LO TRIBUTARIO (nº 469)

Procedimientos tributarios (3): documentación (1)

Con cierto desorden a lo largo de los artículos 101 a 122 LGT va regulando aspectos comunes a los procedimientos tributarios. Si se quiere seguir el iter propio de los procedimientos parece que lo adecuado es: a) empezar por la documentación que se emplea en los procedimientos tributarios y por las exigencias legales para la notificación a los administrados; b) seguir, luego, por la planificación de actuaciones de control tributario y la denuncia como una forma de iniciación; c) continuar por la instrucción, con referencia a las potestades y funciones de comprobación e investigación, incluida la entrada en domicilios, y en especial con la prueba; d) para terminar considerando los plazos, la resolución en general y las liquidaciones en particular.

- La documentación. Aunque en el artículo 100.7 LGT se regula el contenido de las comunicaciones, diligencias e informes, en la primera Sección dedicada a la gestión tributaria se regula lo siguiente.

a) Es “declaración tributaria” (art. 119 LGT) todo documento presentado ante la Administración tributaria donde se reconozca o manifieste la realización de cualquier hecho relevante para la aplicación de los tributos; la presentación no implica aceptación o reconocimiento de la procedencia de la obligación tributaria; reglamentariamente se puede determinar supuestos en que se admite la declaración verbal o la realizada mediante cualquier otro acto de manifestación de conocimiento; las opciones que según la norma tributaria se deban solicitar o renunciar con la presentación de una declaración no se pueden rectificar después, salvo que la rectificación se presente en el período reglamentario de declaración.

b) Las “autoliquidaciones” (art. 120 LGT) son declaraciones en las que, además de comunicar los datos necesarios para la liquidación del tributo y otros de contenido informativo, se realizan las operaciones de calificación y cuantificación necesarias para determinar e ingresar el importe de la deuda tributaria o, en su caso, determinar la cantidad que resulte a devolver o a compensar. Las autoliquidaciones presentadas pueden ser objeto de verificación y comprobación que puede dar lugar a la liquidación que proceda.

c) No regula la LGT las “declaraciones-liquidaciones” que son propias del IVA y que se caracterizan porque, como la autoliquidación del impuesto se produce operación por operación mediante factura (arts. 88 y 164.Uno. 3º LIVA; art. 6.1, f), g) y h) RD 1619/2012, de facturas), periódicamente (cada mes, cada trimestre) se debe presentar transcribiendo los datos del IVA devengado (que se ha autoliquidado o liquidado en cada operación- en el período correspondiente y del IVA soportado que se deduce o se compensa (art. 99 LIVA) en ese período (dentro de los cuatro años de caducidad) y que puede determinar una cantidad a ingresar (IVA diferencial exigible), diferencia cero o una cantidad negativa a compensar o a devolver (arts. 115 y 116 LIVA)

d) Se considera “comunicación de datos” (art. 121 LGT) la declaración presentada para que la Administración determine la cantidad que, en su caso, resulte a devolver. Se entenderá solicitada la devolución mediante la presentación de la citada comunicación, como ocurre como alternativa a las autoliquidaciones anuales por el IRPF.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Otra autoridad ministerial con el inmueble en una sociedad con testaferros para evitar la debida tributación. Otro alto cargo, además, cobrando ingresos por sociedad interpuesta.

El cristiano sabe que la vida corriente, la de cada día, no suele deparar situaciones extraordinarias. Cada día puede ser un día como los demás, con las mismas tareas, cerca de las mismas personas, en similares circunstancias, según el mismo programa desde despertar y levantarse hasta acostarse y conciliar el sueño. Cada día ofrece alguna satisfacción y algún disgusto; es posible que en algún momento del día nazca una ilusión, un proyecto; es frecuente, también, que surjan preocupaciones, motivos de inquietud. Pequeñas alegrías, penas que parecen grandes. Lo que sale bien, lo que acaba mal. Pero el cristiano puede y debe hacer de cada día, de cada instante de cada día, algo asombroso, porque puede llenarse de alegría al saber que Dios, ¡nada menos que Dios!, está con él, junto a él, trabajando con él.

El cristiano descubre, continuamente, a Dios en la tarea ordinaria, en la cercanía familiar, en el compañero de trabajo, en el amigo y en el que no quiere serlo. ¡Todo es para bien!, “Omnia in bonum!” (Rm 8,28); no es un consuelo, es la seguridad de que Dios quiere lo mejor para mí y de que Él sabe mejor que yo lo que me conviene, aunque sea cansancio, fracaso, desengaño. “Porque todo es para vuestro bien, a fin de que la gracia, multiplicada a través de muchos, haga abundar la acción de gracias para la gloria de Dios. Por eso no desfallecemos; al contrario, aunque nuestro hombre exterior se vaya desmoronando, nuestro hombre interior se va renovando día a día. Porque la leve tribulación de un instante se convierte para nosotros, incomparablemente, en una gloria eterna y consistente” (2 Co 4,15-17)

- En la relación con todos: “No te dejes vencer por el mal, al contrario, vence el mal con el bien” (Rm 12,21). “No os canséis de hacer el bien” (2 Tes 3,13). “La caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta, no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal, no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad; todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera todo lo soporta” (1 Co 13,4-7)

- En el comportamiento habitual: “Que desaparezca de vosotros toda amargura, ira, indignación, griterío o blasfemia y cualquier clase de malicia. Sed, por el contrario, benévolos unos con otros, compasivos, perdonándoos mutuamente como Dios os perdonó en Cristo” (Ef 4,31-32). “Alegraos siempre en el Señor, os lo repito, alegraos. Que vuestra comprensión sea patente a todos los hombres. El Señor está cerca. No os preocupéis por nada; al contrario, en toda oración y súplica presentad a Dios vuestras peticiones con acción de gracias. Y la paz de Dios que supera todo entendimiento custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Flp 4,4-7). “Estad siempre alegres. Orad sin cesar. Dad gracias por todo, porque eso es lo que Dios quiere de vosotros en Cristo Jesús” (1 Tes 5,16-18)

- Cerca de nuestra Madre: “Y, como faltó vino, la madre de Jesús le dijo: – No tienen vino. Jesús le respondió: - Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora. Dijo su madre a los sirvientes: - Haced lo que él os diga” (Jn 2,3-5). “Después le dice al discípulo: - Aquí tienes a tu madre” (Jn 19,27). ¡La Madre de Dios es mi madre!

LA HOJA SEMANAL
(del 19 al 24 de noviembre)

Lunes (19)

San Severino, mártir (33ª TO; mes de los difuntos)
Palabras: “Señor, que vea otra vez” (Lc 18,41)
Reflexión: Gritaba el ciego Bartimeo: “¡Jesús Hijo de David, ten compasión de mí!”
Propósito, durante el día: Señor, que vea. Señor, que sea.

Martes (20)

San Crispín, obispo (33ª TO; mes de los difuntos)
Palabras: “Baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa” (Lc 19,5)
Reflexión: Zaqueo subido a la higuera, porque era bajo y quería ver a Jesús
Propósito, durante el día: Dios mío, que quiera verte, que te aloje en mí

Miércoles (21)

La Presentación de la Virgen María (33ª TO; mes de los difuntos)
Palabras: “El que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos… (Mt 12,50)
Reflexión: … ése es mi hermano y mi hermana y mi madre”
Propósito, durante el día: Dios mío, lo que quieras, como quieras, cuando quieras

Jueves (22)

Santa Cecilia, virgen y mártir (33ª TO; mes de los difuntos)
Palabras: “No reconociste el momento de mi venida” (Lc 19,44)
Reflexión: Jesús lloró; miraba a Jerusalén y sabía que no quedaría piedra sobre piedra
Propósito, durante el día: Dios mío, que me deje llevar por Ti, sin resistir, sin excusas

Viernes (23)

San Clemente I, papa y mártir (33ª TO; mes de los difuntos)
Palabras: “Mi casa es casa de oración” (Lc 19,46)
Reflexión: El pueblo entero estaba pendiente de sus labios
Propósito, durante el día: Padre nuestro, no nos dejes caer en la tentación

Sábado (24)

San Andrés Dung-Lac, presbítero, y compañeros mártires (33ª TO; mes de difuntos)
Palabras: “Ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios… (Lc 20,36)
Reflexión: … porque participan de la resurrección” los dignos de la vida futura
Propósito, durante el día: Madre, llévame con Jesús, en el cielo, para siempre

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 18, domingo (33º TO; ciclo B) nos recuerdan que el tiempo pasa y que hay que preparar el tránsito: “Muchos de los que duermen en el polvo despertarán: unos para la vida eterna, otros para la ignominia perpetua” (Dn 12); Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio, está sentado a la derecha de Dios y espera…” (Heb 10); “enviará a sus ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte” (Mc 13). Es tiempo de pegarse a Jesús y a la Madre.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Dios no mide la cantidad sino la calidad, escruta el corazón, mira la pureza de las intenciones. Esto significa que nuestro “dar” a Dios en la oración y a los demás en la caridad debería huir siempre del ritualismo y del formalismo, así como de la lógica del cálculo, y debe ser expresión de gratuidad, como hizo Jesús con nosotros: nos salvó gratuitamente, no nos hizo pagar la redención. Nos salvó gratuitamente. Y nosotros, debemos hacer las cosas como expresión de gratuidad. Por eso, Jesús indica a esa viuda pobre y generosa como modelo a imitar de vida cristiana. No sabemos su nombre, pero conocemos su corazón —la encontraremos en el Cielo y seguramente iremos a saludarla—, y eso es lo que cuenta ante Dios. Cuando nos sentimos tentados por el deseo de aparentar y de contabilizar nuestros gestos de altruismo, cuando estamos demasiado interesados en la mirada de los demás pensemos en esta mujer y, —permitidme las palabras— cuando nos pavoneemos, pensemos en esta mujer. Nos hará bien: nos ayudará a despojarnos de lo superfluo para ir a lo que realmente importa, y a permanecer humildes.” (Angelus, día 11 de noviembre de 2018)

- “La verdad es la revelación maravillosa de Dios, de su rostro de Padre, y su amor ilimitado. Esta verdad corresponde a la razón humana, pero la supera infinitamente, porque es un don bajado a la tierra y encarnado en Cristo crucificado y resucitado; se hace visible a quien corresponde y muestra sus propias actitudes.

“No decir falsos testimonios” quiere decir vivir como hijo de Dios, que, nunca, nunca se niega a sí mismo, nunca miente; vivir como hijo de Dios, dejando salir en cada acto la gran verdad: que Dios es Padre y nos podemos fiar de Él. Yo me fío de Dios: esta es la gran verdad. De nuestra confianza en Dios, que es Padre y me ama, nos ama, nace “mi” verdad y el ser veraz y no mentiroso” (Audiencia general, día 14 de noviembre de 2018) (trad. propia)

(18.11.18)

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