LO TRIBUTARIO (nº 465)
Procedimientos tributarios: normas comunes (1)
Es conveniente recordar que en el ordenamiento jurídico hay un derecho común (el Código civil) que regula principios e instituciones de aplicación supletoria (llenar vacíos) o subsidiaria (dar sentido, interpretar, en lo regulado) en los derechos especiales (mercantil, administrativo, penal…). Pero también hay ordenaciones comunes en cada especialidad. Así, el Derecho Administrativo común se contiene, fundamentalmente, en las leyes 39/2015, de procedimiento administrativo común, y 40/2015, de régimen jurídico del sector público. Y, aunque no falta doctrina que considera que el Derecho tributario es en sí mismo una especialidad en paralelo al Derecho Administrativo, la LGT (art. 97) parece justificar que no se considere así puesto que establece que las actuaciones y procedimientos de aplicación de los tributos se regularán: a) por las normas especiales de este título, por la normativa reglamentaria de su desarrollo y por las normas procedimentales contenidas en otras leyes de contenido tributario y su normativa de desarrollo; b) supletoriamente por las disposiciones generales sobre los procedimientos administrativos.
- Por su trascendencia procedimental en las actuaciones de aplicación de los tributos se debe empezar recordando los principios generales contenidos en el artículo 3 Ley 40/2015: Las Administraciones sirven con objetividad los intereses generales y actúan de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación con sometimiento pleno a la Constitución, a la Ley y al Derecho. Y deben respetar en su actuación, entre otros principios: el servicio efectivo a los ciudadanos; la simplicidad, claridad y proximidad a los ciudadanos; la participación, objetividad y transparencia de la actuación administrativa; la racionalidad y agilización de los procedimientos administrativos y de las actividades materiales de gestión; la buena fe, la confianza legitima y la lealtad institucional. Cada una de las Administraciones Públicas (art. 2) actúa para el cumplimiento de sus fines con personalidad jurídica única.
- Porque los procedimientos son una serie de actos producidos en fases regladas para la consecución de una resolución, salvo que se produzca otra forma de terminación, se debe tener en cuenta lo regulado en la Ley 39/2015 sobre: la competencia del órgano (art. 34.1) por el riesgo de nulidad; la adecuación del contenido de los actos a los fines que los justifican (art. 34.2), por el riesgo de anulación por desviación de poder; la motivación de los actos (art. 35), como explicación clara sencilla e inteligible sin necesidad de conocimientos específicos; las causas de nulidad (art. 47) y de anulación (art. 48), la limitación de los efectos de nulidades y anulaciones (art. 49), la conversión de los actos nulos o anulados que contengan elementos constitutivos de otros (art. 50), la conservación de actos y trámites (art. 51), la convalidación de actos anulables por subsanación (art. 52).
- La LGT (art. 3.2) regula principios generales para la aplicación de los tributos: proporcionalidad, eficacia y limitación de costes indirectos derivados del cumplimiento de obligaciones formales y asegurar el respeto a los derechos y garantías de los administrados (v. art. 34 LGT). Y también la competencia territorial (art. 84 LGT).
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Uno: después de dos años de acusaciones populares contra él y sus hijos, la AN ha absuelto al procesado por blanqueo. Otro: ingresa en prisión por delito contra la Hacienda, por fraude en el IRPF, aunque hay motivos sólidos para mantener que no era esa la tributación procedente, sino por el ISyD que se debe exigir en las liberalidades.
El cristiano se sabe caminante hacia el cielo. Sabe que la vida en la tierra es una estancia pasajera. “Que no queramos regalos, hijas; bien estamos aquí; todo es una noche la mala posada” (santa Teresa de Jesús, “Camino de perfección”, cap.90). El cristiano que se sabe amado por Dios y que procura amarle, camina en confianza: “…porque será gran cosa a la hora de la muerte ver que vamos a ser juzgadas de quien habemos amado sobre todas las cosas. Seguras podremos ir con el pleito de nuestras deudas; no será ir a tierra extraña, sino propia, pues a la de quien tanto amamos y nos ama” (ibidem).
“Veis que somos viandantes. Preguntáis: “¿Qué significa caminar?” Os respondo en pocas palabras: “Avanzar, no sea que por no entenderlo caminéis con mayor pereza”. Avanzad, hermanos míos; examinaos continuamente sin engañaros, sin adularos ni pasaros la mano. Nadie hay contigo en tu interior ante el que te avergüences o te jactes. Allí hay alguien, pero uno al que le agrada la humildad; sea él quien te ponga a prueba. Ponte a prueba también tú mismo. Desagrádete siempre lo que eres si quieres llegar a lo que aún no eres, pues donde hallaste complacencia en ti, allí te quedaste. Mas si has dicho: “Es suficiente”, también pereciste. Añade siempre algo, camina continuamente, avanza sin parar; no te pares en el camino, no retrocedas, no te desvíes. Quien no avanza, queda parado; quien vuelve a las cosas de las que se había alejado, retrocede; quien apostata, se desvía. Mejor va un cojo por el camino que un corredor fuera de él. Vueltos al Señor…” (san Agustín, sermón 169)
Caminante confiado, porque el cristiano sabe bien del amor de Dios por él. Como escribe san Pablo: “Os vivificó con él y perdonó gratuitamente todos vuestros delitos, al borrar el pliego de cargos que nos era adverso, y que canceló clavándolo en la cruz” (Col 2,14). Y san Pedro: “Descargad sobre Él todas vuestras preocupaciones, porque Él cuida de vosotros” (1P 5,7)
Caminante advertido es el cristiano porque sabe que Dios conoce nuestros corazones. “Conozco tus obras, que no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Y, así, porque eres tibio, y no caliente ni frío, voy a vomitarte de mi boca. Porque dices: Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad; y no sabes que eres un desdichado y miserable, pobre, ciego y desnudo… Yo, a cuantos amo, los reprendo y castigo. Por tanto, ten celo y arrepiéntete. Mira, estoy a la puerta y llamo: si alguno escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo” (Ap 3,15-17 y19-20)
Camino del cristiano, camino de amor: “Me dices que sí, que quieres. - Bien, pero ¿quieres como un avaro quiere su oro, como una madre quiere a su hijo, como un ambicioso quiere los honores o como un probrecito sensual su placer? - ¿No? – Entonces, no quieres” (Camino nº 316).
Camino de cristiano agradecido. “Jesús le preguntó: - Qué quieres que te haga? – Rabboni, que vea – le respondió el ciego. Entonces Jesús le dijo: - Anda, tu fe te ha salvado. Y al instante recobró la vista. Y le seguía por el camino” (Mc 10,51-52)
LA HOJA SEMANAL
(5 al 10 de noviembre)
Lunes (5)
Santa Ángela de la Cruz, virgen (31ª TO; mes de los difuntos)
Palabras: “Cuando des un banquete invita a pobres, lisiados…” (Lc 14,13)
Reflexión: Atender a las necesidades de otros
Propósito, durante el día: Dar al que lo necesite: ayuda material, consolar, aconsejar
Martes (6)
San Pedro Poveda, presbítero (31ª TO; mes de los difuntos)
Palabras: “Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios” (Lc 14,15)
Reflexión: Pero ellos se excusaron uno tras otro
Propósito, durante el día: Aquí estoy, Dios mío, dispón de mí
Miércoles (7)
San Florencio de Estrasburgo (31ª TO; mes de los difuntos)
Palabras: “Quien no lleve su cruz detrás de mi no puede ser discípulo mío” (Lc 14,27)
Reflexión: El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío
Propósito, durante el día: Abrazar la cruz de cada día: trabajo, salud, contrariedad
Jueves (8)
San Claro, presbítero (31ª TO; mes de los difuntos)
Palabras: “La misma alegría habrá entre los ángeles de Dios…” (Lc 15,10)
Reflexión: … por un solo pecador que se convierta”
Propósito, durante el día: Dios me ama. Quiere que esté con Él en el cielo.
Viernes (9)
Dedicación de la Basílica de Letrán (31ª TO; Nª Sª de la Almudena; mes de difuntos)
Palabras: “Cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron” (Jn 2,22)
Reflexión: … de lo que había dicho sobre levantar el templo y dieron fe.
Propósito, durante el día: Dios mío ¿qué harías Tú? ¿Qué quieres que haga yo?
Sábado (10)
San León Magno, papa y doctor de la Iglesia (31ª TO; mes de los difuntos)
Palabras: “Dios os conoce por dentro” (Lc 16,15)
Reflexión: La arrogancia con los hombres Dios la detesta
Propósito, durante el día: Madre mía, en ti me abandono; llévame y tenme junto a Jesús
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 4, domingo (31º TO; ciclo B; san Carlos Borromeo) nos recuerdan que ser cristiano es vivir en el Amor: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria” (Dt 6); “puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios” (Heb 7); “Amarás al prójimo como a ti mismo” (Mc 12). Ese es nuestro plan de vida: lo que Dios quiera de mí; lo que los demás necesiten; con la ayuda de María.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “Hoy nuestros hermanos y hermanas no nos piden oír otra vez un bello Evangelio, sino ponerlo en práctica, en caminarnos por la vía de la Santidad. No se trata de hacer cosas extraordinarias, sino de seguir cada día este camino que nos lleva al cielo, nos lleva a la familia, nos lleva a casa. Hoy pues vislumbramos nuestro futuro y celebramos aquéllo para lo que hemos nacido: ¡hemos nacido para no morir más, hemos nacido para gozar de la felicidad de Dios! El Señor nos anima y dice a quienes inician el camino de la santidad: “Alegraos y exultad porque es grande vuestra recompensa en los cielos” (Mt 5,12). La Santa Madre de Dios, Reina de los santos, nos ayuda a recorrer con decisión el camino de la santidad; que ella, que es Puerta del cielo, introduzca a nuestros queridos difuntos en la familia celeste” (Angelus, 1 de noviembre de 2018, Todos los Santos) (trad. propia)
- “Repito: toda vocación cristiana es conyugal, porque es fruto de la relación de amor por la que todos hemos sido regenerados, la relación de amor con Cristo, como nos ha recordado el pasaje de pablo leído al inicio. A partir de “su” fidelidad, de “su” ternura, de “su” generosidad, miramos con fe al matrimonio y a cada vocación, y comprendemos el sentido pleno de la sensualidad.
La criatura humana, en su inescindible unidad de espíritu y cuerpo, en su polaridad masculina y femenina, es una realidad muy buena, destinada a amar y a ser amada. El cuerpo humano no es un instrumento de placer, sino el lugar de nuestra llamada al amor, y en el amor auténtico no hay espacio para la lujuria y para su superficialidad. ¡Los hombres y las mujeres merecen más que eso!
Aunque el mandamiento “No cometer adulterio” se formula en forma negativa, nos orienta a nuestra llamada originario, es decir al amor conyugal pleno y fiel, que Jesucristo nos ha revelado y dado (cf. Rm 12,1)” (Audiencia general, 31 de octubre de 2018) (trad. prop.)
(4.11.18)
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