LO TRIBUTARIO (nº 515)

Procedimientos tributarios (18): inspección (5): terminación

Aunque la ley se refiere a la terminación de las actuaciones inspectoras, lo cierto es que sólo regula el contenido y las clases de actas sin decir que no hay otra forma de terminación (las actuaciones de comprobación e investigación no prescriben según el artículo 66 bis LGT y ese procedimiento ni perece ni caduca). Pero: un procedimiento que no termina (que no tiene resolución definitiva) es manifiestamente contrario a un Estado de Derecho; y son indiscutiblemente contrarias a la seguridad jurídica (art. 9 CE) unas actuaciones infinitas porque mantienen la provisionalidad sin término o que, por su duración, van provocando prescripciones sucesivas del derecho a determinar de forma íntegra y definitivamente la obligación tributaria. Pero, de hecho, todo está asumido.

Las actas son documentos que contienen el resultado de las actuaciones inspectoras (art. 153 LGT) y deben contender, al menos, las siguientes indicaciones: lugar y fecha, identificación fiscal y domicilio fiscal del inspeccionado y, en su caso, de su representante; los elementos esenciales del hecho imponible o presupuesto de hecho atribuido al inspeccionado y los fundamentos de Derecho en que se basa la regularización; si procede regularizar y, en su caso, la propuesta de liquidación; indicación de los trámites posteriores y los recursos que procedan contra el acto de resolución y el órgano y plazo para su impugnación; y la opinión del actuario sobre si concurren o no indicios de comisión de infracciones. La ley habilita a la norma reglamentaria para incluir otros contenidos y el artículo 176 RAT se refiere a: la indicación de la fecha de inicio de actuaciones, su duración explicada, las alegaciones que se hubieran presentado durante el procedimiento o en el trámite de audiencia o sobre la valoración si se hubiera producido; la fecha de autorización en las actas con acuerdo; la situación de la contabilidad y registros cuando se deban llevar; y si la liquidación resultante debe ser definitiva o provisional, haciendo constar las circunstancias que determinan la provisionalidad y los elementos a los que se haya extendido la comprobación. Debería estar prohibido abandonar sin formalizar un acta.

Las actas pueden ser (art. 154 LGT): con acuerdo, de conformidad (art. 156 LGT) o de disconformidad (art. 157 LGT); si el inspeccionado o su representante se niega recibir o suscribir el acta, ésta se tramita como de disconformidad. Las actas con acuerdo (art. 155 LGT) contienen regularizaciones pactadas entre la Administración y el inspeccionado cuando se trata de aplicar conceptos jurídicos indeterminados o si resulta necesario apreciar los hechos o cuando sea preciso realizar estimaciones, valoraciones o mediaciones que no pueden cuantificarse de forma cierta. Tan peculiar justificación (porque esas mismas circunstancias se pueden producir en cualquier inspección) lleva a una propuesta que debe ser autorizada por el órgano competente y a que el inspeccionado firme el acta con manifestación expresa de su conformidad con todo el contenido, deposite un aval solidario suficiente y que no pueda impugnar ni la liquidación ni la sanción, salvo por nulidad de pleno derecho (art. 217 LGT) o en vía contenciosa por vicios en el consentimiento. Parecía otra cosa (un acuerdo para evitar litigios cediendo ambas partes), se reguló con tal intensidad que debería ser fácil la anulación (es difícil motivar la necesidad de “apreciar los hechos”), pero está generalizada. Nada sobre las actas “de comprobado y conforme”, sin regularización.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Dice la noticia que, cedida a las Comunidades Autónomas la potestad de crear impuestos para proteger el medio ambiente, se han creado tantos y son tan contradictorios, producen tanto daño a la igualdad, a la seguridad jurídica y a la competitividad, que constituyen una auténtica contaminación fiscal.

Resurrección del Señor. Mes de María. El cristiano rememora con la Madre de Dios, que es también Madre nuestra, lo ocurrido entonces y, aunque no se lea así en los Evangelios, cree que debió ser Ella la primera que tuvo constancia real de Jesús con su cuerpo glorioso y tangible: lo vio, lo besó, lo abrazó y seguramente, como hace una madre cuando regresa su hijo después de una angustiosa travesía vital, repasó con detalle aquel cuerpo humano que engendró en su seno, que cuidó en su infancia, que atendió en su juventud y que siguió con su corazón en los tres años de vida pública. Hasta acompañarlo, junto a la Cruz, transida de dolor, en la soledad del Calvario. Ya lo tiene a su lado. Es Él.

Los cristianos, en la Pascua de Resurrección, sustituyen el rezo del “Angelus” por el alegre “Regina coeli”: Reina coeli laetare, alleluia. Quia quem meruisti portare, alleluia, Resurrexit sicut dixit, alleluia. Ora pro nobis Deum, alleluia. Gaude et laetare Virgo María, alleluia. Quia surrexit Dominus vere, alleluia (Reina del cielo, alégrate, aleluya. Porque el que mereciste llevar, aleluya. Ha resucitado según predijo, aleluya. Ruega por nosotros a Dios, aleluya. Gózate y alégrate, Virgen María, aleluya. Porque ha resucitado verdaderamente el Señor, aleluya). Y la oración: “Oh Dios, que te has dignado alegrar el mundo por la resurrección de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, concédenos que, por la mediación de la Virgen María, alcancemos los gozos de la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén”

No se cae de los labios del cristiano el alegre canto: ¡Aleluya, ha resucitado! Y no se aparta de la memoria los encuentros con Jesús resucitado: “Pasado el sábado, al alborear el día siguiente, marcharon María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro… Ellas partieron al instante del sepulcro con temor y una gran alegría, y corrieron a dar la noticia a los discípulos. De pronto Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se acercaron, abrazaron sus pies y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: - No tengáis miedo; id y anunciad a mis hermanos que vayan a Galilea: allí me verán” (Mt 28,1. 8-10).

Cuántas palabras para meditar: “al alborear”, sin pérdida de tiempo, el amor no puede esperar, acudir a Dios que está junto a mí en el trabajo, en el camino, en el estudio, que me espera en el Sagrario; “con una gran alegría”, porque he sentido la presencia de Dios a mi lado, porque he podido hablarle sin palabras y escucharle en el silencio; “Jesús les salió al encuentro”, una vez más, como tantas veces durante el día y en la vida: Jesús sale al encuentro, aunque lo hayamos olvidado, aunque hayamos separado de nosotros en esa ocasión, en ese proceder, en esa omisión; “no tengáis miedo”, porque Dios es Amor, porque Dios es misericordioso y pone su corazón en mi miseria, porque Dios es clemente y perdona cuando pongo a mi yo sobre su amor. Y tantas palabras más: “se acercaron” a Jesús, abrazaron sus pies, le adoraron. ¡Buen Jesús que te quiera como Tú quieres que te quiera!

¡Salve Madre, en la tierra de mis amores, te saludan los cantos que alza el amor!

LA HOJA SEMANAL
(del 13 al 18 de mayo)

Lunes (13)

Nuestra Señora de Fátima (4ª de Pascua, mes de María)
Palabras: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas” (Jn 10,11)
Reflexión: Conozco a las mías y las mías me conocen
Propósito, durante el día: A Jesús se va y “se vuelve” por María

Martes (14)

San Matías, apóstol (mes de María)
Palabras: “No sois vosotros los que me habéis elegido, … (Jn 15,16)
Reflexión: … soy yo quien os he elegido y os he destinado…”
Propósito, durante el día: Madre nuestra, muéstranos a Jesús

Miércoles (15)

San Isidro, labrador (4ª de Pascua; mes de María)
Palabras: “El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado” (Jn 12,44)
Reflexión: El que me rechaza y no acepta mis palabras, tiene quien lo juzgue
Propósito, durante el día: Madre de misericordia, abogada nuestra, ruega por nosotros

Jueves (16)

San Simón Stock, presbítero (4ª de Pascua; mes de María)
Palabras: “El que recibe a mi enviado, me recibe a mí” (Jn 13,20)
Reflexión: Yo sé bien a quien he elegido
Propósito, durante el día: Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros

Viernes (17)

San Pascual Bailón, religioso (4ª de Pascua; mes de María)
Palabras: “Para que donde yo estoy, estéis también vosotros (Jn 14,3)
Reflexión: Yo soy el camino, la verdad y a vida
Propósito, durante el día: Consoladora de los afligidos, ruega por nosotros

Sábado (18)

San Juan I, papa y mártir (4º de Pascua, mes de María)
Palabras: “Lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré” (Jn 14,13)
Reflexión: Quien me ha visto a mí ha visto al Padre
Propósito, durante el día: Madre, ruega por nosotros ahora y en la hora de la muerte

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 12, domingo (4º de Pascua, ciclo C) nos llenan de alegría porque Dios está con nosotros: “Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor” (Hech 13); “Porque el Cordero que está delante del trono será su pastor, y los conducirá fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos” (Ap 7); “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna” (Jn 10). A Jesús por María, con María al cielo.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Con estas palabras, los cristianos —ortodoxos y católicos— de estas tierras de Bulgaria se saludan desde tiempos antiguos durante el tiempo pascual: “Christos vozkrese!”. Dichas palabras expresan la gran alegría por la victoria de Jesucristo sobre el mal y sobre la muerte. Son una afirmación y un testimonio del corazón de nuestra fe: Cristo vive. Él es nuestra esperanza y la más hermosa juventud del mundo. Todo lo que Él toca se hace nuevo, se llena de vida. Por eso, las primeras palabras que quiero dirigir a cada uno de vosotros son: ¡Él vive y te quiere vivo! Él está en ti, Él está contigo y nunca te deja. Él camina contigo. Por más que te alejes, junto a ti está el Resucitado, llamándote continuamente y esperándote para volver a empezar. Él no tiene miedo de recomenzar: nos da siempre la mano para recomenzar, para levantarnos y recomenzar. Cuando te sientas avejentado por la tristeza –la tristeza envejece–, los rencores, los miedos, las dudas o los fracasos, Él estará allí para devolverte la fuerza y la esperanza (cf. Exh. apost. postsin. “Christus vivit”, 1-2). Él vive, te quiere vivo y camina contigo.” (Regina Coeli, plaza san Alejandro Nevsky, Sofía, Bulgaria, el día 5 de mayo de 2019)

- “Presos de la virtualidad hemos perdido el gusto y el sabor de la realidad. Digámoslo con fuerza y sin miedo: tenemos hambre, Señor. Tenemos hambre, Señor, del pan de tu Palabra capaz de abrir nuestros encierros y soledades. Tenemos hambre, Señor, de fraternidad para que la indiferencia, el descrédito, la descalificación no llenen nuestras mesas y no tomen el primer puesto en nuestro hogar. Tenemos hambre, Señor, de encuentros donde tu Palabra sea capaz de elevar la esperanza, despertar la ternura, sensibilizar el corazón abriendo caminos de transformación y conversión.” (Homilía, misa en la plaza Macedonia, en Skopie, Macedonia del Norte, el día 7 de mayo de 2019)

- “127. Si Él vive eso es una garantía de que el bien puede hacerse camino en nuestra vida, y de que nuestros cansancios servirán para algo. Entonces podemos abandonar los lamentos y mirar para adelante, porque con Él siempre se puede. Esa es la seguridad que tenemos. Jesús es el eterno viviente. Aferrados a Él viviremos y atravesaremos todas las formas de muerte y de violencia que acechan en el camino.

128. Cualquier otra solución será débil y pasajera. Quizás servirá para algo durante un tiempo, y de nuevo nos encontraremos desprotegidos, abandonados, a la intemperie. Con Él, en cambio, el corazón está arraigado en una seguridad básica, que permanece más allá de todo. San Pablo dice que él quiere estar unido a Cristo para “conocer el poder de su resurrección” (Flp 3,10). Es el poder que se manifestará una y otra vez también en tu existencia, porque Él vino para darte vida, “y vida en abundancia” (Jn10,10).

129. Si alcanzas a valorar con el corazón la belleza de este anuncio y te dejas encontrar por el Señor; si te dejas amar y salvar por Él; si entras en amistad con Él y empiezas a conversar con Cristo vivo sobre las cosas concretas de tu vida, esa será la gran experiencia, esa será la experiencia fundamental que sostendrá tu vida cristiana. Esa es también la experiencia que podrás comunicar a otros jóvenes. Porque “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.” (Exh. Ap. postsinodal “Christus vivit”)

(12.05.19)

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