LO TRIBUTARIO (nº 682)
“Mora accipendi. Mora
solvendi”
Aunque en los
diccionarios tanto para la “mora”, como para la “demora”, aparece como primer
significado “retraso”, con un poco de mayor empeño se puede diferenciar entre
la “demora” como mero retraso, como circunstancia producida (fin del plazo para
cumplir sin haber cumplido) y la “mora” (incurrir en mora), como circunstancia
originada cuando, existiendo demora, se produce un requerimiento formal para
que se cumpla. En latín, “accipere” es “adquirir”, “recibir”, y “solvere” es
“desatar” y, en significados sucesivos, también: “liberar”, “resolver”,
“pagar”. Aplicando estos conceptos elementales a las expresiones “mora
accipendi” y “mora solvendi” se pueden identificar con el retraso en recibir y
el retraso en entregar, lo que trasladado a los sujetos de esas acciones lleva
a los conceptos “mora credendi o creditoris” (mora del acreedor) y “mora
debitoris” (mora del deudor”. En el Código civil, el artículo 1100 (v. art. 63
CdeC) establece que incurren en mora los obligados a entregar o a hacer alguna
cosa desde que el acreedor les exija judicial o extrajudicialmente el
cumplimiento de su obligación, con las excepciones que a continuación se
señalan y añadiendo que en las obligaciones recíprocas ninguno de los obligados
incurre en mora si el otro no cumple o no se allana a cumplir debidamente lo
que le incumbe; desde que no cumple empieza la mora para el otro. En el
artículo 1101 Cc se regula la acción de resarcimiento.
En el Derecho Romano son
muchas las expresiones que se refieren a la mora: “ Nulla intelligitur mora ibi
fieri, ubi nulla petitio est” (Digesto, I, XVII, 88: No se entiende que se ha
produciod mora cuando no hay requerimiento); “Qui sine dolo malo ad iuditium
provocat, non videtur moram facere” (Digesto I, VII, 63: no incurre en mora el
que provoca un juicio sin dolo malicioso); “ Non est in mora, qui potest
excepctione legitima se tueri” (No incurre en mora el que puede defenderse con
excepción legítima); “Propoter moram debitoris quantum plurimi res valuit
condennatur” (por el retraso del deudor se le ha de condenar a tanto más que
vale la cosa); “Mora emptoris relevat venditorem a custodia, non a dolo malo”
(la mora del comprador releva al vendedor de su responsabilidad por custodia,
pero no del dolo malicioso); “Mora purgare licitum est” (la mora se puede
enmendar: la purgatio o enmendatio traslada el riesgo del deudor moroso al
acreedor que incurre también en mora); “Mora rei fideiussori quoque nocet”
(Digesto 45.1.88; la mora del deudor perjudica también al fiador; también: “Cum
reus moram facit, et fideiussor tenetur”); “Alteriur mora alteri non nocet” (la
mora de uno no perjudica a otro) o “Mora sua cuilibet est nociva” (a cada cual
perjudica su propia mora) porque “Unicuique sua mora nocet; quod et in duobus
reis promittendi observatur” (a cada cual le perjudica su propia mora; como se
observa cuando hay dos que han prometido).
En lo tributario, la mora tiene toda clase de
manifestaciones, desde un recargo que no se aplica cuando la Administración no
ha puesto las declaraciones a disposición de los contribuyentes en el plazo
para declarar (accipendi) a la exigencia del recargo en las presentaciones
extemporáneas (solvendi). En un Taller de tributación sería un no parar de ejemplos,
sobre todo respecto de los intereses cuando no deberían ser exigidos.
DE LO
HUMANO A LO DIVINO
Con nuestros impuestos pagamos esto (art. 31 CE)
El cristiano sabe que esta vida es un camino hacia el
cielo y también que en esta vida podemos anticipar la vida en el cielo, porque
el cielo es donde se hace la voluntad de Dios, como rezamos en el Padrenuestro
cada día: “Hágase tu voluntad aquí, como se hace en el cielo”. Inolvidables,
objeto de meditación frecuente las palabras de Jesús al Padre: “Padre quiero
que donde yo estoy también estén conmigo los que Tú me has confiado” (Jn 17,24).
Y también: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas. De lo contrario ¿os hubiera
dicho que voy a prepararos un lugar? Cuando me haya marchado y os haya
preparado un lugar, de nuevo vendré y os llevaré junto a mí, para que donde yo
estoy, estéis también vosotros” (Jn 14,2-3). Una morada en el cielo que ya se
puede disfrutar: “Si alguno me ama, guardará mi palabra y mi Padre le amará, y
vendremos a él y haremos morada en él” (Jn 14,23).
Los catecismos de nuestra niñez daban definiciones
sencillas del cielo: “- ¿Qué cosa es la Gloría? - El conjunto de todos los
bienes sin mezcla de mal alguno” (P. Jerónimo de Ripalda, 1535-1618); “- ¿Qué
es la Gloria? – Un estado perfectísimo, en el cual se hallan todos los bienes
sin experimentarse mal alguno, como en el Infierno se hallan todos los males
sin experimentarse bien alguno” (P. Gaspar Astete, 1537-1601). El Catecismo de
la Iglesia Católica (nº 1023) dice: “Los que mueren en la gracia y la amistad
de Dios y están perfectamente purificados, viven para siempre con Cristo. Son
para siempre semejantes a Dios, porque le ven “tal cual es” (1 Jn 3,2), cara a
cara (1 Co 13,12)”. Y también: “Vivir en el cielo es “estar con Cristo”. Los
elegidos “viven en Él”, aún más, tiene allí, o mejor, encuentran allí su
verdadera identidad, su propio nombre (cf. Ap. 2,17)” y sigue una cita de san
Ambrosio: “Pues la vida es estar con Cristo; donde está Cristo, allí está la
vida, allí está el reino” (“Expositio evangelio secundum Lucam” 10,121). Aunque
toda definición del cielo se queda corta, porque “Ni ojo vió ni oreja oyó ni
pasó a hombre por pensamiento las cosas que Dios tiene preparadas para aquellos
que le aman” (1 Co 2,9)
“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque suyo
es el reino de los cielos” (Mt 5,3). Y algún cristiano puede meditar: bienaventurado
el pobre que se ha abandonado en Dios en todo instante de su vida, procurando
hacer bien lo que debe hacer, porque es la voluntad de Dios y es para gloria de
Dios y por amor a Dios. Porque la vida es milicia, trabajo, y si se hace por
amor no hay fatiga: “Ubi amatur non laboratur aut si laboratur labor es amatur”
(san Agustín “De bono divinitatis 21,26). Trabajando, haciendo lo que hay que
hacer, por amor a Dios, se santifica el trabajo, uno se santifica en el trabajo
y se santifica a otros con el trabajo.
El cielo es abandonarse en Dios. “Toma, Señor, mi
libertad, mi memoria, mi entendimiento, toda mi voluntad; todo mi haber y mi
poseer. Tú me lo diste a Ti, Señor, lo torno. Todo es tuyo; dispón de mí según
tu voluntad. Dame tu amor y tu gracia que esto me basta”. Mirando a María: “Oh,
Señora mía. Oh, Madre mía. Yo me entrego enteramente a ti y, en prueba de mi
filial afecto, te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi
corazón; en una palabra, todo mi ser. Y ya que soy todo tuyo, oh Madre de
bondad, guárdame y protégeme como cosa y posesión tuya. Amén”
LA HOJA SEMANAL
Lunes (8)
Santa Josefina Bakhita, virgen (5ª TO)
Palabras: “Colocaban los enfermos en la plaza y le rogaban …” (Mc 6,56)
Reflexión: … y los que lo tocaban (el borde de su manto) se ponían sanos”
Propósito. durante el día: Señor, si quieres, puedes
Martes (9)
Santa Apolonia, mártir (5ª TO)
Palabras: “Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición” (Mc 7,9)
Reflexión: Los fariseos ponían sus formalidades por encima de la ley de Dios
Propósito, durante el día: ¿Tú lo quieres, Dios mío? Pues entonces también yo lo quiero
Miércoles (10)
Santa Escolástica, virgen (5ª TO)
Palabras: “Lo que sale de dentro eso sí mancha al hombre” (Mc 7,20)
Reflexión: Del corazón nacen los malos propósitos, los adulterios, las injusticias
Propósito, durante el día: Agua del Costado de Cristo, lávame, purifícame
Jueves (11)
Nuestra Señora de Lourdes (5ª TO)
Palabras: “Bendita tú entre las mujeres…” (Lc 1,42)
Reflexión: … y bendito el fruto de tu vientre”
Propósito, durante el día: Ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte
Viernes (12)
Santa Eulalia de Barcelona, virgen y mártir (5ª TO; día de penitencia)
Palabras: “Todo lo ha hecho bien …” (Mc 7,37)
Reflexión: … hace oír a los sordos y a hablar a los mudos”
Propósito, durante el día: Enséñame a escuchar; y decir; y a callar
Sábado (13)
San Benigno, presbítero y mártir (5ª TO)
Palabras: “- Me da lástima esta gente, llevan ya tres días conmigo… (Mc 8,2)
Reflexión: … y no tienen qué comer”
Propósito, durante el día: Madre, guárdame y defiéndeme como cosa tuya
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las palabras del día 7, domingo (5º TO, impar, ciclo B;
2º de san José) nos avisan de la necesidad de aprovechar el tiempo: “Se alarga
la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba. Mis días corren más que la
lanzadera y se consumen sin esperanza” (Jb 7); “Me he hecho todo a todos, para
ganar, sea como sea, a algunos” (1 Co 9); “La población entera se agolpaba a la
puerta. Curó a muchos…Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí
se puso a orar” (Mc 1). Vivir cada día junto a Jesús.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
-
“Siempre, no os olvidéis de llevar en el bolsillo o el bolso un pequeño
Evangelio, para leerlo durante el día, para escuchar la palabra autorizada de
Jesús. Y, además, todos tenemos problemas, todos tenemos pecados, todos tenemos
enfermedades espirituales. Pidamos a Jesús: “Jesús, tú eres el profeta, el Hijo
de Dios, el que fue prometido para sanarnos. ¡Sáname!”. Pedir a Jesús la
curación de nuestros pecados, de nuestros males. La Virgen María guardó siempre
en su corazón las palabras y los gestos de Jesús, y lo siguió con total
disponibilidad y fidelidad. Que Ella nos ayude también a nosotros a escucharlo
y seguirlo, para experimentar en nuestra vida los signos de su salvación.”
(Angelus, día 31 de enero de 2021)
- “La
paciencia nos ayuda a mirarnos a nosotros mismos, a nuestras comunidades y al
mundo con misericordia. Podemos preguntarnos: ¿acogemos la paciencia del
Espíritu en nuestra vida? En nuestras comunidades, ¿nos cargamos los unos a los
otros sobre los hombros y mostramos la alegría de la vida fraterna? Y hacia el
mundo, ¿realizamos nuestro servicio con paciencia o juzgamos con dureza? Son
retos para nuestra vida consagrada: nosotros no podemos quedarnos en la
nostalgia del pasado ni limitarnos a repetir lo mismo de siempre, ni en las
quejas de cada día. Necesitamos la paciencia valiente de caminar, de explorar
nuevos caminos, de buscar lo que el Espíritu Santo nos sugiere. Y esto se hace
con humildad, con simplicidad, sin mucha propaganda, sin gran publicidad.”
(Homilía, misa del día 2 de febrero de 2021, Jornada mundial de la vida
consagrada)
- “La
oración del cristiano hace propia la presencia sacramental de Jesús. Lo que es
externo a nosotros se convierte en parte de nosotros: la liturgia lo expresa
incluso con el gesto tan natural del comer. La Misa no puede ser solo
“escuchada”: no es una expresión justa, “yo voy a escuchar Misa”. La Misa no
puede ser solo escuchada, como si nosotros fuéramos solo espectadores de algo
que se desliza sin involucrarnos. La Misa siempre es celebrada, y no solo por
el sacerdote que la preside, sino por todos los cristianos que la viven. ¡Y el
centro es Cristo! Todos nosotros, en la diversidad de los dones y de los
ministerios, todos nos unimos a su acción, porque es Él, Cristo, el
Protagonista de la liturgia.” (Audiencia general, día 3 de febrero de 2021)
- “Padre en la sombra. La felicidad de José no está en la lógica del
auto-sacrificio, sino en el don de sí mismo. Nunca se percibe en este hombre la
frustración, sino sólo la confianza. Su silencio persistente no contempla
quejas, sino gestos concretos de confianza. El mundo necesita padres, rechaza a
los amos, es decir: rechaza a los que quieren usar la posesión del otro para
llenar su propio vacío; rehúsa a los que confunden autoridad con autoritarismo,
servicio con servilismo, confrontación con opresión, caridad con
asistencialismo, fuerza con destrucción. Toda vocación verdadera nace del don
de sí mismo, que es la maduración del simple sacrificio. También en el
sacerdocio y la vida consagrada se requiere este tipo de madurez. Cuando una
vocación, ya sea en la vida matrimonial, célibe o virginal, no alcanza la
madurez de la entrega de sí misma deteniéndose sólo en la lógica del
sacrificio, entonces en lugar de convertirse en signo de la belleza y la
alegría del amor corre el riesgo de expresar infelicidad, tristeza y
frustración.” (Carta Ap. “Patris corde”)
(7.02.21)
Noticias fiscales. En
el BOE del 1 de febrero se ha publicado la Resolución de 19 de enero de 2021
del director general de la AEAT por la que se aprueba el Plan de control
tributario y aduanero anual. Como se sabe, es un plan publicitario no
vinculante y sin acceso en su aplicación concreta. Los medios de comunicación
han comentado lo que se les ha indicado, como la vigilancia sobre los cambios
de residencia. Curiosidades son: el vago capítulo dedicado a las medidas para
facilitar el cumplimiento tributario, basado en comunicaciones telemáticas,
cuando debería ser para permitir otros medios a quienes no disponen de equipos
ni conocimientos informáticos; también aporta muestras de cultura como al
emplear la palabra “transparentación”.
En el BOE del día 3 se publica el RD-L 3/2021 de
medidas para corregir la brecha de género; en la DA 2ª regula la acreditación
de la menor facturación de los sujetos pasivos del IRPF en estimación objetiva
singular.
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