En los casos en que se haya declarado el crédito incobrable, el procedimiento de apremio se reanudará dentro del plazo de prescripción, cuando se tenga conocimiento de la solvencia de algún obligado al pago.

La recaudación se puede hacer al deudor principal o al responsable solidario, o al subsidiario si los anteriores se declaran fallidos, o al sucesor de la deuda. Pero el procedimiento de apremio es uno y no admite “troceamientos barrocos”, como dijo el TEAC en 2002, en esas sucesivas exigencias si se producen. Y caduca a los cuatro años (art. 104.1 último párrafo LGT). Así se regulaba también en el artículo 23.3 Ley 1/1998 de Derechos de los Contribuyentes. Un procedimiento infinito, “eterno” dijo el TS en sentencia de 4 de diciembre de 1998, es contrario a la Justicia y al Derecho.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

¿El déficit público se elimina pidiendo un préstamo a las grandes sociedades para que anticipen en 2016 el IS a pagar en 2017, en que se ingresará menos y se deberá devolver lo anticipado de más. Demasiado fácil el remedio, demasiada preocupación: ingresos en caja aunque se deban.

El mes de agosto es un mes que permite una consideración especial que trasciende en las tareas ordinarias sea como tiempo de vacaciones, sea por circunstancias climáticas o por la situación en el calendario, lo que, de un modo u otro, obliga o aconseja cambiar el ritmo habitual de trabajo. Lo humano lleva a lo divino y las noticias llevan a la historia. Para el cristiano puede tener interés recordar aspectos de la Biblia y buscar en esa referencia puntos de partida para ser mejor.

El Evangelio de san Mateo empieza con la Genealogía de Jesucristo. Desde Abrahán a David, desde David a la deportación a Babilonia y, después, desde Jeconías hasta decir: “Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo” (Mt 1, 1-16). En esa relación de generaciones se suele destacar la referencia a cuatro mujeres, todas extranjeras que, de modo sorprendente, se incorporaron a la historia de Israel, a la historia de la salvación. Esta circunstancia se ha considerado como un símbolo de que la redención alcanza a toda la humanidad.

“Judá engendró a Farés y a Zara, de Tamar” (Mt 1,3). Judá era uno de los doce hijos de Jacob. Después de que los hermanos vendieran a José a los ismaelitas por veinte monedas de plata y de que Jacob creyera que había muerto devorado por una fiera salvaje, Judá se alejó de sus hermanos y se fue hasta donde vivía un adulamita llamado Jirá. Allí vio Judá a la hija de un cananeo llamado Suá, la tomó por esposa y tuvo hijos con ella. Para su primogénito, llamado Er, buscó una esposa llamada Tamar. Murió pronto Er y, siguiendo la costumbre, Judá le dijo a Onan, hermano de Er, que procurara la descendencia del hermano muerto. Pero Onan evitó tener hijos con ella. Judá aconsejó a Tamar que fuera a vivir con su padre hasta que tuviera más edad Selá, que era otro hijo.

Pasó mucho tiempo. Murió la mujer de Judá. Un día subió a Tinná, al esquileo de sus ovejas, con su amigo Jirá, el adulamita. Le comunicaron a Tamar que venía Judá. Ella se quitó el vestido de viuda, se cubrió con un velo y disfrazada se sentó a la entrada de Enaim que está en el camino de Tinmná, pues veía que Selá había crecido y ella no había sido dada a él por esposa. Judá la vió y la tomó por una prostituta, pues tenía cubierto el rostro. No reconoció que era su nuera. Judá le prometió que le enviaría un cabrito del rebaño y le dejó en prenda el cordón y el bastón. Cuando él se fue, Tamar , quitándose el manto, se vistió de nuevo las ropas de viuda. El amigo adulamita de Judá no encontró a la mujer cuando le llevó el cabrito prometido. La gente del lugar le dijo que allí no había habido ninguna prostituta. Volvió el amigo y se lo dijo a Judá que decidió no decir nada.

Unos tres meses después le comunicaron a Judá que su nuera se había prostituido y estaba embarazada. Judá dijo: - Que la saquen fuera y la quemen. Cuando la sacaban, ella envió a decir a su suegro: - El hombre a quien pertenece esto me ha dejado embarazada. Y añadió: - Comprueba por favor de quién son este sello, los cordones y el bastón. Judá los reconoció y dijo: - Es más inocente que yo, puesto que no le di a mi hijo Selá.

Llegó el momento del parto y resultó que tenía mellizos. Al dar a luz salió una mano; la agarró la comadrona, y ató a la mano una cinta roja, diciendo: - Éste ha salido primero. Pero sucedió que retiró la mano, y salió su hermano. Entonces ella dijo: - ¡Qué brecha te has abierto! Y le puso por nombre Peres (Fares). Después salió su hermano con la cinta roja en la mano, y le puso por nombre Zéraj (Zara) (Gn 38).

Una historia como ésta hay que entenderla y comprenderla en su tiempo y permite hacer propósito de evitar los juicios temerarios, las murmuraciones, el cotilleo. No juzguéis y no seréis juzgados.

LA HOJA SEMANAL
(del 1 al 6 de agosto)

Lunes (1)

San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia (18ª TO)
Palabras: Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos (Mt 14,14)
Reflexión: Había ido Jesús a un lugar apartado y la gente le siguió desde los pueblos
Propósito, durante el día: Buscar a Jesús, encontrar a Jesús, amar a Jesús

Martes (2)

San Pedro Fabro S.I., confesor (18ª TO; Nª Sª de los Ángeles)
Palabras: “¡Ánimo! Soy yo, no tengáis miedo” (Mt 14,27)
Reflexión: Pedro dudó: Señor, sálvame. Jesús extendió la mano y lo agarró
Propósito, durante el día: Confiar en Jesús, ofrecerle cada tarea, pedirle ayuda

Miércoles (3)

San Fausto, monje (18ª TO; Nª Sª de Itziar)
Palabras: “Mujer, qué grande es tu fe; que se cumpla lo que deseas” (Mt 15,28)
Reflexión: Ten compasión de mí. Mi hija tiene un demonio muy malo
Propósito, durante el día: Peticiones a Dios. Por mí, por los míos, por el que más lo necesite

Jueves (4)

San Juan María Vianney, confesor (18ª TO)
Palabras: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16,18)
Reflexión: Lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo
Propósito, durante el día: Oraciones por el Papa, por el obispo, por los sacerdotes

Viernes (5)

Dedicación de la Basílica de Santa María (18ª TO; Nª Sª la Blanca, de las Nieves, de África)
Palabras: “El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo … (Mt 16,24)
Reflexión: … que cargue con su cruz y me siga”
Propósito, durante el día: Ofrecer las contrariedades, ofrecer alguna mortificación

Sábado (6)

La Transfiguración del Señor (San Salvador) (ciclo C)
Palabras: “Este es mi Hijo, el elegido: escuchadle (Lc 9,35)
Reflexión: Dijo Pedro a Jesús: Maestro, qué bien se está aquí
Propósito, durante el día: Madre mía, mantenme junto a Jesús, llévame a Él si me pierdo

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 31, domingo (18º TO ciclo C; san Ignacio de Loyola) nos recuerdan que somos romeros caminando hacia el cielo: “Vanidad de vanidades, todo es vanidad” (Qo 1); “Despojaos del hombre viejo, con obras y revestíos del nuevo” (Col 3); “Esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado de quien será? (Lc 12). Romeros alegres que van con Jesús y como María. Tiempo de ofrecer, de soportar, de colaborar, de ayudar; de examinarnos y de corregir. ¡Hacia el Amor!

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Además, Dios es “cercano”, su Reino está cerca (cf. Mc 1,15): el Señor no desea que lo teman como a un soberano poderoso y distante, no quiere quedarse en un trono en el cielo o en los libros de historia, sino que quiere sumirse en nuestros avatares de cada día para caminar con nosotros. Pensando en el don de un milenio abundante de fe, es bello sobre todo agradecer a Dios, que ha caminado con vuestro pueblo, llevándolo de la mano, como un papá con su niño, y acompañándolo en tantas situaciones. Es lo que siempre estamos llamados a hacer, también como Iglesia: escuchar, comprometernos y hacernos cercanos, compartiendo las alegrías y las fatigas de la gente, de manera que se transmita el Evangelio de la manera más coherente y que produce mayor fruto: por irradiación positiva, a través de la transparencia de vida.” (Homilía en la misa aniversario de la evangelización de Polonia, Area del Santuario de Chestochowa, JMJ, 28 de julio de 2016)

- “Así se busca a Dios, con una oración que sea transparente y no se olvide de confiar y encomendar las miserias, las dificultades y las resistencias. El corazón de Jesús se conquista con la apertura sincera, con los corazones que saben reconocer y llorar las propias debilidades, confiados en que precisamente allí actuará la divina misericordia. ¿Qué es lo que nos pide Jesús? Quiere corazones verdaderamente consagrados, que viven del perdón que han recibido de él, para derramarlo con compasión sobre los hermanos. Jesús busca corazones abiertos y tiernos con los débiles, nunca duros; corazones dóciles y transparentes, que no disimulen ante los que tienen la misión en la Iglesia de orientar en el camino. El discípulo no duda en hacerse preguntas, tiene la valentía de sentir la duda y de llevarla al Señor, a los formadores y a los superiores, sin cálculos ni reticencias. El discípulo fiel lleva a cabo un discernimiento atento y constante, sabiendo que cada día hay que educar el corazón, a partir de los afectos, para huir de toda doblez en las actitudes y en la vida.” (Homilía en la misa con sacerdotes, religiosos y religiosas en el santuario de san Juan Pablo II, en Cracovia, durante la 31ª JMJ, el día 30 de julio de 2016)

- “113. Los esposos que se aman y se pertenecen, hablan bien el uno del otro, intentan mostrar el lado bueno del cónyuge más allá de sus debilidades y errores. En todo caso, guardan silencio para no dañar su imagen. Pero no es sólo un gesto externo, sino que brota de una actitud interna. Tampoco es la ingenuidad de quien pretende no ver las dificultades y los puntos débiles del otro, sino la amplitud de miras de quien coloca esas debilidades y errores en su contexto. Recuerda que esos defectos son sólo una parte, no son la totalidad del ser del otro. Un hecho desagradable en la relación no es la totalidad de esa relación. Entonces, se puede aceptar con sencillez que todos somos una compleja combinación de luces y sombras. El otro no es sólo eso que a mí me molesta. Es mucho más que eso. Por la misma razón, no le exijo que su amor sea perfecto para valorarlo. Me ama como es y como puede, con sus límites, pero que su amor sea imperfecto no significa que sea falso o que no sea real. Es real, pero limitado y terreno. Por eso, si le exijo demasiado, me lo hará saber de alguna manera, ya que no podrá ni aceptará jugar el papel de un ser divino ni estar al servicio de todas mis necesidades. El amor convive con la imperfección, la disculpa, y sabe guardar silencio ante los límites del ser amado” (Exh. Ap. Postsinodal “Amoris Laetitia”. “Sobre el amor en la familia”)

(31.07.16)

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