LO TRIBUTARIO (nº 511)
Procedimientos tributarios (16): de inspección (3): iniciación
Aunque la regulación legal del procedimiento de inspección se refiere a la iniciación y desarrollo del mismo (Subsección 2ª de la Sección 2ª del Capítulo IV del Título III de la LGT) se puede comprobar la deficiencia en la regulación dela iniciación, la ausencia de regulación de la instrucción, desarrollo o tramitación, y la confusión al regular la terminación del procedimiento con artículos que lo que regulan son los documentos (actas) en los que se formaliza esa terminación. Hay que acudir al RD 1065/2007, RAT, para encontrar los preceptos idóneos: iniciación (art. 177), tramitación (art. 180) y terminación (art. 188). Y, aún así, hay excesos y carencias normativas.
- Antes de la iniciación del procedimiento es obligado referirse a la planificación de actuaciones inspectoras (art. 170 RAT) en cumplimiento del Plan de control tributario (art. 116 LGT). Se trata de la aprobación de planes parciales de inspección que se basarán (imperativamente) en criterios de riesgo fiscal, oportunidad, aleatoriedad u otros pertinentes. Como se puede apreciar, entre lo justificado (riesgo), lo discrecional (oportunidad) y lo arbitrario (aleatoriedad u otro criterio), la selección de contribuyentes a inspeccionar no tiene nada que ver con la seguridad jurídica. Ni siquiera en lo procedimental porque, establecida la aprobación anual de los planes de inspección con sus programas que especifiquen los ámbitos prioritarios y directrices de selección, tanto los planes, como los medios informáticos de tratamiento de información y los demás sistemas de selección tendrán carácter reservado, no serán objeto de publicidad o de comunicación ni se pondrán de manifiesto a los administrados ni a órganos ajenos ala aplicación de los tributos.
Lo que, en una primera aproximación parece razonable (no avisar con antelación a los que van a ser inspeccionados), se convierte en una situación jurídica manifiestamente mejorable si se considera que tampoco, concluidas las actuaciones y en la preparación de una disconformidad con la propuesta de liquidación contenida en el acta o de una impugnación de la producida, se puede conocer cual ha sido el motivo por el que se ha inspeccionado a una persona o entidad. La normativa al respecto ha decaído en garantías jurídicas desde el Real Decreto 939/1986, RGIT, y, en consecuencia, la doctrina de los tribunales también ha reflejado una evolución “pro Fisco”. Parece que no se ha tenido en cuenta que las potenciales irregularidades no consisten sólo ni siempre en causas de abstención o recusación, en los términos regulados en el Derecho Administrativo Común (art. 23 Ley 40/2015, RJSP), sino que también es posible que existan circunstancias políticas, religiosas, económicas, sociales, que determinen actuaciones individualizadas o colectivas no justificables de otro modo más allá de la arbitrariedad incluso subsanada, si fuese necesario, por una decisión superior y, a veces, posterior.
- El artículo 147 LGT regula que el procedimiento se inicia: de oficio o a petición del administrado (art. 149 LGT: en apariencia, porque el inspeccionado con alcance parcial, solo tiene derecho a “pedir” que sea general). Los inspeccionados deben ser informados al principio del procedimiento sobre la naturaleza (regularizar la situación tributaria) y alcance (concepto tributario, período objeto de inspección, carácter parcial o general de la inspección), así como de sus derechos y obligaciones en el curso de las actuaciones (una hoja con textos de la LGT). Si se atreve, puede “pedir” explicaciones escritas.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Un titular: “Se devolverá la soberanía a los contribuyentes”. ¿A los “obligados tributarios”? Eso no se consigue bajando impuestos, sino garantizando derechos.
El cristiano vive la alegría de la Pascua de Resurrección con el espíritu nuevo que le anima a caminar por el sendero de las ocupaciones habituales de cada día con el gozo que da sentir la el amor, la misericordia, la ternura de Dios. La Pascua de Resurrección hace nacer de nuevo, como le dijo Jesús a Nicodemo: “No te sorprendas de que te haya dicho que debéis nacer de nuevo… Tanto amó Dios al mundo que le entregó su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Pues Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él” (Jn 3,7.16-17)
La Pascua de Resurrección no es un tiempo que pasa, sino un reencuentro con Jesús que nos ha hablado, de corazón a corazón. Un reencuentro que lleva a descubrir que Jesús nos busca, se preocupa por nosotros, nos ayuda en nuestras necesidades: “Estaba allí un hombre que padecía una enfermedad desde hacía treinta y ocho años. Jesús, al verlo tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dijo: “- ¿Quieres curarte? El enfermo le contestó: - Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se mueve el agua; mientras voy, baja otro antes que yo. Le dijo Jesús: - Levántate, toma tu camilla y ponte a andar. Al instante aquel hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar … Después de esto lo encontró Jesús en el Templo y le dijo: - Mira, estás curado; no peques más para que no te ocurra algo peor” (Jn 5,5-9. 14)
- Un reencuentro que nos abre a la luz de la esperanza porque Jesús pasa a nuestro lado, nos mira, nos habla y nos anima a estar con Él en el cielo, para siempre: “Y al pasar vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento… Mientras estoy en el mundo soy luz del mundo. Dicho esto, escupió Jesús en el suelo, hizo lodo con la saliva, lo aplicó en sus ojos y le dijo: - Anda, lávate en la piscina de Siloé -que significa “Enviado”. Entonces fue, se lavó y volvió con vista… Oyó Jesús que le habían echado fuera, y cuando se encontró con él le dijo: - ¿Crees tú en el Hijo del Hombre? - ¿Y quién es, Señor, para que crea en él? - respondió. Le dijo Jesús: - Si lo has visto el que está hablando contigo, ése es. Y él exclamo: - Creo, Señor – y se postró ante él” (Jn 9,1.5-7. 35-38)
- Un reencuentro que hace mirar de otro modo la vida, aunque parezca siempre igual: “Estaba allí el pozo de Jacob. Jesús fatigado del camino se había sentado en el pozo. Era más o menos la hora sexta. Vino una mujer de Samaría a sacar agua. Jesús le dijo: -Dame de beber – sus discípulos se habían marchado a la ciudad a comprar alimentos… -Todo el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed nunca más, sino que el agua que yo le daré se hará en él fuente de agua que salta hasta la vida eterna. – Señor, dame de esa agua, para que no tenga sed ni tenga que venir hasta aquí a sacarla – le dijo la mujer… La mujer dejó su cántaro, fue a la ciudad y le dijo a la gente: - Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho ¿No será le Cristo?” (Jn 4,6-8. 13-15. 28-29)
Pascua de Resurrección, tiempo de estar junto a María, Madre de Dios y Madre nuestra; de rezar, de trabajar, de reír y cantar con ella; de decirle: “Mientras mi vida alentare, tomo mi amor para ti. Mas si mi amor te olvidare, Madre mía, tú no te olvides de mi”
LA HOJA SEMANAL
(del 29 de abril al 4 de mayo)
Lunes (29)
Santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia (2ª de Pascua)
Palabras: “El que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios” (Jn 3,3)
Reflexión: “Lo que nace del Espíritu, espíritu es”
Propósito durante el día: Vivir la alegría de la Pascua en la vida ordinaria
Martes (30)
San Pío V, papa (2ª de Pascua)
Palabras: “Para que todo el que cree en él, tenga vida eterna” (Jn 3,15)
Reflexión: “Tiene que ser elevado el Hijo del Hombre”
Propósito, durante el día: Dar gracias a Dios por la vida, por cuidarnos tanto
Miércoles (1)
San José, obrero (empieza el mes de mayo dedicado a la Santísima Virgen María)
Palabras: Y no hizo muchos milagros allí porque les faltaba fe (Mt,13,58)
Reflexión: ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María?
Propósito, durante el día: Tratar a menudo con san José, mi padre y señor
Jueves (2)
San Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia (2ª de Pascua; mes de mayo)
Palabras: “El que cree en el Hijo posee la vida eterna” (Jn 3,36)
Reflexión: El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano
Propósito, durante el día: Dar gracias a Dios por su amor en la Creación
Viernes (3)
Santos Felipe y Santiago, apóstoles (mes de mayo)
Palabras: “Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré” (Jn 14,14)
Reflexión: “Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí”
Propósito, durante el día: Recitar a menudo con mayor devoción el Padrenuestro
Sábado (4)
San José María Rubio S.I., presb. (2ª Pasc: mayo; Nª Sª del Puerto, de la Montaña)
Palabras: “Él les dijo: - Soy yo, no temáis” (Jn 6,20)
Reflexión: Vieron a Jesús que se acercaba a la barca caminando sobre el lago
Propósito, durante el día: Vamos todos con flores a María que Madre nuestra es
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 28 de abril, domingo (de la divina Misericordia, de la 2ª de Pascua, ciclo C) nos mantienen en el espíritu de la Resurrección: “Los apóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo” (Hech 5); “No temas. Yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto y, ya ves, vivo por los siglos de los siglos” (Ap 1); “¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto” (Jn 20). Tiempo de alegría: Dios es misericordioso, nos conoce y nos quiere muchísimo.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “119. Ese Cristo que nos salvó en la Cruz de nuestros pecados, con ese mismo poder de su entrega total sigue salvándonos y rescatándonos hoy. Mira su Cruz, aférrate a Él, déjate salvar, porque “quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento”. Y si pecas y te alejas, Él vuelve a levantarte con el poder de su Cruz. Nunca olvides que “Él perdona setenta veces siete. Nos vuelve a cargar sobre sus hombros una y otra vez. Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría”.
120. Nosotros “somos salvados por Jesús, porque nos ama y no puede con su genio. Podemos hacerle las mil y una, pero nos ama, y nos salva. Porque sólo lo que se ama puede ser salvado. Solamente lo que se abraza puede ser transformado. El amor del Señor es más grande que todas nuestras contradicciones, que todas nuestras fragilidades y que todas nuestras pequeñeces. Pero es precisamente a través de nuestras contradicciones, fragilidades y pequeñeces como Él quiere escribir esta historia de amor. Abrazó al hijo pródigo, abrazó a Pedro después de las negaciones y nos abraza siempre, siempre, siempre después de nuestras caídas ayudándonos a levantarnos y ponernos de pie. Porque la verdadera caída –atención a esto– “la verdadera caída, la que es capaz de arruinarnos la vida es la de permanecer en el piso y no dejarse ayudar.” (Exh. Ap. postsinodal “Christus vivit”)
- “Con la antigua secuencia litúrgica pascual repetimos “Cristo, mi esperanza, ha resucitado”. Y en Él, nosotros también hemos resucitado, pasando de la muerte a la vida, de la esclavitud del pecado a la libertad del amor. Dejémonos alcanzar, pues, por el mensaje consolador de la Pascua y envolver por su luz gloriosa, que disipa las tinieblas del miedo y de la tristeza. Jesús resucitado camina a nuestro lado. Él se manifiesta a los que lo invocan y lo aman. En primer lugar, en la oración. Pero también en las alegrías sencillas vividas con fe y gratitud. También podemos sentirlo presente compartiendo momentos de cordialidad, de acogida, de amistad, de contemplación de la naturaleza. ¡Qué este día de fiesta en el que se acostumbra a disfrutar de un poco de ocio y de gratuidad, nos ayude a experimentar la presencia de Jesús! Pidamos a la Virgen María, recibir plenamente la paz y la serenidad, dones del Resucitado, para compartirlos con los hermanos, especialmente con quien tiene más necesidad de consuelo y de esperanza.” (Regina coeli, día 22 de abril de 2019)
- “La ley del talión: lo que me hiciste, te lo devuelvo, Jesús la sustituye con “la ley de amor”: lo que Dios me ha hecho, ¡te lo devuelvo! Pensemos hoy, en esta hermosa semana de Pascua, si puedo perdonar. Y si no me siento capaz, tengo que pedirle al Señor que me dé la gracia de perdonar, porque saber perdonar es una gracia. Dios le da a cada cristiano la gracia de escribir una historia de bien en la vida de sus hermanos, especialmente de aquellos que han hecho algo desagradable e incorrecto. Con una palabra, un abrazo, una sonrisa, podemos transmitir a los demás lo más precioso que hemos recibido ¿Qué es lo más precioso que hemos recibido? El perdón, que debemos ser capaces de dar a los demás.” (Audiencia general, dia 24 de abril de 2019)
(28.04.19)
Noticia del blog. Esta semana rezamos por quien hizo que saliera el blog.
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