LO TRIBUTARIO (nº 600)

Fuentes del Derecho (35): ¿derecho al trámite de audiencia?

Establece el artículo 34.1 LGT que constituyen derechos de los “administrados tributarios”, entre otros: … m) Derecho a ser oído en el trámite de audiencia, en los términos previstos en esta ley”. Pero, curiosamente, “en esta ley” lo que se regula (art. 99.8) LGT es que en los procedimientos tributarios “se puede prescindir del trámite de audiencia” previo a la propuesta de resolución cuando se suscriban actas con acuerdo o cuando en las normas reguladores del procedimiento esté previsto un trámite de alegaciones posterior a dicha propuesta, en cuyo caso el expediente se pondrá de manifiesto en el trámite de alegaciones que no podrá tener una duración inferior a 10 días ni superior a 15 días.

Tan peculiar referencia de la LGT a sí misma necesita, claro, el remedio de la Ley 39/2015, PAC, que establece (art. 82) que, instruido el procedimiento e inmediatamente antes de redactar la propuesta de resolución, se pondrá de manifiesto a los interesados o a sus representantes que, en un plazo no inferior a 10 días ni superior a 15, podrán alegar y presentar los documentos y justificaciones que ellos estimen pertinentes. Si antes del vencimiento del plazo manifiestan que no efectuarán alegaciones ni aportarán nuevos documentos o justificaciones, se tendrá por realizado el trámite. Se podrá prescindir del trámite de audiencia cuando no figuren en el procedimiento ni sean tenidos en cuenta en la resolución otros hechos ni otras alegaciones y pruebas que las aducidas por el interesado. Estas dos últimas previsiones se recogen también en el art. 96.2 y 3 RAT. Esta regulación del trámite de audiencia se debe poner en relación con el artículo 76 LPAC que regula las alegaciones estableciendo que los interesados pueden, en cualquier momento del procedimiento anterior al trámite de audiencia, aducir alegaciones y aportar documentos u otros elementos de juicio que deberán ser tenidos en cuenta al redactar la correspondiente propuesta de resolución.

El artículo 96 RD 1065/2007 RAT, dice que durante el trámite de audiencia: a) se pondrá de manifiesto al administrado el expediente que incluirá las actuaciones realizadas, todos los elementos de prueba que obren en poder de la Administración y los informes emitidos por otros órganos; b) y se incorporarán las alegaciones y documentos que los administrados tienen derecho a presentar en cualquier momento anterior al trámite de audiencia y que serán tenidos en cuenta al redactar la correspondiente propuesta de resolución o de liquidación. En este trámite el interesado puede: obtener copia de los documentos del expediente, aportar nuevos documentos y justificantes y efectuar las alegaciones que estime oportunas. Si se prescinde del trámite de audiencia porque en el procedimiento hay un trámite de alegaciones posterior a la propuesta de resolución o liquidación, la Administración notificará al interesado dicha propuesta para que efectúe las alegaciones que considere oportunas. Una vez realizado el trámite de audiencia o, en su caso, el de alegaciones no se puede incorporar al expediente más documentación acreditativa de hechos, salvo que fuera imposible hecho antes. Concluido el trámite de audiencia el órgano que instruye valora las alegaciones efectuadas y eleva la propuesta de resolución al órgano competente para resolver.

En la audiencia se examina el expediente y se alega sobre su contenido y sobre el procedimiento; pero, a veces, no consta todo el contenido (asignación, denuncias…).

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Se mantiene los plazos para autoliquidar el IRPF porque así se devolverá antes a los que pagaron a cuenta de más. Bastaba aumentar el plazo para los que les resulta a ingresar.

Quinta semana de Cuaresma. La llamada “semana de Pasión”, previa a la Semana Santa. El cristiano puede aprovechar estos días para llenarse de piedad en el amor a Dios y en la entrega amorosa de su Hijo Jesucristo para la salvación de muchos. “Seis días antes de la Pascua, marchó a Betania, donde estaba Lázaro al que Jesús había resucitado de entre los muertos. Allí le prepararon una cena. María servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con Él. María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume. Dijo Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo iba a entregar: - ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?” (Jn 12, 1-5). He aquí un cuadro completo de personajes para poder situarnos, sucesivamente, en el lugar de cada uno y trasladando el sentimiento a nuestras actuales circunstancias: el amor a Jesús, por entero, para siempre, sin condiciones, manifiesto y testimonial; servir a Jesús y por Jesús; acompañar a Jesús agradecidos por todos sus beneficios incluidos los que ignoramos; el temor de los respetos humanos, las manifestaciones para figurar, la hipocresía espiritual…

Los “cantos del siervo” del profeta ayudan a la meditación de los dolores de la Pasión: “He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, y mis mejillas a quienes me arrancaban la barba. No he ocultado mi rostro a las afrentas y salivazos” (Is 50,6). “Como muchos se horrorizaron de él -tan desfigurado estaba, que no tenía aspecto de hombre ni apariencia de ser humano- …” (Is 52,14). “No hay en él parecer, no hay hermosura que atraiga nuestra mirada, ni belleza que nos agrade en él. Despreciado y rechazado de los hombres, varón de dolores y experimentado en el sufrimiento; como de quien se oculta el rostro, despreciado, ni le tuvimos en cuenta. Pero él tomó sobre sí nuestras enfermedades, cargó con nuestros olores y nosotros lo tuvimos por castigado, herido de Dios y humillado. Pero él fue traspasado por nuestras iniquidades, molido por nuestros pecados. El castigo, precio de nuestra paz, cayó sobre él, por sus llagas hemos sido curados…” (Is 53, 2-5). Parece imposible leer esto y no llorar con el corazón.

“Ten misericordia de mí, Dios mío, según tu bondad, según tu inmensa compasión borra mi delito. Lávame por completo de mi culpa y purifícame de mi pecado. Pues yo reconozco mi delito y mi pecado está de continuo ante mí. Contra Ti, contra Ti, yo solo pequé y he hecho lo que es malo a tus ojos. Por eso has sido justo en tu sentencia, has tenido razón en tu juicio … Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva en mi interior un espíritu firme. No me arrojes de tu presencia, ni me retires tu santo espíritu. Devuélveme el gozo de tu salvación y afírmame con un espíritu noble” (salmo 51,1-6.12-14). “Hazme caminar en tu fidelidad, instrúyeme, pues Tú eres mi Dios salvador y en Ti espero todo el día. Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor que son eternos” (salmo 25,5 y 6). Con un corazón contrito, esperanzado, pedimos a Dios perdón y gracia.

Y, adelantando hasta llegar al final del suplicio en la Cruz, el alma recuerda: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen” (Lc 23,34). Y se abraza a nuestra Madre.

LA HOJA SEMANAL
(del 30 y 31 de marzo al 4 de abril)

Lunes 30

San Juan Clímaco, obispo (5ª de Cuaresma)
Palabras: “Tampoco yo te condeno … (Jn 8,11)
Reflexión: … Anda y en delante no peques más
Propósito, durante el día: Gracias, perdóname y ayúdame, Dios mío

Martes (31)

San Benjamín, diácono (5ª de Cuaresma)
Palabras: “Yo no soy de este mundo” (Jn 8,23)
Reflexión: Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre
Propósito, durante el día: Mándame ir a Ti para que con tus santos te alabe

Miércoles (1)

San Venancio, obispo (5ª de Cuaresma)
Palabras: “La verdad os hará libres” (Jn 8,32)
Reflexión: “Si Dios fuera vuestro Padre me amaríais”
Propósito, durante el día: Padre nuestro, venga tu reino, hágase tu voluntad

Jueves (2)

San Francisco de Paula, ermitaño y fundador (5ª de Cuaresma)
Palabras: “Quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre” (Jn 8,51)
Reflexión: “Antes de que naciera Abrahán, existo yo”
Propósito, durante el día: Por Ti soy. Tuyo soy. Para Ti soy. Dispón de mí

Viernes (3)

Nuestra Señora al Pie de la Cruz (5ª de Cuaresma; antes, Viernes de Dolores)
Palabras: “El Padre está en mí y yo en el Padre” (Jn 10,38)
Reflexión: Se marchó al otro lado del Jordán. Y muchos creyeron en él allí
Propósito, durante el día: Dios es mi padre. Soy hijo de Dios

Sábado (4)

San Francisco Marto, niño (5ª de Cuaresma)
Palabras: “Y aquel día decidieron darle muerte” (Jn 11,53)
Reflexión: Jesús se retiró a Efraín y pasaba allí el tiempo con los discípulos
Propósito, durante el día: Madre mía, no me te alejes, tus ojos de mi no apartes

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 29, domingo (5º de Cuaresma, ciclo A; antigua semana de Pasión) nos preparan para la Pasión y Muerte de Jesús iluminándonos con la esperanza de la resurrección: “Os infundiré mi espíritu y viviréis; … y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago” (Ez 37); “El que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús, vivificará también vuestros cuerpos” (Rm 8); “¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?” (Jn 11). Semana de Pasión: Ramos, Eucaristía, Cruz, Resurrección. Mucha fe.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “El pecado es como un oscuro velo que cubre nuestro rostro y nos impide ver con claridad tanto a nosotros como al mundo; el perdón del Señor quita esta capa de sombra y tiniebla y nos da una nueva luz. Que la Cuaresma que estamos viviendo sea un tiempo oportuno y valioso para acercarnos al Señor, pidiendo su misericordia, en las diversas formas que nos propone la Madre Iglesia.

El ciego curado, que ahora ve, sea con los ojos del cuerpo que con los del alma, es una imagen de cada bautizado que, inmerso en la Gracia, ha sido arrebatado a las tinieblas y puesto bajo la luz de la fe. Pero no es suficiente “recibir” la luz: hay que “convertirse en luz”. Cada uno de nosotros está llamado a acoger la luz divina para manifestarla con toda su vida. Los primeros cristianos, los teólogos de los primeros siglos, decían que la comunidad de los cristianos, es decir, la Iglesia, es el “misterio de la luna”, porque daba luz, pero no era una luz propia, era la luz que recibía de Cristo. Nosotros también debemos ser el “misterio de la luna”: dar la luz recibida del sol, que es Cristo, el Señor.” (Angelus, día 22 de marzo de 2020)

- “Todo ser humano está llamado por Dios a disfrutar de la plenitud de la vida; y por estar confiado a la preocupación maternal de la Iglesia, toda amenaza a la dignidad y la vida humanas no puede por menos que repercutir en su corazón, en sus "entrañas" maternales. La defensa de la vida para la Iglesia no es una ideología, es una realidad, una realidad humana que involucra a todos los cristianos, precisamente en cuanto cristianos y en cuanto humanos. Los ataques contra la dignidad y la vida de las personas continúan lamentablemente incluso en nuestra época, que es la época de los derechos humanos universales; todavía más nos enfrentamos a nuevas amenazas y a nuevas esclavitudes, y no siempre las legislaciones protegen la vida humana más débil y vulnerable.” (Audiencia general, día 25 de marzo de 2020)

- “Abrazar su Cruz es animarse a abrazar todas las contrariedades del tiempo presente, abandonando por un instante nuestro afán de omnipotencia y posesión para darle espacio a la creatividad que sólo el Espíritu es capaz de suscitar. Es animarse a motivar espacios donde todos puedan sentirse convocados y permitir nuevas formas de hospitalidad, de fraternidad y de solidaridad. En su Cruz hemos sido salvados para hospedar la esperanza y dejar que sea ella quien fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos posibles que nos ayuden a cuidarnos y a cuidar. Abrazar al Señor para abrazar la esperanza. Esta es la fuerza de la fe, que libera del miedo y da esperanza.

“¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?”. Queridos hermanos y hermanas: Desde este lugar, que narra la fe pétrea de Pedro, esta tarde me gustaría confiarlos a todos al Señor, a través de la intercesión de la Virgen, salud de su pueblo, estrella del mar tempestuoso. Desde esta columnata que abraza a Roma y al mundo, descienda sobre vosotros, como un abrazo consolador, la bendición de Dios. Señor, bendice al mundo, da salud a los cuerpos y consuela los corazones. Nos pides que no sintamos temor. Pero nuestra fe es débil y tenemos miedo. Mas tú, Señor, no nos abandones a merced de la tormenta. Repites de nuevo: “No tengáis miedo” (Mt 28,5). Y nosotros, junto con Pedro, “descargamos en ti todo nuestro agobio, porque Tú nos cuidas” (cf. 1 P 5,7).” (de la Oración del papa Francisco con motivo de la pandemia; día 27 de marzo de 2020)

(29.03.20)

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