LO TRIBUTARIO (nº 442)
La aplicación de los tributos (10): obligaciones formales
La LGT/1963 (art. 35) establecía que la obligación principal de todo sujeto pasivo era el pago de la deuda tributaria; y también estaba obligado a presentar cuantas declaraciones y comunicaciones se exijan para cada tributo. Estaba igualmente obligado a llevar y conservar libros de contabilidad, registros y demás documentos que en cada caso se estableciera; a facilitar la práctica de inspecciones y comprobaciones y a proporcionar a la Administración los datos, informes, antecedentes y justificantes que tuvieran relación con el hecho imponible.
La LGT/2003 (art. 29) define las obligaciones formales como las que no tienen carácter pecuniario y cuyo cumplimiento está relacionado con el desarrollo de actuaciones o procedimientos tributarios o aduaneros. Y, “además de las que pudieran establecerse legalmente”, relaciona las siguientes: a) presentar declaraciones censales quienes desarrollen o vayan a desarrollar en España actividades empresariales o profesionales y satisfagan rendimientos sujetos a retención; b) solicitar o utilizar el NIF en sus relaciones con trascendencia tributaria; c) presentar declaraciones, autoliquidaciones y comunicaciones; d) llevar y conservar libros de contabilidad y registros, así como los programas, ficheros y archivos informáticos que les sirven de soporte y los sistemas de codificación utilizados que permitan la interpretación de los datos cuando la obligación se cumpla utilizando sistemas informáticos y se debe facilitar la conversión de dichos datos a formato legible cuando su lectura o interpretación no fuera legible por estar encriptados o codificados; e) expedir y entregas facturas o documentos sustitutivos y conservar las facturas, documentos y justificantes que tengan relación con sus obligaciones tributarias; f) aportar a la Administración libros, registros, documentos o información que se deban conservar en relación con obligaciones propias o de terceros, así como cualquier dato, informe, antecedente, justificante con trascendencia tributaria a requerimiento de la Administración o en declaraciones periódicas (si la información se conserva en soporte informático se debe suministrar en dicho soporte cuando así fuese requerido); g) facilitar la práctica de inspecciones y comprobaciones; h) entregar un certificado de retenciones o ingresos a cuenta practicados; i) las obligaciones formales aduaneras. Se añade que, reglamentariamente, se puede regular las circunstancias relativas al cumplimiento de estas obligaciones.
El RD 1065/2007 regula: censos; domicilio fiscal; NIF; libros y registros; informar de obligaciones con terceros, operaciones en registros, cuentas en entidades de crédito y en el ámbito de la asistencia mutua, operaciones de préstamo, créditos y movimientos de efectivo, cobros por tarjeta de crédito o débito, valores, seguros y rentas, libramiento de cheques por entidades de crédito, operaciones con activos financieros, cuentas en entidades financieras en el extranjero, valores, derechos, seguros y rentas depositados en el extranjero, operaciones con Deuda Pública, participaciones preferentes y otros instrumentos de deuda; información de constitución, modificación y extinción de entidades, de quienes no han comunicado su NIF, de subvenciones e indemnizaciones, de aportaciones a sistemas de previsión social, de operaciones financieras relacionadas con bienes inmuebles, sobre bienes inmuebles y derechos sobre bienes inmuebles en el extranjero, cesión de viviendas con fines turísticos). A lo lejos, la intimidad (art. 18 CE)
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Se quiere aumentar los gastos y hace falta más ingresos: subir los tipos de la Tarifa del IRPF, mayor tributación de sociedades multinacionales, impuestos medioambientales…
El cristiano vive en la oración y con la oración en los labios y en el corazón. A veces siente y se lamenta de sus olvidos, de las distracciones, de la rutina y la velocidad en su oración, sin pensar en lo que dice, a quién lo dice ni por qué lo dice. Cuando se tranquiliza el espíritu o cuando la situación agobia, en la oración vocal las palabras cobran un sentido nuevo y se escriben en el aire con mayúsculas. Así: “… ruega por nosotros pecadores, AHORA y en la hora de nuestra muerte…”. O: “Acuérdate que JAMÁS se oyó decir que NINGUNO de cuantos han acudido bajo tu protección haya sido abandonado por ti.”. En la oración mental parece fundamental empezar haciendo, despacio, un acto de presencia de Dios: “Creo que estás aquí, que me ves, que me oyes…” Y, como un preámbulo provechoso o como un guión eficaz, puede ser conveniente echar mano a una oración conocida, a una poesía, a un salmo, a letanías… En devocionarios y misales se encuentran oraciones como ésta, del papa Clemente XI:
“Creo, Señor, haz que crea con más firmeza; espero, haz que espere con más confianza; me arrepiento, haz que tenga mayor dolor.
Te adoro como primer principio; te deseo como último fin; te alabo como bienhechor perpetuo; te invoco como defensor propicio.
Dirígeme con tu sabiduría, átame con tu justicia, consuélame con tu clemencia, protégeme con tu poder.
Te ofrezco, Señor, mis pensamientos, para que se dirijan a ti; mis palabras, para que hablen de ti; mis obras, para que sean tuyas; mis contrariedades, para que las lleve por ti
Quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como lo quieres, quiero hasta que quieras.
Señor, te pido que ilumines mi entendimiento, inflames mi voluntad, limpies mi corazón, santifiques mi alma. Que me aparte de mis pasadas iniquidades, rechace las tentaciones futuras, corrija las malas inclinaciones, practique las virtudes necesarias.
Concédeme, Dios de bondad, amor a ti, odio a mí, celo por el prójimo y desprecio a lo mundano. Que sepa obedecer a los superiores, ayudar a los inferiores, aconsejar a los amigos y perdonar a mis enemigos. Que venza la sensualidad con la mortificación, la avaricia con la generosidad, la ira con la bondad, la tibieza con la piedad. Hazme prudente en los consejos, constante en los peligros, paciente en las contrariedades, humilde en la prosperidad.
Señor, hazme atento en la oración, sobrio en la comida, constante en el trabajo, firme en los propósitos. Que procure tener inocencia interior, modestia exterior, conversación ejemplar y vida ordenada. Haz que esté atento a dominar mi naturaleza, a fomentar la gracia, servir a tu ley y a obtener la salvación. Que aprenda de ti qué poco es lo terreno, qué grande lo divino, qué breve el tiempo, qué durable lo eterno. Concédeme preparar la muerte, temer el juicio, evitar el infierno y alcanzar el paraíso. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
LA HOJA SEMANAL
(del 16 al 21 de julio)
Lunes (16)
Nuestra Señora del Carmen
Palabras: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!” (Lc 1,42)
Reflexión: Mujer como las mujeres, esposa como las esposas, madre como las madres
Propósito, durante el día: ¡La Madre de Dios es mi madre!
Martes (17)
Santas Justa y Rufina, mártires (15ª TO)
Palabras: Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? …” (Mt 11,23)
Reflexión: Si en Sodoma se hubieran hechos los milagros que en ti…
Propósito, durante el día: Acciones de gracias. También por beneficios desconocidos
Miércoles (18)
San Federico de Utrecht, obispo (15ª TO)
Palabras: “Nadie conoce al Padre, sino el Hijo… (Mt 11,27)
Reflexión: … y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar”
Propósito, durante el día: Cercanía con el Señor. Escucha atenta y amorosa
Jueves (19)
Santa Isabel Qin y san Simón Qin, mártires (15ª TO)
Palabras: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados… (Mt 11,28)
Reflexión: … y yo os aliviaré… aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”
Propósito, durante el día: Cercanía con el Señor: hablarle; abrazarlo en silencio
Viernes (20)
San Elías, profeta (15ª TO)
Palabras: “Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 12,7)
Reflexión: El Hijo del Hombre es señor del sábado
Propósito, durante el día: Ver con los ojos de Dios; comprender, perdonar
Sábado (21)
San Lorenzo de Brindis, presbítero y doctor de la Iglesia (15ª TO)
Palabras: “Muchos le siguieron. Él los curró a todos” (Mt 12,15)
Reflexión: Mi siervo, mi elegido… la caña cascada ni la quebrará…
Propósito, durante el día: Madre mía, ayúdame a seguir a Cristo, tu Hijo
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 15, domingo (15º TO; ciclo B) son un canto a la humildad: “No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: “Ve y profetiza” (Am 7); “Él nos eligió en la persona de cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor” (Ef 1); “llamó Jesús a los Doce y los fue enviando, de dos en dos, dándoles autoridad” (Mc 6). Palabras para meditar sobre la propia vocación y nuestro apostolado; y pedir ayuda.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “Debemos esforzarnos en abrir el corazón y la mente para acoger la realidad divina que viene a nuestro encuentro. Se trata de tener fe: la falta de fe es un obstáculo a la gracia de Dios. Muchos bautizados viven como si Cristo no existiese: se repiten los gestos y signos de la fe, pero no se corresponden a una real adhesión a la persona de Jesús y a su Evangelio. Cada cristiano -todos nosotros, cada uno de nosotros- está llamado a profundizar en esta pertenencia fundamental, procurando testimoniarlo con una conducta vital coherente, y cuyo hilo conductor será siempre la caridad.” (Angelus, día 8 de julio de 2018) (trad. propia)
- “111. Estas notas que quiero destacar no son todas las que pueden conformar un modelo de santidad, pero son cinco grandes manifestaciones del amor a Dios y al prójimo que considero de particular importancia, debido a algunos riesgos y límites de la cultura de hoy. En ella se manifiestan: la ansiedad nerviosa y violenta que nos dispersa y nos debilita; la negatividad y la tristeza; la acedia cómoda, consumista y egoísta; el individualismo, y tantas formas de falsa espiritualidad sin encuentro con Dios que reinan en el mercado religioso actual.
“Aguante, paciencia y mansedumbre”
112. La primera de estas grandes notas es estar centrado, firme en torno a Dios que ama y que sostiene. Desde esa firmeza interior es posible aguantar, soportar las contrariedades, los vaivenes de la vida, y también las agresiones de los demás, sus infidelidades y defectos: “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Rm 8,31). Esto es fuente de la paz que se expresa en las actitudes de un santo. A partir de tal solidez interior, el testimonio de santidad, en nuestro mundo acelerado, voluble y agresivo, está hecho de paciencia y constancia en el bien. Es la fidelidad del amor, porque quien se apoya en Dios (“pistis”) también puede ser fiel frente a los hermanos (“pistós”), no los abandona en los malos momentos, no se deja llevar por su ansiedad y se mantiene al lado de los demás aun cuando eso no le brinde satisfacciones inmediatas.
119. No me refiero solo a las situaciones crudas de martirio, sino a las humillaciones cotidianas de aquellos que callan para salvar a su familia, o evitan hablar bien de sí mismos y prefieren exaltar a otros en lugar de gloriarse, eligen las tareas menos brillantes, e incluso a veces prefieren soportar algo injusto para ofrecerlo al Señor: “En cambio, que aguantéis cuando sufrís por hacer el bien, eso es una gracia de parte de Dios” (1 P 2,20). No es caminar con la cabeza baja, hablar poco o escapar de la sociedad. A veces, precisamente porque está liberado del egocentrismo, alguien puede atreverse a discutir amablemente, a reclamar justicia o a defender a los débiles ante los poderosos, aunque eso le traiga consecuencias negativas para su imagen.” (Exh. Ap. “Gaudete et exsultate”)
(15.07.18)
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