LO TRIBUTARIO (nº 241)

Por qué la LGT (25): procedimiento de comprobación limitada

Todo tiene su por qué y su historia. La fecha clave en este asunto es 1973. La apertura al exterior permitió conocer un modelo de organización fiscal seductor para quienes aspiraban a ser corporativamente más: la Inspección de Finanzas, en Francia. Ser inspector de impuestos se había quedado en poco para tan excelente preparación y selección como la que se tenía. Y, poco a poco, se llegó a la Escuela de Inspección Financiera y Tributaria, a la unificación de los Cuerpos de Inspección y a la creación de un Servicio Auxiliar de Inspección en el que se integraron funcionarios, con bachiller o titulación asimilada y mediante un cursillo y un examen. Con un salto en el tiempo, se llega al Cuerpo de Gestión, con acceso mediante oposición, a sus especialidades y a las competencias. Lo que al principio parecía una pugna por la atribución de funciones y trabajo, no era más que lo habitual cuando se construyen escalones. Y, luego, se crearon los Agentes Tributarios para funciones no especializadas y trabajos elementales.

En el procedimiento la evolución fue al compás. En los años setenta los inspectores elaboraban la propuesta de liquidación, pero admitirla o rechazarla y resolver correspondía al Administrador de Tributos. La Inspección lo llevaba mal y consiguió que se modificara la LGT/1963 estableciendo que, cuando actuaba la Inspección, ella formalizaba la propuesta (actas) y resolvía (liquidación). El control, coordinación y subordinación de Subinspectores respecto de los Inspectores superó los primeros roces y fue alcanzando mejores niveles de colaboración. Nada es perfecto y todo evoluciona.

La LGT/2003 completó esas dos evoluciones, corporativa y funcional, y estableció lo que, de hecho, se ha convertido en una sucesión de procedimientos, como se deseaba: a) la verificación de datos es un mero contraste informatizado que puede determinar diferencias, sin poder requerir declaraciones o datos sobre la renta empresarial (art. 131.2) y produciendo liquidaciones provisionales que no impiden la posterior comprobación; b) la comprobación limitada (Gestión) que no puede analizar la contabilidad, ni actuar fuera de la oficina, en los términos establecidos en el artículo 136 LGT y que, por definición, sólo puede practicar liquidaciones provisionales (art. 139); sobre lo así actuado y resuelto no se puede volver, salvo que se descubran nuevos hechos o circunstancias que resulten de actuaciones distintas (art. 140.1 LGT); c) y el procedimiento de inspección (arts. 145 a 159 LGT) que, aunque debería ser la culminación de las actuaciones de control de cumplimientos y tener carácter definitivo en su resolución, mediante el mecanismo del alcance, general o parcial (art. 148 LGT), se consigue, con posibles actuaciones sucesivas, la infinita provisionalidad (art. 101 LGT) y el deterioro de la seguridad jurídica (art. 9 CE).

La comprobación limitada se muestra como un procedimiento que alcanza cada día mayores niveles de eficacia y de eficiencia. Eficacia porque, aunque los actos deben ser motivados, quizá por contagio con el nombre del procedimiento, también la motivación suele ser limitada; y eficiente, porque se consiguen objetivos recaudatorios con un mínimo de recursos, mediante el empleo de cita previa (“ante el mostrador”), de explicaciones y alegaciones en impreso normalizado y de espacio también limitado y de exigencia de aportación telemática de documentos (escaneados) en elevadísimo número (contra art. 3.2 LGT; cf. art. 21 RGIT/86). No se puede pedir que se aporte la contabilidad para su examen, pero la ley permite éste en la aportación espontánea.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Con acertada visión se pretendió la mayor autonomía fiscal creando una agencia tributaria propia para gestionar y recaudar los impuestos estatales. Con acertada consideración el Tribunal Constitucional declara inconstitucional esa pretensión. Para la reflexión, los regímenes forales, constitucionales, y la autonomía misma y el poder de la Agencia Tributaria. Los sucesivos ministros lo han experimentado y han aprendido qué hacer.

- “Muy de mañana, cuando volvía a la ciudad sintió hambre. Viendo una higuera junto al camino, se acercó, pero no encontró en ella nada más que hojas. Y le dijo: -Que nunca jamás brote de ti fruto alguno. Y al instante se secó la higuera. Al ver esto los discípulos se maravillaron y dijeron: -¿Cómo tan de repente se ha secado la higuera?. Jesús les dijo: -En verdad os digo que si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que incluso si le decía a este monte: “Arráncate y échate al mar”, se hará. Y todo cuanto pidáis con fe en la oración lo recibiréis” (Mt 21, 18-22). Este pasaje que lleva a unos a considerar la humanidad de Jesús (que tuvo hambre) y a otros a reflexionar sobre la omnipotencia divina y la fuerza de la oración y otros sobre la esterilidad y vacío espiritual de las apariencias, no es frecuente que se lea y medite atendiendo a la importancia de estar donde se está y hacer lo que se debe, porque “De que tú y yo nos portemos como Dios quiere –no lo olvides- dependen muchas cosas grandes” (Camino, nº 755). Esta higuera, cumplió (“no era tiempo de higos”, Mc 11,13) y puede que esté en el cielo. ¿Cumplimos nosotros? ¿Cumplo yo?

- “Aprended de la higuera esta parábola: cuando sus ramas están ya tiernas y brotan las hojas, sabéis que está cerca el verano. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que es inminente, que está a las puertas. En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo esto se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mt 24, 32-35, Mc 13, 24-27). Este pasaje del discurso escatológico viene a continuación del comienzo de las tribulaciones por las persecuciones por causa del Evangelio que darán paso, primero, a la gran tribulación y, luego, a la venida del Hijo del Hombre. Son palabras que sirven tanto para la reflexión sobre el final de este mundo (Ap, 21,1), que es tiempo de fijación desconocida, pero al que “se está llegando” desde Belén, el Calvario, la Resurrección y la Pentecostés, como para una consideración individual de cada día con su trabajo, sus alegrías, sus inquietudes y su esperanza, porque cada jornada tiene su agobio (Mt 6,34) y se vive “mejor” con el sentimiento del romero, del rociero, que cada día se ve entrando en el cielo. ¿Vivimos así? ¿Vivo yo así?

- “Les decía esta parábola: -Un hombre tenía una higuera plantada en su viña y fue a buscar en ella fruto y no lo encontró. Entonces dijo al viñador: “Mira, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera sin encontrarlo; córtala, ¿para qué va a ocupar terreno de balde?”. Pero él le respondió: “Señor, déjala también este año hasta que cave a su alrededor y eche estiércol, por si produce fruto; si no, ya la cortarás” (Lc 13,6-9). La misericordia como perfección de la justicia. Mensaje a todos, a todos, para confiar en Dios, para saber que espera amor de nosotros, el Dios que pide al hombre.

- “Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, yo te vi” (Jn 1,48). Vocación de Bartolomé. Vocación, una y otra vez, cada día, para cada uno de nosotros. Porque conoce nuestro interior (interior intimo meo) y nos espera.

LA HOJA SEMANAL
(del 18 al 23)

Lunes (18)

San Federico, obispo (16ª TO)
Palabras: “Tres días y tres noches estará el Hijo del hombre... (Mt 12,40)
Reflexión: ... en el seno de la tierra”
Propósito, durante el día: Fe: presencia de Jesús. Esperanza en la resurrección.

Martes (19)

Santa Rufina, mártir (16ª TO)
Palabras: “El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo... (Mt 12,50)
Reflexión: ... ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre”
Propósito, durante el día: Lo que Tú quieras, cuando quieras, porque Tú lo quieres

Miércoles (20)

San Apolinar, obispo y mártir (16ª TO)
Palabras: “El resto cayó en tierra buena y dio grano... (Mt 13,8)
Reflexión: ... unos, ciento; otros sesenta; otros treinta”
Propósito, durante el día: Tiempos de oración durante el día. Tiempo de obras

Jueves (21)

San Lorenzo de Brindis, presbítero y doctor de la Iglesia (16ª TO)
Palabras: “¡Dichosos vuestros ojos, porque ven,... (Mt 13,16)
Reflexión: ... y vuestros oídos, porque oyen”
Propósito, durante el día: Tiempos de silencio ante el Sagrario, de escuchar a Dios

Viernes (22)

Santa María Magdalena (desde este año “fiesta” litúrgica; 16ª TO)
Palabras: “- ¡Rabbuni! – quiere decir: “Maestro” (Jn 20,16)
Reflexión: Anunció a los discípulos: -¡He visto al Señor!
Propósito, durante el día: Buscar a Dios, encontrar a Dios, en la vida ordinaria

Sábado (23)

Santa Brígida, religiosa (16ª TO)
Palabras: Mientras dormía, su enemigo fue y sembró cizaña (Mt 13,25)
Reflexión: Dejadlos crecer juntos hasta la siega
Propósito, durante el día: Madre, no me dejes; de tu mano todo el día.

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 17, domingo (16º TO, ciclo C) nos llenan de confianza en Dios: “Señor, si he alcanzado tu favor no pases de largo junto a tu siervo” (Gn 18); “Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria” (Col 1); “Sólo una cosa es necesaria” (Lc 10). El año en que celebramos la Misericordia Divina debemos aprovechar ese “más que amor” que Dios nos tiene a pesar de nuestros fallos de amor con Él. La Virgen María, nuestra Madre, nos ve, nos anima, nos ayuda y habla bien de nosotros a Dios.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “¡Hermosa lección! Y lo repite a cada uno de nosotros: “Ve, y procede tú de la misma manera”, hazte prójimo del hermano y de la hermana que ves en dificultad. “Ve, y procede tú de la misma manera”. Hacer obras buenas, no decir sólo palabras que van al viento. Me viene en mente aquella canción: “Palabras, palabras, palabras”. No. Hacer, hacer. Y mediante las obras buenas, que cumplimos con amor y con alegría hacia el prójimo, nuestra fe brota y da fruto. Preguntémonos —cada uno de nosotros responda en su propio corazón— preguntémonos: ¿Nuestra fe es fecunda? ¿Nuestra fe produce obras buenas? ¿O es más bien estéril, y por tanto, está más muerta que viva? ¿Me hago prójimo o simplemente paso de lado? ¿Soy de aquellos que seleccionan a la gente según su propio gusto? Está bien hacernos estas preguntas y hacérnoslas frecuentemente, porque al final seremos juzgados sobre las obras de misericordia.” (Angelus, el día 10 de julio de 2016)

- “99. Amar también es volverse amable, y allí toma sentido la palabra “asjemonéi”. Quiere indicar que el amor no obra con rudeza, no actúa de modo descortés, no es duro en el trato. Sus modos, sus palabras, sus gestos, son agradables y no ásperos ni rígidos. Detesta hacer sufrir a los demás. La cortesía “es una escuela de sensibilidad y desinterés”, que exige a la persona “cultivar su mente y sus sentidos, aprender a sentir, hablar y, en ciertos momentos, a callar” (Octavio Paz: “La llama doble”). Se amable no es un estilo que un cristiano puede elegir o rechazar. Como parte de las exigencias irrenunciables del amor, “todo ser humano está obligado a ser afable con los que le rodean” (Tomás de Aquino: “Summa Theologiae”). Cada día, “entrar en la vida dl otro, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto (...) El amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige el respeto de la libertad y la capacidad de esperar a que el otro abra la puerta de su corazón” (Exh. Ap. Postsinodal “Amoris laetitia”. Sobre el amor en la familia”

(17.07.16)

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