LO TRIBUTARIO (nº 684)

“Datio pro soluto. Datio pro solvendo”

Cuántas veces hemos oído o leído: “Sin solución de continuidad”, aunque no sea una expresión habitual. Qué difícil respuesta sería si se preguntara cuál es el significado de esas palabras. En el diccionario de la RAE “solución de continuidad” quiere decir “interrupción o falta de continuidad; y “sin solución de continuidad” quiere decir continuar sin interrupción. “Solución” proviene del verbo latino “solvere” (“solutum” es el participio) que quiere decir: desatar, resolver, pagar, cumplir, romper, deshacer, desvanecer… Quizá con esta referencia sea más fácil descubrir la etimología de palabras tan dispares como “resolver”, “absolver”, “disolver” e, incluso, “solución”. En un Taller de tributación, seguramente, surgiría espontáneamente la regla fiscal: “solve et repete” (paga y reclama) que, en nuestro ordenamiento, significa que la impugnación de un acto no paraliza su ejecución, de modo que si se trata de impugnar una cantidad a pagar, o se paga o se pide y obtiene la suspensión, por lo general, mediante garantía.

La expresión “datio pro soluto” (“dación como pago”) se refiere a la entrega de un bien que hace el deudor al acreedor como pago de la deuda que tenía con él; se trata de una entrega del dominio de un bien, como si fuera una compraventa, que acepta el acreedor o que se pactó como forma de pago. “Qui bonis cesserint, nisi solidum creditor receperit, non sunt liberati” (“Los que hubiesen hecho cesión de bienes no quedan liberados si el acreedor no recibe la totalidad de su crédito”). La expresión “datio pro solvendo” (“dación para que se pague”) es un negocio jurídico por el que el deudor entrega la posesión de un bien al deudor para que pueda enajenarlo y cobrar su deuda con el precio obtenido. Estas expresiones se pueden complicar con la intervención de terceros (entrega por el deudor de un bien a un tercero para que con él o con lo obtenido por su transmisión pague la deuda de aquel) y si se refieren a actos del acreedor (cesiones de crédito). En estos casos, se debe recordar la importancia y la diferencia entre “causa solvendi” (elemento objetivo) y animus solvendi (elemento subjetivo).

En el Código civil se regula el pago por cesión de bienes: “El deudor de una cosa no puede obligar a su acreedor a que reciba otra diferente aun cuando fuere de igual o mayor valor que la debida. Tampoco en las obligaciones de hacer podrá ser sustituido un hecho por otro contra la voluntad del acreedor” (art. 166 Cc). “El deudor puede ceder sus bienes a los acreedores en pago de sus deudas. Esta cesión, salvo pacto en contrario, sólo libera a aquél de responsabilidad por importe líquido de los bienes cedidos…” (art. 1175 Cc). También hay regulación en el Código sobre el pago por terceros distintos del deudor (arts. 1158 a 1161 Cc) o a persona distinta al acreedor (arts. 1162 a 1164 Cc)

En el ámbito tributario se encuentran pronunciamientos de los tribunales que se refieren a esta forma de cumplimiento de la obligación de ingresar la deuda tributaria. Así, respecto del pago en especie: Aplicando el art. 60 LGT, la Ley 16/1985 y el art. 40 RGR el pago en especie más que una forma excepcional es una forma facultativa admitida sólo en los presupuestos legales, considerando según el art. 1154 Cc que no es una dación en pago sino una “datio pro solvendo”, TS s.25.11.13, La Administración no puede impedir esa facultad y tampoco puede alegar dificultades de gasto porque se trata de un ingreso. La LGT ha limitado la discrecionalidad de los órganos de recaudación obligándoles a conocer el dictamen de la Administración cultural (AN 26-6-17)

DE LO HUMANO A LO DIVINO

La aplicación del sistema tributario se basará en el principio de proporcionalidad (art. 3.2 LGT). ¿Proporcional a qué? ¿la capacidad económica, la necesidad recaudatoria?

El cristiano empieza la Cuaresma con la seguridad que le da la esperanza en Dios y con el recelo que le originan sus propias debilidades. La historia de la propia vida es la expresión que confirman la razón de esos sentimientos. Tiempo de oración, limosna y penitencia. Tiempo de acompañar a Jesús desde Getsemani hasta el Calvario. Tiempo de estar cerca de la Madre, que es nuestra Madre. Tiempo de amar porque el amor del Amor y al amor se hace más intenso: Señor, que te quiera, que te quiera mucho, que te quiera más, que te quiera como Tú quieres que te quiera.

“Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino finísimo, y todos los días celebraba espléndidos banquetes. En cambio, un pobre llamado Lázaro yacía sentado a su puerta, cubierto de llagas, deseando saciarse de lo que caía de la mesa del rico. Y hasta los perros venían a lamerle las llagas. Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán; murió también el rico y fue sepultado. Estando en los infiernos, en medio de los tormentos, levantando sus ojos vio a lo lejos a Abrahán y a Lázaro en su seno; y gritando dijo: “Padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y me refresque la lengua, porque estoy atormentado en estas llamas”. Contestó Abrahán: “Hijo, acuérdate de que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, en cambio, males; ahora aquí él es consolado y tú atormentado. Además de todo esto, entre vosotros y nosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieren atravesar de aquí hasta vosotros, no pueden; ni tampoco pueden pasar de ahí hasta nosotros”. Y él dijo: “Te ruego entonces, padre, que le envíes a casa de mi padre porque tengo cinco hermanos, para que les advierta y no vengan también a este lugar de tormentos”. Pero, replicó Abrahán: “Tienen a Moisés y a los Profetas. ¡Que los oigan!” Él dijo: “No, padre Abrahán, pero si alguno de entre los muertos va a ellos, se convertirán”. Y le dijo: “Si no escuchan a Moisés y los Profetas, tampoco se convencerán aunque uno resucite de entre los muertos.” (Lc 16, 19-31)

“Llevaban con él a dos malhechores para matarlos. Cuando llegaron al lugar llamado “Calavera”, le crucificaron allí a él ya los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: - Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen” (Jn 23-32-34)

“Si Dos está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él todas las cosas? ¿Quién presentará acusación contra los elegidos de Dios? ¿Dios el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Cristo el que murió, más aún el que fue resucitado, el que además está a la derecha de Dios, el que está intercediendo por nosotros?” (Rm 8,31-34). “Por el poder de Dios estáis custodiados mediante la fe hasta alcanzar la salvación preparada ya para ser manifestada en el tiempo último” (1 Pe 1,5)

“Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que, aunque no hubiera cielo yo te amara y aunque no hubiera infierno te temiera” (soneto “A Jesús crucificado”).

“Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte”

LA HOJA SEMANAL

(del 15 al 20 de febrero) (año de san José)

Lunes (15)

San Claudio La Colombière S.I., presbítero (6ª TO)
Palabras: “Para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo” (Mc 8,11)
Reflexión: No se le dará un signo a esta generación
Propósito, durante el día: Señor, aumenta nuestra fe

Martes (16)

Santa Juliana, mártir (6ª TO)
Palabras: “¿Y no acabáis de entender?” (Mc 8,21)
Reflexión: Confundieron la levadura de los fariseos, con no llevar pan
Propósito, durante el día: Señor, enséñanos tus caminos, guía nuestro andar

Miércoles (17)

Miércoles de Ceniza (ayuno y abstinencia de carne y caldo de carne)
Palabras: Cuando hagas limosna que no sepa tu mano izquierda … (Mt 6,3)
Reflexión: Oración, limosna y mortificación
Propósito, durante el día: Señor, no permitas que nos apartemos de Ti

Jueves (18)

Jueves después de Ceniza
Palabras: “El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, … (Lc 9,23)
Reflexión: … cargue su cruz cada día y se venga conmigo”
Propósito, durante el día: Fueron, vieron y se quedaron con Él aquel día

Viernes (19)

Viernes después de Ceniza (abst. de carne y caldo de carne; Bto. Álvaro de Córdoba)
Palabras: “Llegará un día en que se lleven al novio y entonces ayunarán” (Mt 9,15)
Reflexión: Preparación para la Semana Santa: se llevarán al novio
Propósito, durante el día: Señor, Tú no desprecias un corazón contrito y humillado

Sábado (20)

Sábado después de Ceniza (santa Jacinta Marto, niña de Fátima)
Palabras: “Le dijo: - Sígueme. Él dejándolo todo se levanto y lo siguió” (Lc 5,27.29)
Reflexión: No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores
Propósito, durante el día: Madre, ayúdanos a vivir la Cuaresma con Jesús y a tu lado

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 14, domingo (6º TO, ciclo B, impar; 3º de san José; Nuestra Madre del Amor Hermoso; santos Cirilo y Metodio, patronos de Europa), nos meten en la misericordia de Dios: “El que haya sido declarado leproso andará harapiento, despeinado con barba rapada, gritando ¡Leproso!” (Lv 13); “Hacedlo todo para gloria de Dios” (1 Co 10); “- Si quieres puedes limpiarme… - Quiero, queda limpio” (Mc 1). Nos acercamos, nos arrodillamos, le suplicamos y Jesús nos sana. Días de preparar el alma.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “No olvidemos que la única forma lícita de mirar a una persona de arriba hacia abajo es cuando tú tiendes la mano para ayudarla a levantarse. La única. Y esta es la misión que Jesús ha encomendado a la Iglesia. El Hijo de Dios manifiesta su Señorío no “de arriba hacia abajo”, no a distancia, sino inclinándose, tendiendo la mano; manifiesta su Señorío en la cercanía, en la ternura y en la compasión. Cercanía, ternura, compasión son el estilo de Dios. Dios se hace cercano y se hace cercano con ternura y con compasión. Cuántas veces en el Evangelio leemos, delante de un problema de salud o cualquier problema: “tuvo compasión”. La compasión de Jesús, la cercanía de Dios en Jesús es el estilo de Dios. El Evangelio de hoy nos recuerda también que esta compasión tiene sus raíces en la íntima relación con el Padre. ¿Por qué? Antes del alba y después del anochecer, Jesús se apartaba y permanecía solo para rezar (v. 35). De allí sacaba la fuerza para cumplir su ministerio, predicando y sanando.” (Angelus, día 7 de febrero de 2021)

- “Por tanto, recemos siempre por todo y por todos, también por los enemigos. Jesús nos ha aconsejado esto: “Rezad por los enemigos”. Recemos por nuestros seres queridos, pero también por aquellos que no conocemos; recemos incluso por nuestros enemigos, como he dicho, como a menudo nos invita a hacer la Escritura. La oración dispone a un amor sobreabundante. Recemos sobre todo por las personas infelices, por aquellos que lloran en la soledad y desesperan porque todavía haya un amor que late por ellos. La oración realiza milagros; y los pobres entonces intuyen, por gracia de Dios, que, también en esa situación suya de precariedad, la oración de un cristiano ha hecho presente la compasión de Jesús: Él de hecho miraba con gran ternura a la multitud cansada y perdida como ovejas sin pastor (cf. Mc 6,34). El Señor es – no lo olvidemos – el Señor de la compasión, de la cercanía, de la ternura: tres palabras para no olvidar nunca. Porque es el estilo del Señor: compasión, cercanía, ternura.” (Audiencia general, día 10 de febrero de 2021)

- No queda más que implorar a san José la gracia de las gracias: nuestra conversión. A él dirijamos nuestra oración: Salve, custodio del Redentor / y esposo de la Virgen María. / A ti Dios confió a su Hijo, / en ti María depositó su confianza, / contigo Cristo se forjó como hombre. / Oh, bienaventurado José, / muéstrate padre también a nosotros / y guíanos en el camino de la vida. / Concédenos gracia, misericordia y valentía, / y defiéndenos de todo mal. Amén. (Carta Ap. “Patris corde”)

- “La Cuaresma es un tiempo para creer, es decir, para recibir a Dios en nuestra vida y permitirle “poner su morada” en nosotros (cf. Jn 14,23). Ayunar significa liberar nuestra existencia de todo lo que estorba, incluso de la saturación de informaciones —verdaderas o falsas— y productos de consumo, para abrir las puertas de nuestro corazón a Aquel que viene a nosotros pobre de todo, pero “lleno de gracia y de verdad” (Jn 1,14): el Hijo de Dios Salvador…” (Mensaje para la cuaresma, 11.11.20)

(14.02.21) 

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