LO TRIBUTARIO (nº 860)
Seguridad jurídica: responsables
tributarios especiales
Hacer que uno pague lo que corresponde pagar a otro,
es un buen negocio para el que así asegura el cobro. Que lo que haya que pagar
deba corresponder a la capacidad del deudor a la que es ajeno el declarado
responsable es una inconsistencia fiscal, pero es legal. Que se pueda exigir a
uno declarado responsable la sanción impuesta a otro por su actuación culposa o
dolosa a la que puede ser ajeno al declarado responsable es un fenómeno injusto
que se denomina “extensión de la responsabilidad”. Multiplicar los supuestos de
responsabilidad y los casos de extensión del alcance de la misma es el camino
al nirvana de la obsesión recaudatoria. Y que se alivie la seguridad jurídica.
Y, con ese objetivo, además de todos los supuestos de
responsabilidad, solidaria y subsidiaria (arts. 41 a 43 LGT), la ley de cada
impuesto dedica algunos preceptos a regular la responsabilidad tributaria
específica en el tributo de que se trate. Así, de forma peculiar, en la LIRPF
(art. 106) se regula la “responsabilidad patrimonial” del contribuyente respecto de las deudas tributarias y, en su
caso, las sanciones, por el impuesto que tendrán la misma consideración que
aquellas a las que se refiere el artículo 1365 Cc, de modo que los bienes
gananciales responderán directamente frente a la Hacienda por la deudas
contraídas por uno de los cónyuges, sin perjuicio (“cinturón y tirantes”) de lo
dispuesto en el artículo 84.6 LIRPF para la tributación conjunta: todos los
miembros de la unidad familiar quedarán conjunta y solidariamente sometidos al
impuesto, sin perjuicio del derecho a prorratear entre sí la deuda según la
parte de renta sujeta que corresponda a cada uno. Tanta seguridad de cobro,
como inseguridad jurídica. De la responsabilidad patrimonial también trata el
artículo 48 LIRNR.
En el Impuesto sobre Sociedades se regula
responsabilidad tributaria en el régimen especial de consolidación fiscal (art.
57 LIS); en la LIRNR (art. 9) se declara responsable solidario del ingreso de
las deudas tributarias correspondientes: el pagador de los rendimientos
devengados sin mediación de establecimiento permanente por las rentas que haya
satisfecho; y el depositario o gestor, por las rentas de los bienes o derechos
no afectos a un establecimiento permanente, cuyo depósito o gestión tenga
encomendados. En el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, el artículo 8 LISyD
regula la responsabilidad subsidiaria del pago del impuesto, “salvo que sea de
aplicación las normas que regulan la responsabilidad solidaria en la LGT”: en
las transmisiones, los intermediarios financieros y los que hubieren entregado
metálico o valores depositado o devuelto garantías constituidas; las entidades
de seguros que verifiquen entregas de dinero; los mediadores en la transmisión
de títulos valores; y el funcionario que autorizase el cambio de sujeto pasivo
de cualquier tributo o exacción cuando el cambio suponga una adquisición
gravada por el ISyD y no se hubiese exigido previamente justificación del pago.
En la LITPyAJD se regula (art. 9) tanto supuestos de responsabilidad solidaria
(prestamista, arrendador) como subsidiaria (funcionario que autorice el cambio
de sujeto pasivo, como en el ISyD). Más llamativa es la responsabilidad en la
LIVA (art. 87) si se tiene en cuenta que la capacidad económica para contribuir
no está en el sujeto pasivo de las entregas de bienes y prestaciones de
servicios, sino en el adquirente final; y también que, en las fases anteriores
al consumo, las cuotas devengadas, repercutidas y soportadas, por lo general
son deducibles.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Están quitando tantos delitos que no se sabe: ¿es
prevaricación, al menos, exigir el IRPF estatal por invitaciones de amigos,
como cacerías o viajes, en vez del ISyD autonómico?
Tercera semana de Adviento. Domingo “Gaudete”. El
cristiano siente gozo ante la cercanía de la Navidad: “Estad siempre alegres en
el Señor; os lo repito, estad siempre alegres. El Señor está cerca”, se dice en
la Antífona tomando el texto de la epístola a los Filipenses. En las lecturas
de la misa del domingo sigue siendo Juan el Bautista el mensajero de la llegada
del Mesías. Y durante la semana resuenan las profecías de Isaías proclamando la
misericordia de Dios: “Yo soy el Señor y no hay otro. No hay otro Dios fuera de
mí. Yo soy un Dios justo y salvador y no hay ninguno más” (Is 45, 18); “Aunque
se retiren los montes y vacilen las colinas, no se retirará de ti mi
misericordia, ni mi alianza de paz vacilará” (Is 54,10); “Guardad el derecho,
practicad la justicia, que mi salvación está para llegar, y se va a revelar mi
victoria” (Is 56, 3)
Meditando las preguntas del Señor, también se llena el
alma de confianza en Dios, se anima a pedirle e impulsa a que se proclame la
misericordia de Dios por todas partes. “Al partir de allí Jesús, le siguieron
dos ciegos gritando: - Ten piedad de nosotros, Hijo de David”. Y al llegar a la
casa se le acercaron los ciegos, y les dice Jesús: - ¿Creéis que yo puedo hacer
eso? Respondieron ellos: - Sí, Señor. Entonces les tocó sus ojos, diciendo: -
Hágase en vosotros conforme a vuestra fe. Y se abrieron sus ojos. Y les intimó
Jesús con energía: - Mirad que nadie se entere. Pero ellos salieron y
extendieron su fama por toda la comarca” (Mt 9,27-31). Se lo dijeron tantas
veces que se ha llegado a conocer como la oración de Jesús: “Jesús, Hijo de David,
ten compasión de mí que soy un pecador”. En este milagro: Los ciegos se
acercaron a la casa, les preguntó si creían que podía curarlos, les tocó los
ojos, les curó por su fe, les intimó que no lo dijeron, pero lo proclamaron por
toda la comarca. En el Evangelio leemos otras curaciones. A cada uno según su
fe. “Y le seguía por el camino”, se dice de Bartimeo.
“Llegaron a Betsaida y le traen un ciego suplicándole
que le toque. Tomando de la mano al ciego lo sacó fuera de la aldea y, poniendo
saliva en sus ojos, le impuso las manos y le preguntó: - ¿Ves algo? Y alzando
la mirada dijo: - Veo a hombres como árboles que andan. Después le puso otra
vez las manos sobre los ojos, y comenzó a ver y quedó curado, de manera que
veía con claridad todas las cosas. Y lo envió a su caso diciéndole: - No entres
ni siquiera en la aldea” (Mc 8,22-26). En el precioso pasaje que relata la
curación del ciego de nacimiento: “Al pasar vio Jesús a un hombre ciego de
nacimiento… Dicho esto, escupió en el suelo, hizo lodo con saliva, lo aplicó en
sus ojos y le dijo: - Anda, lávate en la piscina de Siloé -que significa
“Enviado”. Entonces fue, se lavó y volvió con vista …” (Jn 9,1.6-7). “Cuando se
acercaban a Jericó, un ciego estaba sentado en el camino mendigando. Al oír que
pasaba mucha gente, preguntó qué era aquello. Le contestaron: - Es Jesús
Nazareno que pasa. Y gritó diciendo: - ¿Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí.
Y los que iban delante le reprendían para que estuviera callado. Pero él
gritaba mucho más: - ¡Hijo de David, ten piedad de mí! Jesús, parándose, mandó
que lo trajeran ante él. Y, cuando se acercó, le preguntó: - ¿Qué quieres que
te haga? – Señor, que vea - respondió él. Y Jesús le dijo: Recobra la vista, tu
fe te ha salvado. Y al instante recobró la vista y le seguía glorificando a
Dios” (Lc 18,35-43; Mc 10,46-52; cf. Mt 20,29-34: dos ciegos). “Señor, ¡que vea!
¡que sea!”.
LA HOJA SEMANAL
(del 12 al 17 de diciembre)
Lunes (12)
Santa Juana Francisca de Chantal, religiosa (3ª de Adviento)
Palabras: “Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto …” (Mt 21,27)
Reflexión: Os voy a hacer yo también una pregunta… ¿El bautismo de Juan?
Propósito, durante el día: Espíritu Santo, guía mis palabras: qué decir, qué responder
Martes (13)
Santa Lucía, virgen y mártir (3ª de Adviento)
Palabras: “¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?” (Mt 21,31)
Reflexión: Los publicanos y prostitutas os precederán en el camino del Reino
Propósito, durante el día: Dios mío, lo que quieras, como quieras, cuando quieras
Miércoles (14)
San Juan de la Cruz, presbítero y doctor de la Iglesia (3ª de Adviento)
Palabras: “Y dichoso el que no se escandalice de mí” (Lc 7,23)
Reflexión: Los discípulos de Juan el Bautista le preguntaron si era el que había de venir
Propósito, durante el día: Siguiendo tus pasos, porque Tú eres el Camino
Jueves (15)
San Valeriano de Abbensa, obispo y mártir (3ª de Adviento)
Palabras: “De entre los nacidos de mujer nadie es más grande que Juan… (Lc 7,28)
Reflexión: …Aunque el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él”
Propósito, durante el día: Te adoro con devoción, Dios escondido, en el Sagrario
Viernes (16)
Santa Adelaida, emperatriz (3ª de Adviento) (abstinencia)
Palabras: “Esas obras que hago dan testimonio de mí: … (Jn 5,36)
Reflexión: … que el Padre me ha enviado”
Propósito, durante el día: Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía
Sábado (17)
Feria de Adviento (San Modesto de Jerusalén, obispo)
Palabras: “Jacob engendró a José, el esposo de María, … (Mt 1,16)
Reflexión: … de la cual nació Jesús, llamado Cristo”
Propósito, durante el día: ¡La Madre de Dios es mi Madre!
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 11 domingo (3º de Adviento,
“Gaudete”; ciclo A) nos señalan que el Nacimiento esperado está muy cerca: “Mirad
a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará”
(Is 35); “Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida
del Señor está cerca” (St 5); “Juan que había oído en la cárcel las obras del
Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos: - ¿Eres tú el que ha
de venir o tenemos que esperar a otro?” (Mt 11). ¡Jesús va a nacer!
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
-
“El Adviento es un tiempo de gracia para quitarnos nuestras máscaras -cada uno
de nosotros tiene una- y ponernos a la fila con los humildes; para
liberarnos de la presunción de creernos autosuficientes, para ir a confesar
nuestros pecados, esos escondidos, y acoger el perdón de Dios, para pedir
perdón a quien hemos ofendido. Así comienza una nueva vida. Y la vía es una
sola, la de la humildad: purificarnos del sentido de superioridad, del
formalismo y de la hipocresía, para ver en los demás a hermanos y hermanas, a
pecadores como nosotros y ver en Jesús al Salvador que viene por nosotros, no
por los demás, por nosotros; así como somos, con nuestras pobrezas, miserias y
defectos, sobre todo con nuestra necesidad de ser levantados, perdonados y
salvados. Y recordemos de nuevo una cosa: con Jesús la posibilidad de volver a
comenzar siempre existe. Nunca es demasiado tarde, siempre está la posibilidad
de volver a comenzar, tened valor, Él está cerca de nosotros en este tiempo de
conversión. Cada uno puede pensar: “Tengo esta situación dentro, este problema
que me avergüenza…” Pero Jesús está cerca de ti, vuelve a comenzar, siempre
existe la posibilidad de dar un paso más. Él nos espera y no se cansa nunca de
nosotros. ¡Nunca se cansa! Y nosotros somos tediosos, pero nunca se cansa.
Escuchemos el llamamiento de Juan Bautista para volver a Dios y no dejemos
pasar este Adviento como los días del calendario porque este es un tiempo de
gracia, de gracia también para nosotros, ahora, aquí. Que María, la humilde
sierva del Señor nos ayude a encontrarle a Él, a Jesús y a los hermanos en el
sendero de la humildad, que es el único que nos hará avanzar.” (Angelus, 4 de
diciembre de 2022)
-
“Hermanos y hermanas, es necesario entender, ir adelante en la comprensión de
lo que sucede en mi corazón. Y para esto hace falta el examen de conciencia,
para ver qué ha sucedido hoy. “Hoy me he enfadado, no he hecho eso…”: pero ¿por
qué? Ir más allá del porqué es buscar la raíz de estos errores. “Pero, hoy he
sido feliz, estaba molesto porque tenía que ayudar a esa gente, pero al final
me he sentido pleno, plena por esa ayuda”: y está el Espíritu Santo. Aprender a
leer en el libro de nuestro corazón qué ha sucedido durante la jornada.
Hacedlo, solo dos minutos, pero os hará bien, os lo aseguro (Audiencia general,
30 de noviembre 2022)
-
“Frente a Él nada puede inquietarnos. Es la experiencia asombrada de san Pablo,
que decía así: “Sé andar escaso y sobrado. Estoy avezado a todo y en todo: a la
saciedad y al hambre: a la abundancia y a la privación. Todo lo puedo en Aquel
que me conforta” (Fil 4,12-13). Este es el hombre libre, que bendice al
Señor tanto cuando vienen las cosas buenas como cuando vienen las cosas no tan
buenas: ¡bendecido sea y vamos adelante! Reconocer esto es fundamental para una
buena decisión, y tranquiliza sobre lo que no podemos controlar o prever: la
salud, el futuro, las personas queridas, nuestros proyectos. Lo que cuenta es
que nuestra confianza esté puesta en el Señor del universo, que nos ama
inmensamente y sabe que podemos construir con Él algo maravilloso, algo eterno.
Las vidas de los santos nos lo muestran de la forma más hermosa. Vayamos
siempre adelante tratando de tomar las decisiones así, en oración y sintiendo
qué sucede en nuestro corazón e ir adelante lentamente, ¡ánimo! (Audiencia
general, 7 de diciembre de 2022)
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