LO TRIBUTARIO (nº 358)

Comprender el IRNR

Desde la Ley 41/1998 está incorporado al sistema tributario el Impuesto sobre la Renta de No Residentes (IRNR). Era el año de normativa tributaria “ilusoria”, que empezó con la Ley 1/1998, de Derechos y Garantías de los Contribuyentes, que regulaba la presunción de buena fe de los contribuyentes (art. 33.1), que no se aplicó mientras estuvo vigente la ley y que desapreció con la LGT/2003, que señalaba plazos de duración de los procedimientos pero que se aplicaron unos sí (gestión, art. 23.1; sanciones, art. 33.3) y otros no (apremio, art. 23.3, inspección, art. 29). Y en la regulación del IRNR fue ilusorio tanto en el contenido, como en la justificación.

El IRNR regula el impuesto que sujeta la renta obtenida por los no residentes en España, sean personas físicas o jurídicas. Pero el impuesto que se crea no es nuevo en su contenido. Desde las leyes de la reforma del sistema tributario en 1978, tanto el IRPF (renta de personas físicas), como el IS (renta de personas jurídicas), regulaban la residencia fiscal (distinta a domicilio, sede) y el concepto de “residente” (distinto al concepto civil de nacional o de vecino y al concepto de establecido que se regula en el IVA). Y en esas leyes de impuestos sobre la renta ganada personal se mantenía la regulación tradicional desde muchos años antes que distinguía entre: “obligación personal de contribuir” (con tributación por toda la renta obtenida, cualquiera que sea el lugar de obtención o de donde proceda el ingreso) y “obligación real de contribuir” (sólo por la renta que, según la ley, se considere obtenida en España). Y, claro, con la salvedad de lo dispuesto en tratados y convenios internacionales.

Por otra parte, si la justificación de crear un nuevo impuesto con una regulación unitaria, esa misma finalidad, más completa y con más coherencia, se podía haber conseguido con un impuesto de no residentes en una regulación que incorporara también, el I. Patrimonio y el I. Sucesiones y Donaciones que, a diferencia del IRPF y del IS, aún mantienen la tributación de los no residentes distinguiendo entre obligación personal y real de contribuir (art. 5 LIP; arts. 6 y 7 LISyD). Y tampoco se ha regulado un IRNR absolutamente autónomo, puesto que reiterada e inevitablemente, se refiere al IRPF y al IS, ya sea para concordar (arts. 3, 5, 7, 8 LIRNR), como en los criterios de residencia (art.6 LIRNR) o las exenciones (art. 14 LIRNR respecto del art. 7 LIRPF, salvo la letra “y”), las operaciones vinculadas (art. 15,2 LIRNR); ya sea para distinguir, como al regular el domicilio (art. 11 LIRNR) o al tener que regular lo que se considera “rentas obtenidas en territorio español” (art. 13 LIRPF).

Con una regulación ya existente antes del IRNR y del IRPF y del IS de 1978, la tributación por el IRNR distingue según se tenga o no establecimiento permanente en España (art. 15 LIRNR). Cuando el no residente obtenga su renta mediante establecimiento permanente en España (arts. 15.1 y 16 a 23 LIRNR) tributa por toda la imputable en el período impositivo (art. 20 LIRNR) al establecimiento. Cuando actúa sin establecimiento permanente, tributa de forma separada (arts. 24 a 32 LIRNR) por cada devengo de renta gravada sin compensación entre unas y otras. También son peculiaridades de la LIRNR: la tributación de entidades en régimen de atribución según constitución y actividad (arts. 34 a 45) y la opción para residentes en la UE (art. 46).

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Pudiera haber sido inoportuna la noticia sobre el deportista acusado de haber cometido un delito contra la Hacienda Pública precisamente cuando, frente a los que piden detener y juzgar al delincuente, se levantan voces considerando, ante la vulneración de la ley y por grave que pudiera ser el delito, que el diálogo es lo procedente.

El cristiano vive de la fe, en la fe en Dios. Creo en Dios, creo a Dios, creo por Dios (“credere Deo, credere Deum, credere in Deum”, San Agustín, sermón 144.2). Creo que Dios existe, que está aquí, que me ve, que me oye, que sale a mi encuentro; creo que Dios es Amor, que me ama y que quiere que todos nos salvemos; por ese motivo creo con confianza lo que Dios enseña, en lo que Dios quiere que crea. “Para mí, el vivir es Cristo, y el morir una ganancia” (Flp 1,21).

- Dios nos busca, a todos y a cada uno. “Mientras caminaba junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón llamado Pedro y Andrés … que echaban la red al mar pues eran pescadores. Y les dijo: -Seguidme y os haré pescadores de hombres. Ellos al momento, dejaron las redes y le siguieron. Pasando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y Juan su hermano que estaban en la barca con su padre… remendando sus redes; y los llamó. Ellos, al momento, dejaron la barca y a su padre, y le siguieron” (Mt 4,18-22). Al marchar Jesús de allí, vio a un hombre sentado al telonio que se llamaba Mateo y le dijo: -Sígueme. Él se levantó y le siguió (Mt 9,9)

Leyendo estos pasajes evangélicos, en cualquier momento del día, en cualquier circunstancia, debemos recordar que Dios está aquí, a nuestro lado. La fe en Él y su amor recuerdan que es el momento de decirle algo: gracias, ayúdame, te pido por…

- Y, pensando en nosotros y en los demás, puede ser oportuno traer a la memoria otros momentos evangélicos. Cuando unos llevaron a Jesús a su amigo paralítico, tendido en una camilla y “al ver Jesús la fe de ellos”, perdonados sus pecados, le dijo al paralítico: “levántate, toma tu camilla y vete a tu casa” (v. Mt 9,2-6); o cuando la mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, se acercó por detrás y tocó el borde del manto de Jesús, y Él se volvió mirándola y le dijo: - Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado (Mt 9,20-22).

“Alegres en la esperanza, pacientes en la tribulación, constantes en la oración” (Rm 12,12). La oración del cristiano es continua, “sin descanso y sin cansancio”, para dar gracias o para pedir, por mí o por quien encomiendo o por el que lo necesite; santificando lo que se está haciendo, sea lo que sea, procurando hacerlo bien; santificándonos en la ocupación, lo que debemos hacer; y santificando con lo que hacemos al que nos dirige, al que nos ayuda, al que ayudamos, al que cuidamos, al que acompañamos. Todo en el día es encomendable a Dios, todo se le puede ofrecer. También, y sobre todo, las penas, el dolor, la enfermedad, la soledad.

- Cuando dos ciegos le pedían piedad a gritos, les preguntó Jesús si creían, dijeron que sí, les tocó los ojos, diciéndoles: - Que se haga en vosotros conforme a vuestra fe. Y se les abrieron los ojos (Mt 9, 27-29). Y, “nada más irse” los ciegos que ya veían, presentaron a Jesús a un endemoniado mudo: expulsó al demonio y habló el mudo (Mt 9 32-33). ¿No lo veo claro? Rezo. ¿No sé qué decir? Rezo. Y le pido ayuda a la Madre.

LA HOJA SEMANAL
(del 9 al 14 de octubre)

Lunes (9)

San Juan Leonardi, presbítero (27ª TO)
Palabras: “¿Quién es mi prójimo?” (Lc 10,29)
Reflexión. Parábola del buen samaritano. “El que practicó misericordia con él”
Propósito, durante el día: Convivencia. Amabilidad, comprensión, consuelo, callar

Martes (10)

Santo Tomás de Villanueva, obispo (27ª TO)
Palabras: “… Sólo una cosa es necesaria” (Lc 10,42)
Reflexión: “Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas…”
Propósito, durante el día: Caridad. Lo necesario: amar a Dios y al prójimo por Él

Miércoles (11)

Santa Soledad Torres Acosta, fundadora (27ª TO; Nª Sª Begoña; San Juan XXIII, papa)
Palabras: “No nos dejes caer en la tentación” (Lc 11,4)
Reflexión: Líbranos del Malo
Propósito, durante el día: Caridad. Pedir perdón, perdonar, comprender

Jueves (12)

Nª Sª del Pilar (27ª TO)
Palabras: “Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te alimentaron” (Lc 11,27)
Reflexión: Jesús, Dios y hombre. “Eres niño como yo”
Propósito, durante el día: Madre de Dios y madre nuestra. Madre, llévame al cielo

Viernes (13)

San Eduardo, rey (27ª TO)
Palabras: “El que no está conmigo, está contra mi” (Lc 11,23)
Reflexión: El espíritu inmundo que vuelve con otros al alma limpia y ordenada
Propósito, durante el día: Presencia de Dios. Aleja de mí lo que aparte de Ti

Sábado (14)

San Calixto I, papa (27ª TO)
Palabras: “Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11,28)
Reflexión: Dios lo quiere, yo también lo quiero
Propósito, durante el día: Madre, acláranos las ideas, oriéntanos, danos valor y fuerza

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 8, domingo (27º TO, ciclo A) nos animan a mantenernos en el amor de Dios: “¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no haya hecho?” (Is 5); “La paz de Dios estará con vosotros” (Flp 4); “Tendrán respeto a mi hijo” (Mt 21). La cuidada viña dio agrazones, los labradores mataron al hijo. Pedimos a Dios que no ocurra así en nosotros: confiados en la oración, dando gracias; procurando dar fruto bueno, con el auxilio de la Virgen María, de san José, de nuestro ángel custodio.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “El verdadero cristiano es así: no quejumbroso y enfadado, sino convencido, por la fuerza de la resurrección, de que ningún mal es infinito, ninguna noche dura sin fin, ningún hombre está definitivamente equivocado y ningún odio es invencible por el amor. Claro, alguna vez los discípulos pagarán con un alto precio esta esperanza dada a ellos por Jesús. Pensemos en tantos cristianos que no han abandonado su pueblo, cuando ha llegado el tiempo de la persecución.

Se han quedado allí, donde incluso el mañana era incierto, donde no se podía hacer proyectos de ningún tipo, se quedaron esperando en Dios. Y pensemos en nuestros hermanos, en nuestras hermanas de Oriente Medio que dan testimonio de esperanza y también ofrecen la vida por este testimonio. ¡Estos son verdaderos cristianos! Estos llevan el cielo en el corazón, mirando más allá, siempre más allá.

Quien ha tenido la gracia de abrazar la resurrección de Jesús puede aún esperar lo inesperado. Los mártires de cada tiempo, con su fidelidad a Cristo, cuentan que la injusticia no es la última palabra en la vida. En Cristo resucitado podemos continuar esperando. Los hombres y las mujeres que tienen un «por qué» vivir resisten más que los demás en los tiempos de desventura.” (Audiencia general, 4 de octubre de 2017)

(8.10.17)

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