LO TRIBUTARIO (nº 513)

Procedimientos tributarios (17): de inspección (4): desarrollo

El procedimiento de inspección tiene como finalidad comprobar la situación tributaria de un determinado administrado respecto de un determinado concepto tributario con referencia a un determinado período temporal. Esas determinaciones -el alcance- deben constar en la comunicación de iniciación de actuaciones (arts. 147 y 148 LGT), pero pueden modificarse a lo largo del procedimiento con la debida comunicación formal al inspeccionado, por acuerdo del órgano competente debidamente motivado (art. 178 RAT) o si así lo solicita el inspeccionado (art. 179 RAT).

- La ley regula el lugar de las actuaciones (art. 151 LGT) que, indistintamente, puede ser: donde el inspeccionado tenga su domicilio fiscal o en el domicilio, despacho u oficina del representante; donde se realicen total o parcialmente las actividades; donde exista alguna prueba, al menos parcial, del hecho imponible o del supuesto de hecho de la obligación tributaria; en las oficinas de la Administración cuando los elementos sobre los que hayan de realizarse las actuaciones puedan ser examinados allí. Los inspectores se pueden personar sin comunicación previa en la empresa, oficina, dependencia, instalaciones o almacenes, entendiéndose las actuaciones con el inspeccionado o con el encargado o responsable de los locales (con los límites señalados en el art. 113 respecto del domicilio; y en el art. 142.2 LGT, respecto de fincas, locales de negocios y otros establecimientos o lugares). Los libros y demás documentación que se puede requerir y examinar (art. 142.1 LGT), se deben examinar en el domicilio, local, despacho u oficina del inspeccionado, en presencia del mismo o de persona que autorice y salvo que él consienta su examen en las oficinas públicas. Los inspectores podrán analizar en las oficinas públicas las copias en cualquier soporte de dichos libros o documentos.

En la práctica hay aspectos especialmente relevantes a considerar. Se echa de menos lo que establecía el RD 939/1986, RGIT respecto de lo que se podía requerir que se aportara a las oficinas públicas (art. 21) señalando que la documentación a aportar debería ser “de volumen notoriamente reducido” (los excesos pueden constituir desviación de poder: art. 48 Ley 39/2015, LPA). Del mismo modo, es conveniente recordar que la contabilidad se debe examinar en el domicilio de la empresa y que si se presenta en las oficinas públicas puede constituir negligencia que se deje en ellas. Los registros y documentos, y los justificantes, (art. 136.2.c) LGT) exigidos por la normativa tributaria se puede exigir que se aporten a las oficinas de la Administración “para su examen” de modo que sólo se podrían dejar allí con las suficientes garantías respecto de su desaparición o alteración de su contenido íntegro y estado de conservación. Estas consideraciones se deben poner en relación con las excepciones reglamentariamente establecidas (art. 151.5 LGT y art. 174 RAT)

- El artículo 152 LGT establece que: las actuaciones inspectoras que se desarrollen en las oficinas públicas se harán dentro del horario de apertura al público y dentro de la jornada de trabajo vigente; si se desarrollaran en locales del inspeccionado se respetará la jornada laboral de la oficina o de la actividad que allí se realice, salvo que se decida otras horas o días de común acuerdo; cuando las circunstancias lo exijan se podrá actuar en otros días u horas (art. 182 RAT). Las actuaciones se deben practicar cuando menos perturben y adecuadas a las circunstancias (art. 151.6 LGT y art. 180.4 RAT)

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Dice la noticia que el Gobierno espera recaudar 5.654 millones de euros por la nueva imposición sobre las empresas. Pero seremos las personas los que tributaremos.

Pascua de Resurrección. Mes de mayo, mes de María. El cristiano, cualesquiera que sean las circunstancias, recorre este mes el camino de la vida con alegría en el alma y cantando con el corazón. En esta vida no se puede encontrar situación mejor: Jesús ha resucitado. María está con nosotros: “Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte de los Olivos, que está cerca de Jerusalén a la distancia de un camino permitido el sábado. Y cuando llegaron subieron al Cenáculo donde vivían Pedro, Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago de Alfeo y Simón el Zelotes, y Judas el de Santiago. Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y con María, la Madre de Jesús, y sus hermanos” (Hechos 1,12-14)

En este tiempo de Pascua el cristiano saborea las palabras cuando, despacio, atento a lo que dice, da gracias a Dios: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los cielos, / ya que en él nos eligió antes de la creación del mundo para que fuésemos santos y sin mancha en su presencia, por el amor; / nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo conforme al beneplácito de su voluntad para alabanza y gloria de su gracia, con la cual nos hizo gratos en el Amado; / en quien mediante su sangre, tenemos la redención, el perdón de los pecados, según las riquezas de su gracia, que derramó sobre nosotros sobreabundantemente con toda sabiduría y prudencia. / Nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según el benévolo designio que se había propuesto realizar mediante él y llevarlo a cabo en la plenitud de los tiempos: recapitular en Cristo todas las cosas, las de los cielos y las de la tierra” (Ef 1,3-10)

El cristiano se reconforta con el consejo de san Pablo: “Que desaparezca de vosotros toda amargura, ira, indignación, griterío o blasfemia y cualquier clase de malicia. Sed, por el contrario, benévolos unos con otros, compasivos, perdonándoos mutuamente como Dios os perdonó en Cristo. Imitad por tanto a Dios, como hijos queridísimos, y caminad en el amor, lo mismo que Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación y ofrenda de suave olor ante Dios” (Ef 4,31-32 y 5,1-2)

Y rebuscando en los himnos a la Virgen, el cristiano encuentra un precioso estribillo del himno “Iubilus aureus B.M.V”, compuesto entre los siglos XIII y XIV por un autor desconocido, cuya primera estrofa dice así: “Salve mater misericordiae, mater spei et mater veniae, mater Dei et mater gratiae, mater plena sanctae laetitiae (O María)”, que dice en español: “Salve, Madre de misericordia, Madre de esperanza y de perdón, Madre de Dios y de la gracia, Madre llena de alegría santa (Oh María)”. Sigue, luego: “Valle donde florecen los lirios de las virtudes y todo él destila la plenitud de las dichas más puras: alivia nuestras miserias, oh Madre santa, con el bálsamo de tus plegarias. (Oh María). Y: “Te creó el Padre ingénito, en Ti se ocultó el Unigénito, eres esposa fecunda del Paráclito: ensalcemos, pues, a la Trinidad desde lo más íntimo de nuestros corazones (Oh, María)”

Para la Virgen nunca faltan flores: “Con los rayos de luz que te inundan / los arcángeles besan tus pies; / las estrellas tu frente circundan / y hasta Dios complacido te ve.”

LA HOJA SEMANAL
(del 6 al 11 de mayo)

Lunes (6)

San Pedro Nolasco, presbítero y fundador (3ª Pascua, mes de María)
Palabras: “La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que Él ha enviado” (Jn 6,29)
Reflexión: Al ver la gente que no estaba Jesús se embarcaron y fueron en su busca
Propósito, durante el día: Que te busque, que te encuentre, que te trate, que te ame

Martes (7)

San Agustín Roscelli, presbítero y fundador (3ª Pascua, mes de María)
Palabras: “Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre … (Jn 6,35)
Reflexión: … y el que cree en mí nunca pasará sed”
Propósito, durante el día: Aleja de mí lo que me aparte de Ti

Miércoles (8)

San Acacio, mártir (3ª Pascua; Nª Sª de Luján, del Toro; mes de María)
Palabras: “Esta es la voluntad del que me ha enviado: (Jn 6,39)
Reflexión: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite…”
Propósito, durante el día: Mándame ir a Ti para que con tus santos te alabe

Jueves (9)

Santa Luisa de Marillac, fundadora (3ª Pascua; mes de María)
Palabras: “Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna” (Jn 6,47)
Reflexión: “Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo”
Propósito, durante el día: Alma de Cristo, santifícame; Cuerpo de Cristo, sálvame

Viernes (10)

San Juan de Ávila, presbítero y doctor de la Iglesia (3ª Pascua; mes de María)
Palabras: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna” (Jn 6,54)
Reflexión: “El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él”
Propósito, durante el día: Oh, mi buen Jesús, óyeme, dentro de tus llagas escóndeme

Sábado (11)

San Mamerto, obispo (3ª Pascua; Nª Sª de Argame; mes de María)
Palabras: “Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás… (Jn 6,66)
Reflexión: y no volvieron a ir con él”
Propósito, durante el día: Madre, llévame a Jesús; que no me aparte de vosotros

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 5, domingo, (3º de Pascua, ciclo C), traen aromas de Resurrección: “El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero” (Hech 5); “Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos” (Ap 5); “Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: -¡Es el Señor!” (Jn 21,9). En penas y alegrías, en las preocupaciones, en la tarea de cada día, que no calle el alma: ¡Ha resucitado! ¡Aleluya!

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “124. Pero hay una tercera verdad, que es inseparable de la anterior: ¡Él vive! Hay que volver a recordarlo con frecuencia, porque corremos el riesgo de tomar a Jesucristo sólo como un buen ejemplo del pasado, como un recuerdo, como alguien que nos salvó hace dos mil años. Eso no nos serviría de nada, nos dejaría iguales, eso no nos liberaría. El que nos llena con su gracia, el que nos libera, el que nos transforma, el que nos sana y nos consuela es alguien que vive. Es Cristo resucitado, lleno de vitalidad sobrenatural, vestido de infinita luz. Por eso decía san Pablo: “Si Cristo no resucitó vana es la fe de ustedes” (1 Co 15,17).

125. Si Él vive, entonces sí podrá estar presente en tu vida, en cada momento, para llenarlo de luz. Así no habrá nunca más soledad ni abandono. Aunque todos se vayan Él estará, tal como lo prometió: “Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28,20). Él lo llena todo con su presencia invisible, y donde vayas te estará esperando. Porque Él no sólo vino, sino que viene y seguirá viniendo cada día para invitarte a caminar hacia un horizonte siempre nuevo.

126. Contempla a Jesús feliz, desbordante de gozo. Alégrate con tu Amigo que triunfó. Mataron al santo, al justo, al inocente, pero Él venció. El mal no tiene la última palabra. En tu vida el mal tampoco tendrá la última palabra, porque tu Amigo que te ama quiere triunfar en ti. Tu salvador vive.” (Exh. Ap. postsinodal “Christus vivit”)

- “Todos nosotros necesitamos de la misericordia, lo sabemos. Acerquémonos a Jesús y toquemos sus llagas, en nuestros hermanos que sufren. Las heridas de Jesús son un tesoro: de ellas brota la misericordia. Seamos valerosos y toquemos las llagas de Jesús. Con estas llagas está delante del Padre y se las enseña, como si dijera «Padre, este es el precio, estas llagas son lo que yo he pagado por mis hermanos». Con sus llagas Jesús intercede ante el Padre. Nos da la misericordia si nos acercamos e intercede por nosotros. No olvidéis las llagas de Jesús.” (Regina coeli, día 28 de abril de 2019)

- “En el momento de la agonía, Dios pide al hombre que no lo abandone, y el hombre en cambio duerme. En el tiempo en que el hombre conoce su prueba, Dios en cambio vela. En los peores momentos de nuestras vidas, en los momentos más dolorosos, en los momentos más angustiosos, Dios vela con nosotros, Dios lucha con nosotros, siempre está cerca de nosotros. ¿Por qué? Porque es Padre. Así habíamos empezado la oración: Padre nuestro. Y un padre no abandona a sus hijos. Aquella noche de dolor de Jesús, de lucha, son el último sello de la Encarnación: Dios desciende para encontrarnos en nuestros abismos y en las tribulaciones que constelan la historia. Es nuestro consuelo en la hora de la prueba saber que ese valle, desde que Jesús lo cruzó, ya no está desolado, sino que está bendecido por la presencia del Hijo de Dios. ¡Él nunca nos abandonará!” (Audiencia general, día 1 de mayo de 2019)

(5.05.19)

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