LO TRIBUTARIO (nº 992)
Ciencia de la Hacienda: 30) Imputación de rentas
No olvidarán aquel día. El director dijo a algunos de
sus compañeros de Cuerpo, en la dirección y en la secretaría general técnica,
que avisaran en sus casas que no irían esa noche porque había trabajo en el
Ministerio. Así fue: toda la noche estuvieron en el despacho particular del
director. Allí estaban los cuatro tomos de los Libros Verdes encuadernados por
pegamento y eso facilitó el troceamiento a mano y el reparto a cada uno de los
reunidos. Había que leer la parte que tocaba y criticarla en “lo doctrinal” y
en “lo práctico”, en todo caso. Era una cuestión de competencias a decidir por
el Ministro, con criterio de empresario. Se consiguió el objetivo y se paralizó
la reforma tributaria propuesta por “los académicos”. Allí estaban varios
inventos fiscales y, entre ellos, la “imputación de rentas”. La visión
económica empezaba a asomar su influencia con detrimento del criterio jurídico.
Desde entonces: el triunfo de lo formal sobre los sustantivo (Ley 10/1985), la
activos financieros (Ley 14/1985), la interpretación económica del hecho
imponible (art. 25 LGT/1963), el conflicto en la aplicación de la norma
tributaria (art. 15 LGT(2003), la alteración de los hechos y de su calificación
jurídica producidos en períodos prescritos (art. 66 bis y 115 LGT/ 2003), la
regularización de la renta por bienes o derechos no incluidos en la declaración
especial (DT 18ª LGT, art. 39 LIRPF y art. 134 LIS). Y el contribuyente sin derechos.
Era un error esencial confundir atribución (renta
obtenida mediante entidades sin personalidad jurídica) con imputación (renta
obtenida, distribuida o no, por sociedades, con personalidad jurídica. Empezó
mal, regulada la imputación en el IS (que se aprobó en 1978 con la parte I,
pero sin la parte II referida a los regímenes especiales), faltaba su
explicación en el IRPF. Por otra parte, referida la “transparencia fiscal” a
las sociedades de mera tenencia y a las de cartera de valores, sin otra
actividad, imputaba “resultados” -término contable-, pero no “rentas” –
rendimientos e incrementos patrimoniales- lo que obligó a “explicar la ley”. La
obsesión antifraude consideró conveniente incluir en la transparencia fiscal
las sociedades de profesionales, artistas y deportistas. La “ingeniería fiscal”
determinó sucesivas modificaciones del régimen, como en el caso de doble,
triple y múltiple transparencia. La armonización fiscal obligó a regular el
régimen especial de transparencia fiscal internacional. Se terminó constatando
que lo que pudo haber sido un invento antievasión fiscal, se había convertido
en una vía de elusión. Y se acordó suprimir la transparencia fiscal, facilitar
la disolución de las sociedades afectadas y sustituir aquél régimen por otro de
“sociedades patrimoniales”. Duró muy poco; y también desapareció. Los “atajos
fiscales” o son jurídicos, como el fraude de ley (art. 24 LGT/1963 y art. 6 Cc)
y tienen un remedio no punitivo, y acaban desapareciendo 1964/2004), o son
económicos, como el conflicto en la aplicación de norma tributaria (art. 15
LGT/2003) y perviven en las afueras del Derecho. Y el otro atajo es interpretar
económicamente el instituto jurídico de la simulación, ignorando que se refiere
a la “causa” de los contratos (arts. 1261, 1274 a 1276 Cc) y no a la falsedad
de los hechos.
Después, ahora, sin necesidad de regímenes especiales,
se regulariza la situación de los socios en las sociedades “sólo” de
profesionales, artistas y deportistas, como si, lícitas, válidas y reconocidas
en el mercado, no existieran. Siempre está “la práctica” que va evolucionando
como las aguas torrenciales que buscan cauces nuevos, pero terminan en la
terrible riada por los terrenos de siempre, ya urbanizados, que era la bajada
natural.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
IRPF. Elevada recaudación. Y
muchos se alegran de haber pagado de más durante el año, que les salga a
devolver y que les devuelvan un año después sin intereses.
Tercera semana de Pascua. El
cristiano vive en la esperanza de la Resolución: “Os recuerdo hermanos el
Evangelio que os prediqué, que recibisteis, en el que os mantenéis y por el
cual sois salvados, si lo guardáis tal como os lo anuncié. ¡Y si no habéis creído
en vano! Porque os transmití en primer lugar lo mismo que yo recibí: que Cristo
murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que
resucitó al tercer día, según las escrituras; y que se apareció a Cefas, y
después a los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez,
la mayoría de los cuales vive todavía y algunos ya han muerto. Luego se
apareció a Santiago, y después a todos los apóstoles. Y, en último lugar, como
a un abortivo, se me apareció también a mí. Porque soy el menor de los
apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, ya que perseguía a la
Iglesia de Dios” (1 Co 15,1-9)
Cada cristiano vive la Pascua
como un tiempo de amor en compañía con el Señor. Y recuerda las reacciones de
aquellos días primeros: “Las mujeres que habían venido con él desde Galilea le
siguieron y vieron el sepulcro y cómo fue colocado su cuerpo. Regresaron y
prepararon aromas y ungüentos. El sábado descasaron según el precepto. El día
siguiente al sábado, todavía muy de mañana, llegaron al sepulcro llevando los
aromas que habían preparado y se encontraron con que la piedra había sido
removida del sepulcro. Pero al entrar, no encontraron el cuerpo del Señor Jesús
(Lc 23, 55-56. 24,13). “El ángel tomó la palabra y les dijo a las mujeres: -
Vosotras no tengáis miedo; ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está
aquí, porque ha resucitado como había dicho. Venid a ver el sitio donde estaba
puesto. Marchad enseguida y decid a sus discípulos que ha resucitado de entre
los muertos; irá delante de vosotros a Galilea: allí le veréis. Mirad que os lo
he dicho. Ellas partieron al instante del sepulcro con temor y una gran
alegría; y corrieron a dar la noticia a los discípulos. De pronto Jesús les
alió al encuentro y las saludó. Ellas se acercaron, abrazaron sus pies y le
adoraron. Entonces Jesús les dijo: - No tengáis miedo, id y anunciar a mis
hermanos que vayan a Galilea: allí me verán” (Mt 28,5-10)
“Jesús no ha retornado a la existencia empírica,
sometida a la ley de la muerte, sino que vive de modo nuevo en la comunión con
Dios, sustraído para siempre a la muerte… Y los encuentros con el Resucitado
son encuentros reales con el Viviente que, en un modo nuevo, posee un cuerpo y
permanece corpóreo” (Benedicto XVI, “Jesús de Nazaret”)
“Oh Jesús, Redentor del mundo, Verbo del excelso
Padre, Luz de Luz invisible. Custodio solícito de los tuyos. Tú que eres el
Creador del mundo, el que distingue los tiempos, repara con el sosiego de la
noche a los cuerpos fatigados por el trabajo. Y ya que tu victoria alcanza
hasta lo profundo del Infierno, líbranos del Enemigo, para que ya no pueda
seducir a los que has redimido con tu Sangre. Así, en el breve discurrir de
nuestra existencia lastrada todavía por la rémora del cuerpo, haz que, aunque
la carne duerma, el alma en cambio, ignore cualquier sueño. Para Ti, Señor,
toda la gloria, que, vencida la muerte, reluces deslumbrante, con el Padre y el
Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén” (himno: “Iesu Redemptor
Saeculi”, compuesto antes del siglo XI por autor deconocido, Completas, Tiempo
de Pascua)
LA HOJA SEMANAL
(del 15 al 20 de abril)
Lunes (15)
San Abundio, obispo (3ª de Pascua)
Palabras: “¿Qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere? (Jn 6,28)
Reflexión: La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado”
Propósito, durante el día: Señor, auméntanos la fe
Martes
(16)
Santa Bernadette Soubirous, religiosa (3ª de Pascua)
Palabras: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre… (Jn 6,35)
Reflexión: … y el que cree en mí no pasará sed”
Propósito, durante el día: Señor, no permitas que me aparte de Ti
Miércoles
(17)
Santos Pedro y Hermógenes, mártires (3ª de Pascua)
Palabras: “Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda… (Jn 6,39)
Reflexión: … nada de lo que me dio; sino que lo resucite en el último día”
Propósito, durante el día: Señor, En la hora de mi muerte llámame, mándame ir a Ti
Jueves
(18)
San Juan Isauro, monje (3ª de Pascua)
Palabras: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo… (Jn 6,51)
Reflexión: … El que coma de este pan vivirá para siempre”
Propósito, durante el día: Viva Jesús Sacramentado. Viva y de todos sea amado
Viernes
(19)
San León IX, papa (3ª de Pascua) (día de abstinencia)
Palabras: “El que come este pan vivirá para siempre” (Jn 6,58)
Reflexión: “Disputaban los judíos: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”
Propósito, durante el día: Adoremus in aeternum Sanctissimum Sacramentum
Sábado
(20)
Santa Inés de Montepulciano, virgen (3ª de Pascua)
Palabras: “Desde entonces, muchos discípulos se echaron atrás … (Jn 6,66)
Reflexión: … ¿También vosotros queréis marcharos?”
Propósito, durante el día: Madre, ven conmigo a todas partes y nunca solo me dejes
(la reflexión y el propósito
los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 14,
domingo (3º de Pascua, ciclo B) nos traen el recuerdo de la conversión y el
arrepentimiento: “Por tanto, arrepentíos y convertíos para que se borren
vuestros pecados” (Hech 3); “Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante
el Padre: a Jesucristo, el Justo” (1 Jn 2); “En su nombre se predicará la
conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos” (Lc 24). “Que el
bien que hagas y el mal que puedas sufrir te sirvan como remedio de tus
pecados, aumento de gracia y premio de vida eterna. Vete en paz” (del rito de
la Confesión sacramental)
PALABRAS
DEL PAPA FRANCISCO
- “He aquí qué
hacer cada día para “tener vida”: basta con fijar la mirada en Jesús
crucificado y resucitado, encontrarlo en los Sacramentos y en la oración,
reconocerlo presente, creer en Él, dejarse tocar por su gracia y guiar por su
ejemplo, experimentar la alegría de amar como Él. Cada encuentro con Jesús, un
encuentro vivo con Él, nos permite tener más vida. Hay que buscar a Jesús,
dejarse encontrar -porque Él nos busca-, abrir el corazón al encuentro con Jesús.
Pero preguntémonos: ¿creo en el poder de la resurrección de Jesús, creo que ha
resucitado? ¿Creo en su victoria sobre el pecado, el miedo y la muerte? ¿Me
dejo implicar en la relación con el Señor, con Jesús? ¿Y dejo que Él me empuje
a amar a los hermanos y las hermanas, y a tener esperanza todos los días? Que
cada uno piense en esto. Que María nos ayude a crecer cada vez más en la fe en
Jesús resucitado, para que “tengamos vida” y difundamos la alegría de la
Pascua.” (Regina coeli, 7 de abril de 2024)
- “La fortaleza es una virtud fundamental
porque “toma en serio el desafío del mal en el mundo”. Algunos
fingen que no existe, que todo está bien, que la voluntad humana a veces no es
ciega, que en la historia no luchan fuerzas oscuras portadoras de muerte. Pero
basta ojear un libro de historia, o, por desgracia, incluso los periódicos,
para descubrir los horrores de los que somos en parte víctimas y en parte
protagonistas: guerras, violencia, esclavitud, opresión de los pobres, heridas
que nunca han cicatrizado y que aún sangran. La virtud de la fortaleza
nos hace reaccionar y gritar “no”, un rotundo “no” a todo esto. En nuestro
cómodo Occidente, que ha “aguado” un poco todo, que ha convertido el camino de
la perfección en un simple desarrollo orgánico, que no necesita luchar porque
todo le parece igual, sentimos a veces una sana nostalgia de los profetas. Pero
las personas incómodas y visionarias son muy raras. Necesitamos que alguien nos
levante del “blando lugar” en el que nos hemos acomodado y nos haga repetir con
decisión nuestro “no” al mal y a todo lo que conduce a la indiferencia.
"No" al mal y "no" a la indiferencia; "sí" al
camino, al camino que nos hace progresar, y para ello debemos luchar.”
(Audiencia general, 10 de abril de 2024)
(14.04.24)
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