LO TRIBUTARIO (n.º 1096)
Impuestos sobre el Patrimonio (1) Ordinario y Extraordinario
Aunque era un precioso colofón del curso académico, la tercera parte del programa de la asignatura de Ciencia de la Hacienda (Gasto público, Ingresos públicos y Presupuesto), los profesores que seguíamos el criterio institucional y no “economicista”, no siempre alcanzábamos a desarrollarla en el noveno mes lectivo. Nada que ver aquellos cursos densos, “clases prácticas”, antes, cuando era alumno, con exámenes mensuales “sorpresa “y evaluación continuada”, después, en mi ejercicio de la libertad de cátedra, con la actualidad: la Hacienda es asignatura optativa y cuatrimestral. Ha desaparecido lo que era fundamento filosófico de la actividad fiscal del Sector Público, el por qué y el para qué. Pero en el recuerdo de las consecuencias de aquellos tiempos, está la realidad de la “simple pincelada” sobre los presupuestos (“ad impossibilia nemo tenetur”) y el final del curso dedicado la Hacienda Extraordinaria.
Había que empezar diferenciando lo “extraordinario”, por ser ocasional e imprevisible en lo temporal, de lo “extraordinario” por relación con lo patrimonial, con la inversión y con lo duradero. Siguiendo al maestro “hacendístico” indiscutible de entones, los ingresos extraordinarios era: la inflación, la Deuda Pública, la leva del capital, la venta de bienes patrimoniales, el ahorro presupuestario, los excedentes de caja, las economías de gastos ordinarios y la utilización del Tesoro de guerra. La leva sobre el patrimonio, más allá de las confiscaciones y participando de su contenido, se identificaba como el impuesto extraordinario sobre el patrimonio, que es el determina la exacción de parte del que es titular el contribuyente, a diferencia del impuesto ordinario sobre el patrimonio que se regula de tal modo en la base imponible, el tipo de gravamen, las reducciones y deducciones, que los contribuyentes lo pagan empleando parte de la renta del período impositivo, permaneciendo intacto el patrimonio.
Mostró su interés y actualidad esa diferenciación cuando la Ley 50/1977, preparatoria de la reforma del sistema tributario de 1978, junto con otras medidas (delito fiscal, amnistía fiscal, más gravamen para las rentas del trabajo) incluyó el Impuesto Extraordinario sobre el Patrimonio (con precedente a primeros del siglo XX por iniciativa del ministro Bugallal), aclarando el legislador que lo “extraordinario” era porque se pretendía que fuera ocasional, pero que no era extraordinario porque no afectaba al patrimonio y los contribuyentes podían pagarlo con la renta que obtenían. Y con esta finalidad se regulaba un límite para la suma de cuotas del IRPF y del IEP respecto de la base imponible del IRPF, de modo que el exceso sobre dicho límite determinaba la reducción de la cuota del IEP hasta incluso desaparecer la cuota a ingresar, para evitar la confiscación proscrita en el artículo 31 CE. Tanta delicadeza fiscal desapareció con el “progreso ideológico” que empezó reduciendo el porcentaje (preceptos similares al artículo 31 de la LIP actualmente vigente) que determinaba la minoración de la cuota del impuesto patrimonial, hasta llegar a la eliminación de la posibilidad de que no hubiera impuesto que pagar y asumiendo, contra la CE, la confiscación. Como dice la poesía “El progreso” aprendida en tiempos escolares: “¡Alto el tren! Parar no puede”, de Manuel de la Revilla, atribuida a veces a Campoamor). La decencia legislativa llevó a eliminar la palabra “extraordinario” en 1991 cuando se aprobó la ley del Impuesto sobre el Patrimonio Neto.
Y, así, la ideología “progresista” ha determinado que en el siglo XXI, cuando el impuesto sobre el patrimonio no se aplica en casi ninguno de los sistemas tributarios, en el nuestro tengamos dos Impuestos sobre el Patrimonio, al haberse añadido por la Ley 38/2022 el Impuesto Temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas que se califica de impuesto directo, complementario del impuesto sobre el patrimonio neto de las personas físicas y que grava la titularidad de un patrimonio superior a tres millones de euros. Se trata de un gravamen contra razón porque, si se quería gravar más esos patrimonios, era suficiente modificar la tarifa del impuestos en los tramos superiores a ese importe. Pero, el “progresismo” fiscal crea monstruos fiscales, si hay un tribunal que lo admite.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Campaña del IRPF. Como una “ilusión financiera” de Puviani, la lluvia de whatsapps políticos ha tapado la reacción al impuesto “irritante” y parece haber paralizado al Fisco ante tanta “ganancia”.
Quinta semana de Pascua. En el camino hacia el cielo, los cristianos se unen como Iglesia y cantan salmos: “No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria, por tu bondad. ¿Por qué han de decir las naciones: “Dónde está su Dios”? Nuestro Dios está en el cielo, lo que quiere lo hace. Sus ídolos, en cambio, son plata y oro, hechura de sus manos humanas. Bendito seáis del Señor, que hizo el cielo y la tierra. El cielo pertenece al Señor, la tierra se la ha dado a los hombres” (salmo 113, 1-4, 15-16). “El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas su criaturas. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y la majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad (salmo 144, 8-13). “Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores. Sabed que el señor es Dios; que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño. El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades” (salmo 99, 1-3.5)
Pasan los días y los cristianos mantienen en el alma la alegría de la Resurrección. Ese andar presuroso les recuerda otras prisas por causa tan diferente, como se dice en el pasaje evangélico: “Iban de camino subiendo a Jerusalén. Jesús se les adelantaba y ellos estaban sorprendidos: los que le seguían tenían miedo. Tomó de nuevo consigo a los doce y comenzó a decirles lo que iba a suceder. - Mirad, subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles; se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán, pero después de tres días resucitará” (Mc 10,32-34).
Los apóstoles. “Mientras hablaban ellos al pueblo se les presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del Templo y los saduceos, molestos porque enseñaban al pueblo y anunciaban en Jesús la resurrección de los muertos. Les prendieron y metieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque ya había anochecido. Muchos de los que habían oído la palabra creyeron, y el número de los hombres llegó a ser de unos cinco mil… Entonces Pedro lleno del Espíritu Santo, les respondió: - Jefes del pueblo y ancianos, si nos interrogáis hoy sobre el bien realizado a un hombre enfermo, y por quién lo hemos sanado, quede claro a todos vosotros y a todo el pueblo de Israel que ha sido por el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por él se presenta éste sano ante vosotros… Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y en todos había abundancia de gracia” (Hech 4,1-4. 8-10, 33)
Y adivinando en la espera, “Vi también unos tronos y en ellos se sentaron los encargados de juzgar; vi también las almas de los decapitados por el testimonio de Jesús y la palabra de Dios, los que no habían rendido homenaje a la bestia ni a su estatua y no habían recibido la señal en ña frente eni en la mano. Éstos volvieron a la vida y reinaron con cristo mil años. El resto de los muertos no volvió a la vida hasta pasados los mil años. Ésta es la primera resurrección. Dichoso y santo al que le toca en suerte la primera resurrección; sobre ellos la segunda muerte no tiene poder: serán sacerdotes de Dios y de Cristo y serán reyes con él mil años…” (Apocalipsis 20,4-6)
Una poesía de la Liturgia de las Horas. “La muerte, en huida, / ya va malherida. / Los sepulcros se quedan desiertos. Decid a los muertos: / “¡Renace la vida, / y la muerte ya va de vencida!” / Quien le lloró muerto / lo encontró en el huerto, / hortelano de rosas y olivos. / Decid a a los vivos: / “¡Viole jardinero / quien le viera colgar del madero!” / Las puertas selladas / hoy son derribadas. / En el cielo se canta victoria. / gritadle a la gloria / que hoy son asaltadas / por el hombre sus “muchas moradas” (himno de Laudes en el Tiempo de Pascua)
LA
HOJA SEMANAL
(del 19 al 24 de mayo) (mes dedicado a la Virgen María)
Lunes (19)
San Celestino V, papa (5ª de Pascua)
Palabras: “El que ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará … (Jn 14,23)
Reflexión: ... y vendremos a él y haremos morada en él”
Propósito, durante el día: Dios mío, creo que estás aquí, que me ves, que me oyes
Martes
(20)
San Bernardino de Siena, presbítero (5ª de Pascua)
Palabras: “Si me amarais os alegraríais de que vaya al Padre, … (Jn 14,28)
Reflexión: … porque el Padre es más que yo”
Propósito, durante el día: Aleja, Dios mío, de mi lo que me aparte de Ti
Miércoles
(21)
San Eugenio de Mazenod, obispo, fundador de los MOMI, oblatos (5ª de Pascua)
Palabras: “Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros… (Jn 15,7)
Reflexión: … pedid lo que deseáis, y se realizará”
Propósito, durante el día: Señor, dame tu amor y tu gracia, eso me basta
Jueves
(22)
Santa Joaquina Vedruna, fundadora; santa Rita de Casia, religiosa (5ª de Pascua)
Palabras: “Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor … (Jn 15,10)
Reflexión: … lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre…”
Propósito, durante el día: Señor, todo lo mío es tuyo; a Ti, Señor, lo torno. Dispón de mí
Viernes
(23)
San Honorato, abad (5ª de Pascua) (día de abstinencia)
Palabras: “Soy yo quien os ha elegido y os he destinado para que vayáis… (Jn 15,16)
Reflexión: … y deis fruto, y vuestro fruto dure”
Propósito, durante el día: Jesús, aunque lo que espero no esperara, como te quiero te quisiera
Sábado
(24)
San Simeón Estilita el Joven, anacoreta (María Auxiliadora, Nª Sª de la Estrada) (5ª Pascua)
Palabras: “Si a mí me han perseguido; también a vosotros os perseguirán; … (Jn 15,20)
Reflexión: … si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra”
Propósito, durante el día: Madre mía, consuelo del mortal, ampárame y guíame al cielo
(la reflexión y el propósito
los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 18, domingo (5º de Pascua; beata Guadalupe Ortiz de Landázuri, ciclo C) nos hablan del amor de Dios: “Reunieron a la Iglesia y les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos” (Hech 14); “Esta es la morada de Dios con los hombres; acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo y Dios estará con ellos y será su Dios” (Ap 21); “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros” (Jn 13).
PALABRAS DEL PAPA LEÓN XIV
- “¡Ánimo! ¡Sin miedo! Muchas veces Jesús dice en el Evangelio: «¡No tengan miedo!». Hay que ser valientes en el testimonio que damos, con la palabra y sobre todo con la vida: dando la vida, sirviendo, a veces con grandes sacrificios, para vivir precisamente esta misión. He leído una pequeña reflexión que me hace pensar mucho, porque también aparece en el Evangelio. En este sentido, alguien preguntó: “Cuando piensas en tu vida, ¿cómo explicas dónde has llegado?”. La respuesta que dan en esta reflexión es, en cierto sentido, también la mía: con el verbo “escuchar”. ¡Cuán importante es escuchar! Jesús dice: “Mis ovejas escuchan mi voz” (Jn10,27). Y creo que es importante que todos aprendamos cada vez más a escuchar, para entrar en diálogo. En primer lugar, con el Señor: escuchar siempre la Palabra de Dios. Luego, también escuchar a los demás: saber construir puentes, saber escuchar para no juzgar, no cerrar las puertas, pensando que nosotros tenemos toda la verdad y que nadie más puede decirnos nada. Es muy importante escuchar la voz del Señor, escucharnos a nosotros mismos, en este diálogo, y ver hacia dónde nos llama el Señor.
Caminemos juntos en la Iglesia, pidamos al Señor que nos conceda esta gracia: poder escuchar su Palabra para servir a todo su pueblo” (Homilía, 11 de mayo de 2025, domingo del Buen Pastor, en la cripta de la Basílica de san Pedro).
-
“Es
tarea de quien tiene responsabilidad de gobierno aplicarse para
construir sociedades civiles armónicas y pacíficas. Esto puede
realizarse sobre todo invirtiendo en la familia, fundada sobre la
unión estable entre el hombre y la mujer, “bien pequeña, es
cierto, pero verdadera sociedad y más antigua que cualquiera otra”
(Enc.
“Rerum novarum” de León XIII).
Además, nadie puede eximirse de favorecer contextos en los que se
tutele la dignidad de cada persona, especialmente de aquellas más
frágiles e indefensas, desde el niño por nacer hasta el anciano,
desde el enfermo al desocupado, sean estos ciudadanos o inmigrantes.
Mi propia historia
es la de un ciudadano, descendiente de inmigrantes, que a su vez ha
emigrado. Cada uno de nosotros, en el curso de la vida, se puede
encontrar sano o enfermo, ocupado o desocupado, en su patria o en
tierra extranjera. Su dignidad, sin embargo, es siempre la misma, la
de una creatura querida y amada por Dios.” (Audiencia
al Cuerpo Diplomático, sala Clementina, 16 de mayo de 2025)
(18.05.25)
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