LO TRIBUTARIO (nº 320)

Conocer el Impuesto sobre Sucesiones (1): Los ámbitos

El ISyD es un impuesto “de naturaleza directa y subjetiva que grava los incrementos patrimoniales obtenidos a título lucrativo por personas físicas, en los términos previsto en la ley” (art. 1 Ley 29/1987). Esta definición delimita científica y fácticamente el ámbito del impuesto. Con otras palabras se podría decir que es un impuesto que grava a las personas físicas por las adquisiciones lucrativas de bienes o derechos como consecuencia (art. 3 LISyD) de una sucesión hereditaria, una donación o un seguro sobre la vida cuando el beneficiario es persona distinta que el contratante.

Es un impuesto “directo” porque el aumento patrimonial que se produce en el que adquiere es una manifestación directa de su capacidad económica para contribuir que es la condición esencial exigida por la Constitución (art. 31 CE). Es un impuesto “subjetivo” porque tiene en cuenta circunstancias propias del sujeto pasivo, como el parentesco, la edad, la minusvalía, en su caso, la residencia, el patrimonio preexistente. Y no es un impuesto “personal”, porque no sujeta todas las adquisiciones lucrativas de una persona en un determinado período impositivo, sino sólo y cada vez por cada adquisición. La referencia a “incrementos patrimoniales” (con definición extralegal en el art. 2 RISyD) relaciona el impuesto con el IRPF (“ganancias patrimoniales”) y permite recordar que “esa renta” tributa por el ISyD y, también, que las adquisiciones gratuitas, por definición científica, “no son renta”.

El ámbito territorial permite obliga a recordar que el ISyD es un impuesto estatal, pero cedido en su gestión, recaudación y parte de su normativa (base liquidable y cuota) a las Comunidades Autónomas lo que hace que sea manifiesta la desigualdad según la residencia habitual (art. 28 Ley 22/2009). Por otra parte, la residencia en territorio español también determina que los residentes (art. 6 LISyD) tributen por obligación personal cualquiera que sea la ubicación de los bienes o derechos adquiridos y que los no residentes tributen por obligación real (art. 7 LISyD) sólo por los situados, pudieran ejercitarse o hubieran de cumplirse en España. En todo caso, se salva (art. 2.1 LISyD) lo establecido en convenios y tratados internacionales.

El ámbito subjetivo de aplicación se delimita porque sólo pueden ser sujetos pasivos del impuesto las personas físicas (art. 3.2 LISyD); las adquisiciones lucrativas por personas jurídicas tributan como renta obtenida por el Impuesto sobre Sociedades. El artículo 5 LISyD señala a los adquirentes (causahabiente, donatario, favorecido o beneficiario) como sujetos pasivos y el artículo 8 establece que son responsables subsidiarios los intermediarios financieros y entidades en transmisiones mortis causa, a los pagadores en los seguros, los mediadores en la transmisión de valores y el funcionario que autorizare el cambio de titularidad sin exigir la prueba de la tributación, exención o no sujeción.

En el ámbito objetivo, la delimitación se produce en cuanto que es incompatible con el IRPF (art. 4 RISyD); porque está sujetas al IRPF no están sujetas al ISyD (art. 3 RISyD) los premios en juegos autorizados y otros premios e indemnizaciones exentos del IRPF, las becas y subvenciones, seguros con origen laboral, prestaciones en sistemas de previsión social. Algunas exenciones se regulan en leyes especiales (como en las indemnizaciones a participantes en operaciones internacionales de paz: RD-L 8/2004)

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Aún se comenta la inquietud jurídica que produjo la publicación de la entrevista al juez que, según la noticia, dijo que “los jueces tenemos que interpretar la ley conforme al pueblo” y “vamos creando nuevas necesidades penales que responden a que el pueblo las quiere y por lo tanto los jueces tenemos que interpretar las leyes conforme el contexto actual” (ver, art. 3 Cc); y también: “No tengo tiempo para entender cómo funciona un banco, pero me tengo que enterar” lo que lleva a “Hay que especializarse. Los jueces deben tener un equipo de asesores, auditores o contables que nos sepan explicar estos fenómenos” (iura novit Curia”). Son tantos y tan fuertes los comentarios escuchados o leídos que se hacen irreproducibles, sobre todo por el temor de que se interprete conforme al pueblo, a alguna parte del pueblo, a la gente.

Los cristianos viven la Pascua de Resurrección sin ahogar su alegría en las persecuciones que sufre la Iglesia, que sufren los creyentes, que se producen en todo lugar y de todas formas. Nada es nuevo. Acababa de producirse la curación del cojo de nacimiento que pedía limosna en la puerta del Templo llamada Hermosa, cuando se presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del templo y los saduceos, molestos porque enseñaban al pueblo y anunciaban en Jesús la resurrección de los muertos. Les prendieron y metieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque ya había anochecido…” (Hech 3, 1-2 y 4 1-2). De nuevo prendieron a los apóstoles y los metieron en la prisión pública (Hech 5,18), les interrogaron y querían matarlos (Hech 5,33) y, después de las palabras del fariseo Gamaliel (Hech 5, 34-39), “llamaron a los apóstoles, los azotaron, les ordenaron no hablar en el nombre de Jesús y los soltaron”. Ellos salían gozosos de la presencia del Sanedrín, porque habían sido dignos de ser ultrajados a causa del Nombre” (Hech. 5,40-41). Después del martirio de san Esteban (Hech 7,54-61), “se desató una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén y todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria” (Hech 8, 1)

La fe sostenida secularmente, a pesar de la debilidad y de los errores de los propios fieles, de las acometidas de otros, sigue siendo “fundamento de las cosas que se esperan, prueba de las que no se ven” (Heb 11,1). Por eso podemos decir con Benedicto XVI, antes de ser papa: “Creo que, a pesar de todas las crisis por las que atraviesa la Iglesia, deberíamos tener presente este milagro: el hecho de que siga habiendo gente, cada vez más, que se acerca a Él y que está con Él. Creo que también es milagroso que, en nuestro país, haya reuniones, sin que les paguen ni les obliguen a ello, domingo tras domingo, para estar junto a Él. ¿Qué atracción terrenal sería capaz de algo semejante? Él cumple su palabra y estamos viendo, desde hace siglos, cómo llegan gentes de todos los lugares de la tierra” (J. Ratzinger, Homilía en la iglesia de St. Johannes de Pentling, el día 24 de agosto de 1986). Vivimos el cumplimiento de la promesa: “Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,20)

El cristiano repasa una y otra vez el Evangelio y encuentra pasajes para trasladar lo meditado a la propia vida: “Y le preguntó por tercera vez: - Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció porque le preguntó por tercera vez: “¿Me quieres?”, y le respondió: - Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te quiero” (Jn 21,17). Ese será el tema cuando al atardecer de la vida se nos examine en el amor. Y así es la evaluación continua de cada día. Y esa es la jaculatoria que hemos de repetir: Tú sabes que te amo.

LA HOJA SEMANAL
(del 8 al 13 de mayo)

Lunes (8)

San Víctor, mártir (4ª Pascua; Nª Sª de los Desamparados; mes de María)
Palabras: “Y doy mi vida por las ovejas” (Jn 10, 15)
Reflexión: Tengo otras ovejas que no son de mi redil y las tengo que traer
Propósito, durante el día: Escuchar a Dios. ¿Qué harías Tú?

Martes (9)

San Isaías, profeta (4ª Pascua; mes de María)
Palabras: “Mis ovejas escuchan mi voz” (Jn 10,27)
Reflexión: Yo les doy la vida eterna
Propósito, durante el día: Tuyo soy, para Ti nací, ¿qué quieres de mí?

Miércoles (10)

San Juan de Ávila, presbítero y doctor (4ª Pascua; mes de María)
Palabras: “El que cree en mí no quedará en tinieblas” (Jn 12,46)
Reflexión: Al que oiga mis palabras y no las cumpla, lo juzgará la palabra
Propósito, durante el día: Conocer, meditar, obrar según la Palabra de Dios

Jueves (11)

San Jeremías, profeta (4ª Pascua; mes de María)
Palabras: “El que recibe a mi enviado, me recibe a mi” (Jn 13,20)
Reflexión: El que compartía mi pan me ha traicionado
Propósito, durante el día: Eucaristía. Sumido en Dios, inundado de Dios

Viernes (12)

San Pancracio, mártir (4ª Pascua; Beato Álvaro del Portillo; mes de María)
Palabras: “Para que donde yo estoy estéis también vosotros” (Jn 14,3)
Reflexión: En la casa de mi Padre hay muchas estancias
Propósito, durante el día: Junto a Ti, ahora, siempre y para siempre

Sábado (13)

Nª Sª Fátima (4ª Pascua; san Pedro Nolasco, fundador; mes de María)
Palabras: “Yo me voy al Padre” (Jn 14,12)
Reflexión: Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré
Propósito, durante el día: Contigo Madre: enséñame a pedir, a dar, a darme

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 7, domingo (4º Pascua, ciclo A; Nª Sª de Araceli) nos sitúan en el amor del Buen Pastor que nos guía, nos protege y nos lleva al cielo: “¿Qué tenemos que hacer?” (Hech 2); “Andábais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas” (1 Pe); “Las ovejas atienden a su voz, y él las va llamando por el nombre” (Jn 10). Creados, redimidos, santificados, Dios con nosotros, nos espera y nos lleva a estar con Él para siempre. Y a Él vamos de la mano de María.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “La verdadera fe es la que nos hace más caritativos, más misericordiosos, más honestos y más humanos; es la que anima los corazones para llevarlos a amar a todos gratuitamente, sin distinción y sin preferencias, es la que nos hace ver al otro no como a un enemigo para derrotar, sino como a un hermano para amar, servir y ayudar; es la que nos lleva a difundir, a defender y a vivir la cultura del encuentro, del diálogo, del respeto y de la fraternidad; nos da la valentía de perdonar a quien nos ha ofendido, de ayudar a quien ha caído; a vestir al desnudo; a dar de comer al que tiene hambre, a visitar al encarcelado; a ayudar a los huérfanos; a dar de beber al sediento; a socorrer a los ancianos y a los necesitados (cf. Mt 25,31-45). La verdadera fe es la que nos lleva a proteger los derechos de los demás, con la misma fuerza y con el mismo entusiasmo con el que defendemos los nuestros. En realidad, cuanto más se crece en la fe y más se conoce, más se crece en la humildad y en la conciencia de ser pequeño.” (Homilía, Air Defense Stadium, Egipto, día 29 de abril de 2017)

(7.05.17)

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