LO TRIBUTARIO (nº 678)

“Traditio”. “Traditio ficta”. "Cuasitraditio”

Es evidente e indiscutible la influencia del Derecho Romano en los institutos, principios, conceptos y reglas del Derecho en España, como ocurre con el latín en la mayoría de las palabras del idioma español, en casi todas las lenguas españolas oficiales (art. 3.1 y 2 CE) en sus diversas manifestaciones, desde el castellano (que “todos los españoles tienen el deber de conocer y el derecho de usar”) al gallego, el catalán, el valenciano, y otras formas de hablar (el bable, el panocho), incluso no oficiales. “Non nudis pactis sed traditionibus dominia rerum transferentur” (Cod. Just. Lib II, tit. III, ley 20) quiere decir: “No por contratos, sino por las entregas se transfieren los dominios sobre las cosas”. Lo que se debe completar recordando que: “Traditio est datio possessionis” (“Tradición es entregar la posesión”). Y se podría resumir diciendo que los contratos (título) determinan obligaciones personales y en los de transmisión de la propiedad, la obligación principal es entregar (modo) la cosa transmitida. Así, el artículo 609 Cc dice que, además de por medio de la prescripción, la propiedad se adquiere por la ocupación, y que la propiedad y demás derechos sobre los bienes se adquieren y transmiten por ley, por donación, por sucesión testada e intestada y “por consecuencia de ciertos contratos mediante la tradición”. Con toda claridad se aprecia la doctrina “del título y el modo” en el contrato de compraventa: un contratante “se obliga” a “entregar” una cosa determinada y el otro a pagar por ella un precio justo. 

La obligación del vendedor es la entrega y el saneamiento de la cosa objeto de la venta (art. 1461 Cc) y “se entenderá entregada la cosa vendida, cuando se ponga en poder y posesión del comprador” (art. 1462 Cc); pero, cuando se haga la venta mediante escritura pública, salvo que dijera o se dedujera otra cosa, el otorgamiento de ésta equivaldrá a la entrega de la cosa (art. 1462 Cc). El artículo 1463 Cc señala otras formas de entrega de los bienes muebles (desde la entrega de llaves al mero acuerdo o conformidad de las partes) y para los bienes inmateriales; y, cuando no sea posible, (art. 1464 Cc) se entenderá hecha la entrega por poner en poder del comprador los títulos de pertenencia o por el uso que haga de su derecho, consintiéndolo el vendedor.   

No faltan las sentencias de contenido tributario en este asunto. Así, por ejemplo: Atendiendo a los arts. 438, 1462 a 1464 Cc es relevante la transmisión de la posesión o titularidad, como “traditio” espiritualizada, por lo que transcurrieron más de dos años hasta que se transmitió la propiedad con la escritura (AN 26-10-15). En aplicación del art. 35 LIRPF, en la permuta de solar por construcción futura y atendiendo al RIRPF/04, con la “traditio” se materializa la exención sin que sea necesaria la entrega o recepción ni someterse al plazo de 2 años, aunque se entregue después, porque ya se había reinvertido (TS 16-7-20). Y también: Hubo ganancia en la transmisión de acciones en la aprobación judicial de convenio regulador porque ese documento produjo todos los efectos legales, “traditio ficta”, y es un documento público (AN 23-11-16). En la transmisión de inmueble al tiempo del documento privado, la sentencia aplicó la quasitraditio del art. 1464 Cc por el uso de su derecho por el comprador -se incluyó la finca en el activo- con consentimiento del vendedor que cedió la representación ante la Junta de Compensación y sin contabilizar el precio como ingreso a cuenta: la ganancia se produjo (TS 24-2-17). En un Taller de tributación gustan estas excursiones.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Agobio fiscal. Se une a la pandemia, a las borrascas. Y la informática y la telemática en vez de simplificar, han conducido a una ola masiva de requerimientos y más exigencias.

El cristiano sabe, vive y se recrea en la consciencia de que Dios es amor, que cristianismo es amar. “Queridísimos: amémonos unos a otros, porque el amor procede de Dios, y toto el que ama ha nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor. En este se manifestó entre nosotros el amor de Dios: en que Dios envió a su hijo Unigénito al mundo para que recibiéramos por Él la vida. En esto consiste el amor, no en que nosotros hayamos amado a Diios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados. Queridísimos: si Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos unos a otros” (1 Jn 4,7-11)

Del amor de Dios trata la parábola de los viñadores homicidas. “Escuchad esta parábola: Había un hombre, dueño de una propiedad, que plantó una viña, la rodeó de una cerca y cavó en ella un lagar, edificó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos de allí. Cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió a sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores agarraron a los siervos y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y a otro lo lapidaron. De nuevo envió a otros siervos más numerosos que los primeros, pero les hicieron lo mismo. Por último, les envió a su hijo, pensando: “A mi hijo lo respetarán”. Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: Éste es el heredero. Vamos, lo mataremos y nos quedaremos con su heredad”. Y lo agarraron y lo sacaron fuera de la viña y lo mataron- Cuando venga el amo de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores? …” (Mt 21, 33-40). ¡Tantos puntos para meditar! El cristiano necesita poco esfuerzo para verse retratado en su vida y en considerar su falta de correspondencia al amor de Dios.

Por la mente del cristiano desfilan los detalles del pasaje evangélico. El amor del dueño de la viña para prepararla con todo lo necesario para ser segura, confortable y fructífera; la muestra de confianza con los arrendatarios a los que no controla ni vigila hasta que llega el tiempo de los frutos; y, ante el trato -golpeados, lapidados, asesinados- que habían dado los labradores a los siervos que habían ido a recoger los frutos, no duda, sino que confía en ellos cuando decide enviar a su hijo; pero el trato al hijo es aún peor y la mala intención es manifiesta. El cristiano, identificado en su ingratitud, en su deslealtad, en sus olvidos de Dios, en sus abandonos, en sus desprecios a Dios que tanto lo ama, abrumado por la vergüenza, por el dolor, por la tristeza del “dolor de amor”, no sabe cómo, se agarra al recuerdo que le viene a la mente y oye las palabras de Cristo en la Cruz: Padre, perdónales porque no saben lo que hacen (Lc 23,34).  

“Desde que mi voluntad / está a la vuestra rendida, / conozco yo la medida / de la mejor libertad / Venid, Señor, y tomad / las riendas de mi albedrío; / de vuestra mano me fío / y a vuestra mano me entrego, / que es poco lo que me niego / si yo soy vuestro y vos mío. / A fuerza de amor humano / me abraso en amor divino. / La santidad es camino / que va de mí hacia mi hermano. / Me di sin tender la mano / para cobrar el favor; / me di en salud y en dolor / a todos, y de tal suerte / que me ha encontrado la muerte / sin nada más que el amor” (Cristina de Arteaga).

LA HOJA SEMANAL

(del 25 al 30 de enero) (año de san José)

Lunes (25)

Conversión de san Pablo (Acaba el Octavario para la Unión de las Iglesias)
Palabras: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio” (Mc 16,15)
Reflexión: El que crea y se bautice se salvará
Propósito, durante el día: Señor, aumenta nuestra fe

Martes (26)

Santos Timoteo y Tito, obispos (3ª TO)
Palabras: “Decid: Está cerca de vosotros el reino de Dios” (Lc 10,9)
Reflexión: Los mandó de dos en dos delante de él a donde pensaba ir
Propósito, durante el día: Señor, cerca de Ti, acercando a Ti

Miércoles (27)

Santa Ángela de Mérici, virgen y fundadora (3ª TO)
Palabras: “Salió el sembrador… los afanes de la vida, la seducción… (Mc 4,3)
Reflexión: Los que escuchan la palabra son la tierra buena que da mucho fruto
Propósito, durante el día: Señor que sea buena tierra, que de el fruto que Tú deseas

Jueves (28)

Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia (3ª TO)
Palabras: “La medida que uséis, la usarán con vosotros” (Mc 4,24)
Reflexión: Al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene
Propósito, durante el día: Todo lo mío es tuyo, a Ti lo torno; dispón de mí

Viernes (29)

San Valerio de Zaragoza, obispo (3ª TO) (día de penitencia)
Palabras: “… Un grano de mostaza, al sembrarlo es la semilla más pequeña (Mc 4,31)
Reflexión: … pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas…”
Propósito, durante el día: Danos, Señor, fe y fidelidad, esperanza y confianza y amor

Sábado (30)

Santa Jacinta Mariscotti, virgen (3ª TO)
Palabras: “Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?” (Mc 4,38)
Reflexión: Estaba dormido en popa; se puso en pie e increpó al viento, que cesó
Propósito, durante el día: Madre quiere decir amor, cariño, preocupación por sus hijos

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 24, domingo (3º TO, ciclo B, año impar; san Francisco de Sales) nos llaman a seguir a Jesucristo con decisión, en cuanto nos llame y a lo que nos llame: “Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor” (Jon 3); “Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante… la representación de este mundo se termina” (1 Co 7); “Inmediatamente, dejaron las redes y lo siguieron” (Mc 1). Los encuentros diarios con Dios son así: Tú lo quieres, yo también. Pedir ayuda a la Madre y a san José, y adelante,

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Hermanos y hermanas, frente a la llamada del Señor, que puede llegar a nosotros de mil maneras, también a través de personas, de acontecimientos, tanto alegres como tristes, nuestra actitud a veces puede ser de rechazo —“No...Tengo miedo...—, rechazo porque nos parece que contrasta con nuestras aspiraciones y también de miedo, porque la consideramos demasiado exigente e incómoda. “Oh, no, no lo conseguiré, mejor que no, mejor una vida más tranquila... Dios allí y yo aquí”. Pero la llamada de Dios es amor, tenemos que intentar encontrar el amor que hay detrás de cada llamada, y a ella se responde solo con amor. Este es el lenguaje: la respuesta a una llamada que viene del amor es solo el amor. Al principio hay un encuentro, precisamente, el encuentro con Jesús, que nos habla del Padre, nos da a conocer su amor. Y entonces, espontáneamente, brota también en nosotros el deseo de comunicarlo a las personas que amamos: “He encontrado el Amor”, “he encontrado al Mesías”, “he encontrado a Dios”, “he encontrado a Jesús” “he encontrado el sentido de mi vida”. En una palabra: “He encontrado a Dios”. (Angelus, 17 de enero de 2021)

- “Rezar significa luchar por la unidad. Sí, luchar, porque nuestro enemigo, el diablo, como dice la palabra misma, es el divisor. Jesús pide la unidad en el Espíritu Santo, hacer unidad. El diablo siempre divide, porque es conveniente para él dividir. Él insinúa la división, en todas partes y de todas las maneras, mientras que el Espíritu Santo hace converger en unidad siempre. El diablo, en general, no nos tienta con la alta teología, sino con las debilidades de nuestros hermanos. Es astuto: engrandece los errores y los defectos de los otros, siembra discordia, provoca la crítica y crea facciones. El camino de Dios es otro: nos toma como somos, nos ama mucho, pero nos ama como somos y nos toma como somos; nos toma diferentes, nos toma pecadores, y siempre nos impulsa a la unidad. Podemos hacer una verificación sobre nosotros mismos y preguntarnos si, en los lugares en los que vivimos, alimentamos la conflictividad o luchamos por hacer crecer la unidad con los instrumentos que Dios nos ha dado: la oración y el amor. Sin embargo, alimentar la conflictividad se hace con el chismorreo, siempre, hablando mal de los otros. El chismorreo es el arma que el diablo tiene más a mano para dividir la comunidad cristiana, para dividir la familia, para dividir los amigos, para dividir siempre. El Espíritu Santo nos inspira siempre la unidad.” (Audiencia general, 20 de enero de 2021)

- “Padre en la valentía creativa. De una lectura superficial de estos relatos se tiene siempre la impresión de que el mundo esté a merced de los fuertes y de los poderosos, pero la “buena noticia” del Evangelio consiste en mostrar cómo, a pesar de la arrogancia y la violencia de los gobernantes terrenales, Dios siempre encuentra un camino para cumplir su plan de salvación. Incluso nuestra vida parece a veces que está en manos de fuerzas superiores, pero el Evangelio nos dice que Dios siempre logra salvar lo que es importante, con la condición de que tengamos la misma valentía creativa del carpintero de Nazaret, que sabía transformar un problema en una oportunidad, anteponiendo siempre la confianza en la Providencia.” (Cart. Ap. “Patris corde”)

(24.01.21)  

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