LO TRIBUTARIO (nº 506)

Procedimientos tributarios (13): comprobación limitada (y 2)

El procedimiento de comprobación limitada es verdaderamente limitado tanto por los límites respecto de lo que se puede comprobar y dónde se puede (art. 136.2, 3 y 4 LGT), como por los efectos de su resolución. Al respecto establece el artículo 140 LGT que una vez dictada resolución no se podrá efectuar otra regularización respecto del mismo objeto comprobado (obligación tributaria o elementos y ámbito temporal) que conste en la resolución (art. 135.2.a) LGT), “salvo” que en un procedimiento posterior de comprobación limitada o de inspección se descubran nuevos hechos o circunstancias que resulten de actuaciones distintas de las realizadas y especificadas en dicha resolución. Frente a esta posibilidad de la Administración de volver sobre lo “provisionalmente” regularizado, se establece también que el administrado no podrá impugnar los hechos y elementos determinantes de la deuda tributaria a que hubiera dado conformidad expresa “salvo” que pruebe que había incurrido en error de hecho. La referencia a “elementos” unas veces de la obligación tributaria y otra de la deuda tributaria, unida a la de “hechos y circunstancias” aumentan el grado de inseguridad del contribuyente a añadir a lo que ya se regula como limitado y provisional.

El Derecho se resiente (art. 9 CE) con estas previsiones legales que regulan la provisionalidad como norma (art 102 LGT) y que permiten llamar regularización (hacer regular, ajustar a la regla) la sucesiva determinación de la misma obligación tributaria (verificación, una o varios procedimientos de comprobación limitada, una o varias actuaciones inspectoras), cuando es indiscutible que la único deuda ajustada a Derecho y, por tanto, exigible es la que resultaría de una completa investigación de los hechos y circunstancias no declarados y de una comprobación íntegra de los hechos y circunstancias declarados. Lo parcial, por definición, no es lo legal, porque la ley regula la tributación que corresponde a una realidad íntegra y coherente. Mantener durante mucho tiempo una regularización parcial sin volver a comprobar lo no comprobado, para que sea íntegra, y así hasta que prescriba el derecho a determinar la deuda tributaria, es sacralizar la ilegalidad. Lo ajustado a los principios de un Estado de Derecho es anular lo provisional que no alcanza a ser definitivo en un plazo breve.

En una situación jurídica así es relativo reseñar la regulación de la terminación del procedimiento de comprobación limitada. Establece el artículo 139 LGT que termina: a) por resolución expresa, que tendrá, al menos, como contenido la obligación tributaria o elementos y ámbito temporal objeto de la comprobación, especificación de las actuaciones concretas realizadas, relación de hechos y fundamentos de Derecho que motiven la resolución (se confunde así motivación -explicación clara sencilla e inteligible- y fundamentación -razonamiento de por qué y cómo se aplica una norma) y la liquidación provisional o manifestación expresa de que no procede regularizar la situación tributaria como consecuencia de la comprobación realizada; b) por caducidad, si transcurren 6 meses (art. 104 LGT) sin que se haya notificado resolución expresa, lo que no impide que la Administración pueda iniciar un nuevo procedimiento dentro del plazo de prescripción; c) por iniciación de un procedimiento de inspección que incluya el objeto de la comprobación limitada. Y así queda en la oscuridad la obligación de resolver expresamente (art. 103 LGT) y de cumplir los plazos (art. 30.2 LGT).

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Una sentencia apunta a la responsabilidad penal de los asesores; una norma europea podrá obligarles a informar de sus clientes. ¿Acaba así el exceso de colaboración?

Cuaresma. El cristiano vive la cercanía de la Semana Santa y hace examen de amor y propósitos para caminar junto a Jesús, a su paso, cada día, hasta llegar al cielo y estar con Dios para siempre. “A la tarde te examinarán en el amor” (san Juan de la Cruz)

- “Vigilaos a vosotros mismos, para que vuestros corazones no estén ofuscados por la crápula, la embriaguez y afanes de esta vida, y aquel día no sobrevenga de improviso sobre vosotros, porque caerá como un lazo sobre todos aquellos que habitan en la faz de la tierra. Vigilad, orando en todo tiempo, a fin de que podáis evitar todos estos males que van a suceder; y estar en pie delante del Hijo del Hombre” (Lc 21,34-36)

“Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres con el fin de que os vean; de otro modo no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos” (Mt 6,1). “Todo lo que queráis que hagan los hombres con vosotros, hacedlo también vosotros con ellos” (Mt 7,12). “Sed misericordiosos como vuestro padre es misericordioso. No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados. Perdonad y seréis perdonados; dad y se os dará…” (Lc 6,36-37). “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros. Como yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán que sois mis discípulos, si os tenéis amor unos a otros” (Jn 13,34-35)

- Arrinconar el “yo”. “Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y me siga” (Mt 16,24)

- Confiar. “Al orar no empleéis muchas palabras como los gentiles que piensan que por su locuacidad van a ser escuchados. Así pues, no seáis como ellos, porque bien sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad antes de que se lo pidáis” (Mt 6,7-8). “Bien sabe vuestro Padre celestial que de todo eso estáis necesitados. Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todas esas cosas se os añadirán. Por tanto, no os preocupéis por el mañana, porque el mañana traerá su propia preocupación. A cada día le basta su contrariedad” (Mt 6,32-34).

- Pedir perdón. “Dos hombres subieron al Templo a orar: uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo, quedándose de pie, oraba para sus adentros: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana, pago el diezmo de todo lo que poseo”. Pero el publicano, quedándose lejos, ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “Oh Dios, ten compasión de mí, que soy un pecador”. Os digo que éste bajó justificado a su casa, y aquél no. Porque todo el que se ensalza será humillado, y todo el que se humilla será ensalzado” (Lc 18,10-14)

“¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y sale en busca de la que se perdió hasta encontrarla? Y, cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso, y, al llegar a casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: “Alegraos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me perdió”. Os digo que, del mismo modo, habrá en el cielo mayor alegría por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de conversión” (Lc 15,4-7)

LA HOJA SEMANAL
(del 8 al 13 de abril)

Lunes (8)

San Dionisio de Corintio, obispo (5ª Cuaresma)
Palabras: “Si me conocierais a mí, conocerías también a mi Padre” (Jn 8,19)
Reflexión: Jesús se presenta como la Luz del mundo enviado por el Padre
Propósito, durante el día: Señor, danos luz, enséñanos el camino, llévanos al Padre

Martes (9)

Santa Casilda de Toledo, virgen (5ª Cuaresma)
Palabras: “Cuando levantéis al Hijo del hombre sabréis que soy yo” (Jn 8,28)
Reflexión: Jesús recuerda que el Padre está con Él y que Él hace todo lo que le agrada
Propósito, durante el día: Señor, haz que seamos como Tú quieres

Miércoles (10)

Santa Magdalena de Canossa, virgen y fundadora (5ª Cuaresma)
Palabras: “Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; … (Jn 8,31)
Reflexión: … conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”
Propósito, durante el día: Señor, que te veamos, que te sigamos, que no te dejemos

Jueves (11)

Santa Gema Galgani, virgen (5ª Cuaresma)
Palabras: “Os aseguro que quien guarda mi palabra … (Jn 8,51)
Reflexión: … no sabrá lo que es morir para siempre”
Propósito, durante el día: Señor, ayúdanos a no caer en la tentación, líbranos del Malo

Viernes (12)

San Julio I, papa (5ª Cuaresma; abstinencia de carne y caldo de carne)
Palabras: “Muchos acudieron a él …” (Jn 10,41)
Reflexión: … Y muchos creyeron en él allí.
Propósito, durante el día: Gracias, Señor; perdóname y ayúdame

Sábado (13)

San Martín I, papa y mártir (5ª Cuaresma)
Palabras: “No comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo” (Jn 11,50)
Reflexión: Caifás habló proféticamente anunciando que Jesús iba a morir por todos
Propósito, durante el día: Señor, ¡qué alto precio! No permitas que seamos ingratos

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 7, domingo (5º Cuaresma, ciclo C) nos presentan la maravilla de la conversión a Cristo y la gloria de su perdón y su gracia: “No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo” (Is 43); “Todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor” (Flp 3); “Jesús dijo: - Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más” (Jn 8). Debemos vivir con Cristo su Pasión y Muerte, para vivir con Él su Resurrección.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Por eso Jesús nos invita a mirar y contemplar el corazón del Padre. Sólo desde ahí podremos redescubrirnos cada día como hermanos. Sólo desde ese horizonte amplio, capaz de ayudarnos a trascender nuestras miopes lógicas divisorias, seremos capaces de alcanzar una mirada que no pretenda clausurar ni claudicar nuestras diferencias buscando quizás una unidad forzada o la marginación silenciosa. Sólo si cada día somos capaces de levantar los ojos al cielo y decir “Padre nuestro” podremos entrar en una dinámica que nos posibilite mirar y arriesgarnos a vivir no como enemigos sino como hermanos.

“Todo lo mío es tuyo” (Lc 15,31), le dice el padre a su hijo mayor. Y no se refiere tan sólo a los bienes materiales sino a ser partícipes también de su mismo amor y, de su misma compasión. Esa es la mayor herencia y riqueza del cristiano. Porque en vez de medirnos o clasificarnos por una condición moral, social, étnica o religiosa podamos reconocer que existe otra condición que nadie podrá borrar ni aniquilar ya que es puro regalo: la condición de hijos amados, esperados y celebrados por el Padre.

“Todo lo mío es tuyo”, también mi capacidad de compasión, nos dice el Padre. No caigamos en la tentación de reducir nuestra pertenencia de hijos a una cuestión de leyes y prohibiciones, de deberes y cumplimientos. Nuestra pertenencia y nuestra misión no nacerá de voluntarismos, legalismos, relativismos o integrismos sino de personas creyentes que implorarán cada día con humildad y constancia: venga a nosotros tu Reino.” (Homilía en la misa celebrada en el complejo deportivo Príncipe Mulay Abdalah, en Rabat el día 31 de marzo de 2019)

(7.04.19)

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