LO TRIBUTARIO (nº 354)
Etiología del fraude fiscal (1)
En los albores de una licenciatura universitaria, hace medio siglo, avisaba el profesor de Hacienda Pública a sus alumnos que no se alarmaran por el tipo marginal del 66% de la escala de tipos del impuesto sobre la renta porque los contribuyentes declaraban la mitad de la renta que ganaban. En los primeros números de una revista del Ministerio de Hacienda, hace curenta años, se publicaba un artículo que decía que el fraude tributario alcanzaba el 25%. En los meses de abril y mayo de 1980 se declaraba el IRPF según la Ley 44/1978, de sólo 39 artículos, utilizando los impresos oficiales aprobados para autoliquidar el nuevo impuesto que había eliminado los cinco impuestos reales a cuenta y el impuesto general y que había pretendido una regulación clara, comprensible. Se envió a la DGT un escrito que decía: “Tengo un bar en un local alquilado, estos son mis ingresos y estos mis gastos, estoy casado, mi esposa trabaja conmigo y tenemos tres hijos menores de edad. Ya me dirán lo que tengo que pagar”.
Esas tres referencias históricas pueden servir para introducir en la consideración de las causas del fraude tributario porque lo primero que se debe aprender es que una cosa es incumplimiento por ignorancia, por error, por necesidad, por conveniencia, y otra cosa es el fraude que exige tener intención de incumplir, realizar la voluntad incumpliendo y poner los medios para impedir o dificultar que se descubra. En principio, no cometió fraude quien escribió describiendo su situación familiar y tributaria, aunque incumplió la obligación de autoliquidar (calificar jurídicamente los hechos, conocer y aplicar la ley, practicar la liquidación que determine la cuota del impuesto y, en su caso, ingresar su importe. Y, precisamente porque incumplimiento y fraude son conceptos diferentes, tampoco son significativos los estudios generales y los datos que arrojan.
Sin duda, la reforma de 1978, que permanece en su estructura y diseño esenciales, supuso un cambio importante en la llamada al cumplimiento de los deberes tributarios: se reguló el nuevo delito contra la Hacienda, se aprobó una amnistía fiscal bajo el lema “diga la verdad y en paz”, se redujo el número de impuestos, directos e indirectos, y las leyes de cada tributo procuraban ser cortas, claras y concretas (como se desea para la confesión sacramental), se multiplicó la información a los contribuyentes y se intensificó la obtención de información y su utilización por la Administración.
Quizá se pensó que así desaparecerían los incumplimientos tributarios. Los pronunciamientos de los tribunales anulaban aplicaciones de las leyes (deducciones familiares en el IRPF), las propias leyes (tributación conjunta obligatoria) o ponían de manifiesto los puntos débiles de novedades (transparencia fiscal, operaciones vinculadas, valores en la interrelación ITP/IP). La primera sentencia por delito fiscal a una persona famosa era mejorable (defraudó al menos…) y regresó la “prisión por deudas” de siglos pasados; con la Ley 14/1985 la Hacienda entró en el mercado del dinero negro (afro, pagaré) y lo empleó (Deuda Pública especial) en la amnistía de la Ley 18/1991.Y se cayó en la historia interminable que se repite: “este año se ha descubierto más fraude que el año anterior; se espera que el año próximo se descubrirá más”. Si fuera verdad sería la historia de un fracaso. Y, desde hace poco, también se airea las elevadas deudas tributarias que no se han cobrado. Fraude, maquinación para defraudar, cada vez hay menos. Confusión, obsesión, más.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Descubrir un derecho nuevo es como descubrir un tesoro. Sobre el plazo para concluir las actuaciones inspectoras cuando una resolución judicial o administrativa ordene la retroacción (art. 150, ap. 5 LGT/2003, ap. 7 tras la reforma Ley 34/2015), dice una sentencia: ese precepto pretende garantizar el derecho del contribuyente a una buena administración: art. 41 Carta de Derechos Fundamentales de la UE: a ser tratado de forma imparcial y equitativamente y dentro de un plazo razonable (AN 24-3-17)
El cristiano sabe que en el negocio de su salvación todo empezó en un encuentro con Jesús; como sabe que ha vivido y vive desencuentros y encuentros sucesivos. Y sabe que Dios nos busca y se hace el encontradizo; que no hay mejor deseo para nuestra vida que éste: que busques a Cristo, que encuentres a Cristo, que ames a Cristo (san Josemaría). De encuentros con Jesús nos habla el Evangelio.
- Jesús había curado al ciego de nacimiento, algunos no se lo creían aunque era evidente para otros, los fariseos interrogaban una y otra vez al que había sido ciego; y a sus padres que reconocieron que era su hijo y que nació ciego. Oyó Jesús que habían echado fuera al que ya veía “y cuando se encontró con él le dijo: - ¿Crees tú en el Hijo del hombre? - ¿Y quién es, Señor, para que crea en él? -respondió. Le dijo Jesús: - Si lo has visto: el que está hablando contigo ése es. Y él exclamó: - Creo, Señor – y se postró ante él” (Jn 9,35-38). También hay encuentro con Jesús tras la curación del paralítico: “Después de esto lo encontró Jesús en el Templo y le dijo: -Mira, estás curado; no peques más para que no te ocurra algo peor” (Jn 5,14)
- Los dos primeros discípulos, Andrés y Juan, oyeron que Juan el Bautista decía fijándose en Jesús que pasaba: -Éste es el Cordero de Dios. Siguieron a Jesús. “Se volvió Jesús y, viendo que lo seguían, les preguntó: - ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: -Rabbí -que significa Maestro-, ¿dónde vives? Les respondió: -Venid y lo veréis. Fueron y vieron dónde vivía, y se quedaron con él aquel día. Era más o menos la hora décima” (Jn 1,38-39). Andrés encontró primero a su hermano Simón y le dijo: -Hemos encontrado al Mesías -que significa: “Cristo”. Al día siguiente Jesús se encaminó hacia Galilea y encontró a Felipe. Y le dijo Jesús: -Sígueme” (Jn 1,43). Luego Felipe se lo dijo a Natanael: “-Hemos encontrado a aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los Profetas: Jesús de Nazaret, el hijo de José” (Jn 1,45)
- Memorable es también el encuentro con la mujer samaritana. El pasaje podría empezar así: “Jesús, fatigado del camino, se había sentado en el pozo. Era más o menos la hora sexta. Vino una mujer de Samaría a sacar agua. Jesús le dijo: - Dame de beber” (Jn 4, 6-7). Y podría terminar así: “Cuando los samaritanos llegaron donde él estaba, le pidieron que se quedara con ellos. Y se quedó dos días. Entonces creyeron en él muchos más por su predicación” (Jn 4,40-41)
- Con Jesús resucitado se encontró María la Magdalena (Jn 20,11-18, Mc 16,9) y, cuando las mujeres corrían a dar la noticia a los discípulos, Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se acercaron, abrazaron sus pies y le adoraron (Mt 28,9). Cuando los discípulos se dirigían a Emaús “y mientras comentaban y discutían, el propio Jesús se acercó y se puso a caminar con ellos, aunque sus ojos eran incapaces de reconocerle” (Lc 24,15-16). Sin excusa: tiempo para meditar. Creo Jesús que estás aquí, que me ves.
LA HOJA SEMANAL
(del 25 al 30 de septiembre)
Lunes (25)
San Cleofás, discípulo de Jesús (25ª TO; Nª Sª de la Fuencisla)
Palabras: “Nada hay oculto que no llegue a descubrirse” (Lc 8,17)
Reflexión: Nadie enciende un candil y lo tapa
Propósito, durante el día: Ayúdame, Señor, para vencer el respeto humano
Martes (26)
Santos Cosme y Damián, mártires (25ª TO)
Palabras: “Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios (Lc 8,21)
Reflexión: … y la ponen por obra”
Propósito, durante el día: Ayúdame, Señor, a hacer lo que debo y a hacerlo bien
Miércoles (27)
San Vicente de Paúl, presbítero (25ª TO)
Palabras: “Se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea… (Lc 9,6)
Reflexión: … anunciando el Evangelio y curando en todas partes”
Propósito, durante el día: Ayúdame, Señor, a anunciarte bien y a ser útil
Jueves (28)
San Wenceslao, mártir (25ª TO)
Palabras: “Y tenía ganas de ver a Jesús” (Lc 9,9)
Reflexión: Herodes se preguntaba quién era. Decían que era Juan resucitado o Elías
Propósito, durante el día: Ayúdame, Señor, a conocerte mejor y a dar razón de Ti
Viernes (29)
Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
Palabras: “Veréis el cielo abierto y los ángeles de Dios subir y bajar (Jn 1,51)
Reflexión: Jesús le dijo a Natanael: Verás cosas mayores
Propósito, durante el día: Ayúdame, Señor, a hacer bien el camino hacia el cielo
Sábado (30)
San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia (25ª TO)
Palabras: “Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres” (Lc 9,44)
Reflexión: Ellos no entendían. Les daba miedo preguntarle sobre el asunto
Propósito, durante el día: Madre mía, dame de tu prudencia y de tu fortaleza
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 24, domingo (25º TO; ciclo A; Nª Sª de la Merced) llevan a meditar sobre los planes de Dios: “Mis planes no son vuestros planes” (Is 55); “Para mí la vida es Cristo y una ganancia el morir” (Flp 1); “¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? (Mt 20). Dios pensó en mí, en cada uno; conoce nuestro nombre y nos llama. Y María habla bien de nosotros (loquaris pro nobis bona) a Dios.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “La catequesis de hoy tiene como tema “educar a la esperanza” … ¡Piensa, allí donde Dios te ha plantado, espera! Espera siempre. No te rindas a la noche: recuerda que el primer enemigo a derrotar no está fuera de ti: está dentro. Por lo tanto, no concedas espacio a los pensamientos amargos, oscuros. Este mundo es el primer milagro que Dios hizo y Dios ha puesto en nuestras manos la gracia de nuevos prodigios. La fe y la esperanza avanzan juntas. Cree en la existencia de las verdades más altas y más hermosas. Confía en Dios creador, en el Espíritu Santo que mueve todo hacia el bien, en el abrazo de Cristo que espera a cada hombre al final de su existencia; cree, Él te espera. El mundo camina gracias a la mirada de muchos hombres que han abierto brechas, que han construido puentes, que han soñado y creído; incluso cuando a su alrededor escuchaban palabras de burla.
No pienses nunca que tu lucha aquí abajo es del todo inútil. Al final de la existencia no nos espera el naufragio: en nosotros palpita una semilla absoluta. Dios no defrauda: si ha puesto una esperanza en nuestros corazones, no quiere destruirla con frustraciones continuas. Todo nace para florecer en una eterna primavera. Dios también nos hizo para florecer. Recuerdo ese diálogo cuando el roble pidió al almendro: «Háblame de Dios». Y el almendro floreció.
Donde quiera que estés, ¡construye! Si estás en el suelo, ¡levántate! Nunca te quedes caído, levántate, deja que te ayuden a levantarte. Si estás sentado, ¡ponte en camino! Si el aburrimiento te paraliza, ¡ahuyéntalo con buenas obras! Si te sientes vacío o desmoralizado, pide que el Espíritu Santo llene de nuevo tu nada. Obra la paz en medio de los hombres, y no escuches la voz de quien esparce odio y divisiones. No escuches esas voces. Los seres humanos, por muy diferentes que sean unos de otros, han sido creados para vivir juntos. Ante los contrastes, paciencia: un día descubrirás que cada uno es depositario de un trozo de verdad.
Ama a las personas. Ámalas una a una. Respeta el camino de todos, sea lineal o dificultoso, porque cada uno tiene su propia historia que contar. Cada uno de nosotros tiene su propia historia que contar. Cada niño que nace es la promesa de una vida que una vez más demuestra ser más fuerte que la muerte. Todo amor que surge es un poder de transformación que anhela la felicidad. Jesús nos entregó una luz que brilla en las tinieblas: defiéndela, protégela. Esa luz única es la riqueza más grande confiada a tu vida.
Y, sobre todo, ¡sueña! No tengas miedo de soñar. ¡Sueña! Sueña con un mundo que todavía no se ve, pero que ciertamente vendrá. La esperanza nos lleva a creer en la existencia de una creación que se extiende hasta su cumplimiento definitivo, cuando Dios será todo en todos. Los hombres capaces de imaginar han regalado a la humanidad descubrimientos científicos y tecnológicos. Han surcado los océanos, y pisado tierras que nadie había pisado nunca. Los hombres que han cultivado esperanzas son también los que han vencido la esclavitud, y han traído mejores condiciones de vida a esta tierra. Piensa en esos hombres…” (Audiencia general, 20 de septiembre de 2017)
(24.09.17)
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