LO TRIBUTARIO (nº 176)

LGT (11): la gestión de los tributos

En el esquema de la LGT/1963, “de los maestros” la gestión tributaria se iniciaba con la declaración de los hechos (que es lo que conoce el contribuyente) que se presumían ciertos salvo error de hecho y, si estaba ordenado por ley, con una autoliquidación (que exige calificar jurídicamente los hechos y asumir una competencia de la Administración) que adquiría el carácter de definitiva (art. 120) por prescripción o por perención si no se comprobaba en ese plazo, de modo que al tiempo de la prescripción se podía impugnar la autoliquidación. Con la LGT/2003, la declaración sólo se presume cierta para el que declara (art. 108.4), no admite rectificar las opciones fuera del plazo para su presentación (art. 119.3), sólo inicia un determinado procedimiento (art. 128 a 130), la autoliquidación está generalizada y sólo se puede modificar para tributar más (art. 122.2) y exige un procedimiento especial para rectificarla a la baja (art. 120.3), la regla en las comprobaciones es la liquidación provisional (art. 101) y el plazo máximo de duración de las actuaciones inspectoras (art. 150) no determina caducidad. La seguridad jurídica ha pasado a ser como tener una herida permanentemente abierta.

- Para evitar reveses a la Administración y como “legislación a la contra” se modifica el artículo 119 LGT para evitar que una infracción pueda ser menos grave. Esa es la justificación que se deduce de la confusa Exposición de Motivos de la ley. El nuevo apartado 4 permite a la Administración que en las liquidaciones se apliquen las cantidades pendientes de compensación y prohíbe al contribuyente que, iniciado el procedimiento, presente declaraciones complementarias (art. 122) o solicitudes de rectificación (art. 120) para modificar dichas cantidades pendientes. En cuanto que la prescripción ganada no se puede reabrir por declaración, hay que entender que se trata de prohibir una rectificación de un período no prescrito y no incluido en el procedimiento que se inicia, para trasladar al período iniciado mayores importes negativos y reducir así la infracción y la sanción. Si se prohíbe ahora, antes se podía.

- Se modifica el artículo 135 LGT también para evitar las anulaciones de actos de la Administración que se venían produciendo. Nueva “legislación a la contra” y también para poder sancionar. La tasación pericial contradictoria, admitida contra la resultante de alguno de los medios establecidos (art. 57 LGT) produce efectos suspensivos de la ejecución de las liquidaciones practicadas desde que se reserva como derecho o se solicita, en los términos que regulan las leyes de algunos tributos (ITP, ISyD). Esa suspensión no afectaba al derecho a sancionar y a su caducidad. (art. 209 LGT). Ahora el plazo se cuenta desde la notificación de la liquidación que resulte de la tasación.

- Se modifica el artículo 136.2 LGT. El procedimiento de comprobación limitada se llama así porque son limitadas las facultades de comprobación de la Administración, de modo que las liquidaciones son provisionales. Una limitación esencial es que en ese procedimiento no se puede comprobar la contabilidad. Pero, en la práctica, aportarla se convertía en una condición para ver estimadas las pretensiones del contribuyente. Ahora se considera que aportar voluntariamente la contabilidad no es un exceso ilegal si sólo se examina para contrastar la coincidencia con los datos de la Administración. La “sonrisa de la reforma”. Franca sonrisa cuando se lee que ese examen de contraste no impide la posterior comprobación en un procedimiento de inspección.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Según el Foro Económico Mundial, España es el cuarto país del mundo que mayor esfuerzo fiscal (52%) exige a los trabajadores. Sólo Suecia, Dinamarca y Francia destinan más porcentaje. Sin noticias sobre la pérdida de derechos del contribuyente.

El cristiano vive el camino hacia la Navidad repasando en su corazón que Dios quiere que todos se salven. Sabe que Dios invita a todos: también a los que ponen excusas, como en la parábola del banquete. El cristiano sabe que, aunque se sienta ciego y menesteroso echado a un lado del camino, si se lo pide, Dios se parará y lo llamará y le devolverá la vista, como hizo Jesús con Bartimeo. El cristiano sabe que la salvación está en el encuentro con Él y busca a Dios.

- “Entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos y rico. Intentaba ver a Jesús para conocerle, pero no podía a causa de la muchedumbre, porque era pequeño de estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, porque iba a pasar por allí.”

Aunque se esté lejos de Dios, aunque se le tenga apartado en un rincón oscuro del alma, aunque se niegue su existencia y su amor unas veces por soberbia, otras por el que dirán. Da igual, Dios nos espera y el Adviento es como el alboroto que se produjo en Jericó, hace dos mil años, cuando Jesús pasó por sus calles. Este es el momento, hoy, precisamente ahora, para intentar ver a Dios de cerca. Aunque haya que dejar lo que estamos haciendo, lo que nos parece tan importante, tan divertido, tan reconfortante. Y si no podemos verlo porque es poca nuestra estatura espiritual, es el momento de poner aquí el arrojo, el ánimo que ponemos para lo que nos interesa. Y subirnos a la higuera.

- “Cuando Jesús llegó al lugar, levantando la vista, le dijo: -Zaqueo, baja pronto, porque hoy conviene que me quede en tu casa”. Bajó rápido y lo recibió con alegría”

La mujer y el hombre, creados, tienen la posibilidad de dar una alegría a Dios, al Creador, al Omnipotente. Dios que es Amor, que nos conoce por nuestro nombre y que nos mira y nos pide amor, se parará junto a nosotros si lo buscamos y nos dirá que quiere alojarse en nuestra alma. Y sentiremos la alegría del amor de Dios.

- “Al ver esto, todos murmuraban diciendo que había entrado a hospedarse en casa de un pecador. Pero Zaqueo, de pie, le dijo al Señor: -Señor, doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si he defraudado en algo a alguien le devuelvo cuatro veces más.”

El amor es darse por entero, para siempre y sin condiciones. El amor es desear lo mejor para el amado. El dolor de amor no es la rabia y la soberbia por haber fallado, sino amor, más amor, porque hemos podido amar más y mejor a quien nos ama sin medida. Zaqueo lo entendió bien. Nosotros, cada uno, debemos amar y lo comprenderemos.

- “Jesús le dijo: -Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también éste es hijo de Abrahán, porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.” (Lc 19, 1-10)

No es verdad lo que algunos dicen. Dios nos ama como nadie puede amar. Dios nos busca, quiere alojarse en nuestra alma y nos invita a ir al cielo para siempre.

LA HOJA SEMANAL
(del 14 al 19 de diciembre)

Lunes (14)

San Juan de la Cruz, presbítero y doctor de la Iglesia (3ª Adviento)
Palabras: “Pues tampoco yo os digo con qué autoridad...” (Mt 21,27)
Reflexión: Los sumos sacerdotes y los ancianos preguntaban para comprometerle.
Propósito, durante el día: Prudencia. Callar. No discutir. Huir de lo malo. No pactar

Martes (15)

San Fortunato, mártir (3ª Adviento)
Palabras: “Los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera” (Mt 21,31)
Reflexión: Porque creyeron a Juan el Bautista. Porque prepararon la venida del Señor
Propósito, durante el día: Juicios temerarios. No juzgar a nadie. No murmurar. Callar

Miércoles (16)

Santa Adelaida, emperatriz (3ª Adviento)
Palabras: “Y dichoso el que no se escandalice de mí” (Lc 7,23)
Reflexión: Id a anunciar lo que habéis visto, a los pobres se les anuncia el Evangelio
Propósito, durante el día: Amar la voluntad de Dios. Todo es para bien. Todo es gracia.

Jueves (17)
Santa Yolanda, priora (Feria de Adviento)
Palabras: “José, el esposo de María, de la cual nació Jesús” (Mt 1,16)
Reflexión: Genealogía de Jesús, Dios hecho hombre, niño en una familia
Propósito, durante el día: Confianza en Dios en todo. Hablarle, pedirle, ofrecerle

Viernes (18)

La Expectación del Parto (Feria de Adviento; Nª Sª de la O, Virgen de la Esperanza)
Palabras: “Hizo lo que le había mandado el ángel del Señor” (Mt 1,24)
Reflexión: José era justo. Conoció lo que Dios quería y lo hizo
Propósito, durante el día: Con nuestra Madre que es Madre de Dios. Esperando la hora

Sábado (19)

San Nemesio, mártir (Feria de Adviento)
Palabras: “Yo soy Gabriel que sirvo en presencia de Dios” (Lc 1,19)
Reflexión: Zacarías, anciano como Isabel, dudaba: ¿Cómo estaré seguro de eso?
Propósito, durante el día: Todo a Jesús por María. Todo a María para Jesús

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del domingo día 13, (3º de Adviento, ciclo C, domingo “Gaudete”) son un oasis de alegría en la preparación de la Navidad: “Regocíjate.. grita de júbilo... alégrate y gózate...” (Sf 3); “Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres” (Flp 4); “El pueblo estaba en expectación” (Lc 3). Dios nos conoce a cada uno y nos ama como nadie puede amar. Tiempo alegrarnos: el Niño Dios nos sonríe y podemos abrazarlo. Mirando a Belén se debe llenar el alma de oraciones por todas las familias.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Por lo tanto, cada uno de nosotros está llamado a dar a conocer a Jesús a quienes todavía no lo conocen. Y esto no es hacer proselitismo. No, es abrir una puerta. “¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!” (1 Cor 9, 16), declaraba san Pablo. Si a nosotros el Señor Jesús nos ha cambiado la vida, y nos la cambia cada vez que acudimos a Él, ¿cómo no sentir la pasión de darlo a conocer a todos los que conocemos en el trabajo, en la escuela, en el edificio, en el hospital, en distintos lugares de reunión?. Si miramos a nuestro alrededor, nos encontramos con personas que estarían disponibles para iniciar o reiniciar un camino de fe, si se encontrasen con cristianos enamorados de Jesús. ¿No deberíamos y no podríamos ser nosotros esos cristianos?. Os dejo esta pregunta: “¿De verdad estoy enamorado de Jesús? ¿Estoy convencido de que Jesús me ofrece y me da la salvación?”. Y, si estoy enamorado, debo darlo a conocer. Pero tenemos que ser valientes: bajar las montañas del orgullo y la rivalidad, llenar barrancos excavados por la indiferencia y la apatía, enderezar los caminos de nuestras perezas y de nuestros compromisos.” (Angelus, en la plaza de San Pedro, el día 6 de diciembre de 2015)

- “Cierto, alguien podría objetar: “Pero, padre, la Iglesia, en este Año, ¿no debería hacer algo más? Es justo contemplar la misericordia de Dios, pero hay muchas otras necesidades urgentes”. Es verdad, hay mucho por hacer, y yo en primer lugar no me canso de recordarlo. Pero hay que tener en cuenta que, en la raíz del olvido de la misericordia, está siempre “el amor propio”. En el mundo, esto toma la forma de la búsqueda exclusiva de los propios intereses, de placeres y honores unidos al deseo de acumular riquezas, mientras que en la vida los cristianos se disfraza a menudo de hipocresía y de mundanidad. Todas estas cosas son contrarias a la misericordia. Los lemas del amor propio, que hacen que la misericordia sea algo extraño al mundo, son tantos y tan numerosos que con frecuencia ya no somos ni siquiera capaces de reconocerlos como límites y como pecado. He aquí porqué es necesario reconocer el hecho de ser pecadores, para reforzar en nosotros la certeza de la misericordia divina. “Señor, yo soy un pecador; Señor, yo soy una pecadora: ven con tu misericordia”. Esta es una oración muy bonita. Es una oración fácil de recitar todos los días: “Señor, yo soy un pecador; Señor, yo soy una pecadora: ven con tu misericordia.” (Audiencia general, el día 9 de diciembre de 2015)

- “2. Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado.” (Bula “Misericordiae Vultus”, de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia)

(13.XII.15)

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