LO TRIBUTARIO (nº 680)

“Actio nata”

La expresión “actio nata” es la referencia abreviada de: “Actio nondum nata non praescribitur” (la acción aún no nacida no puede prescribir) que en una versión completa es: “Actio nondum bornies praescribitur quoties nativitas eius est in potestate actoris” (o: “creditoris”): “La acción aún no nacida puede prescribir desde que nace lo que queda a la potestad del actor” (“del acreedor”). En el artículo 1969 Cc establece: “El tiempo para la prescripción de toda clase de acciones, cuando no haya disposición especial que otra cosa determine, se contará desde el día en que pudieron ejercitarse”. Ese “desde el día” es el llamado “dies a quo” desde el que sin inicia el cómputo de los plazos establecidos.

El principio de “actio nata” en el ámbito tributario tiene diversas aplicaciones porque es consecuencia inevitable de la peculiaridad de nuestro ordenamiento que pretende evitar la prescripción mediante situaciones de provisionalidad y permitiendo actuaciones y procedimientos sucesivos lo que hace que se prolongue el plazo de prescripción por las interrupciones del plazo que la ley permite y que se utiliza habitualmente en la aplicación de los tributos. Recientemente, con el descubrimiento e invocación frecuente del principio de buena Administración, el principio de “actio nata” ha permitido la realización de la Justicia contrarrestando novedades fiscales inquietante como ocurrió con la regulación de las obligaciones conexas (arts. 68.9 y 239.7 LGT). Así, por ejemplo: Por el principio de “actio nata” y la buena Administración si de la comprobación a uno resulta un ingreso indebido de otro, el plazo de prescripción no se cuenta desde el ingreso sino desde que la Administración lo ha convertido en indebido; la Administración debió regularizar el ingreso al regularizar el gasto. Es una “obligación conexa” nacida al ver lo mismo desde otro punto de vista, de quien gastó y de quien ingresó; en este caso, las comisiones de cobro, se calificaron como retribución del capital propio (TS 11-6-20)

Como manifestación de lo que se ha señalado se puede considerar la complejidad del procedimiento de apremio que incorpora otros como son la declaración de responsabilidad tributaria solidaria, primero, y la subsidiaria, después, puesto que ésta no cabe antes de que se declaren fallidos todos los obligados al pago como deudor principal y como responsables solidarios, si los hubiere. Las actuaciones con unos y otros determinan no sólo interrupciones de la prescripción del derecho de la Administración al cobro de la deuda tributaria, sino también evitar la caducidad que se reguló expresamente en el artículo 23.3 LDGC y que se regula actualmente (art. 104.1, último párrafo, LGT). Dos resoluciones del TEAC en el año 2000, que no se repitieron, consideraron contrario a Derecho y barroco el troceamiento del procedimiento de apremio (TEAC 28-3-07: La prescripción para el responsable se cuenta desde el acto de derivación en aplicación de la actio nata), que no concluye (art. 173 LGT) hasta que se cobra la deuda o se declara incobrable el crédito y fallidos todos los obligados al pago, sin perjuicio de la rehabilitación si alguno llegara a mejor fortuna.      

Cuando se hacen ordinarios los estados de alarma, las normas reguladoras de plazos y términos, que se prolongan por ese tiempo extraordinario, provocan excesos y restricciones arbitrarios que afectan al principio “actio nata” si no prevalece la razón. 

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Si no hay ocultación, no es razonable sancionar a los contribuyentes si no se sanciona a empleados públicos y juzgadores por la anulación de sus actos y resoluciones.

El cristiano vive durante toda su existencia dando gracias a Dios continuamente. Desde la oración de la mañana, como la que se aprende en los colegios: “Os adoro Dios, os amo con todo mi corazón y sobre todas las cosas. Os doy gracias por haberme creado, por haberme hecho cristiano y por haberme conservado hasta el presente…” Como se dice en el himno de la hora canónica: “Gracias, Señor, por la aurora;/ gracias, por el nuevo día; / gracias, por la Eucaristía; / gracias, por nuestra Señora: / Y gracias, por cada hora / de nuestro andar peregrino. / Gracias, por el don divino / de tu paz y de tu amor, / la alegría y el dolor, / al compartir tu camino. / Gloria al Padre, gloria al Hijo, / gloria al Espíritu Santo, / por los siglos de los siglos. /Amén.”(Laudes, Semana I). Como rezaba con frecuencia san Josemaría: “Sancte Pater, omnipotens, æterne et misericors Deus, Beata Maria intercedente, gratias tibi ago pro universis beneficiis tuis etiam ignotis” (Padre santo, omnipotente, eterno y misericordioso Dios, por intercesión de María Santísima, te doy gracias por tus muchos beneficios, incluidos los ignorados).

Llenar la vida de acciones de gracias, hacer de la propia vida una acción de gracias, es la recomendación continuada que se puede leer en las cartas apostólicas: “Y la paz de Cristo reine en vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados en un solo cuerpo. Sed agradecidos… Y todo cuanto hacéis de palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por Él” (Col 3,15.17); “Por nada os inquietéis, sino que, en todo tiempo, en la oración y en la plegaria, sean presentadas a Dios vuestras peticiones acompañadas de acción de gracias” (Flp 4,6); “Orad sin cesar. Dad en todo tiempo gracias a Dios, porque tal es su voluntad en Cristo Jesús respecto de vosotros” (1 Tes 5,17).

Un himno precioso e inolvidable de acción de gracias es el que inicia la epístola a los efesios: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en cristo con toda bendición espiritual en los cielos, / ya que él nos eligió antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor; / nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza y gloria de su gracia, con la cual nos hizo gratos en el Amado; / en quien, mediante su sangre, tenemos la redención, el perdón de los pecados, según las riquezas de su gracia, que derramó sobre nosotros sobreabundantemente con toda sabiduría y prudencia. Nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según el benévolo designio que se había propuesto realizar mediante él y llevarlo a cabo en la plenitud de los tiempos: recapitular en Cristo todas las cosas, las de los cielos y las de la tierra” (Ef 1,4-10)

A Jesús le agrada nuestro agradecimiento: “Le salieron al paso diez leprosos que se detuvieron a distancia y le dijeron gritando: - ¡Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros! Al verlos, les dijo: “- Id y presentaos a los sacerdotes. Y mientras iban quedaron limpios. Uno de ellos, al verse curado, se volvió glorificando a Dios a gritos, y fue a postrarse a sus pies dándole gracias. Y éste era samaritano. Ante lo cual dijo Jesús: - ¿No eran diez los que han quedado limpios? Los otros nueve ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero? Y le dijo: - Levántate y vete; tu fe te ha salvado” (Lc 17,12-19). Gracias, dar gracias, agradecer, agradar a Dios. ¡Madre de Dios, llena de gracia, mediadora de gracias, ruega por nosotros!

LA HOJA SEMANAL

(del 1 al 6 de febrero) (año de san José)

Lunes (1)

Santa Brígida, abadesa (4ª TO)
Palabras: “Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor te ha hecho” (Mc 5,19)
Reflexión: El que estuvo endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía
Propósito, durante el día: Señor, no permitas que me aparte de Ti

Martes (2)

La Presentación del Señor (Nª Sª de la Candelaria, Nª Sª de la Calle)
Palabras: Los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor (Lc 2,22)
Reflexión: Simeón: Ahora, Señor, según tu palabra puedes dejar a tu siervo irse en paz
Propósito, durante el día: Dispón de mí según tu voluntad; dame tu amor y tu gracia

Miércoles (3)

San Blas, obispo y mártir (4ª TO)
Palabras: “Fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos” (Mc 6,1)
Reflexión: Se extrañó de su falta de fe
Propósito, durante el día: Señor, creo, pero aumenta mi fe

Jueves (4)

San Juan de Brito, presbítero, y compañeros mártires (4ª TO)
Palabras: “Llamó Jesús a los Dice y los fue enviando de dos en dos” (Mc 6,7)
Reflexión: Ellos salieron a predicar la conversión, echaban demonios y curaban
Propósito, durante el día: En la hora de mi muerte llámame y mándame ir a Ti

Viernes (5)

Santa Águeda, virgen y mártir (4ª TO) (día de penitencia)
Palabras: “La fama de Jesús se había extendido” (Mc 6,14)
Reflexión: Es Juan Bautista al que yo decapité, que ha resucitado, decía Herodes
Propósito, durante el día: Pasión de Cristo, confórtame

Sábado (6)

San Pablo Miki, presbítero, y compañeros mártires (4ª TO)
Palabras: “Jesús vio a la multitud y le dio lástima de ellos” (Mc 6,34)
Reflexión: Y se puso a enseñarles con calma
Propósito, durante el día: Oh, María, madre mía; oh, consuelo del mortal. Ampárame

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 31, domingo (4º TO, ciclo B; san Juan Bosco; comienzan los siete domingos a san José) nos llaman a escuchar, meditar y vivir la palabra de Dios: “Pondrá mis palabras en su boca, y les dirá lo que yo le mande” (Dt 18); “Os digo todo esto para vuestro bien, no para poneros una trampa, sino para induciros a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones” (1 Co 7); “Se quedaron asombrados de su doctrina” (Mc 1). Propósitos de atención a las palabras en la oración, en la misa. Por amor

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “La historia de nuestra vida tiene dos ritmos: uno, medible, hecho de horas, días, años; el otro, compuesto por las estaciones de nuestro desarrollo: nacimiento, infancia, adolescencia, madurez, vejez, muerte. Cada tiempo, cada fase, tiene un valor proprio y puede ser momento privilegiado de encuentro con el Señor. La fe nos ayuda a descubrir el significado espiritual de estos tiempos: cada uno de ellos contiene una llamada especial del Señor, a la que podemos dar una respuesta positiva o negativa. En el Evangelio vemos como respondieron Simón, Andrés, Santiago y Juan: eran hombres maduros, tenían su trabajo de pescadores, tenían la vida en familia… Y, sin embargo, cuando Jesús pasó y los llamó, «enseguida dejaron las redes y lo siguieron» (Mc 1,18). Queridos hermanos y hermanas, estemos atentos y no dejemos pasar a Jesús sin recibirlo. San Agustín decía: “Tengo miedo de Dios cuando pasa”. ¿Miedo de qué? De no reconocerlo, de no verlo de no acogerlo.

Que la Virgen María nos ayude a vivir cada día, cada momento, como tiempo de salvación en el que el Señor pasa y nos llama a seguirlo, cada uno según su propia vida. Y nos ayude a convertirnos de la mentalidad del mundo, esa de las fantasías del mundo que son fuegos artificiales, a la del amor y del servicio.” (Angelus, día 24 de enero de 2021)

- “La vida cristiana es obra, al mismo tiempo, de obediencia y de creatividad. Un buen cristiano debe ser obediente, pero debe ser creativo. Obediente, porque escucha la Palabra de Dios; creativo, porque tiene el Espíritu Santo dentro que le impulsa a practicarla, a llevarla adelante. Jesús lo dice al final de un discurso suyo pronunciado en parábolas, con esta comparación: “Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas -del corazón- lo nuevo y lo viejo” (Mt 13,52). Las Sagradas Escrituras son un tesoro inagotable. Que el Señor nos conceda, a todos nosotros, tomar de ahí cada vez más, mediante la oración.” (Audiencia general, día 27 de enero de 2021) 

- Padre trabajador. “Un aspecto que caracteriza a san José y que se ha destacado desde la época de la primera Encíclica social, la “Rerum novarum” de León XIII, es su relación con el trabajo. San José era un carpintero que trabajaba honestamente para asegurar el sustento de su familia. De él, Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto del propio trabajo.” (Cart. Ap. “Patris corde”)

(31.01.21) 

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